Partida Rol por web

-Muchísimas gracias por su hospitalidad.- digo mostrando una amplia sonrisa a la sacerdotisa -Haremos todo lo posible por descubrir que es lo que está sucediendo y sobre todo por salvar a esa pobre gente.- termino diciendo.

Me dirijo hacia el resto del grupo (excepto Kilqiroth que ya se está dirigiendo hacia la salida del templo) -Bueno, yo creo que no tengo mucho mas que decir, así que si no os importa acompañaré a Kilqiroth a la salida y os esperaré fuera con el. Intentad no demoraros mucho ya que creo tenemos mucho trabajo por hacer.-

Acto seguido comienzo a andar hacía la salida siguiendo los pasos de Kilqiroth.

-Biieeen...- responde entre dientes, a Lara, esa forma de ser de la sacerdotisa, le parecía molesta -¿Acaso no puede ser franca y decir que en verdad seriamos una molestia? o en realidad, ¿Su hospitalidad es completamente honesta?- sus pensamiento empezaron a cuestionarse sobre la verdadera naturaleza de aquella mujer -Pero de que se calla muchas cosas, se las calla- resuelve finalmente en su cabeza y empieza a marchar hacia la puerta. -Que esperas para salir, una invitación?- le espeta al enano. -Bueno, movamonos de aquí, tanta tranquilidad me impacienta.- dice poniendose al frente de la marcha.

Hago un nuevo gesto de respeto hacia la sacerdotisa.

-Muchas gracias de nuevo por su ayuda. Espero sinceramente que podamos ser de ayuda en su pueblo. Prometo que volveré en cuanto tenga novedades y oportunidad para contarle lo que averigüemos. Que Tyr sea con vos.

Dicho esto, me dirijo con mis compañeros hacia la entrada del templo. Sonrío ligeramente a la pícara y le doy una palmadita en la espalda.

-Venga pequeña, no desperdiciemos esa energía. ¡Veamos que nos cuenta esa tal Laurel!

Continuáis vuestro viaje siguiendo la avenida en el mismo sentido que hasta ahora, dirección norte. Tras unos minutos veis una gran cola de gente en la puerta de un establecimiento, hay más de veinte personas esperando para entrar. Parece que este es el lugar que os indicó Cirthana.

El establecimiento tiene dos plantas de alto, en su fachada podéis ver claramente un letrero algo desgastado y de tamaño considerable donde pone "Raices y Remedios". No podéis ver el interior del local a pesar de los grandes ventanales debido a todas las cajas que hay contra las mismas por el interior, así como todo tipo de plantas que crecen escalando por la pared exterior.

En la cola veis todo tipo de gente, padres con niños quejándose, gente a punto de llorar, algunos con ropas adineradas, otros con ropas muy sencillas, la mayoría humanos, pero también hay dos hobbits y un elfo.

-A que viene eso?- cuestiona, mientras entre cierra los ojos y clava su mirada en su compañero enano. A Lara la trataban como una niñata, pero ya verían ellos cuando las cosas se pusieran feas.

El grupo siguió su camino y Lara se esforzó por llevar el paso y estar al frente. -Lo que nos faltaba, ahora tenemos que esperar en esta fila?- examinó por un momento aquienes estaban a las afueras de la tienda y notó un par de personas que parecían tener buen dinero en sus bolsillos, casi sin pensarlo se acercó a donde estaban, si estuviera con alguno de sus compañeros de calle seguramente se hubieran ideado alguna treta para urgar en sus pertenencias o ganar algunas monedas en limosna, pero ahora las circunstancias eran diferente, cuando estuvo frente aquellas personas solo le resto improvisar para que no notaran su intención de primera -Esto... Disculpen, a que viene toda esta fila?- pregunta con cierta ingenuidad, ahora esta en plan de niña buena.

Ves como varias personas os miran, y se recolocan ligeramente dejando claro que no van a dejaros colaros. Uno de ellos te contesta - ¡¡Si alguien tiene algún remedio para prevenir o curar esta enfermedad esa es Laurel por supuesto!!

Al ver la inmensa fila que hay, me posiciono en el último lugar, sin intención de querer adelantarme. Que mejor momento para obtener información sobre este "remedio" que están vendiendo. Seguramente escucharemos bastante como para no llegar frente a la mujer y no saber bien que preguntarle.

Al escuchar al desconocido le respondo:

- Si, me han comentado que es una cura muy buena. Somos recién llegados y nos han recomendado venir aquí, no queremos contagiarnos y es mejor estar prevenidos. ¿no cree? - digo como para iniciar algún tipo de conversación. 

Veis como varias personas asienten ante las palabras de Kilqiroth. Una de esas personas, una mujer con ropas de mucha más calidad que las de el resto de gente en la cola responde - Toda precaución es poca. No entiendo como hay padres que no vienen a por algún remedio para sus hijos. - Un hombre mayor, a su lado asiente con la cabeza y dice - Por supuesto señora Sharleen.

Siguiendo la conversación con la gente que ha acudido a mi intento de interacción continuo tratando de obtener información.

- Ahora, disculpenme ustedes, pero somos nuevos en la ciudad. Solo sabemos que hay una enfermedad dando vueltas. ¿Podría alguno de ustedes ser tan amable de explicarnos de que estamos siendo precavidos exactamente? Si es que me lo permiten preguntar claro está. No tengo muy buena visión como podrán apreciar y no quiero ser grosero si me topo con alguien que padezca este sufrimiento del que me han hablado - digo mostrando mis blancos ojos a la gente que me rodea.

Al llegar a la fila que espera pacientemente a la entrada del establecimiento, me posiciono al lado de Kilqiroth justo al final. Cuando comienzan a hablar, miro atentamente a las personas de la cola, escuchando lo que dicen. Al mismo tiempo, trato de divisar algo tras los cristales del establecimiento, sin mucho éxito.

Entonces Kilqiroth hace un mención a algún problema de visión y le miro sorprendido. No sabía que tuviera algún problema... Apenas me lleva unos segundos darme cuenta de que es una treta para tratar de sacarle más información a esta gente. Durante una fracción de segundo varias expresiones cruzan por mi rostro desde la sorpresa hasta la indignación por una mentira tan descarada a gente que posiblemente lo esté pasando mal. Pero tan rápidamente como vienen mis sentimientos se marchan. Si una pequeña mentirijilla nos permite averiguar más rápido que está pasando y cómo podemos ayudar, entonces sin duda merece la pena. Apoyo mi mano sobre el hombro de mi compañero, mostrando un gesto tanto de consuelo como de ligera piedad, a fin de reforzar su engaño.

-De hecho no sé si alguno de nosotros podríamos reconocer a un enfermo si le viésemos. Agradeceríamos cualquier información sobre este mal, toda precaución es poca... -rápidamente hago un barrido con la mirada por la gente mostrando clara preocupación - Por favor, no queremos ofender a nadie. Cualquier afrenta que podamos hacer es fruto del más puro desconocimiento.

Al llegar al local de la curandera me sorprendió encontrar tal cantidad de gente haciendo cola. Seguramente fuera para comprar alguno de los remedios milagrosos que esta vendía. Sinceramente, esto no me gustaba nada. Aparece una enfermedad en un pueblo y justamente alguien surge con una cura milagrosa o algo parecido, la pone a un buen precio y todo el mundo la compra. He vivido demasiado y visto demasiado como no sospechar de ello.

-Parece ser que la gente está realmente emocionada con la curandera- digo a mis compañeros mientras nos colocamos en la fila para esperar a que llegue nuestro turno. -Sinceramente, creo que no es un buen momento para hablar con la curandera. No me fío mucho de ella y si estoy en lo cierto, no le va a hacer mucha gracia que cuatro forasteros vengan haciendo preguntas. Y hay demasiada gente fuera y como podéis ver, la tienen mucha simpatía.- 

No necesito hablar mucho con la gente que hace cola para poder comprar el milagroso remedio. Mis compañeros se están encargando de sacar información a los lugareños con lo que me puedo simplemente quedar observando y prestando atención a las conversaciones de la gente y la actitud de estos. Todos parecen estar muy contentos con la tal Laurel, me pregunto si tan milagroso es su remedio como para congregar a tanta gente. En esos momentos recuerdo al hombre que conocimos en el bar y al barquero que nos trajo hasta el pueblo. Su hijo y su sobrino están enfermos y dicen que no hay cura con lo que me huelo que el remedio que vende es más una mentira que otra cosa. 

Aquellas personas a las que Lara se había acercado, parecían realmente convencidas de que encontrarían una cura en aquel lugar. En eso habló una señora que mostraba algo mas de riqueza y prestigio que el resto, sin duda, una buena cliente a la que la presunta curandera le podía sacar buena lana. En realidad parecía estarle yendo muy bien a la tal Laurel, algo de envidia se le coló a la emotividad de la pícara, -Y si mejor... Tratara de hacerle competencia?- pensó a modo de que parecía ser un buen negocio.

Aquella señora comenzó a hablar, luego de que el dragonborn echara una buena mentirilla, Lara trató de disimular la mas que pudo, pero al final salió una media sonrisa. Kilqiroth, continuó tratando de conseguir información mas detallada sobre la enfermedad y ahora tenía al enano como cómplice. En otros momentos ella misma se hubiera sumado a la trama haciendo que la cuestión pareciera realmente trágica y despertar la lastima de todos, pero algo mas le tenia mente ocupada, en tratar de aprovechar esta situación, al mismo tiempo en el que podía ser una súper heroína.

¡¡Por Torm!! - Exclaman varias personas al ver tus ojos. - Las reacciones que se suceden son variopintas, hay quien se aleja con cierto miedo, hay quien pone cara de lástima y en el rostro de alguna persona se ve claramente rechazo.

Pase delante mía por favor - Te dice una de las personas que estaba a la cola. Alguna persona parece tentada de protestar pero finalmente no dice nada.

El hombre que hace un momento estuvo a punto de saltar hacia vosotros (concretamente hacia la tal Sharleen) dice - No creo que ninguno de tengamos ni idea de lo que pasa, lo que si sabemos es que la enfermedad apareció, infectó a bastante gente, y como vino se fue. Lo que si está claro es que no ha afectado a todos por igual - Dice mirando claramente a la tal Sharleen.

- En algunos barrios casi no ha habido infecciones, es el los barrios más pobres donde la enfermedad se ha cobrado mas víctimas... y es en dichos barrios donde siguen quedando aún la mayor parte de infectados.

- No es que sea de mucha utilidad a estas alturas, pero si quieren saber si alguien está infectado desde hace días solo tendrán que ver un escupitajo suyo. Si es más negro que el carbón es que está infectado.

La mujer que antes le sujetó ha permanecido agarrada a él durante todo el tiempo.

Frunzo el entrecejo al oir eso de que es entre los pobres donde la enfermedad más se ha ensañado. Cuánto más sé de toda esta historia, menos me gusta y más seguro estoy de que algo poco natural está detrás. Alterno varias veces la mirada entre la mujer rica y el hombre que ha hablado antes y que reaccionó ante ella. Finalmente, le miro a él mientras pregunto:

-Y díganme, ¿cómo de efectiva es la cura que venden aquí? Nada más llegar nos recomendaron que viniéramos a por ella. Debe de ser un auténtico prodigio.

Ves como el rostro del hombre y de su mujer se vuelven algo sombríos... - Realmente Laurel nunca ha afirmado tener ninguna cura para la enfermedad, únicamente productos para ayudar a prevenirla, pero estamos desesperados y hemos decidido vender casi todo lo que tenemos para probar si es de alguna ayuda.

La gente de alrededor reacciona de distintas formas, algunos con caras de pena, otros con aires de superioridad, otros ni siquiera parecen interesados en la conversación.

Parece que Kilqiroth ha logrado hacer creer al resto que es ciego, realmente inteligente por su parte. Pienso que eso también le podría otorgar una ventaja muy grande en un combate si consigue hacer creer a sus oponentes que es ciego.

Tras ver la escena de aquel hombre que intentó abalanzarse a por la otra señora tras su comentario, se me ocurre que posiblemente el motivo de dicha rabia sea el precio de los remedios. "¿Como puede ser que un padre no compre el remedio para sus hijos? Fácil, no teniendo el dinero con el que permitírselo".

Sin embargo, sin saber el precio de los remedios no puedo llegar a lanzar conclusiones muy rápido, así que decido preguntar a la pareja sobre el precio de los remedios -Y díganme, ¿cual es el costo de dichos remedios? ¿están al alcance de cualquiera?- y ya que he lanzado la pregunta aprovecho seguidamente para formular otra -Otra cosa más, ¿tardó mucho la tal Laurel en aparecer con los remedios desde que comenzó la enfermedad? ¿Cuando empezó a venderlos comenzó esta a disminuir?-

La fila va avanzando poco a poco durante vuestras conversaciones con la gente.

Os responde de nuevo el hombre con el que estabais hablando - No, son caros, muy caros, como acabo de comentar hemos tenido que vender casi todo lo que tenemos para poder comprar alguno de ellos.

- Realmente Laurel no sacó ningún remedio nuevo tras la aparición de la enfermedad, aunque empezó a recomendar uno de los antiguos para ayudar a prevenirla casi desde el principio.

- Los contagios duraron un tiempo bastante reducido, pero no sé quien ha tomado el remedio y quién no, por lo que no sé si tiene algo que ver.

Al escuchar todo lo que se decía, Lara intentó hacerse a una idea de como debían abordar a la curandera. Quedaba claro, que ella no tenía una verdadera cura, todo esto de la enfermedad lo aprovechó para vender sus antiguos y dudosos remedios, con precios que sobre volaban los cielos, habría que agregar. 

Ahora, había que esperar a que todo eso gentío se fuera para poder "hablar con ella", la picara en realidad pensaba en interrogarla seriamente, hacer que soltara todo lo que sabía, sin dar chance a que algo se guardara, pero seguramente sus compañeros le pondrían lío por ello, aunque tal vez habría una forma en la que tanto la curandera, como ellos podrían beneficiarse, aquello tampoco es que le gustara del todo, Lara quería todo el crédito se lo llevara el grupo, pero a falta de información, se necesitaba una que otra ayuda. 

Lara se acerca al resto de sus compañeros y les dice que lo mejor era esperar a que toda la gente se fuera para poder hablar con ella, cosa que si se debía esperar hasta el cierre del local, no habría mas que aguardar hasta ello, aunque tal vez, con algo de suerte, nadie vendría después de ello a hacer fila.