Partida Rol por web

Bienvenidos a la Casa de Gryffindor, vuestro valor y coraje es lo que os define. 

Aquí podréis hablar con vuestros compañeros de Casa, tramar estrategias, planes y hablar de lo que queráis ^^

Fui la primera en llegar, algo completamente extraño en mi. Me puse en el centro de la Sala y respiré hondo, puse los brazos en las caderas y sonreí. Al girar sobre mis talones tuve un traspiés y caí sobre uno de los mullidos sofás
Menos mal que aun no hay nadie, que pensarían de una auror que se cae parada pensé para mi misma volviendo a ponerme en pie y dando un paseo por la sala, inspeccionaldolo todo.

Entro en la sala común de la casa con mis papeles en la mano y las gafas un poco caídas en la nariz. Miro alrededor y veo como Tonks se pone de pié rápidamente. Niego desaprobando su actitud.

- Buenos días - saludo - Bienvenidos de nuevo a aquellos que nos dejaron hace tiempo. - miro a Krum - O a los que les han trasladado aquí porque no había más sitio en otros lados - sonrío con sarcasmo y miro buscando a algún alumno más.

Llegó a la Sala Común con un libro frente a sus narices. En la portada se podía leer Libro estándar de hechizos, Séptimo Grado, por Miranda Goshawk. No fue hasta que escuchó un ruido que se percató de que no estaba sola allí. Bajó el libro lentamente y miró a los presentes.

- Oh, buenos días profesora McGonagall. -La miró y luego sus ojos se detuvieron en la metamorfomaga.- Ey, Tonks. -Hizo un leve movimiento de cabeza y se permitió mostrar una pequeña sonrisa. A continuación tomó asiento en el sofá de la Sala Común y posó el libro en su regazo, mientras otro se deslizó desde el interior de la manga de su túnica, lo abrió y metió sus narices en él. Parecía haber cambiado de materia, esta vez su portada rezaba así Defensa esencial contra las Artes Oscuras, por Arsenius Jigger.

Viktor entró en la sala común de Gryffindor; a diferencia del resto de los presentes el era un ajeno, pero estaba seguro de que se alegrarían de tenerlo allí. Con la mirada fue escrutando a los presentes y se acercó hacia Hermione, que estaba leyendo, igual que la primera vez que la había visto en la biblioteca.

-Hola Heerzmiope.-Estaba seguro de que lo había dicho mejor que la ultima vez.- Me alegrro de verrte.-Añadió sonriente.

Entré y me quede en silencio durante algunos momentos mientras observaba a los que estaban presentes en la sala, Cuando Tonks cae sobre uno de los muebles noto como éstos realmente parecen tan cómodos como se ven. La Profesora McGonagall tiene la apariencia de una abuela dulzona a punto de hacer un hechizo para tejer, aunque no precisamente con lana ni hilos, no obstante compruebo rápidamente su mordacidad a causa del ácido comentario. No es algo que Madame Maxime hubiera permitido que un profesor profiriera en Beauxbatons. - Buenos días a todos. -me presento, no quiero parecer descortés continuando con mi silencio en la entrada. Inclino mi cabeza en saludo a la profesora -Somos lo que hay profesora, algunos vinimos pensando que Hogwarts sería más seguro que realizar el viaje de regreso a casa. -tomo asiento en uno de los cómodos sofás y con mucha delicadeza, me cruzo de piernas y coloco un cojín sobre mi regazo, pasando mis dedos por los finos hilos del entramado. - Pero henos aquí, en peligro...

Observo a Hermione y a Viktor, noto como él la mira y reconozco la mirada que tantos otros chicos siempre tienen para conmigo. Sonrío al mirarlos, al menos el amor parece no temer al peligro o convertirse en la fortaleza que finalmente le asestará un golpe mortal a lo inicuo. - Sin embargo, me alegro de estar con ustedes aquí, en la casa con una reputación que supera fronteras y donde es posible al menos estar en paz durante algunos minutos -dejo de hablar y miro con atención a los presentes.

Sirius no se sentía muy seguro de estar a plena luz del día como humano, pero confiaba en la lealtad de su casa, así que entró con paso quedo, tratando de no llamar demasiado la atención y de no espantar a nadie que no conociera la historia tras su encarcelación en Azkaban.

Miró a los presentes y se inclinó para saludar a la profesora McGonagall. - Buenos días, Minerva. Espero que se encuentre bien - le hace una reverencia respetuosa y luego se acerca a Tonks.

- ¿Te has lastimado acaso? Creo que debes tener más cuidado o no querrás que Remus se preocupe - se ríe gentilmente y se sienta cerca a Tonks. Saluda con su cabeza a los presentes. No sabía si sería bien recibido, así que prefiere guardar un poco de silencio.

- Hermione. -Corrigió a Krum a modo de saludo. Su voz no había sonado severa, ni tan siquiera molesta, todo lo contrario, parecía estar disfrutándolo.

Saludó a Fleur cuando esta entró e hizo lo mismo con Sirius, aunque saludó a este con bastante más entusiasmo, pues no esperaba encontrárselo allí. Ahora más que nunca se preguntaba dónde se encontraba Harry. El paradero de Ron por el contrario, era bastante fácil de acertar. La señora Weasley no había dejado que se moviese de su lado. Ni tan siquiera los gemelos habían logrado escapar de ella.

- ¿Está bien que estés aquí? - Se dirigió a Sirius. Tras el inicial entusiasmo, su rostro mostró preocupación. No era un sitio seguro para nadie, eso estaba claro, pero no quería que Sirius pagase las culpas de otros con su propia vida, como casi había ocurrido años atrás.

Sirius sonrió gentilmente a Hermione cuando ésta le hizo una pregunta directamente. Se pone de pie y se dirige hacia ella para decirle mientras toca su hombro - Estoy tan a salvo como Bellatrix y Narcissa, pero no te preocupes. Si algo sucede, siempre hay formas de escabullirse. Además, hay miembros de la orden también con nosotros - palmea su hombro una vez más y luego se dirige a todos.

- Es una extraña reunión. ¿No creen? Muchas personas que, en su sano juicio, Albus no debía haber dejado ingresar al castillo. Aquellos que tuvieron antes lazos con Voldemort son los principales sospechosos y es algo innegable -.

El ingreso del hombre llama mi atención, no recuerdo haberlo visto antes pero su rostro de pronto se me hace algo familiar aunque no recuerdo especialmente de dónde. Su figura delgada, su cabello ondeado que hace juego con la barba revuelta y sus ojos claros, le dan una apariencia algo exótica, salvaje o hasta errabunda por así decirlo. Devuelvo la sonrisa con calidez, al recién llegado y aunque no dice su nombre algunos parecen conocerlo. Me pongo de pie y me acerco extendiendo mis manos al recién llegado- Un gusto conocerlo Señor... -dejo las palabras en el aire durante unos segundos- Siento no saber su nombre, pero sea bienvenido. -digo con amabilidad.

Escucho la conversación que ha surgido - Monsieur Dumbledore es de lo más gentil, debe sentir mucho pesar por la situación en la que hemos quedado todos los que buscábamos refugio o un lugar de paso antes de volver a nuestros hogares. -medito un poco en lo que se ha hablado- No entiendo como es posible escabullirse de una situación tan peligrosa como esta. Pero porsupuesto que colaboraré con ustedes para poder defendernos y expulsar a quienes ponen en peligro la integridad de todos nosotros. -aseguro.

Sirius se pone de pie y sonríe amablemente a Fleur. Extiende su mano para hacer un saludo formal e inclinándose, besa el dorso de la mano de la joven francesa.

- Es un placer, señorita. Me llamo Sirius Black. Es posible que haya escuchado cosas horribles sobre mí pero puedo asegurarle que son difamaciones de una rata traidora - hace un especial énfasis en la palabra rata, queriéndose referir a Colagusano. Aquel que había causado que Sirius fuera llevado prisionero a Azkaban, ya que él había fingido su muerte.

Sirius endereza su espalda y suelta la mano de Fleur con delicadeza - Creo que es importante que, como casa, sentemos la postura que tendremos en todo el embrollo que se ha formado -.

Un pequeño estallido y una nube de humo precede a la aparición del bueno de Dobby.

- Dobby sabe que está en el lugar adecuado - dicho esto sonrie - Dobby es liiiiibreee!!!!

Se dispuso a hablar con Hermione, pero entonces un hombre entró en la sala. Sirius Black, hasta Viktor había escuchado cosas horribles de el en Bulgaria. Pero al parecer el resto no desconfiaban del hombre. Al ver entrar a Fleur la saludó y escucho sus palabras.

- Fleurr tiene razón. -Dijo Viktor.- Estamos en peligrro y tenemos que colaborrar. Mas teniendo en cuenta que ya hay un parr de esos magos tenebrrosos entrre nosotros. ¿Como se llama la mujerr que decía seguir al oscuro?- Terminó Viktor esperando a que el resto le sacará de su ignorancia.

- Lestrange - dijo la Profesora Mcgonnagall después de esperar a que hablara la mayoría.- Bellatrix Lestrange, una conocida seguidora de Lord Voldemort - aclaró y dio un paso al frente mirando a todos los presentes. - Sirius, que alegría verte.. humano - dice y mira con cierto desapruebo los pelos que ha dejado en su forma perruna. Mueve los brazos - En cualquier caso, debemos colaborar,  creo que es correcto afirmar que todos los aquí presentes hemos padecido y combatido las artes oscuras por lo que nuestra prioridad debe ser expulsarlas del castillo - dijo con un tono calmado. 

Sirius mira a Krum cuando menciona a Bellatrix con cierto aire de desprecio, a lo cual responde con algo de acidez en su voz - Ella es de mi familia, al igual que Narcissa - abre sus manos y dice - Y como ven, soy la oveja negra de la familia - toma una postura normal y se gira hacia McGonagall.

- Es bueno poder caminar en dos piernas en vez de en cuatro patas, Minerva, y creo que tú podrías hablar un poco sobre eso igualmente -.

Luego, vuelve a mirar a Krum - Bellatrix está demente pero no es tonta. Si de verdad estuviera con Voldemort, no estaría diciendo que es una prueba para ella. Estaría actuando como siempre. Al menos aún no lo ha encontrado -.

La barba da cosquillas pero no hago gesto alguno de incomodidad, devuelvo la sonrisa y asiento a sus palabras y también a las de Mc Gonagall. Me parece un mago honesto, siento un poco de pesar por el comentario de identificarse como una oveja negra. Mi abuela fue Veela, también la oveja negra y descarriada que se enamoró del hombre incorrecto, al menos para la opinión de su familia.

- O puede que... ya saben quién, tenga otros planes para ella en un determinado momento. Podría estar encantada y no saberlo, no creo que Lord... la vea como otra cosa más que un objeto a usar. No parece muy amistoso. -me llevo una de las manos al mentón, pensando- Sea como fuere, de todas maneras es una mujer peligrosa y estaría bien no provocarla. No sabemos como podría reaccionar.

Suspiro.

- Ya tenemos bastante con Mademoiselle Skeeter revoloteando por doquier...

Me había distraido un poco intentando cambiar mi apariencia* pero por alguna razón no controlaba bien el mayor don que había tenido nunca, desde hacía unos días. Me crucé de brazos indignada y pillé ya la conversación casi al final.

Conocía a todos los que estaban allí, Sirius era su primo, y a pesar de todos los años que había estado separados por lo de Azkaban, le tenía un gran cariño. Cuando me ayudó a levantarme le sonreí con alegría y le dí un leve codazo amistoso muy contenta de tenerle allí

Sirus, me alegro verte, aunque sea en estas circunstancias.

A McGonagall, a Hermione y a Dobby también los conocía muy bien. A los tres les quería mucho aunque de diferente manera, pues McGonagall no dejaba de ser una antigua profesora que aún le imponía mucho respeto. Con Fleur y Krum había tenido menos trato pero aún así había estado varita con varita junto a ellos. Quizás por esto me han destinado a Gryffindor cuando yo fui una tejona, al fin y al cabo soy la única auror de la sala... pensé mientras me volvía a distraer observando aquella magnífica torre, bastante más lustrosa que la madriguera que tenían los Hufflepuff.

Perdonad, pero estoy un poco perdida, ¿de qué hablamos exactamente?

Sirius no puede evitar una sonrisa simpática al escuchar a Tonks, pues ella siempre había sido muy distraída. Tal vez por eso Remus se había fijado en ella.

- Sobre los acontecimientos del Gran Comedor y la actitud de Bellatrix. Además, considero que debemos concretar cuál será nuestra posición como representación de la Casa de Gryffindor -.

- La cuestión creo que es clara Sirius. Debemos decidir. O la gloria como casa y tratar de salir todos los presentes victoriosos y .. no menos importante, vivos. O la gloria personal e individual. 

Tras escuchar el comentario de Sirius que hacía alusión a la forma animaga de McGonagall, Hermione no pudo evitar sonreir ampliamente, tratando de disimularlo, levantó el libro que tenía en su regazo para tapar parte de su cara.

- Estoy con Sirius. -Volvió a bajar el libro a su regazo.- Que Bellatrix siga junto a Voldemort es una opción que no podemos descartar, pero como tampoco podemos descartar que cualquier otro lo esté. -Frunció levemente el ceño, buscando las palabras correctas. En un principio hasta a ella misma le dio la impresión de que parecía que la estaba defendiendo, cuando no era nada más lejos de la realidad.- Parece bastante fuera de sus cabales... más de lo habitual, quiero decir. Parece desquiciada porque no sabe si Voldemort -ignoró los respingos- la quiere a su lado.

Podía parecer de locos, pero no había pruebas de que ella siguiese junto a Voldemort, y sin pruebas, no se le podía declarar culpable.

Sonrió ante el despiste de Tonks, y aunque iba a explicarle de qué iba todo aquello, se le adelantó Sirius, así que siguió con la siguiente pregunta. Actuar como grupo o en solitario.

- Creo que lo más sensato es intentar salir adelante como casa, apoyándonos entre todos. Será lo más sencillo y eficaz.