Partida Rol por web

Tocaba el turno de recorrer la ciudad para intentar averiguar lo máximo posible del tal Winckleman. Aquella ciudad era enorme, por lo que bares tenía a exportar. La cuestión era cual era la mejor zona para buscar información. ¿El típico tuburio o algo mas selecto? 

Una vez que nos dividimos en dos grupos, voy planteando la situación y cual sería la mejor forma de proceder de ahora en más. La verdad es que no era una visitante asidua de los bares aunque el orco al parecer los conocía muy bien. - Pues, es momento de elegir los bares. No soy tan entendida en el tema, pero si me dicen a donde ir no hay problema de entablar "conversación" con los muchachos. ¿Por donde comenzamos? -  le pregunto a los dos un tanto expectante, como todo trabajo en equipo era vital organizarnos. 

Había muchos bares en la ciudad, pero la cuestión era decidir si lo mejor era ir a algún tugurio de los barrios bajos o si por el contrario ir a algún bar mas decente que aquellos donde lo mas seguro es que la bronca estuviera asegurada (aunque yendo con un orko, una posible pelea era mas que posible casi en cualquier lado)

Se rascó la barbilla pensativa. Sin duda no sabía bien si era mejor opción ir a un sitio con estilo o una cloaca lleno de borrachos. Sin duda ella prefería la segunda opción, además estaba Tom...

-Ey... ¿cómo se os da jugar?- le preguntó a sus dos compañeros -.Las ratas de la ciudad siempre están atentas a cualquier cosa... quizás si nos apostamos algo y jugamos a cambio de información...

- Por mi vayamos con las ratas, es mas simple quitarle información que al resto. No se me caerá un anillo por entrar a esos tugurios. -bromeo ya al final de la frase mientras espero a que el orco responda a la pregunta de Arrah. De ello dependíamos para avanzar en la investigación.

Ya que me voy a partir la cara con alguien, mejor que sea con gente de mi calaña. Acerquémonos a algún tugurio. Me encargaré de hacer el suficiente ruido para que nadie se fije en vuestras preguntas incómodas.

Tom sonríe.

Os dirigís a la zona "especial" de la ciudad. Desde luego, es un ambiente que Tom suele moverse con cierta facilidad y donde se ha ganado cierta reputación de destrozar alguna que otra cabeza (la vida de un orko en una ciudad puede ser cuanto menos, complicada). Sin embargo, la ventaja de estar en los tugurios era que la policía no solía acercarse al primer aviso de problemas, y eso era un beneficio para ellos.

Al rato llegasteis al Dead Zone, uno de los peores bares de New Big Hall, y un lugar que esperabais que os sirviera para encontrar la información que buscabais. Tras entrar comprobais que el garito es amplio por dentro y se encuentra bien abarrotado por una buena nutrida de hombres y mujeres (humanos y algún que otro enano) que hablaban, gritaban y bebian. Buena parte de los parroquianos observaban a Tom con recelo -y mas de uno mas de dos hacía amago de agarrar su arma- pero por el momento ninguno hacía amago de ir a por él, y eso era bueno. 

Os acercáis a una pequeña zona algo mas "tranquila" y una camarera algo mayor y con aspecto cansado se dirige con vosotros preguntándoos que es lo que queréis. No hace ningún gesto al ver al orco, pero su mirada tampoco indica mucho agrado por tener un cliente como ese en el bar.

Hola muñeca. No te emociones tanto de verme. De momento sólo he venido a beber con mis nuevas amigas, como ves, siempre bien acompañado. Para mi lo de siempre, para ellas, lo que pidan que son mayorcitas.

Para Tom, esto eran los modales más educados que podía demostrar. Sin esconderse, ni ocultarse, Tom abre su bocaza de orco para que le escuche todo el bar.

Vamos buscando un cristal azul. Por lo visto incomoda mucho al Occulum, pero el tipo que lo busca nos paga bien y nuestra única molestia es tener los bolsillos vacíos.

La mujer, a pesar de la aversión que tenía ante Tom -ante los orcos en general- no podía negar que el dinero era bueno viniera de donde viniera. 

Cerveza para el orco, ¿y para las señoritas?- inquiere- a tu pregunta ya sabes a quien puedes molestar- hace un gesto hacia la esquina- Zack suele tener información para todo el mundo, incluso para los de tu especie, siempre y cuando paguen bien. 

Tom murmura entre dientes. Sonríe mostrando un dental amarillento y da un codazo a sus compañeras.

A Zack le gustan más las mujeres que los orcos. Ese mal gusto de los humanos. Así que qué tal si pedís algo rápido y os vais presentando.

Los modales de orco le impedían andarse con rodeos o disimulando lo que quería hacer.

El sitio no era el mejor del mundo y el establecimiento no era el más bonito de la ciudad, cosa que a Arrah le importaba bien poco. Una mujer mayor se acercó a tomar el pedido, mientras casi con ningún disimulo le dirigía una mala mirada a Tom. La ghobb pensó que seguro que uno era tan repulsivo como para el otro.

-Otra cerveza, señora - le dijo a aquella mujer y después miró a Tom con una media sonrisa - creo que deberíamos dejárselo a Alice, seguro que las bajitas no le gustan tanto y ella tiene ese puntillo de tia dura que le gusta a los hombres. 

- Otra cerveza por aquí. Gracias. - respondo con cierto desdén. Observo detenidamente el lugar, no solía frecuentarlos ya que vivía en una comunidad de piratas del aire y no acostumbramos mezclarnos con las personas de los suburbios. 

Un tanto sorprendida le dedico una mirada al orco, al parecer era todo un experto para relacionarse en este lugar. Y por lo visto Arrah me estaba ofreciendo de entrevistadora. - Pues, allí está el objetivo- le dedico una mirada a Zack.

- Puedo hablarle, no piensen que soy la señorita conquista, algo se me ocurrirá. Lo mío es cazar tesoros y volar no hablar con hombres. Pero... Un esfuerzo vale la pena. - respondo sonriendo con cierta ironía. 

Y a la espera de me traigan la cerveza para beberla de un trago y luego ver que tal era aquel sujeto.

Tras servir las bebidas Alice, fiel a su palabra se la bebe de un trago y tras esto se encamina con paso tranquila hasta donde se encuentra el tipo conocido como Zack. Este se encuentra hablando en este momento con un hombre algo mayor y encorvado. 

La información que te he dado es útil, así que paga de una vez- le decía Zack al hombre encorvado, el cual con mala cara sacó un pequeño saquito y lo deposito en la mesa. Sin mediar ninguna palabra de despedida se levantó y se alejó de alli. 

Maldito carcamal- susurró Zack mientras cogía la bolsa y la guardaba en el bolsillo. Justo en ese momento, su mirada se posa en ti, y de manera automática te sonríe- ¿necesitas algo, preciosa?

Observo la escena minuciosamente, Zack estaba haciendo de las suyas y yo sólo era alguien que miraba de lejos. Pero cuando llegó el momento no dudé en acercarme pero fue éste sujeto quien rompió el silencio primero. 

- Tal vez otra cerveza y conversar un rato. Ya sabes... La vida en estos lugares suele ser un tanto aburrida. - No quería tirarle el muerto enseguida, era mejor endulzarlo un poco así era menos lo que había que pagarle. 

Luego de dedicarle una sonrisa, tomo asiento en una mesa y espero que él también lo haga ya que no se negará a una mujer. 

Siempre es un placer tomar una cerveza con una mujer- responde mientras hace un gesto a la camarera, señala su vaso y se señala tanto a si mismo como a ti- en cuanto a la conversación, puede ser interesante, siempre y cuando haga algo de interés que contar. 

Mordiendo mi labio inferior le dedico otra mirada. - ¿Qué te parece sobre un cristal azul? Puede ser una conversación interesante o prefieres otra. - voy acercándome hasta casi besar sus labios, sonrío y espero que la camarera me entregue la cerveza aunque esta vez la tomaría muy de a poco. 

El hombre encarna una ceja, pero no hace gesto de apartarse- vaya, eso creo que huele a que buscas información. Cristal azul, ¿no puedes concretar algo mas? Es algo demasiado genérico para que pueda relacionarlo con algo en concreto. 

Sin perder la sonrisa y el encanto voy acercándome más a Zack con intenciones de susurrar en su oído. - No sólo busco información, por algo se empieza. Estamos conversando y conociéndonos un poco, además... ¿Conoces a un tal  Francis Wincleman? parece que sabe bastante sobre estos cristales azules que son adorados por un grupo que desconozco y a su vez odiados por el Occulum. -beso su mejilla delicadamente hasta apartarme y beber un poco de cerveza.

Esperando la respuesta cruzo la pierna de forma visible ya que la falda era corta por delante, como siempre he de esperar su reacción ya que todos los hombres se le van los ojos cuando tienen a una mujer atractiva delante suyo. Por ende pierden un poco de seriedad al distraerse y brindan mayor información.

Desde la barra Tom puede ver la escena de persuasión de su nueva compañera. Sonríe. Parecen ser útiles en este viaje. Tiene una mano en la jarra de cerveza y otra mano en el interior de su gabardina. Agarra con fuerza su arma oculta bajo el ropaje. Si pasa algo malo, él será el primero en actuar.