Partida Rol por web

Tras mucho tirar y empujar, Garumn consigue mover el tronco con la ayuda de Dornest. Al otro lado hay una gran habitación que una vez fueron dos habitaciones más pequeñas pero que el muro central ha sido eliminado y los escombros limpiados. Muchos chismes de madera están esparcidos por la sala, sin usar y con necesidad de reparlos. Colgando de los muros y los escritorios hay varios sombríos trofeos: una cola de centauro, dos cabezas de spriggan disecadas y los cadáveres de grigs presevados que flotan en frascos de salmuera. Una escalera de hierro bastante oxidada sciende a través de una trampilla en la esquina nordeste.

¿Qué hacemos con todo esto? Igual nos dan unos cuantos oros por estas cosas comento alzando las cejas mientras miro a Hargrimm. A pesar de no tratarse de piedras preciosas, quizás supiera su valor aproximado.

Acto seguido, comienzo a dar una vuelta por la habitación y ¿qué me decís de esta habitación? No parece que tenga salida por ningún lado, y sin embargo, por algún lado tiene que estar ese tipo, ¿no?

-¿Que no te ves o qué?--se mofa el guerrero del hacha de guerra enana de su compañero--Esa escalera de hierro debe llevar a alguna parte, ¿no? Aunque no sé si soportará tu peso, la verdad. Últimamente has relajado la dieta.

Incluso aunque así fuera, encuentro bastante perturbador andar vendiendo restos de seres inteligentes. No somos nigromantes, amigo...

Al oír a Garumm miro hacia la esquina y me doy cuenta de la pequeña escalera que asciende, por lo que frunzo el ceño, vuelvo a mirar a Garumm, como si hubiera sido él quien hubiera hecho aparecer esa escalera, ante de volver a mirar la escalera. De repente, suelto una tremenda carcajada, inclinándome hacia atrás y Llevandome las manos a la barriga, me doblo hacia delante, hasta que habla Markus. En ese momento, paro de reír para incorporarme nuevamente, un tanto avergonzado, bajando la mirada

Brrr, tienes razón, será mejor destruir toda esta porqueria después de acabar con ese que hemos venido a buscar.

¡No tan rápido!-Dice el pícaro poniendo las manos entre medias- Dejad que le eche un vistazo. Si vale dinero y alguno no queréis vuestra parte por ser partes de seres inteligentes yo me la quedaré gustoso...

Dice con la voraz mirada que se le enciende cuando habla de dinero.

Los cachivaches de madera han estado mucho tiempo descuidados y la humedad del pantano no ha hecho ningún favor.

Viendo que el resto parece dudar sobre la seguridad de la escalera, lanzo un bufido ya voy yo, ya comento refunfuñando mientras me acerco a la escalera de metal.

Una vez allí, me enrollo la cadena sobre el cuello y, con ambas manos comienzo a tirar fuerte, probando primero solo con los brazos. Posteriormente, pongo un pie y repito la operación hasta que, finalmente, una vez que parece que no se va a caer, comienzo a subir en completo silencio.

Divertido ante la opción de no ser el primero por una vez, Hargrim deja que Dornest avance, aunque lo sigue en sigilo con la espada corta desenvainada. El Sombrío podría ir directo hacia alguna trampa, por lo que le toca en el hombro para que se haga a un lado y toma él la delantera.

La trampilla no tiene ningún tipo de trampa.

Hargrim abre la trampilla tratandod e no hacer ningún ruido y echa un vistazo a lo que hay arriba.