Partida Rol por web

Me baje del carro y mire a mis compañeros y al lugar al que habíamos llegado y mirando a todos sonreí y me concentre haber si conseguía notar alguna matriz cerca.

[Claro que la conozco, Aramil... Pero hace tiempo no la practicaba] - le respondo a Aramil en el otro idioma, y luego sigo hablando para que todos entiendan en idioma comun - Aunque no quiero faltarles el respeto a los demás, hablando en otra lengua. - y entonces me giro y observo hacia adelante. Luego respondo la pregunta:

Mi maestro de lucha era muy sabio y poderoso. Él fue uno de los pocos que conocí por allá que pudo haber tenido algo "distinto" a los demás. Él decía que dentro mío también existía ese potencial, aunque nunca pudo mostrármelo... 

Y sí, he conocido algunos hombres malvados, que usaban máquinas extrañas y cosas raras como la magia. Siempre creí que la sangre de los Dioses circulaba en ellos... Aunque ahora me doy cuenta que muchos la tienen también.

Observais el terreno, cada uno usando el metodo que considera adecuado para poder identificar a algun sujeto que no encaje con el escenario. Las calles estan mas o menos concurridas, la gente, como esta amaneciendo, se levanta para ir a su trabajo; sin embargo, hay una persona que no encaja con el resto de la gente. Se trata de una mujer de aspecto joven que lleva un aguila encima del hombro. Aunque a primera vista parezca normal, el aguila es sin duda un espiritu guardian y la joven, bueno, empieza a parecer no muy "normal", mas bien parece que es y no es humana.

En estos momentos esta caminando a una velocidad algo acelerada con direccion a las puertas de la ciudad, parece que su intencion es irse de ella...

Al ver al espiritu guardian abro los ojos

---Que mono...yo tambien quiero uno asi....- pienso mientras observo el aura de la chica, sin previo aviso de los demas salgo corriendo tras la chica-¡¡ Eh, espera!!!

Mientras observais el lugar ocurre un pequeño "contratiempo": el joven Fenix ha visto algo que le llamo la atencion y salio corriendo tras ese "algo", abandonando al grupo

master cuntos metros lleva recorridos fenix?

La chica, de una hermosa aura verde, no se detiene hasta 2 calles mas adelante, cuando, mientras doblaba una esquina, chocaste con ella por ir corriendo. Aunque afortunadamente no se cayó, te lanza una mirada de reproche al tiempo que empieza a hablar. Su voz te recuerda a los bosques, no sabes muy bien el por que:

-Jooo, ¿quieres hacer el favor de mirar por donde vas?,-se queja aun sin mirarte y cuando lo hace dice-¿que pasa pequeño, nunca viste un aguila?

El aguila en cuestion esta sobrevolando en circulos tu cabeza, como si esperase una orden para atacarte.

---Ay, perdona-digo mientras me levanto algo dolorido, miro a la mujer sin perder mi sonrisa de niño y luego dirijo la mirada al aguila- Si que he visto aguilas, las veo casi siempre en el bosque, lo que pasa es que nunca he visto un espiritu que adoptase la forma de un águila ¿ me enseñas?

Algo sorprendida ante tu pregunta, te mira con curiosidad. Tras unos seguntos de lo que te parecen que son dudas, te pregunta discretamente:

-Tu tampoco eres del todo humano, ¿verdad?

---¿Yo? Soy un niño y humano, creo yo, vamos, cuando salí de mi mami era humano,- digo algo confuso por la pregunta- ¡Ah, soy fenix, como el pájaro magico que revive de sus cenizas! ¿ Eres un hada? 

¿Qué rayos le sucede a Fénix? - pregunto mientras me bajo del carro, dispuesto a salir corriendo tras él. Observo a todas partes para ver tras qué corría el chico. "No vaya a ser que una mujer llamó su atención justo ahora que estamos en una misión..."

- ¡En  marcha  chicos! - Y  doy  un  salto  para  bajarme  del  carro. - Hay  una  joven... "Peculiar". - Y  cuando  digo  la  última  palabra, miro  a  mis  compañeros  con  una  sonrisa  en  el  rostro  y  levantando  las  cejas  de  felicidad. 

Será  mejor  que  me  vaya  preparando...

- Que  las  palabras... - Empiezo  a  decir  mientras  acelero  para llegar  hasta Fénix. - Lleguen  transparentes  a  mis  oídos... 

A  la vez  que  digo  esto  muevo  las manos  intentando  ser  discreta...

- Ten  cuidado  cariño, no  te vayas  a  perder. - Digo  mientras  agarro  a Fénix  de  la  mano  mientras  continuamos  mientras intento  acortar  la  distancia  que  nos  separan  de  la mujer. - ¡Disculpeme  señorita! - Digo  cuando  llego  a  la  chica... Llamar  señorita  a  alguien  que  es  mayor  que  yo  me  resulta  divertido... - Siento  interrumpirla, no  quiero  molestarla... - Intento  ponerle  mi  mejor  sonrisa. - Estoy  buscando  a  alguien... No  sé  si  le  conocerá... - Si  que  anda  rápido... - Se  llamaba... ¿Cómo  era?... ¿Saul?... ¿Samuel?... Samael... 

Al  decir  el  último  nombre, me  fijo  si  tenía  alguna  reacción. 

Encontrais a Fenix 2 calles mas abajo. En este momento esta levantandose, como si hubiera tropezado con algo. Frente a él se encuentra una mujer de bellos ropajes, que en estos momentos esta hablando con el joven. A su alrededor, un aguila revolotea, como si estuviera protegiendo a la mujer. Al acercaros, la mujer os mira y sonrie, sobretodo al escuchar la pregunta de Sophia.

-Veo que no eres el unico que no eres lo que parece-le dice a Fenix mientras mira a Sophia y luego posa la vista en Huracano-¿Vosotros buscais la ayuda de Samael para escapar de la Inquisicion? porque puedo ayudaros.-parece que su ofrecimiento es sincero, realmente quiere ayudaros.

Pero que cojo...no debemos demorarnos mientras salto bajo del carro hacia la dirección donde se ubica tanto Sophia como Fénix. Y ahora que pasa? Me acerco andando hacia ellos, no quiero ir a prisa para que la mujer no se altere, es la única que hemos localizado y no sería bueno aullentarla. Al escuchar las palabras de la mujer, me callo y quedo espectante a ver que sucede, porque...lo mío no es el interrogatorio moderado, por llamarlo de alguna manera.

---¡Lo sabia!- digo con una sonrisa de triunfo y habla para que me escuchen solo ellos y la mujer- Es un hada ¿lo veis? ¡Un hada!

¿Qué  estaba  pasando  aquí? ¿Qué ha  dicho  de  Fénix?

- Esto... - La  verdad  que  iba  a  ser  más  complicado. - En cierta  forma, sí  necesitamos  la  ayuda  de  Samael. - Y  la sonrío  de  nuevo. Tengo  que  parecer  agradable  y  mona. - ¿Podemos  hablar  en  un  lugar  más  privado? 

En la cabeza de Sophie suena la voz de huracano:

-Siento la intro misión pero creo que debemos hacerle pensar que huimos tan bien, no sabemos quien ees ni que quiere, ¿y si participa en el final del mundo?

Ni me había dado cuenta, y ya todo el grupo había corrido hacia la extraña. Considerando que fui el único que no salió corriendo, y al ver que los demás hablaban pacíficamente con la mujer, entonces decidí caminar hacia allá tranquilo. Por supuesto, traje la carreta conmigo, tirando de los caballos... Si hay algo que se aprende rápido es a no dejar tus pertenencias en el medio de una calle, sobre todo si tienen cosas tan importantes como la placas que nos dieron los representantes del Imperio.

Me acerco lentamente hacia el grupo. Mis pisadas pueden escucharse desde lejos, debido a la armadura y a los caballos que van detrás mio. Mi cara, si se pudiera ver claramente a través de la máscara del casco, mostraría algo de enojo... Es bastante imprudente separarse de esa forma, sobre todo si estuvimos hablando sobre mantenernos juntos hace tan sólo un par de minutos.

Cuando estoy detrás de mis compañeros, y enfrente de la chica y su águila, detengo mi marcha. Un gruñido parece escaparse de entre la máscara, como para avisar que he llegado. Entonces, luego de escuchar el final de la charla, digo en voz alta:

Disculpe nuestros modales, señorita - mientras observo a mis compañeros, con un aire de "compórtense" - Mi nombre es Yatusabi Bai - y hago una reverencia - Ella es Sophia, y ellos son Aramil, Huracano, y el joven Fénix, a quien veo que ya conoce. Estamos en busca de algo importante, y escuchamos que la organización llamada Samael podría ayudarnos - digo, con cierta ingenuidad - ¿Quizás usted podría guiarnos al camino para encontrarnos con alguien de dicha organización? Considerando que no tenemos problemas con la Inquisición.

Mi actitud casi totalmente transparente quizás haga enojar a alguien, o no... Había una sola forma de averiguarlo, y no dependía de mi. Si alguien tenía un problema con ello, debía decírmelo.