Partida Rol por web

La escena había escalado en una dirección inesperada, los pococs curiosos que hubiera habían desaparecido dejando únicamente a los implicados en el centro de la plaza y (a un hombre con 3 katanas mirando desde fuera)* , seguramente debido a la mención del gigante del hacha nombrado “Sértuga” por el encapuchado.

El joven llorando afirmaba violentamente a la sentencia de que él no era nadie peligroso, ahora con miedo también hacia Arima que no podía ocultar.

La chica envuelta en altercado ahora se echaba la mano a la cara mientras suspiraba exasperada por la situación.

-¿Tienes esa enorme cabeza vacía? Te acaba de intentar timar por el amor de los Kami. O es que también eres ciego además de tonto y no ves que está aprovechándose de la gente de la ciudad que ya está en la miseria. ¿De verdad piensas que alguna ciudad tendría unos impuestos y unas multas tan descabelladas? El tipo este no tiene siquiera nada que lo autentifique como la autoridad de este sitio.

El autoproclamado guardia parecía haber llegado a su limite ante la situación, tal vez sintiendose menospreciado ahora echaba mano a sus hachas para comenzar a impartir su justicia.

-¡¡¡¡Malditos mocosos,¿os burlais de mi?, yo soy la autoridad aquí. Os daré una ultima advertencia, soltad las armas y pagad la multa por infringir mi ley!!! - Claramente parecía alterado,y se podía determinar con cierta facilidad la inquietud y el nerviosismo en sus movimientos, más pendientes de Sértuga que de el resto de implicados.

¡¿QUEEE?! ¿Un timador?.- Pregunte incrédulo mientras me giraba ahora otra vez hacia el guardia. Mi cabeza se giró hacia la joven que había hablado.- Bien hecho en descubrirlo Monven.-Dije poniendole un nombre a la muchacha.

Fue entonces cuando de entre mis ropas se escuchó como desenfundaba algo.- Sertuga, ya resolveremos más tarde nuestros problemas. Ahora hay un rapaz que no deja en paz a los aldeanos, tengo que encargarme de él.- Dije mientras me fijaba en el hombre de las dos hachas. Mi brazo derecho se movió dejando distinguir entre los pliegues del ropaje algo metálico que, solo para una persona observadora, podría darse cuenta de que no era afilado.

Todo lo contrario, lo que podía verse en ese momento parecía una varilla metálica con la punta redondeada.- ¡Es tu ultima oportunidad truhán, suelta tus armas o atente a las consecuencias de enfrentar a un ronin!

Mi sorpresa ante el arma que portaba el encapuchado era evidente, sobretodo teniendo en cuenta la expectación creada. No obstante, puede que este guerrero se creyese en tal superioridad ante el hacha de aquel hombre que no vio necesario utilizar más que aquel arma que parecía de entrenamiento. 

"¿Quién era aquel encapuchado que en mi mente había imaginado portando un arma tan singular? ¿Cuáles serían las habilidades de este otro ronin? ¿Será que los kami han estado guiándome hasta aquí buscando enfrentar mis destrezas con las suyas? NUESTRO DUELO SERÁ LEGENDARIO" 

Las visiones y la actitud de aquella persona habían despertado en mi aún más interés. Ahora, en mi mente, parecía todo parte de un plan superior para forjar mi espíritu de samurai empujándome a buscar a los mejores y aprender de ellos.

"Esto era lo que mi maestro quería que hiciera. Esto era lo que me faltaba" Pienso autoconvenciendome

La emoción hace que me cueste contenerme, entrar en el combate de otro sin ser invitado es una deshonra pero... tengo ganas de que acabe para poder retarle.

Mire a el hombre encapuchado y note que se estaba preparando para el combate así que hice lo mismo, agarre mi hacha y le dije al hombre:

-¡Vamos a darle una buena, canijo! 

Lanzo un ataque frontal contra el enemigo.

Con tres personas desenvainando sus armas el combate se hizo inevitable, desarrollándose en menos de 15 segundos el iracundo “guardia” se lanzó primero haciendo descender sus hachas contra Akira, bloqueando sus movimientos y rasgando la tela sobre la mano izquierda, dejando al descubierto el antebrazo de la rodela que había sufrido un ligero corte.
Instantes más tarde el enorme filo del hacha de batalla volaba hacia el guardia quien sin demasiado esfuerzo la echó a un lado con una de las suyas.
Con una sonrisa en su rostro y una confianza creciente tras haber rechazado a ambos de sus oponentes, el hacha descendió nuevamente contra Akira y un instante más tarde, esa misma hacha volaba ahora por encima de la cabeza del guardia quien no comprendía donde había ido a parar su arma. La confusión fue sucedida por el miedo y un grito ahogado cuando el hacha de Arima corto desde el hombro en diagonal hasta la cintura.

El guardia había caído en el acto, si bien el cuerpo aún estaba de una pieza el corte había sido profundo y había regado el lugar de rojo, una vista que demostró no ser apta para todos cuando el joven miedoso cayó desmayado tras ser duchado por parte de la sangre.

La mujer miró impasible la escena, casi como si ya esperase el resultado, su única reacción al acabar fue la de agacharse para comprobar el estado del desmayado “tomate”.

Al mirar a tu alrededor no ves signos de otros enemigos, no obstante si distingues a la única persona observando vuestra escena. Un hombre de pelo color espuma de mar con tres espadas al cinto y que esboza una ligera sonrisa de impaciencia mientras os mira.

¡Ahá!.- Exclame cuando su arma impacto con mi Jutte mientras hacia un movimiento de muñeca y hacia que perdiera posesión de sus hachas.- Ahora ríndete o…- No llegue a acabar la frase pues el hacha de Sertuga hizo impacto con el hombre haciéndole caer irreversiblemente.- bueno… pues eso.-Dije mientras daba un paso atrás para que la sangre que empezaba a deslizarse por el suelo no llegara a mis botas.

Hice un gesto de negación como si no hubiera querido que aquello acabase así.- En fin.- Me gire para mirar al desmayado y me quede mirándolos durante un momento pensativo hasta que finalmente recorde de que me sonaban aquellas personas. Di un pequeño golpecito con mi mano cerrada en un puño sobre mi mano abierta.- ¡Pues claro! Si sois vosotros.- Comente como si comprendiera algo antes de empezar a señalar.-Monven es la boticaria.- Dije mientras señalaba a la joven.- Y ese de ahí es el cobarde.- Dije señalando al que se había desmallado. Entonces me gire hacia Arima.- Y tu, Sertuga tienes que ser… o el héroe o el hijo de bandidos.- Mientras lo estaba diciendo por el rabillo del ojo vi a otra persona que había estado presente en el acto pero sin participar. Me gire hacia el y mire hacia sus espadas. Mis ojos brillaron mientras me dirigía hacia el.- Ohh, tú tienes que ser Ju-ichi, tienes que enseñarme tu técnica de tres espadas, tiene que ser muchísimo mejor de presenciar que de leer.- Dije mientras me acercaba a pasos rápidos hacia él.- Tienes que explicármelo, ¿Que haces con la tercera katana? En el libro nunca explicaba como la manejabas.

Cuando el encapuchado se te aproxima, la visión de las criaturas y el espadachín se repite y tu cuerpo vuelve a palpitar.

Al aproximar te al hombre de las tres espadas una visión como la de la de Sertuga y Monven transformó por instante al espadachín en un dragón celeste, dandote de nuevo esa extraña sensación en el cuerpo.

Cuando el encapuchado se aproxima al espadachin de tres espadas, de nuevo cruza por tu cuerpo aquella extraña sensación ypor un instante la fura del espadachin cambia por la de un dragón celeste mientras que la del encapuchado vuelve a ser la del hombre de negro con la enorme nodachi.

Observo a aquel hombre encapuchado que ahora se acerca hacia mi. Su maniobra para desarmar al oponente había sido impecable. "¿Libro?" El hecho de que me conociera y se acercara a mi con tanto interés me había sorprendido, sin duda parecía que este hombre contaba con información "singular" de los presentes y tarde unos instantes en reaccionar diciendo:

Habrá tiempo. Si deseas presenciar mi técnica con gusto te la mostraré pero ahora... miro al hombre con el charco de sangre emanando de él y añado: deberíamos irnos todos de aquí.

Señorita... ¿Mouven? digo dirigiendome a la chica intentando repetir el nombre que ha dicho el encapuchado. ¿Hay algún lugar seguro donde podamos llevar a su amigo inconsciente para alejarnos todos de esta situación?

Desde su posición agachada junto al demayado, la chica miró a Ju-Ichi con la cenjas fruncidas.
-Uno, mi nombre Mei, no Mouven ni Monven, asique abstente de llamarme así. Dos, no es mi amigo, sólo un chico que se ha metido en el mismo problema que yo. Y tres, llegue a este pueblo hace poco por lo que ni idea, pero si puedo decir que no hay posadas o locales para forasteros en esta aldea, supongo que menos despues de haber matado al autoproclamado guardia de la zona. - La chica no parecía afectada por la muerte del guardia frente a sus ojos, y su conocimiento sobre el lugar parecían reducidos además del echo de que no había un lugar donde hospedarse.

La chica miró a cada uno de los despiertos detenidamente como si duvitase sobre algo antes de volver a examinar al desmayado mientras entornaba los ojos, como si intentase forzar su vista para ver algo que no encontraba.

Tras ver todo el espectáculo sin ser vista (o eso pienso), lo único en lo que podía pensar es en que esta gente no parecían ser débiles... ni tener piedad con los demás. "Awawawa, sé que ese hombre no estaba haciendo lo que debía pero... llegar hasta ese punto... tampoco me parece mal realmente." 

Con la aparición del nuevo sujeto y una nueva visión extraña, cada vez tenía más ganas de saber qué estaba pasando con ellos y si tenían alguna relación con is extraños sueños y mi razón de estar allí, pero mi lado tímido y miedoso podía con el curioso, por lo que decidí continuar oculta mientras observaba la situación.

"Hmmm vaya, parece que se van a mover de aquí, tal vez debería seguirles... espero que no me descubran... al menos de momento. Si hubiera un lugar con menos gente tal vez podría intentar preguntarles sobre todo esto... Esperaré a ver que hacen."

Miro extrañado hacia el hombre de la capucha, después hago una leve reverencia de disculpa dirigida a la joven y digo: Le pido disculpas señorita... Mei. He llegado hoy mismo al pueblo siguiendo mi instinto. La escena que habéis protagonizado es la primera impresión que tengo de este lugar y, aun a riesgo de ser cómplice de esto, mi curiosidad por las visiones de las almas de los presentes me hace querer seguir aquí. Parece usted la más calmada de todos y por eso pensé que sabría donde ocultarnos para charlar. De no ser así... Voy hacia el chico inconsciente que hay en el suelo para tomarlo cargado en mi hombro como si fuera un saco de patatas y añado: Igualmente deberíamos irnos.

Cuando el samurái dijo que me permitiría ver su técnica en mis ojos casi pudo verse la admiración representada. Aunque no tardo en desaparecer cuando hablo sobre irse de allí.- Pero aún falta gente por venir. Deberíamos ser siete y solo somos cinco. La espada justiciera,  El samurái de las tres espadas, la chica maldita, el hijo del bandido, la boticaria que envenena, el miedoso llorón y el héroe invencible.- Dije mientras el samurái empezaba a cargar al miedoso y yo contaba con los dedos la gente que tenía que aparecer.

-Según el libro deberíamos aparecer todos aquí. De momento ya hemos llegado cinco, aunque a vosotros o tengo claro que os ha guiado hasta aquí.- Durante un momento me llevo mi nano a la barbilla de forma pensativa antes de volver a la realidad cuando el samurái menciona las visiones de las almas.- ¿Tú también las ves? He de decir que la tuya es la que más mola, ¡Un dragón! Quien lo hubiera imaginado…- Dije mientras empezaba a caminar junto a él olvidándome de las palabras que había dicho hacia breves instantes y marchándome del lugar.

"¿Libro? Es la segunda vez que lo nombra. Tengo que preguntarle por eso pero antes... ¿Dragón? ¿Así es como me ven ellos? ¿Estará relacionado con mis habilidades? Entonces... ¿Ellos también tendrán´habilidades'? Siento curiosidad por ese tal 'Sertuga' y quien será el 'heroe invencible', me encantaría medir con él mis destrezas." Miro al resto y caigo en que "Si tiene razón y deberíamos ser siete... quizás están cerca" Tras lo cual miro alrededor y busco personas que nos estén mirando y que parezcan sospechosos "¿Y si sí somos siete?..."

Al ver como el samurai cogió al chico que se acababa de desmayar, me pareció que era el momento de moverse, o al menos intentar seguirles lo más discretamente posible, rezando por que no fueran a ningún lugar con mucha gente. "Bastantes son ya como para que encima se aglomeren más personas... aunque bueno, si la gente ha visto como ha caído el grandote igual no se les acercan tanto..."