Partida Rol por web

Como no tengo ni idea de por donde empezar a buscar, sigo a la squaw.

- Yo voy a, uhm.... - Pancho parece quedarse un momento pensando, buscando alguna excusa - recoger informacion. Si. Eso - Acto seguido se dirige hacia la barra, e incluso sobre el ruido le ois gritar "Hay tequila en este antro?!?!"

Después de ponernos en antecedenes y explicarnos finalmente la situación, me doy cuenta de que mi sentido en esta vida ha cambiado por completo. De repente, nuestras vidas pasaban a ser fichas en un tablero mundial e incluso multi-dimensional (aunque no entendía muy bien ese concepto) para el equilibrio del mundo. Parecía que estuviera viviendo un sueño pero como siempre, apliqué mi filosofía de seguir la corriente a la situación actual así que me sobrepuse y escuché atentamente las explicaciones del "Profesor" mientras los demás buscaban en la chatarra armas nuevas. Mis puños y mi fiel revólver me habían bastado hasta el momento así que no vi la necesidad de ensuciarme entre la chatarra.
La misión que nos habían encomendado se resumía a infiltrarse en el cuartel enemigo y recoger información. Eso lo podía hacer. Los demás se iban dirigiendo hacia otras localidades del sitio objetivo. El asiático anunció que se iba al piso de abajo, de donde salía la música infernal. Basándome en mi experiencia de la vida, aquél tipo no iba a durar mucho en este sitio si alguien no lo guiaba, por mucho que luchara bien. Yo voy a acompañar al chino. No creo que sea un experto en recopilar información en un bar con demás chusma como lo haríamos en nuestro...¿espacio? En fin, nos vemos. Dicho esto, me dirijo junto al chino sin quitarle los ojos de encima.

Entre la multitud de rostros extraños logras distinguir a una dama que, a pesar de llevar media cabeza afeitada y un brazo cubierto de tatuajes te parece bastante atractiva. Al principio te mira con desconfianza, pero cuando le invitas a beber su actitud cambia instantáneamente; te observa de arriba a abajo y algo en tí parece gustarle.
-Vaya, veo que eres todo un caballero. No hay muchos como tu en este antro. -Dice mientras acerca su taburete al tuyo y te pone una mano en la pierna. -Dime... ¿Eres nuevo aquí?
Parece que la cosa va bien. Demasiado para tu experiencia. Rapidamente te das cuenta de que la mirada de la chica se desvía hacia algún punto detrás de tí y en sus pupilas puedes ver el reflejo de una figura grande que se acerca por tu espalda.

A pesar de que la música en la planta superior se asemeja al rechinar entre sí de dos metales muy pesados, su volumen es aceptable para una conversación. Hay gente bailando al ritmo del endiablado sonido y otros descansando en una zona inferior de camastros. En las mesas hay reunidos varios grupos de gentes tan dispares como podáis imaginar.
A pesar del tumulto general, la llegada de las caderas de Susan parece llamar la atención de uno de esos grupos que le llaman la atención.
-¡Eh, muñeca! ¿Podemos invitarte a algo? -Dice un hombre achaparrado mientras prepara una silla junto a él y sus compañeros.
Ninguno de ellos parece haber reparado en el indio sombrío que la acompaña un poco más atrás.

La planta inferior está abarrotada de gente. Algunos están en la barra bebiendo, otros saltando al ritmo de la banda que toca protegida tras una reja de metal y algunos pocos son capaces de mantenerse en calma sentados en las escasas mesas del lugar.
Mientras que Rod es capaz de moverse con relativa soltura entre el tumulto, Chan es arrastrado continuamente por mareas de gentes que van y vienen.
Finalmente llegáis a un rincón en calma donde un par de hombres están sentados en una pequeña mesa en la que hay un tapete verde y un cubilete con dados.
-¡Hey amigos! ¿Os interesa apostar algo? Las reglas son muy sencillas.
Parece que están buscando con quien jugar.

A pesar de la música diabolica y las gentes venidas de todas partes del espacio y del tiempo, la barra del local es como cualquier otra que hayas visto antes. El barman atiende a los clientes a toda velocidad mientras ellos no dejan de pedirle a voces cosas de las que jamás has oído hablar.
En la otra punta de la barra, el Rubio trata de entablar contacto con una dama mientras el barman te sirve un tequila sin decirte ni una palabra; curiosamente es de tu marca favorita.
-Te gusta la bebida de hombres... "hic" ¿verdad? -Te dice un hombre desaliñado con la nariz tan roja como un tomate. -Mira amigo "hic" me has caído bien. ¿Hacemos un duelo de bebida y el que gane paga las rondas?

Desenfundo mi antiguo revólver que guardaba para ocasiones especiales como esta  dándole una vuelta  y me lo paso por detrás de la espalda mientras miro los ojos de la chica para poder apuntar al tipo de mi espalda y aprieto el gatillo.

¡PUM!

Enfundo otra vez le revólver mientras le tipo cae redondo a mi lado con un agujero justo en el centro de la frente y le respondo a la chica:

-Muñeca,de donde yo vengo era mas costumbre que las chicas como tu bailasen un cancan para dejarme K.O. y no utilizar a una diana en mi espalda. -termino el chupito de un trago y lo deslizo por encima de la mesa hacia el camarero mientras le comento- Dos mas y en vaso grande, me parece que la muñeca y yo acabamos de comenzar una buena relación.

Oigo al bravucón y me doy cuenta de que en el fondo las cosas no han cambiado tanto respecto al mundo del que provengo. Anticipando los problemas porque conozco a la squaw, paro y retrocedo un poco mientras discretamente preparo mi Remington.

Solo por si acaso.

Susan, que estaba mirando hacia otro lado, gira la cabeza en cuanto escucha que le llaman - Uhmm, ese bocazas seguro que me puede decir algo sobre los jammers - así que avanza hacia ellos exagerando todavía más sus andares. Mientras se aproxima, va pensando - ¿Y si no sabe nada? Pues a lo mejor puedo estrenar mi nueva arma con alguien - y se le escapa una sonrisa malévola - Un whisky - dice seca mientras se sienta en la silla que le han preparado. Entonces, se gira hacia Cuerno Quemado y le pregunta - ¿Tú que vas a tomar?

Una sonrisa de coyote se dibuja en el rostro de Pancho - Pendejo, de las tetas de mi madre salía tequila en vez de leche. Venga -dice con una risotada - Comencemos.

No puedo evitar sorprenderme. Esperaba un baño de sangre. Me acerco y dudo, no es común que los indios se sienten en la mesa con los blancos de donde yo vengo... de hecho es raro incluso que entre en sus locales.

- Agua de fuego -digo con voz ronca mientras busco una silla con la mirada- Cualquier cosa con más de 30 grados servirá.

Me sorprende la propuesta del desconocido. No me gustan las apuestas, pero, aunque quisiera apostar, no tengo mucho dinero. Me toco los bolsillos del pantalón y miro interrogativamente a Rod.

-¿Tú tenel dinelo?

La propuesta del desconocido no me es desconocida. Normalmente, al menos en mi tiempo, era una de las formas habituales de obtener información de forasteros. El "informador" se divertía un poco y el interesado aportaba algo del agrado del primero. Además, por lo que veía, parecía una simple partida de dados.
¿Eh? Pues....déjame ver...-digo mientras me palpo los bolsillos como el chino. Encuentro unas monedas pero antes de dárselas le digo: Sí, tengo monedas. Me gustaría apostármelas por algo de...información. Le hago una cara con una falsa sonrisa a modo de entendimiento de la situación mientras espero la respuesta del hombre.

El hombre, al que ni siquiera has visto la cara, cae al suelo como un saco lleno de piedras, pero cuando vuelves la vista hacia la chica, ésta te mira con expresión de horror, justo antes de correr a abrazar el cuerpo del cadáver.
-No, Tom, como puede... -Luego te lanza una mirada asesina al tiempo que la banda deja de tocar y los curiosos os rodean. -¡Asesino! ¡Ha matado a mi novio!
Inmediatamente ves aparecer a unos tipos enormes que se mueven entre la muchedumbre apartando a los mirones con escasa delicadeza.

Al sentarse el indio en la mesa las caras de los hombres cambian repentinamente. Posiblemente no querían más compañía que la de la dama. Pero nunca sabréis hasta donde habría llegado la situación ya que de pronto suena un disparo en la planta inferior, la música para y se puede oír claramente la voz de una mujer acusando a alguien de haber asesinado a su novio.
-Alguien ha disparado en los Salones... -Dice uno de los hombres como si os hallárais ante un hecho insólito e imperdonable.
Lo único que os preocupa es que el disparo parece haber sido realizado con un revolver de vuestra época.

El hombre parece satisfecho con el trato que le ofrece Rod y prepara un tapete, un cubilete y unos dados. Pero cuando se disponía a explicaros las reglas del juego algo le interrumpe.
Suena un disparo cerca de la barra, seguido de un golpe seco y la banda deja de tocar para dejar paso a los gritos desesperados de una mujer que acusa a alguien de haber matado a su novio.
Al acercaros veis un cadáver en el suelo con un agujero de bala humeante en su frente y al Rubio junto a él. Una mujer abrazada al cadáver le acusa de asesino y varios miembros de seguridad van en su busca.

Apenas te has tomado el segundo trago cuando te fijas que en el otro extremo de la barra El Rubio charla con una chica. Inmediatamente aparece un hombre por detrás que intenta golpearle con una botella y antes de que puedas siquiera pensar en advertirle, Rubio desenfunda a la velocidad del rayo y le mete una bala entre ceja y ceja sin ni siquiera mirarle.El característico sonido del disparo del revolver enmudece al local entero como si hubiese sucedido algo insólito y hasta la banda deja de tocar. Luego la mujer abraza al cadáver y llama asesino a Rubio, lo que atrae la atención de varios guardias de seguridad que van hacia él.

Pegué una voltereta hacia atrás mientras cogía la botella de whisky y le di un trago. Mi pistola nueva me miraba y me tentaba todo el rato, un picorcilo me entró en la mano y sin saber como, si la había desenfundado yo o no, la eagle escondía su empuñadura detrás de mis dedos pidiendo el calor del fuego.

Disparar al bulto hubiese sido demasiado, así que pegué dos tiros contra el techo mientras les gritaba a los matones:

-¡A QUIEN SE ACERQUE MAS DE DOS PASOS LO DEJO COMO UN COLADOR!

Miro a la squaw sobresaltado. Una cara me viene a la mente inmediatamente.

"El Rubio..."