Espero que entendáis la clase de esperanzas habéis dado a ese hombre, si le falláis sufrirá el doble, y jamás os lo perdonará. - Os dice el camarero una vez han salido los hombres del establecimiento. Tras eso empieza a sacar de detrás de la barra platos y cubiertos para serviros la comida.
Si si si, nada pasará. Salvaremos esta villa. No hay nada que no podamos hacer. dice sonriente y confiada hasta la médula, tal vez la chica sufría de algún delirio que le hacia creer en sus propias fantasía, al punto, que aunque fueran mentiras, ella las concebía en su mente como algo real.
Ha veer, no es tiempo de caras largas. Ya verán como todo esto se soluciona, pero ahora... A lo que venmos. Sirvanos ya ese estofado o sino mis tripas se enfadarán y créame, no querrá que eso pase. ahora su rostro se tornaba muy serio, así que aquello pareció mas una amenaza que una broma, aunque los demostrados cambios de humor de Lara, ponían en duda cualquier actuación que pareciera ser algo serio.
No puedo más que taparme la cara con mi mano al ver la inmensa falta de tacto del elfo para con aquel aldeano.
- Disculpe nuevamente a mi compañero, es tan malo para hablar como lo es para reconocer a un demonio. - si tuviese pupilas Arannis podría haber notado la intención de reproche que tendrían hacia su persona. - Pero antes de que se vaya me gustaría hacerle una última pregunta, si es que no le importa. ¿Por casualidad tiene idea de donde estuvo jugando su hijo al momento de contagiarse? ¿O conoce a la persona que podría haberle transmitido la enfermedad? - le digo en tono calmo y neutral.
No tengo muchas monedas, pero al ver la desnutrición de aquel hombre no puedo más que tratar de ayudarlo. - Camarero, yo no voy a comer, por favor dele la porción que me correspondería a este hombre y dos más. - me vuelvo nuevamente a Darrell - un hombre tiene que tener toda la fuerza posible para hacer frente a los problemas que se le ponen al frente.
Una vez termino con Darrell me vuelvo hacia mis compañeros, principalmente hacia el elfo.
- Por Tiamat, ¿es que no sabes tratar a alguien que tiene problemas? ¿Los demonios te han golpeado tanto la cabeza como para que no tengas tacto en estas situaciones? - mi estómago seguía con hambre, pero la situación parecía más desesperante de lo que había supuesto en un principio. - Kildrak, si quieres ir en este preciso momento al templo te acompaño, el hambre se me ha ido de momento.
Por un lado entiendo la ira de aquel hombre, pero por otro lado lo único que muestra con sus actos es debilidad. He visto mucha gente darse por vencida ante muchas situaciones y no acabar logrando aquello que deseaban... pero también he visto a mucha otra gente continuar peleando y al final haber sido capaces de lograr su objetivo.
Ante el reproche de Kilqiroth me doy la vuelta y le hablo seriamente -Puede que haya hecho todo lo imaginable para ayudar a su hijo, pero darse por vencido cuando aún sigue vivo es tirar por la borda las pocas esperanzas que aún le quedan y tal vez las oportunidades que aparezcan para salvarle. ¿Y si en el tiempo en el que ese hombre está aquí borracho se ha dado la oportunidad de curar la enfermedad de su hijo y el la ha desaprovechado o ni siquiera se ha dado cuenta de ello? ¿Que pensarías entonces?- (hago una pausa) -Mira, entiendo su dolor, y no voy a reprocharle nada y ni por ello voy a dejar de ayudarle cuanto pueda... pero odio que la gente mande a la basura su vida cuando aún pueden aparecer opciones con las que arreglarla.- le termino diciendo
Vuelvo a darme la vuelta y me dirijo a la mesa para tomar asiento. No me siento enfadado ni nada parecido, ni por el comentario de Kilqiroth (el cual obvio completamente) ni por el cabreo de aquel tipo. Simplemente quiero tomar mi comida y dirigirme al templo cuanto antes para hablar con la sacerdotisa y que nos cuente que está ocurriendo.
Por desgracia no sé que responderle, mi hijo jugaba y tenía contacto más o menos con las mismas personas que el resto de niños... y sin embargo ha tenido que tocarle justo a él.
Le agradezco su ayuda... señor - Has notado el momento de duda entre sus palabras - Aceptaré su oferta y esta noche vendré a por algo caliente para dar de comer a mi hijo antes de acostarse, suponiendo que pueda comer aún.
[Respondiendo a la parte del post de Kilqiroth que ocurre antes de que salga el hombre]
Mientras continuáis con vuestra conversación el camarero aparece ya con la comida que habíais solicitado. Pone un plato de aspecto bastante apetecible, y con aún mejor olor delante de cada uno de vosotros... incluido Kilqiroth al que le dice - Este corre de la casa señor. - Lo dice con un tono muy serio - Como usted mismo ha dicho hace unos instantes: "un hombre tiene que tener toda la fuerza posible para hacer frente a los problemas que se le ponen al frente."
Perdonen por la interrupción - Dice mientras se aleja de nuevo hacia la barra.
-Kilqirtoh, ya nos han servido, comamos rápidamente y vayamos cuanto antes al templo -comienzo a meterme cucharada tras cucharada en la boca y, tras unos momentos, vuelvo a hablar-. Lo que ha dicho el camarero es cierto. Hemos prometido al padre de un hijo moribundo que haremos todo lo que esté en nuestra mano por ayudar. Si esto se trata de una mera enfermedad, poco podremos hacer pero... esos rumores de los que hablaban... brujería, maldiciones... De resultar ciertos quiero que sepáis que llegaré a donde haga falta para desentrañar la situación y acabar con la causa de esta enfermedad.
Miro durante unos segundos a los ojos a cada uno de mis compañeros mientras hablo. No les conozco de mucho pero parecen de fiar. Espero poder contar con ellos. Deben saber que nunca falto a mi palabra. Debemos ayudar a esta gente cueste lo que cueste.
Tras probar un poco la comida me doy cuenta de que el sabor hace perfectamente honor al aroma y a la deliciosa pinta que tiene esta. -Mmmmm, esta comida está deliciosa- digo mientras la saboreo con todo el gusto del mundo. Tal vez sea que con el hambre que tenía me sepa a dioses esta comida, pero lo dudo mucho.
-Yo estoy contigo Kildrak, siempre es buen momento para vivir una aventura y si se puede echar una mano a la gente de este mundo mejor que mejor. Además, ya nos han invitado a una deliciosa comida con lo que les debemos una a las gentes de este pueblo- digo sonriendo con optimismo -Apuremos este manjar y este vino y pongámonos en marcha- termino de hablarles para dar cuenta de mi plato y apurarlo.
Lara atiende con los ojos cerrados el delicioso olor que se aproxima a ella. Ya cuando el plata esta en la mesa, hace una pausa para contemplarlo y se olvida de cualquier otra cosa a su alrededor. No escuchaba las palabras del mesero, ni tampoco el de sus compañeros, solo existía la comida y ella. Tomó los cubiertos y pareció prepararse para lo que sería un ataque y a continuación, dio unas rápidas estocadas contra el estafado E-stoo esta de-liciiosoo dice entrecortando sus palabras con el masticar de la comida. Se olvido de los cubiertos y tomó el plato con sus manos para rematar lo que quedaba, tragandolo.
Finalmente, limpió su boca con la manga de su camisa y miró al resto de los presentes quienes estaban aun por medio terminar sus comidas Y bien... Se piensan quedar todo el día ahí!? Vamos muevanse! Tenemos una villa que salvar. No les perdonaré si mi reputación empieza a disminuir por tardarme comiendo. sentencia para apresurar a sus camaradas.
Según termino de degustar mi plato, me recuesto en mi silla llevándome las manos al estómago. -Si, realmente delicioso.- digo mientras cierro los ojos por unos momentos y me concentro en la sensación de placer que siento, debido al hambre que tenía antes de comer y lo a gusto que me ha dejado el plato.
Es hora de ponerse en marcha, a si que me levanto de la mesa y ánimo a mis compañeros a que se apresuren. -Venga, será mejor que nos pongamos en camino, supongo que ninguno queremos que se nos haga más tarde.- les digo, y acto seguido comienzo a caminar hacía la salida de la taberna.
He presupuesto que en este punto todos hemos terminado de comer, de ahí que me haya levantado.
- Gracias - es lo único que le digo al camarero, ya que el gesto me ha tomado por sorpresa. No estoy muy habituado a que sean amables conmigo, acostumbrarse a ser grande y que te arrojen cosas o quieran cortarte el cuello hacía que este tipo de situaciones no sepa manejarlas correctamente.
La comida esta deliciosa, aunque el vino no es de mi agrado, por lo que tomo un sorbo, lo dejo y continuo con agua.
Una vez finalizadas las discusiones y la comida también tiendo a levantarme, me acerco al camarero y le pago por la comida.
- Cualquier novedad que tenga o información que escuche estaríamos muy agradecidos que nos la haga saber. No puedo prometer que vamos a solucionar este problema, pero si que vamos a poner nuestro mejor empeño y esfuerzo, y para ello también necesitamos la ayuda de la ciudad y su gente.
Dicho eso comienzo a dirigirme a la puerta para ir al templo.
Al igual que mis compañeros, me levanto tras degustar esta buena comida y pago al camarero, agradeciéndole efusivamente por el trato. Aprovecho para preguntarle si el edificio grande que se divisiaba al final de la calle es el templo al cual nos dirijimos. No pretendo perder ni un sólo minuto dando vueltas buscando nuestro objetivo.
Si descubro cualquier cosa se lo haré saber a Cirthana para que os lo diga.
Si, seguid la avenida, no tiene pérdida.
Cuando estáis saliendo por la puerta escucháis como dice lacónicamente - Mucha suerte a todos.
Gracias.
[ Pasado el mediodía, Día 3 de Tarsakh ]
Avanzáis por la avenida principal, el barullo de la gente paseando, hablando, comerciando y moviéndose de un lado a otro es ahora mucho más evidente tras el silencio del interior de la taberna.
En unos pocos minutos os encontráis ya frente al edificio que estabais buscando. Este destaca claramente entre todos los demás edificios de la zona, su tamaño y altura son muy superiores a los de cualquiera de los edificios cercanos y a diferencia de los demás está hecho de piedra, una piedra bastante clara que le hace destacar aún más entre la madera oscura de la que están hechos el resto de edificios. A pesar de todo esto, todos los que alguna vez hayáis visitado alguna gran ciudad sabéis que allí no sería mas que un modesto templo.
Cuando llegáis a los portones que dan acceso al templo veis que están medio abiertos, no escucháis ningún ruido pero veis claridad en el interior.
Sin mediar tiempo para apreciar en su totalidad la arquitectura del edificio, comienzo a caminar hacia las puertas y las empujo lo suficiente como para poder pasar por las mismas hacia el interior. Al no ver a nadie haciendo guardia no veo la necesidad de hablar o presentarme antes de ingresar. Supongo que adentro habrá alguien para hacer todo eso.
Camino al lado de Kilqiroth en dirección al templo y traspasamos sus puertas. Estoy ansioso por hablar con Cirthana y averiguar todo lo que podamos sobre esta misteriosa enfermedad.
Abrís un poco más las puertas del tempo y pasáis.
Estáis en una estancia que ocupa casi la totalidad de la planta del edificio, o eso calculáis. Lo primero que llama la atención al entrar es un gran altar al fondo de la sala, y varios metros por encima suya una vidriera donde se ve representado lo que, aquellos con conocimiento de religión interpretáis como el símbolo de Torm.
La sala está repleta de filas de bancos formando tres grandes pasillos, uno central y dos pegados a las paredes laterales del templo.
Notáis un ligero olor a plantas aromáticas en el ambiente.
No sabéis si por el silencio, por la forma en que entra la luz por los ventanales y las vidrieras, por las blancas paredes o por el conjunto de todo, pero este lugar os transmite una sensación de paz y tranquilidad.
No veis a nadie, aunque veis que en uno de los laterales, de forma disimulada por la decoración hay una puerta.
-Vaya, no está nada mal el templo.- dije mientras recorría con la vista el lugar intentando apreciar la arquitectura y los adornos. Parece ser que el pueblo, aunque se encuentre un poco apartado, tiene grandes riquezas, si no no me explico como pueden tener una estructura de este estilo.
A primera vista no parece que haya nadie en el lugar por lo que sin llegar a alzar al voz de forma abusiva pregunto para que se me oiga: -¿Hola? ¿Hay alguien?-. El sonido hace eco en las paredes del lugar por lo que seguramente si hubiera alguien tendría que haberme oído.
Mientras espero a que alguien aparezca, doy una vuelta por el lugar para entretenerme.
Al ver que el elfo me gana de mano al preguntar si hay alguien, me dirijo hacia uno de los grandes bancos y me siento. Aprovechando y disfrutando esa sensación de paz que fluye a traves de mi cuerpo.
Uno no podía decir cuando podría recibir una sensación similar nuevamente. Así que cierro mis ojos y me dejo llevar. En silencio y entrando en un estado de meditación.
Por primera vez me saco la capucha, dando a conocer completamente mi cabeza con escamas y algunas puas que refuljen y reflejan la luz del templo por el color plateado de las mismas.
Lara entró en ultima al templo, se había quedado imaginando que tipo de mujer podría ser la sacerdotisa. Sin duda debía ser una mujer muy rara. Vivir en un templo? Que aburrido debía ser eso. Al entrar notó una sensación muy agradable y tranquilizante. Paz interior... No, eso no era para Lara, Creo que no te escucharon. tomo un profundo respiro y llenó sus pulmones de aire HAY ALGUIEN AQUÍ!! espetó aquella pregunta con todas sus fuerzas.