Partida Rol por web

Con una sonrisa en el rostro, como no podía ser de otra forma, le agradezco a Thorin sus palabras.

- Se lo agradecería. Aunque el paso de gente por el Gran Camino del Este es muy grande, poca gente lo cruza en viajes largos, a no ser que sean comerciantes. Los peligros de los caminos son muy grabes como para ignorarlos. La gente no viaja por miedo. Eso hace que el comercio sea caro, que los productos no lleguen en buen estado a los sitios, que no podamos luchar para sobrevivir. EN fin, no quiero aburrirle con monsergas de posadera, pero la vida es dura y cada vez está peor. No se cuanto tiempo aguantaremos con este sueño.

Digo lo último mirando a mis hijas y la cocina. 

- Es todo lo que tenemos.

Mis ojos se ponen rojos, a punto de estallar en lágrimas, pero intento contenerme. Ahora no era momento de pensar en eso. Termino de aplicarle el ungüento a Thorin y me limpio las manos con un trapo.

- Ya he terminado. Puedes descansar, te irá bien para esa herida. 

 Mi gesto no convenció a Goldang que pedía el primer precio por las hierbas. 

No me vi con moral para intentar un segundo regateo. Saqué las monedas que faltaban y se las acerqué al curtido comerciante.

- Está bien Goldang, aquí tiene las monedas. Entienda que para nosotros, viajeros por unas tierras extrañas, pagar ese precio supone un gran esfuerzo.

En mi mente ya veía a Kamghrat poniéndose las manos a la cabeza cuando supiera la cantidad que había pagado por esas hierbas. 

Sonrío, conforme con el negocio, guardo las monedas en mi bolsa de cuero y la vuelvo a amarrar a mi cinto. Luego, saco lo que han comprando y se lo pongo en la mesa.

- Lo tendré en cuenta, Rothrim, lo tendré en cuenta. Para mi también es un gran esfuerzo traer estas cosas desde tan lejos y con tantos peligros a mi alrededor. 

Guardo la compra en mi zurrón. 

- Disculpe una última cuestión, Goldang. ¿Podría indicarnos en qué zonas y terrenos podremos encontrar estos nódulos de Rewk  y la raíz de Vinuk? Sobretodo por los alrededores del camino del Este, ya que posiblemente nos moveremos por aquí durante unos días. Le estaremos muy agradecidos si puede darnos esa información.

El hecho de tener que gastar tantes monedes había nublado mi visión de la negociación hasta este punto. Casi olvido preguntarle por la localización de estas hierbas, y aunque debiera haberlo hecho antes de pagar el precio, esperaba que el comerciante no fuese tan ruin como para no darnos esta información.

Me encojo de hombros enérgicamente.

- Soy un mercader que compro las cosas a expertos en la materia. Yo no he cogido ni fabricado nada de lo que veis. Simplemente, las compro y las vendo por los caminos que mis pies andan. Así que desconozco si por aquí o por allí pudieran encontrarse estas u otras plantas. Lo siento.

Con cierta decepción, acepto las explicaciones del comerciante y me despido cortesmente.

Tratamos con un intermediario sin conocimientos pensando que era alguien más entendido en la materia.

Me retiro a la habitación a reposar y a contar las monedas que me han quedado después de la compra. Aunque es posible que nos sea bien útil, no me siento muy satisfecho del gasto. Si en lugar de unas raíces y unos nódulos, en mi mano ahora tuviese un arco nuevo o una destral arrojadiza nueva, seguro estaría más contento. 

El día terminó con una cena ligera de verduras al calor de la leña y un poco de pescado de río. Una cena nada que ver con la del día anterior. Eso si, acompañado de buena y abundante cerveza, servida sin quejas por los Grumm. Después de la cena, los clientes fueron abandonando la taberna y se fueron a sus habitaciones a descansar. 

     -- Anoche subi un poco mas tarde de lo habitual y gracias que habia preparado mis cosas antes de irme a dormir, pude bajar a tiempo, ya que nos hemos levantado muy pronto, asi que al llegar al comedor miro para ver donde estan mis compañeros, y abriendo la boca me acerco hasta ellos:

   -- Buenos dias compañeros, comeremos algo antes de salir ¿verdad?.

Durante la anterior tarde Kramghrat se había sentido frustrado por no haber conseguido averiguar las viejas canciones que tal vez les llevasen un paso más cerca de encontrar el tesoro, así que se desquitó cortando leña para el horno de los Grumm. Un poco de esfuerzo físico tampoco le vendría mal y le ayudaría a asentar el estomago.

Aquella noche agradeció el pescado y la verduras junto al calor de la chimenea, lo acompañó con algo de cerveza pero esta vez si se moderó para estar en condiciones de partir al alba. Se retiró a descansar refunfuñando antes sus compañeros enanos y recordándole a Rubb que les preparase las provisiones para partir al alba, dándole orden de que les despertará cuando fuera a empezar sus tareas. Bien sabía que la vida del posadero implicaba madrugar para arreglar el salón, arrancar el horno para preparar desayunos y traer agua fresca del pozo para limpiarlo todo. En cierto modo había tenido suerte de conocer a aquella honrada familia, ciertamente no eran de los suyos pero si trabajadores y dedicados a su familia solo por ello merecían sus respetos.

Por fin llegó la hora y Kramghrat se despidió del pobre Kraner quien aún guardaba cama por las altas fiebres, era una lastima marchar sin él pero sabía que lo dejaba en buenas manos. Cogió se pesado arcón, en el cual había estado ordenando sus herramientas la noche anterior, había dejado la mayor parte del dinero en una tabla suelta bajó la cama de Kraner, la cual luego había "reparado" y ocultado con la cama teniendo así a buen recaudo su pequeño botín. Bajó al salón cargando el pesado arcón, para saludar a Bodolf, era bueno ver que él también había madrugado.-Voy al establo para ensillar al pony y repartirle la carga lo mejor posible, enseguida vengo. En cuanto Grumm nos sirva el desayuno cargamos las provisiones y nos vamos.¿Pudisteis conseguir buenas hierbas y algo interesante para el viaje?-al salir fuera el intenso frío acabó de despertarlo, pero no era nada que un enano no pudiera aguantar. La sensación de humedad era muy fuerte por la cercanía del río y todo el paisaje estaba cubierta de escarcha matutina.

Colocó los arreos al pony e intentó equilibrar la carga lo máximo posible para que esta se moviera los menos posible y el animal estuviera cómodo, lo dejo atado por las riendas sin el bozal junto a un fardo de heno seco y un cubo de agua, del cual aprovecho parte para limpiarse la cara. Inspiró fuerte y se golpeó el pecho, a lo lejos el sol empezaba asomarse con timidez y el enano le aguardaba sonriente pues aquel iba a ser un gran viaje. Un grupo de enanos, todos fieles hijos de Durn, marchaban en busca de un viejo tesoro olvidado, que más se podía pedir...

El posadero nos despertó muy temprano, pero yo había descansado bien. Bebí poco esa noche y eso se notaba.

Al cabo de sólo unos segundos, salté de la cama y cogí mis cosas. No llevaba casi equipaje conmigo. Siempre viajaba ligero y con el dinero a buen recaudo, en mi bolsa atada al cinto y ésta dentro de mi calzón sujeta a mi muslo por una tira de cuero.

Grumm iba de un lado para otro como si no hubiese necesitado apenas dormir y no le esperase un largo día en la posada. Tuve ganas de hacer algo por ellos esa mañana y que además ayudaría a acabar de despertarme y ponerme en marcha. Así que fuí a la leñera a cortar troncos para el fuego. El sitio era muy grande con mucha leña dentro apilada según el tipo y el estado. En la parte más próxima a la Posada estaba la leña ya cortada y preparada para el fuego, y ahí al lado de la entrada varias destrales colgadas. Miré su filo y opté por coger la que parecía más afilada. Pesaba bastante y el hecho que la madera que escogí estaba bastante seca también ayudó que los trocos se partieran con realtiva facilidad.

Cuando noté el calor inundarme y la pila de leña cortada adquirió un tamaño respetable, detuve los hachazos y apilé toda la madera cortada en su zona asignada.

Entré a la Posada con muy buen ánimo dispuesto a emprender esta nueva aventura.

- ¡Buenos días a todos!

Bajo al salón de la posada tras recoger mis cosas. Veo que ya están casi todos allí. Pido al posadero me sirva un desayuno contundente.
Bueno hermanos, reponemos fuerzas y partimos sinos parece bien

La mañana ha comenzado movida, los Grumm se mueven de un lado para otro, el olor a comida, humo y humedad, está última procedente del exterior, inundan la taberna. Los únicos levantados a tan temprana hora son los wealli, que desayunan tranquilos en unas mesas cercanas a la barra, antes de que sus jefes bajen. Se respira tranquilidad y un frescor agradable. El invierno está próximo. 

     -- Con cuidado y fijandome si alguien nos mira, le pregunto a Kramghrat:

     -- " Supongo que tu nos guiaras, mas o menos a que distancia suponemos que esta nuestro objetivo..."

Después de repartir la carga sobre el animal le ató dos fanegas de heno y medio saco de algarrobas, no solo para tener comida para su montura sino para ocultar el pesado arcón de ojos indiscretos. No quería atrae los pérfidos deseos de las codiciosas mentes de los salteadores de caminos sobre su grupo, pero esperaba poder traer de vuelta el arcón y los sacos repletos de aquel viejo tesoro.

Una vez el animal estuvo dispuesto le colocó una traba de cuerda entre la pata delantera derecha y la pata trasera izquierda, aquel animal era de cara y no de monta, si en algún momento se asustaba al enano no le interesaba que pudiera salir corriendo a toca velocidad sino que se alejara al paso distanciándose lo menos posible. Tras repasarlo todo varias veces volvió al calor de la posada, donde le esperaban el resto.

-Es una viaje fácil, seguiremos el Viejo Camino del Este hasta llegar al río, eso nos llevará más o menos mediodía. Desde ahí iremos hacia el norte siguiendo el curso del Manantial viejo por la orilla este, la más cercana a la posible entrada del acueducto. Allí reduciremos el ritmo, he pensado tirar una cuerda con un paño atado al fondo del río para que Rothrim vigile el comportamiento de la corriente y si ve algo raro nos avise. Yo iré buscando lugares propicios para tal construcción, así que vos y Thorin deberéis tener los ojos bien abiertos ante posibles amenazas, aunque estaremos relativamente cerca de una de las torres faro y eso debería evitarnos problemas.-Kramghrat habló en un tono más moderado para que le escucharan todos sus hermanos, pero lo hizo en su lengua secreta el khuzdul, evitando así oídos indiscretos aunque en aquellas horas eran casi los únicos clientes despiertos en toda la posada.

Pidió un buen desayuno que devoró con placer y avidez, acompañándolo solo de una pinta, larga por descontado. Esa era una de las mejores maneras de empezar el día, madrugando con algo de trabajo ya sus espaldas y un prometedor viaje por delante.Animo a los demás a que desayunasen bien y se preparasen para el camino que tenían por delante.-Gracias por todo Rubb, espero que nos volvamos a ver en breve. Dejo a Kraner en las sabias manos de su esposa, le he dejado dinero por si fueran necesarios más cuidados. En menos de una semana regresaremos, tenemos un contrato con Dagar. Bajo la cama he escondido un buen pellizco, si en dos meses no he vuelto suyo es.-cogió su parte de las raciones y las empaco con cuidado en la mochila, de la cual colgaban pico, pala y un pequeño cubo de madera bien sujetos para que no se cayeran, ni fueran dando bandazos haciendo ruido. Tanto la comida como su odre siempre iban con él, si el pony escapada quería tener la certeza de que no moriría de hambre ni sed.

Se despidió fugazmente del posadero y de Matholuich si le veía en el salón para dirigirse fuera a recoger a su animal, esperando al resto para partir hacia el este mientras le ajustaba el bocado y la brida al animal.

Una vez reunidos todos en la parte inferior de la posada decidimos salir en la dirección pactada para comenzar nuestra aventura.
Hermanos coger todas las cosas, no dejéis nada que nos pueda servir

El amanecer del día es oscuro. Unas nubes blancas cubren el cielo y aunque no amenazan lluvia, el olor a humedad del río y del bosque es más intenso que otros días atrás. Un aire fresco, propio de esta estación, remueve las hojas de los árboles y las flores y los arbustos. El camino está silencioso y camináis por él como si fuese una propiedad privada y cuyos dueños sois vosotros. Avanzáis rápido y de forma decidida a vuestro destino. 

Poco antes de llegar al medio día, os encontráis a lo lejos del camino, a un grupo de 2 hombres con un mulo, caminando hacia vuestra dirección. Ambos parecen llevar capucha y roja verde oscura, y el mulo parece cargado de leña.

Kramghrat se retrasó ligeramente simulando que el pony se había parado y no quería andar mientras se detenía cerca de la vereda izquierda del camino se dirigió en voz baja a sus hermanos en khuzdul.-¿Alguien sabe que significan esos colores en la capucha?¿Algún clan alguna tribu o algo así?Estad atentos a ver que quieren, no se si serán contrabandistas o algo así pero acabo de ver a tres norteños alejándose por el lado derecho del camino, todavía no nos han visto pero no se que demonios tramarán. Veamos quienes son esos dos y luego escondamonos en el margen izquierdo a ver que demonios sucede, si los montañeses atacan cuantos más seamos mejor.-alzó la mano para dejarse ver por aquellos tipos, esperándoles con calma para intercambiar nuevas en el camino. Tal vez aquellos dos ni siquiera se hubieran dado cuenta de que los estaban observando.

Esperó a tenerlos a su altura del camino para saludarlos levemente y acercarse tras haber atado el pony a un árbol, habiendo dejado su mochila en el suelo.-Buenas señores¿alguna nueva en los caminos?me ha llamado la atención el color de las capuchas¿son los colores del algún clan de la zona?tal vez puedan contarnos algunas noticias de Tirthon, si es que vienen de allí.-hizo un gesto ofreciéndoles vino de su bota.

     -- Una vez escucho las palabras de Kramghrat, espero hasta que uno de mis compañeros mas avezados en el trato con humanos hable con ellos, mientras me fijo si el camino tiene marcas de ser muy transitado, algo asi como huellas de carros desperdicios de animales y ese tipo de cosas, mientras contesto:

   -- Durante mis viajes no he visto a nadie especial ni con esa ropa ni con esos colores, Kramghrat.