Partida Rol por web

- Mi padre no está detrás de esto. - aclaró en primer lugar, logrando arrancarse las fuerzas para hablar con esa reivindicación - Es ese viejo estúpido que tenemos por director. Él y solo él tiene la culpa de todo - cerró el puño frenando su pataleta - si él no existiera....

Pero sus mayores problemas florecieron con la propuesta de realizar un pacto inquebrantable; sus viseras se estrecharon ante aquellas palabras y desvió la mirada, algo gacha, hacia su tía.

No pensaba ser esclavo de otro de esos pactos, no tenía la más mínima intención de jurar nada a aquella gente, ninguno merecía sus actos más allá de honrar a la Casa Slytherin.

Slytherin, él sí merecía su respeto.

- Exacto. Brujos de verdad. 

Lucius se quedó fuera pos si recibía alguna llamada. Dijo Narcissa sin especificar demasiado. No le gustaba que la agarrase de aquella forma, pero había aprendido a tratarla. Podría ser cruel hasta con su familia si se metía con ella. Pero no, no está con Él. Así que tranquilízate y pensemos en como actuar.

Miró alrededor. Eran uno más, jugaban con esa ventaja. Si trabajaban unidos, tal vez funcionaría. Tenemos que pensar en como actuar. La gente que me importa está aquí, en Slytherin. Draco, Bella, Salazar, Tom... Incluso el amigo de Draco. Conocía a sus padres. Si trabajamos unidos y no vamos los unos contra los otros podremos demostrarles que somos mejores que ellos y salir de aquí con vida. Ya sabemos cual es la casa que más odian e intentarán hacerles frente. Yo opino que deberíamos anticiparnos a eso, unirnos antes de que sea demasiado tarde. No pienso permitir que vayamos cayendo uno a uno sin que podamos hacer nada. ¿Qué me decís? 

Podía ser la única opción que tenían para sobrevivir. Había que demostrar que incluso la casa Slytherin podía trabajar en equipo. Entre nosotros habrá infiltrados. Mortífagos. Estoy dispuesta a... Hacer como si nada hubiese pasado si no nos ponen la mano encima a ninguno de esta casa. Miró de nuevo a todos, con convicción. Eran fuertes y ambiciosos. Todos brillantes, a su manera. Tenían que unir fuerzas.

- Veo que hay voluntad de colaboración - agradeciendo las palabras de Narcissa, aunque no hubiera muchos conformes con sus métodos iniciales para asegurar la "fidelidad a la causa". 

Volvió a tomar asiento para retomar su ya vacía taza de te. 

- Pero conocer la capacidad de cada uno para velar por los intereses de esta casa, nos aseguraría en mayor medida el poder salir todos de una pieza, - sugiere - establecer prioridades sería otro punto a favor. ¿Alguna sugerencia? 

Se queda mirando el interior de su taza con gran interés, perdiendo totalmente la atención durante unos segundos y volviendo a levantar la mirada con una sonrisa de satisfacción, para limpiar acto seguido los posos con una servilleta.

- ¿Quizá centrarnos en que las acusaciones apunten a una casa en concreto? ¿Quizá todo lo contrario para no levantar sospechas sobre nuestra estrategia? 

- Empecemos por los sangre sucia. - sonrió Draco finalmente como una serpiente. - Los Gryffindor y los Ravenclawn parecían muy amistosos, unos con otros, otros con unos...

Hiiii. Se creerán que tener amigos en otras casas es bueno, cuanto más pendientes estén de llevarse bien con el vecino menos unida estará su casa, menos decidirán en común y más disipadas estarán sus fuerzas.

Sin duda Slytherin es la mayor potencia de este colegio, la más noble.

Salazar también se había servido un te. Le resultaba alentador que aquella mazmorra de los Slytherin se hubiera mantenido prácticamente igual durante tantos años. Aquello le daba fuerzas, aunque tampoco es que la necesitara, por supuesto. Aún así en aquel lugar se podía notar una cierta relajación en su actitud, que en cualquier otra situación era tensa como la cuerda de un arco.

-A pesar de mis años y de ser miembro fundador, soy, en cierta forma, un recién llegado. Pero ya he tenido tiempo de darme cuenta de ciertas relaciones entre nuestros...colegas. Hay cosas que, si todos actúan como es de esperar, nunca pasaran. La sangre sucia nunca acusará al elfo doméstico, o Lovegood a Chang y viceversa. Los profesores difícilmente van a acusar a los alumnos por lo que estos se encuentran más protegidos. Los profesores seguramente nos protejamos entre nosotros...eso nos deja a Black, Filch y Tonks como, digamos, sospechosos más probables.

Black es un expresidario, su estancia en Azkaban puede haberle afectado, Tonks es una auror, los magos tenebrosos la conocen, saben de su fama, sería útil hacerse pasar por ella. Y Filch...Filch es el escalafón más bajo, fácil de olvidar, fácil de menospreciar ¿Acaso hay mejor escondite?

Y si luego alguien no actúa como cabría esperar...está claro que sería alguien del que desconfiar.

Bellatrix recibió la respuesta de su hermana con un pequeño asentimiento y empezó a caminar dando pequeños pasos por la sala. Seguía más o menos la conversación mientras murmuraba cosas ininteligibles para sí misma y cuando Salazar habló de los candidatos oportunos su sonrisa se amplió y asintió firmemente con la cabeza. - ¡Sí! Comencemos por los traidores a su propia sangre. Y luego el squib. - Soltó una carcajada y se dejó caer descuidadamente en un sillón, con una pierna encima del reposabrazos. - ¡Y luego los sangre sucia y ese maldito elfo!

Tras soltar una risa aguda entrecerró los ojos mirando a Dolores y ladeó la cabeza al dirigirse a ella. - Me gusta tu plan. Pero ya que tanto interés tienes... ¿Por qué no comienzas tú contándonos tus secretitos?

- En realidad señorita Lestrange, ya os he permitido abiertamente deducirlo, pero seré aún más clara y diré que mi valor reside más bien en revelaros los más oscuros secretos de otras casas que en darle a Rita detalles más profundos sobre mi vida personal para que escriba un artículo. Con esto queda más que demostrada mi lealtad a esta casa por encima de todo. 

Levanta la mirada hacia Narcissa, con la que comparte mesa de te

- Más no puedo exponerme, y espero lo mismo de aquellos que realmente estén dispuestos a velar por la seguridad de esta casa, no pienso perder el tiempo registrando vuestros baúles ni leyendo vuestros diarios en busca de indicios de ningún tipo... así que os escucho... - invitando a los demás a compartir 

Bellatrix miró sorprendida a la mujer cuando terminó de hablar y su sonrisa se amplió lentamente, milímetro a milímetro. - Estupendo. - Manifestó con una nueva risita. - Estoy segura de que ya sabéis la mayoría de lo que yo sé hacer. Artes Oscuras, Oclumancia, Magia no Verbal... - Dejó la frase en el aire, haciendo un pequeño gesto con la mano quitándole importancia, y soltó una carcajada. - Pero si vamos a contarnos nuestros secretos... 

Se incorporó un poco y cruzó las piernas sentándose a lo indio para echar un poco el cuerpo hacia delante como si fuese a contar un cuento. - Durante la Primera Guerra Mágica una mujer me maldijo mientras torturaba a su bebé. - Se quedó callada un instante y ladeó la cabeza antes de empezar a dudar para sí misma. - ¿O fue el padre? No, el padre ya estaba muerto... ¿O no? - Guardó de nuevo silencio y sacudió la cabeza antes de hablar con voz aguda. - ¡No me ha abandonado! - Exclamó sin venir a nada. - Me está... Probando.

Tras varios segundos su mirada se centró en Dolores durante un instante y tomó aire para seguir hablando, enarcando una ceja. - Dijo que a partir de ese momento serían las almas de mis víctimas las que me torturarían a mí. Que no me dejarían descansar jamás. - Llegado ese punto se detuvo y soltó una nueva carcajada, sonora y burlona. Al terminar se señaló la cabeza. - Creo que quería castigarme, pero... ¡Me encanta! Me encanta escuchar sus quejiditos y protestas una vez han muerto. Multiplica el placer de la tortura. Y sus voces siguen siempre ahí, hasta que se desvanecen poco a poco. - Dibujó un pequeño puchero con los labios durante algunos segundos. - Pobrecitos... - Añadió con una falsa pena antes de una nueva risa brotase espontánea de su garganta.

Salazar escuchaba todo con sumo interés.

-Excelente, conocer lar habilidades de las que disponemos es esencial para la supervivencia de esta casa. No debemos caer en la arrogancia, uno por uno podemos ser mejores, pero en esta situación debemos permanecer unidos para demostrar nuestra supremacía.- Hizo una pausa, sopesando cual sería su siguiente paso.- Muy bien, si se sigue impartiendo historia como es debido todo sabréis de mi. Quizá sea el mago más poderoso entre estos muros, pero mis habilidades no servirán de nada en la situación en la que nos encontramos. Aunque, mi regreso a Hogwarts me ha dado acceso a una buena cantidad de ingredientes y os puede asegurar que una poción en el momento apropiado puede suponer una gran diferencia.

Paso entonces de dirigirse a todos a hablar directamente a Dolores-Lady Umbridge, os arriesgáis en estremo con esas palabras. Pero las palabras, oh, las palabras se las lleva el viento. No tardará en llegar el momento en el que, de verdad, debáis demostrar vuestra lealtad a esta casa. No comulgo con los métodos de los mortifagos y mi objetivo es salvar a los magos y por encima, el mantener el honor de esta casa. Por lo que si debo delataros o ajusticiaros yo mismo para preservar a los Slytherin, lo haré en el mismísimo momento en el que haya una mínima duda sobre vuestra lealtad. ¿Me he expresado con claridad, milady?

- ¿Qué tenéis que aportar el resto?.- Dijo de nuevo dirigiéndose a todos los de aquella casa.

Narcissa escuchó con atención como Dolores y su hermana decían lo que eran capaces de hacer las dos. Podrían servir de utilidad, sobre todo para que las otras casas confiasen en la nuestra. La intervención de Salazar hizo que la madre de Draco esbozase una medio sonrisa. Me alegra vuestra franqueza, Dolores, Bella y Slytherin. Veo que todos juntos podremos garantizar la supervivencia de la casa. Miró a los demás que aún no habían dicho nada, como evaluándolos. Pero volvió a fijar la mirada en Salazar. Yo me he tomado la libertad de hacer una réplica de sus pociones, señor Salazar. Una sonrisa apareció en el rostro normalmente serio de Narcissa.

Tenemos mucha capacidad para traer a la gente de vuelta si algo llega a ir mal. Dijo, mirando de nuevo a los que no habían hablado. Recordad, lo verdaderamente importante es protegernos entre nosotros. Los ojos le brillaron. Y puede que algunos de vosotros os sintáis con los brazos atados porque pertenezcáis al bando del Señor Oscuro y tengáis compañeros de otras casas, pero las pociones no sirven solo para curar. Si queréis que os facilitemos el camino, creo que podremos encargarnos de vuestras... molestias. La sonrisa de la mujer se ensanchó. La prioridad debe ser la casa Slytherin, tenedlo siempre en cuenta.

- Mi lealtad está fuera de toda duda, y como muestra diré que la señorita Lestrange quizá tenga la "suerte" de escuchar los lamentos de Argus Filch pronto. Pese a su aspecto demacrado, os aseguro que ningún mortífago o inquisidor habría podido atentar contra su vida*. 

Mira a Slytherin y Narcissa.

- Y si sois totalmente sinceros, nuestro mayor número junto con vuestras pociones, nos dan todavía más posibilidades. Espero que esto convenza a los indecisos para que confíen y colaboren. Y en cuanto a la posible presencia de inquisidores o mortífagos en nuestras filas, espero que siendo inteligentes... nos confíen que lo son y quienes son sus compañeros para que podamos proceder a "eliminarlos", de modo que siendo los miembros de la casa Slytherin mayoría en dicha facción, puedan tomar las decisiones más acertadas para esta... nuestra casa. Recordad que el fin justifica los medios... siempre.

Draco se había repeinado hacia atrás un mechón mal cortado de sus rubios cabellos las suficientes veces como para que empezara a quedarse pegado en el sitio que le había consignado, aplastado y grasiento de tanto manoseo.

Se acercó algo dubitativo a la Señorita Umbridge y le mostró su mano solicitándole su taza de té - Permítame que se la rellene. - le sonrió con educación - Siempre he admirado su...espíritu. Tan tenaz, tan infalible, tan firme a sus ideales.

¿Podría....podría hacerle una pregunta profesional? ¿Sería capaz de abandonar su independencia o preferiría morir gobernada por sí misma?

Personalmente, ocupando su posición, no tendría inconveniente en trabajar para - carraspeó dándose espacio para corregirse - con otros.

Por la casa. Siempre. Solo los brujos de verdad merecen vestir los colores y la insignia de Slytherin.

De pronto un inesperado recuerdo golpeó la mente de Draco que dejó a un lado sus admiraciones hacía la señora capaz de transformar el color rosa en un color tenebroso y se acercó a su madre con torpes prisas.

- Mamá. - murmuró y con un movimiento de cabeza se pidió hablarle en privado - mamá alguien se ha colado en mi cuarto. -le comentó alterado - Sin ninguna clase de permiso. ¡Fuera de horas, madre!

Volvió a repeinarse el mismo mechón que ya había dominado pocos segundos antes - Me ha escuchado hablar con unos amigos y sabe... - miró a un lado y a otro alterado, nervioso buscando el valor para confesar - ... sabe que planes tengo. Tenemos.

Miró una vez más hacia atrás, sabiendo que toda la casa Slytherin le escuchaba mejor así no tendré que repetirlo alzó la voz para facilitar ser escuchado y no repetir ese mal trance.

- Es a mi a quien busca Dumbledore. A mí y a otros. Todos sangre pura. Buenos brujos. - sus ojos correteaban de uno al otro de su madre, desesperado - Salvo uno que tiene los días contados.... - añadió como si fuese irrelevante.

- ¡Pero ahora nos han espiado! - pataleó - Allí fuera hay alguien que sabe muy bien que nombres dar para que esta casa tenga serios problemas de población.

Se volteó hacia la señorita del traje chaqueta que tanto admiraba - Antes... perdone la evasiva, no era un engaño, solo quería saber si podía contar con usted para tener mejor puntería en mis hechizos.

Volvió a su madre - ¿Qué hago madre? ¿qué haría mi padre? 

Le entrega la taza a Draco Malfoy, siempre tan dispuesto y capaz, ya demostró ser válido cuando dirigí Howards y me alegra ver que no ha cambiado demasiado.

- Creo que he dejado muy claro que estoy dispuesta a forjar las alianzas que sean necesarias para que esta casa sobreviva al despropósito que Albus Dumbledore ha creado. Y confío en que ninguno de los aquí presentes se atreva a atentar contra mi o animar a otros para que lo hagan y que aquellos capaces protejan mi vida y la del resto de miembros de esta honorable casa para que podamos seguir trabajando con ese fin y si algo puedo asegurar es que, aunque bajo amenaza de muerte se me obligue a colaborar con "otros" nunca perjudicaré a esta casa. Jamás. Slytherin es la prioridad. - se queda mirando a Draco largo rato - ¿No tienes nada que decirnos? Quizá... ¿colaboras con otros para sus fines? Y si así fuera... ¿la casa Slytherin tiene el control? ¿de quien habría que ocuparse para que así fuera? 

Insiste a Malfoy tras su explicación

- ¿Mortífagos o Inquisidores Draco? ¿Quienes son? No perder el tiempo con ellos me ayudaría sin duda. Y si alguno no pertenece a esta casa, acusarle públicamente con la excusa de haberle visto hacer algo inapropiado podría facilitar que el otro "bando" tratara de librarse de mi, permitiéndome contactarles y de ese modo conoceríamos también todos sus nombres. 

¿Madre? - le dedicó de nuevo una mirada de cordero degollado esperando que le sacara las castañas del fuego como de costumbre.

Ante su silencio y las oportunas preguntas de Dolores, Draco titubeó pero respondió - Si a mi tía no la han llamado, siempre fiel a la causa... yo no puedo estar en esas listas. Os aseguro que no trabajo para el que no debe ser nombrado. Como he dicho, os admiro desde vuestra dirección en Hogwarts, he buscado seguir vuestros pasos.

Señorita Umbridde, si al ser atacada debéis formar lazos, permitídme ser yo quien os recoja esta noche, no dejaré que los Mortífagos os pongan la zarpa encima antes y os obliguen a cantar para ellos.

- Oh Draco - sonríe - no te atrevas a perder tu tiempo conmigo, de ningún modo. Deja que sean ellos quienes se atrevan y os daré sus nombres, TODOS sus nombres. Pueden hacerme "prometerles" lealtad, pero no la tendrán nunca, solo esta casa contará con toda mi información... si existen esos fieles al señor tenebroso, solo les guiaré hacia los intereses de esta casa, tal y como espero que el resto de vosotros haga.  

Se fija especialmente en Rita, Tom y Vincent, que todavía no han "confesado"

- Aunque si aquí hay alguno de sus seguidores, y tiene a bien revelarnos los nombres de sus compañeros, me ahorraría tener que exponerme públicamente y me permitiría centrarme en el resto de magos de este castillo. La información es poder y cuanto más atinados sean nuestros hechizos mucho mejor. 

Vuelve la mirada a Draco inquisitiva

- Última vez que te lo pregunto Draco, ¿quienes están contigo y no pertenecen a esta casa? Me gustaría no perder una sola noche averiguando algo que tu mismo puedes revelarnos. 

Narcissa escuchó a su hijo y cuando éste acabó el rostro de la madre parecía otro. Estaba llena de preocupación. Su hijo era uno de ellos. No podía decir que no lo sospechase, la influencia de su padre era fuerte en él. Pero no era más que un niño y ahora estaba en peligro. Tranquilo Draco. Dijo, mientras le daba un beso en la mejilla. Había quedado impresionada por sus palabras, pero su hijo necesitaba su ayuda. No dejaremos que te pase nada.

La mujer agradecía ser ella la que estuviese y no Lucius. Él era más arrogante, pero demasiado impulsivo. Tienes que contarnos todo. ¿Quién está contigo? Y sobre todo, ¿Sabes quien esa persona que ha entrado? Debería ser nuestro objetivo principal. Una vez eliminado, no podrá comunicarse con los vivos y lo que diga quedará olvidado. Miró a Bella, esperando su confirmación.

Pero si pudiera decir su nombre ya lo habría dicho... Tal vez estaba atado por el juramento inquebrantable. Daba igual. Había que redirigir las acusaciones, no debería ser complicado. Y Dolores la había descubierto. Dolores, ahora entiendo porque te pusieron al cargo de la dirección del colegio. Desde luego fue una lástima que perdieses el puesto... Me parece un plan brillante. Draco, ¿podrías indicarnos alguien que esté fuera de esta casa para que Umbridge pueda acusarle? ¿Tal vez acercarte a él o algo?

Bellatrix se puso en pie como un resorte al escuchar a su sobrino decir que él era uno de los que Dumbledore buscaba. Sus ojos se abrieron como platos ante la idea de que el pequeño Draco hubiera sido convocado y ella no, pero antes de que llegase a intervenir el muchacho aclaró que no se trataba de eso. 

Se acercó con apenas un par de largas zancadas y lo miró directamente a los ojos. - ¿Quiénes son, Draco? ¡Danos sus nombres! - Exclamó con voz aguda. Echó un pequeño vistazo a Narcissa que también estaba junto al chico. Probablemente sin la presencia de su hermana allí Bellatrix no habría tenido tantos miramientos antes de sonsacar a su sobrino con los medios que fuesen necesarios para que hablase. Pero Cissy no lo aprobaría sin duda y no era momento de erizar a una madre sobreprotectora... Siempre que no fuese necesario.

Cuando las miradas de ambas hermanas se cruzaron no era difícil ver en los ojos de Bellatrix lo que estaba pasando por su mente. Sin embargo, ante la pregunta muda de Narcissa asintió y una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios. - Sus palabras se perderán en el vacío... Sin que nadie las recoja. - Ladeó la cabeza mientras su sonrisa se ampliaba. - Qué lástima, ¿verdad? 

Miró entonces a los que aún no se habían pronunciado y su ceño se frunció cuando una duda la asaltó. - ¿Voldemort no ha llamado a ningún Slytherin? ¿Ha escogido a sus seguidores en otras casas? - Preguntó en un susurro para sí misma con incredulidad. - No puede ser él. ¡No! 

- Si tenemos a un seguidor de "él" entre nosotros... - mirando a Lestrange, que tenia razón, era casi imposible que no hubiera ninguno entre nuestras filas - eso permitiría dar mañana mismo un nombre de uno de los mortífagos y sería Draco quien diera ese nombre proclamándo que es capaz de reconocerlos. Seguiría teniendo en adelante información útil que yo misma le proporcionaria y eso le daría una defensa excelente y creible cuando fuera acusado. Narcissa puede ocuparse de proteger a su hijo de los mortífagos hasta que nos hayamos ocupado de todos los no-Slytherin y dejen de ser una amenaza.

Permanece pensativa

- Por otro lado, en cuanto la casa Slytherin sea mayoría en este castillo, cosa que es vital que ocurra cuanto antes... tendremos el control de las votaciones. Espero que podamos sobrevivir todos hasta entonces - mira a Narcissa y Salazar cuando dice esto - porque si así fuera, tendríamos mucho de nuestra parte.

Draco intentaba hablar, responder a todas esas preguntas merecidas pero cada vez que intentaba pronunciar el nombre de su amigo, las palabras se atascaban en su garganta - Maldito Gryffindor pomposo. - protestó entre toses y la rabia de su silencio se acumuló en su cabeza enrojeciéndole la frente. 

- Es esa metamorfa la que se ha entrometido en mis cosas. - A ella no le debía ninguna lealtad ni real ni ficticia - Le he pedido explicaciones y se ha limitado a decir que tiene muchas inquietudes en su vida. Creo que jugaba a ser uno de nosotros, la muy impertinente.

Deberíamos darle una lección, eliminarla entre todos. Votémosla, si sobrevive a esta noche.

¿A quien queréis que entregue esta noche? ¿Al traidor de Dobby? ¿al viejo Ollivander? ¿a la loca Trelawney?