Había sido otro día de duro entrenamiento bajo el tutelaje de tu maestro, Wu Lee Buu. A veces parecía que ese viejo te trataba más duro de lo normal para que te rindieses con la espada y te centrases en tus estudios. Incluso en algún momento habías pensado que eran ordenes directas de tu enfermo padre, quien tan sobreprotector como siempre te había mantenido encerrada para que evitarás el peligro hasta la mayoría de edad, o al menos esa era la excusa que siempre daba y la razón por la que incluso dentro de palacio, a penas un puñado de personas podían reconocerte como pricesa imperial.
Sumida en tus pensamiento atravesaste tu jardín privado hacia una de tus habitaciones preferidas dentro de tu residencia privada, tu biblioteca. Si bien era más como un estudio y ni se acercaba a la grandeza de la biblioteca imperial, allí estaban reunidas tus historias favoritas sobre samurais y ronnins sin señor, un lugar que habías acomodado a tu gusto para disfrutar en tu tiempo libre de la emocionante lectura sobre aventuras que esperabas algún día vivir.
Una vez dentro cerraste con llave, no te gustaba que te molestarán mientras estabas inmersa en la lectura, encendiste las lámparas con lampyridae pues el sol ya casi se ocultaba. ¿Que libro leerías hoy? Paseaste la mirada por las librerías en busca de alguna portada que llamase tu atención, y así fue. En es estante de abajo de una de las librerías había un libro con la portada roída y que parecía tener moho por encima, su estado sin llegar a sacarlo ya parecía lamentable por lo que lo retiraste con cuidado
"¡¡¡!!!"
Sin saber cómo o porque de repente te encontrabas derriba y con el culo adolorido. Mirando confundida hacia arriba observaste cómo el suelo sobre el que te posabas y e estudio se encontraba ahora sobre tu cabeza como en un piso superior. No es que el suelo hubiera cedido, simplemente había desaparecido.
El libro que habías elegido ahora no estaba en ningún lugar, haciendo la situación aún más rara. Pero cuando aún estabas procesando todo, el sónido de varias antorchas iluminando un rincón de aquel subsuelo capto tu atención. Dos llamas iluminaban un pequeño altar en el cual reposaba lo que parecía un libro completamente negro y tras él, un expositor de armas mostraba una elegante nodachi en su funda.
Los entrenamientos de ese día habían sido realmente duro. Probablemente si no fueran por las protecciones de entrenamiento tendría el cuerpo cubierto de "heridas de guerra" de las que podría vanagloriarme. Por desgracia en el entrenamiento todo quedaba en algún que otro moratón. Me di un baño para quitarme el polvo del entrenamiento y me puse las ropas que la doncella me preparo antes de dirigirme a iniciar una tarde mas de lectura.
Odiaba aquellas ropas, no me hacían ver como la gran guerrera que era. Mis pasos fueron rápidos para dirigirme hacia el estudio y encuentro estuve dentro cerré la puerta con llave. Mi mano agarro el velo, la capa y los collares que me hacían vestir y los lance sobre la mesa más cercana, quedándome con una simple camiseta azul celeste.
Una vez en aquella sala a solas, podía hacer lo que quisiera hasta que saliera. Y lo habitual es que hasta la noche que trajeran la cena no me fueran a molestar. Disponía de toda la tarde para leer tranquila y sumergirme en el mundo que ansiaba ir pero no me dejaban. Aquellos libros eran el sustituto del mundo que se me había privado.
Deshice los pensamientos que rondaban por mi cabeza y me gire hacia los estantes repletos de libros mientras mi índice paseaba por el dorso de los libros. Durante un instante se detuvo sobre uno de los libros que ya había leído varias veces, dubitativa en disfrutar de su lectura una vez mas pero finalmente continúe hasta encontrarme con un libro concreto.
Un libro con ese aspecto tenía que tener una muy buena historia... O una lo suficiente olvidad como para que si yo lo leía fuera la uncía que la supiera. Con ese pensamiento en mente tire de él con cuidado.
¡Iiiaaaaa!.- Aquel momento de ingravidez y caída sobre mi trasero hizo que acabara aturdida y empezara a toser aunque mis ojos al vislumbrar la luz de las antorchas se entrecerraron y obligaron a mis piernas a ponerse en pie y avanzar hacia ellas. ¿Quien había sido el idiota que había dejado antorchas encendidas justo debajo de mi querida colección de libros?
Aquel pensamiento desapareció en el mismo momento que mis ojos captaron el extraño libro y la katana mas bonita que había visto en mi vida. Era un poco grande, pero estaba seguro de que era una Katana. Aquello parecía sacado de uno de mis libros, un altar con un arma sacada de las leyendas. Un arma que hacia al protagonista cogerla por su belleza y la cual después de hacerlo descubría que estaba maldita o algo parecido.
Mi mirada paso de la espada al libro. Por un lado el libro si tenía verdadero aspecto de estar maldito. Pero según las historias era el libro el que decía si el arma estaba maldita o no... Me quede durante un momento mirando ambas cosas hasta que al final alargue la mano para tomar el libro. Había venido a leer ¿No? Si al final aquello era peligroso seria culpa de quien lo había dejado allí.
Al agarrar aquel extraño libro notaste que era incluso más raro de lo que parecía asimple vista, el tacto de todo el lomo era cómo tocar metal duro y púlido, sin embargo no pesaba más,de echo, puede que incluso pesara menos de lo que debiera por su tamaño. Pero las rarezas no acababan ahí, al abrirlo, el tacto del "papel" era idéntico al del lomo, las palabras más que escritas parecían grabadas y brillantes en blanco sobre el oscuro material, y sin embargo poseía la flexibilidad de una hoja de papel cualquiera, nunca en todos tus años de lectura habías visto nada igual... Intentando no darle muchas vueltas decidiste descubrir sus misterios disponiendote a leer la primera página.
Cita:
Las primeras palabras que leíste, solitarias en el centro de la página, sonaron en tu cabeza como si alguien realmente las gritara*, haciendo que tu reacción instantanea fuera la de darte la vuelta...pero como era obvio allí no había nada en absoluto. ¿Una treta de tu mente? De nuevo devolviste la mirada al libro.
Cita:
Lo primero por otro lado es fácil de explicar, lo que estáis a punto de leer es una historia sin terminar, un prólogo del futuro , o si lo preferís de una forma más mística, una profecía sobre un futuro horrible y la posibilidad de evitarlo. Llamadlo como queráis e interpretadlo al gusto, cual sea el resultado de esa interpretación me deleitaré en sus consecuencias.
"En el año 1617 del Calendario Imperial, Vajra en tres partes se partirá.
La espada de Abel apuntará hacia Shivat, mientras Lannet observará esperando la ruina.
Los aldeanos perecerán ante agonizando de hambre, los guerreros llorarán lágrimas de sangre , la tierra se desgarrará y desde las alturas los nobles observarán, ignorantes del destino que les aguarda.
La oscuridad olvidada se cernirá sobre Vajra anunciando el final, mientras el sol se apaga ante la enfermedad.
En mitad de las tinieblas un última chispa lucirá. Cuando la espada del emperador viaje a Narawa, las bestias hermanas acudirán a la llamada y el camino en manos de un guía les será revelado.
"
Al girar la página se haya un pequeño índice que muestra la estructura del libro en siete capítulos sin contar lo que acababas de leer:
1. Sueños de grandeza
2. El camino de las tres espadas
3. Herencias familiares
4. Ojo por ojo
5. La curiosidad enveneno al gato
6. Cobarde sin remedio
7. Héroe invencible
*efectos especiales mágicos.
Dato: estamos en el 1617 de Calendario imperial.
Aún no tengo todas las historias asique es posible que alguna cambie de título en último momento xd
Mi ceño se frunció levemente tras la pequeña broma inicial. Pues claro que sabía que no había nada detrás de mí, era una gran samurái, sabia en todo momento lo que había a mi alrededor y allí no había nada. Negué con la cabeza ante la broma y empecé a leer.
Dejando de lado la broma inicial la sinopsis del libro tenia buena pinta. No me gustaban mucho las historias con el final abierto como mencionaba, pero tenía una profecía, espadas, guerreros y parecía que también un héroe. ¡Incluso había bestias que derrotar!
Mis ojos se fijaron en los capítulos y el nombre del segundo sonaba tan emocionante que hasta llegue a barajar la idea de saltarme el primero… pero no. Los libros había que empezarlos desde el comienzo.
Sentándome en el suelo empecé a pasar las páginas. Después de todo tenía un buen rato para estar allí y encima… Mire a la puerta. Había cerrado con llave no solo iba a tener problemas para salir de allí, sino que encima tampoco les sería fácil entrar a sacarme de aquel lugar.
Sin pensar demasiado comenzaste a leer desde el primer capítulo y no tardaste en abstraerte de la realidad que te rodeaba.
La historia parecía narrarse en la propia Lannet, sin recurrir a ningún lugar lejano o de fantasía y comienza con el nacimiento de la protagonista, una princesa, hija del emperador del momento y cuyo nombre en el texto se ve siempre referido como “princesa”.
En un inicio te divierte el sentirte identificada con varios detalles de la protagonista, recluida en el palacio por orden de su padre y sumergiéndose en la literatura, la joven despierta un anhelo de aventuras que crece día a día esperando el momento de su mayoría de edad...Pero a medida que continuas leyendo el sentimiento divertido de sentirte identificada cambia ligeramente, aunque no se nombra directamente a los personajes secundarios todos ellos tienen cara en tu cabeza, pequeños detalles que recuerdas, relaciones personales, incluso pensamientos que nadie debería conocer, aquel primer capítulo no narraba una historia desconocida, aquello era una biografía...tu biografía.
Saltando páginas corroboraste que todo lo que narraba era una parte de tu vida, la parte final incluso narraba el descubrimiento del libro que estabas leyendo, e incluso después, contaba como la “princesa” escapaba por un pasadizo secreto perfectamente detallado, con la espada de sus ancestros en la mano, dispuesta a cumplir su deseo de convertirse en leyenda y salvar Vajra entera…
Según iba leyendo el libro iba dando mal rollo. ¿Había alguien detrás de mí escribiendo mi historia? De ser a si el acosador se había escondido muy bien pues no le había visto. Sacudí la cabeza. No, no podía ser, porque el libro contaba sobre un pasadizo.
Mientras mantenía el libro aun abierto por donde indicaban las instrucciones para encontrar el pasadizo me levante del suelo.
“Intentando encontrar una forma de salir rebusco por toda la sala y no fue hasta que llego a la parte de atrás del altar donde se encontraba la espada, que no encontró la solución.”
Leí las palabras mientras caminaba al sitio que se mencionaba.
“Detrás había una especie de estantería sin libro alguno que la joven pensó que era una escalera escalera...”
Sin pararme de leer posicione la mano libre en el estante y me impulse ligeramente para poner el pie en el primer estante.
“La joven escaló por la estantería vacía con una sola mano mientras la otra sostenía el preciado libro encontrado. Fue en su cuarto impulso cuando la joven encontró que aquellas escaleras improvisadas eran otra cosa... Una estantería.”
Mientras terminaba de leer aquello la baldosa de la estantería que mi mano había agarrado cedió y caí hacia atrás. Dándome nuevamente un golpe en el trasero.
“Las estanterías son para almacenar libros, no para escalarlas, y la muchacha aprendió la lección de forma dolorosa… pero aquel dolor le dio la salida del lugar, pues al caer, su trasero noto un sonido no esperado. Había caído sobre una trampilla de madera.”
Aun adolorida mi mano paso por el suelo confirmando efectivamente que allí había una trampilla. Mi mano tiro de ella mientras me ponía en pie revelando unas escaleras hacia más abajo. Decidida empecé a bajarlas pero todo estaba a oscuras. Saque la cabeza de nuevo a la sala y leí el libro una vez más.
“Aquel pasaje estaba demasiado oscuro y la muchacha tuvo que retroceder para tomar una de las antorchas del altar.”
Resople ligeramente mientras hacia lo que ponía el libro y volví a empezar a bajar las escaleras. Cuando ya había terminado de bajarlas y empezaba un pasillo recto me detuve. Si aquel libro contaba lo que iba a ocurrir… ¿Por qué no lo leía antes de que pasara? Podía haberme ahorrado un buen golpe. Con ese pensamiento abrí el libro de nuevo y leí los siguientes párrafos.
“La joven camino por la penumbra alumbrada por su antorcha durante largos minutos sin saber muy bien a donde se dirigía. Aquel libro que había encontrado quizá fuera su única oportunidad de convertirse en leyenda como ella quería y ella no malgastaría aquella oportunidad. Se volvería leyenda con aquella espada.
-¡Mierda!.- La princesa soltó un improperio al darse cuenta de algo. Estaba tan maravillada con la posibilidad de convertirse en leyenda que… ¡Había olvidado coger al espada!”
-Mierda…- justo cuando acabe de leerlo mis palabras sonaron cayendo en que aquello era cierto. Me di la vuelta y retrocedí hasta la sala una vez mas para recoger la espada y posteriormente salir por aquel pasadizo.
Tras leer lo que eran las últimas palabras del capítulo retrocediste al altar dispuesta a recoger la espada. Estabas dispuesta a emprender tu aventura por lo que no dudaste demasiado en agarrarla y cuando lo hiciste está brillo unos instantes antes de estallar en pétalos de cerezo violetas que rápidamente rodearon tu brazo dominante en un torbellino y desvaneciéndose segundos más tarde.
La espada se había ido y en el dorso de tu mano había ahora un tatuaje, una magatama con cuentas que se extendían y rodeaban tu antebrazo.
Tesoro sagrada obtenido:
-Agilidad de los vientos: +2 Puntos a tipo de movimiento obtenido, acciones inhumanas de agilidad desbloqueadas.
-Ojos del alma: Visión sobrenatural adquirida
Las siguientes historias del libro, así cómo la verdad sobre el estado actual de Lannet era algo para descubrir a lo largo de las dos semanas que pasaste viajando hacia Narawa...
Cita:
Cuando su madre huyó por miedo a las represalias de la yakuza, le dejo al cuidado de un maestro de Kendo amigo fiel de la familia, quien le enseñaría el noble arte de la espada.
Obsesionado con llegar a ser reconocido por si mismo y no como hijo de un gran samurai, Ichiro creo su propio arte de la espada (El Santoryu), supliendo la agilidad de su padre (el cual se decía que podía atacar hasta 3 veces antes de que su adversario se moviera) con usar un mayor número de katanas.
Ante la petición de las casas nobles locales de reclutarlo como samuraí: Su maestro, acabó reconociéndolo como su mejor alumno pero alegó no estar preparado para seguir el camino Hagakure.
Ichiro, intentando demostrar que su maestro se equivocaba, se inscribió en el Festival de Ikebana bajo el apodo de Ju-Ichi , llamando la atención de grandes casas. Ante lo cual, su maestro le propuso que, si ganaba el torneo, el promocionaría su ascenso, ante las casas, a samurai. Pero que, si no lo lograba, debería emprender un viaje de búsqueda para encontrarse a si mismo como Ronin.
Desgraciadamente, en la cuarta ronda fue derrotado por el mejor practicante de Kendo de Hanamura, firmando su sentencia de rondar las tierras buscándose a si mismo tal cómo había prometido.
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Las historias son un resumen, pero tu personaje puede darse cuenta de que para nada tienen tanto detalle como la tuya, de echo no en todas se menciona el nombre del protagonista.