Partida Rol por web

Al llegar la ciudad esta  recién terminada de construir, aun quedan algunas herramientas tiradas por el suelo, trozos de tubos de metal, o partes de alguna estructura que posiblemente sobrara, pero... ¿en que parte de esta Xanthe?

Xanthe está en una pequeña explanada, donde solo se ven unas rendijas en las cuales pone visiblemente con un cartel "Camino al castillo, precaución" Y si miraba hacia delante, podía ver el inmenso castillo elevándose, las torres eran extrañas casi se torcían o eran exageradamente grandes, pero tenía el aire de un castillo, para llegar a él, debía recorrer un camino que subía de un extraño color azulado, podría pensar que era pintado pero no, la pierda del lugar era así.

(sería algo así, pero con un camino normal y la verja que tiene el aviso)

Detrás de ella se elevaban unas escaleras que parecían llevar a una ciudad, se veían las casas y se oía el sonido de la gente hablar, no se sabía aún como reaccionaría la gente al ver a un incorpóreo, aunque, la toga es lo único que la delata.

Siguió el camino tranquilamente, no tenía por qué visitar la ciudad, las órdenes no eran esas.

Dejando la oscuridad que le había llevado hasta bastión hueco y a muchos otros mundos, Artax llego al interior del castillo ya que recordaba muy bien donde era, las salas seguían arrasadas, destrozadas por el paso del tiempo y las numerosas batallas que hubieron en ese lugar, un olor a humedad y escombros impregnaba el aire e incluso algunos muebles permanecían intactos, sucios y carcomidos, una escena que dejaba mucho que desear de ese castillo.

El frío era notable y las ordenes de Artax claras, saber lo que pudiera de la vuelta de los Sin-corazón. Pero la suerte o estaba de su lado, un grupo de pequeños Sin-corazones aparecieron en la misma sala mientras se movían encogidos mirándolo detenidamente con sus ojos amarillos e inexpresivos estaban fijos en él, primero uno, luego otro y así aparecieron 5 mientras una voz penetraba en su mente.

-"Habéis tardado demasiado en venir, ya nos hemos asentado aquí, iros o sera peor para vosotros"

El camino era tranquilo, escombros y algunas maquinas abandonadas pero nada en especial, pero entonces una voz penetro en tu cabeza, una voz sombría y parecía que masculina.

-"Habéis tardado demasiado en venir, ya nos hemos asentado aquí, iros o sera pero para vosotros"

En ese instante unos Sin-corazones aparecieron en el suelo, mirando a Xanthe con sus ojos vacíos y amarillentos, preparándose para luchar

El incorpóreo no perdió el tiempo en admirar las deplorables condiciones en las que se encontraban las dependencias de la fortaleza. Una vez sus pies tocaron el desgastado embaldosado que cubría el suelo, inicio la marcha hacia el área más inhóspita del castillo. Desde allí podría acceder a la biblioteca, si es que aún se mantenía en pie, habitación cercana a la sala de audiencias del castillo. Trató de percibir algún tipo de distorsión energética en el ambiente para comprobar si los sincorazones habían logrado hacerse con el castillo.

Sin embargo, sus pasos se vieron interrumpidos por la irrupción de cinco Sombras, la especie más común entre los devoradores de corazones, que le cortaron el paso.- "¿Quién lo dice?" - correspondió, indiferente, a la amenaza proferida por aquella voz misteriosa. Un tenue destello oscuro en su zurda precedió la aparición de Lamento de Escarcha. Hoja y portador parecían compartir la misma sed por acabar con la patética existencia de aquellas criaturas. El acero vibraba, expectante a las órdenes de Artax, mientras una media sonrisa aparecía en unos labios bajo el amparo de las tinieblas.

- Punzón glacial.- susurró al mismo tiempo que embestía con furia contra el primero de los sincorazón que se le pusiera por delante, tratando de atravesar o hacer volar por los aires a tantos como fuese posible.

-¿Habéis? ¿¿Cómo ...?-hasta donde ella sabía estaba sola... hasta que notó la presencia de Artax, gélida e impersonal. Mantenía las distancias con respecto a ella.

Menudo trabajo en equipo me espera.

-Vale, estoy buscando un sitio donde veranear, asique más os vale ir ahuecando el ala-echó mano a la espalda como descolgándose el arco, el cual se materializó entre una niebla oscura que empezó a escurrirse entre sus manos hasta tomar la forma del arma.- No lo voy a repetir.-dijo disparando sin ningún miramiento a uno de los sincorazón.

-¡¡QUE OS QUITEIS DE EN MEDIO!!-exigió cerrando el puño en torno a lo que sería la cuerda. Entre los nudillos se filtró más energía que se ramificaba creando multitud de proyectiles, liberándolos contra los sincorazón mientras avanzaba.

Una vez comprobó que la presencia de sincorazones fue errádicada momentáneamente del lugar, Artax hizo desaparecer a Lamento de Escarcha en el mismo resplandor sombrío del que había emergido. Nada pudieron hacer las cinco Sombras contra el hambriento filo de la espada y de la mano que la guiaba con maestría, desvaneciéndose en multitud de esquirlas sombrías poco después de que el frío acero hiciese contacto en sus pequeños cuerpecitos.

El incorpóreo continuó con su marcha sin perder un instante. Era consciente de que a medida de que se adentrase más en el castillo, mayores peligros le aguardarían. Pero las órdenes eran órdenes, y mientras el líder de la Organización cumpliese con su palabra, él no sería quién las cuestionara. La misión no había tardado en servirle el entrante, y a cada paso que daba podía sentir como se acercaba al plato principal. Deshaciéndose de pensamientos que podían hacerle perder la concentración, se centró en observar detenidamente a su alrededor mientras sus pasos le conducían cada vez más a las profundidades del bastión.

Sentías esa presencia, no sabías si sería plato principal, pero era algo tremendo, un poder que asía que cualquier simplón huyera despavorido. Las salas eran como la anterior, destrozadas y deterioradas, nada parecía raro... o eso parecía, el camino se torcía a una habitación cerrada en la que una voz te llamo la atención.

Artax se aproximó con cautela hacia el portón que cortaba el paso hacia el interior de la habitación. Sentía como un intenso poder emanaba desde dentro, por lo que decidió que la mejor opción sería actuar con cuidado. Avanzando con lentas y silenciosas pisadas se parapetó contra el marco de la puerta más cercano a su posición y puso toda su atención en tratar de captar lo que parecía decirle un murmullo en su interior.

Los sin-corazón no paraban de aparecer y morían ante los ataques de Xanthe uno tras otro, y ya era agotador y estresante, pero en ese justo momento, desaparecieron en la oscuridad dejándola sola y sin ningún rasguño, eran muy débiles, aunque si su cantidad era siempre esa sería muy difícil aguantarlo.

El camino hacía el castillo estaba despejado, aunque no se sabía si aparecerían de nuevo...

-qué pérdida de tiempo... y qué broma más pesada.-dijo chasqueando la lengua siguiendo con su camino, mientras el arco regresaba a la oscuridad mientras abría la mano despacito, sintiendo como se  deshacía entre los dedos.

El camino ocurre sin incidentes y llegas finalmente al castillo, la puerta destrozada da a entender que no han reformado ese castillo y que hace demasiado que nadie va a ella, pero bueno eso no es parte de la misión. El resto o al menos lo que ves del castillo esta igual de estropeado, puede que incluso si andas con poco cuidado algo se te caiga encima.

 Xanthe puede sentir la presencia de algo poderoso, no identifica el que pero si se las viera con él sería complicado salir de ello sin un rasguño y posiblemente con vida, y ya solo le queda esa.

Las apariencias engañaban. Algo en el interior del incorpóreo lo llamaba a adentrarse en esa habitación, a empujar los pesados travesaños de madera cincelada y hacer frente al potente torrente de energía que había creído percibir escasos instantes atrás. No se le escapó que, a pesar del anciano aspecto que presentaba, ninguna muesca o alteración hubiese carcomido parte de su superficie.

Sin embargo, no podía perder el tiempo. Necesitaba reanudar la marcha para encontrar más respuestas que le ayudarán a descifrar aquel enigmático galimatías. Para asegurarse realizó unas muescas en la pared con Lamento de Escarcha para poder orientarse en caso de que precisase reconducir sus pasos de vuelta. Nunca se sabía.

Xanthe se adentró en el polvoriento vestíbulo del Bastión Hueco, caminando apoyando primero  el talón con mucho cuidado y despacio, para no levantar ruido y pasar desapercibida. Sea lo que sea que anda por la zona no necesita pistas auditivas de dónde está ella.

Al pasear ponía toda su atención, alerta para intentar oir algo que delatara lo que fuera que se escondía por la zona... o dónde estaba. 

Los pasillos parecían ir en círculos y el sonido seguía ahí, ademas de la sensación de poder que tanto abrumaba. Entonces Artax llegó a decisión en el camino, subir o bajar, unas escaleras de caracol que lo llevaban a ambos lugares.

Desde abajo podía oír las pisadas o algo parecido, podía ser la madera vieja, arriba, era una oscuridad tremenda, y el sonido era algo mas fuerte... quizás un balcón o una puerta abierta.

El salón principal estaba aún peor, las ruinas del lugar eran un vestigio de lo que fue, derruidas las paredes por las incontables batallas y sucesos, el mobiliario destrozado y hecho añicos.

Para Xanthe había tres caminos, dos puertas una cerrada y la otra rota, y las escaleras que daban a la parte superior, en la cual se escuchaban unos pasos y podía sentir que de ahí procedía esa emanación de poder que tanto la estaba alterando.