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Las Brumas

Las Brumas: Velen

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06/10/2016, 16:27
'Dungeon Master'

El sol se pone, dando paso a un atardecer rojizo que recuerda a Thosk más a su mundo que antes, y al caer la noche, asciende en el cielo una luna acompañada de un... salpicón de brillantes estrellas que la cortejan durante todo su trayecto por el cielo nocturno. Los nativos la llaman Selûne. Durante las horas de la noche, los marineros encargados del rumbo utilizan extraños instrumentos y su conocimiento sobre las estrellas para reorientar el barco en un par de ocasiones.

El día siguiente transcurre sin ver tierra firme, más que una vez, a lo lejos, a la derecha, durante la mañana. Thosk se ha encargado de intimidar a un marinero que planeaba robar comida, y su eficaz método para obtener la confesión ha sido la comidilla de la tripulación durante todo el día. Cuando empieza a caer la tarde del siguiente día, se puede ver tierra de nuevo, ésta vez al frente, hacia la proa. Es la ciudad de Velen, que da la bienvenida a los buques de guerra Amnianos y Tezhyrianos que atacaron el fuerte pirata.

Para Thosk se trata de una ciudad no demasiado grande, pero increíblemente rica en agua. Para los demás, es un lugar enorme, defendido por un fuerte a la entrada del puerto, y tras de él, miles de casas y edificios se extienden alrededor de otros edificios mayores. Un puerto grande da cobijo a todo tipo de buques comerciales y permite el acceso a la ciudad.

Una vez rebasado el fuerte, se accede a un segundo puerto, únicamente militar, donde pueden verse docena y media de barcos de guerra alineados a ambos lados. Sin duda, tomar esta ciudad desde el mar ha de ser una auténtica pesadilla. Nueve de los barcos son Tezhyrianos, cinco son Amnianos, dos de Aguas Profundas, uno de Puerta de Báldur, y otro de la confederación de tribus de las islas Lunshaes.

Los tres tempurianos os van poniendo al día sobre lo que veis*. Estáis ahora en territorio de Tezhyr, un reino gobernado por la reina Zaranda Estrella y el rey consorte Haedrak III, aunque las tierras principales y más civilizadas quedan bien lejos. Estáis en una zona muy apartada del reino, en la frontera norte. Según los tempurianos, la gente de Tethyr está bastante contenta con el jovencísimo reinado de Zaranda, ya que terminó con varias décadas de guerras civiles y de tiranías opresivas que se iban destronando las unas a las otras.

Una vez amarrados los barcos que os transportan, empieza la faena de descargar material y prisioneros. Yaril·la y el grupo de tempurianos hacen las gestiones necesarias para que podáis acompañarlos sin que os hagan demasiadas preguntas, y se informan de cuando zarpa el siguiente barco hacia Azkhatla. En dos días, al alba. 

Para cuando salís a la ciudad el sol se ha puesto, y las calles del puerto, menos transitadas y casi sin comerciantes, empiezan a parecer poco acogedoras. Algunos soldados ebrios por aquí y por allá, otros cuantos civiles que buscan compañías de pago, y otros tipos que parecen esperar la el despiste o la víctima adecuada. Tampoco está oscuro, ya que numerosos faroles iluminan el puerto, pero da la sensación de que la gente honrada o indefensa empieza a sobrar por aquí.

En el punto más cercano al fuerte hay una capilla de Valkur, y en el otro extremo del puerto, se ve un edificio más grande, decorado con cristales azules y turquesas, que es el templo de Umberlí. La sacerdotisa pasa un momento a hacer una ofrenda de agradecimiento a Valkur, y después vuelve con el resto.

 Bien... nosotros tres podemos acuartelarnos en el fuerte, pero os echaremos una mano a buscar una posada en la ciudad, que no sea demasiado cara ni demasiado peligrosa... Miró a Sûl Y a ser posible que acepten animales, supongo Suspiró No sé que haremos contigo, Thosk, va a ser difícil encontrar alguna de tu tamaño. Supongo que te tocará dormir en un pajar o algo así.

Notas de juego

*Cualquier duda, aclaración o cosa que necesitéis saber, preguntad!! Tanto onrol como offrol, que representa que os lo habrán explicado

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09/10/2016, 01:14
Thosk!

EL bruto se encontraba asqueado de tanto mar, oleaje y raciones. Llegar a la ciudad fue lo mejor que sucedió en los últimos días, desde que apareció en este vasto y complejo mundo.

Toda la información del nuevo mundo simplemente le mareaba mas que estar abordo del barco. Eran demasiados nombres, ciudades, reinos, reyes y dioses para memorizar. En Athas la ignorancia es el pan común... solo hay esclavos y reyes dragón.

- ¡Arghhhhh! ¡Posada, bebida y mujeres bailando! ¡Siii…! – grita desaforado el semi gigante al oir sobre la idea de un alojamiento para dormir. – Thosk! No dormir. ¡Thosk! Estar de juerga toda la noche y luego tú cumplir promesa de buscar herrero! ¡Beber y beber! –

El día en realidad comenzaba para el bárbaro, que deseaba probar la juerga nocturna de este mundo. La batalla no había cambiado pero tal vez la forma de divertirse le traería alguna que otra sorpresa.

- Tiradas (1)
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12/10/2016, 02:41
Mólor Lóion

El viaje trascurrió sin incidentes, y aunque duró más de lo que me hubiese gustado, al final, al atardecer del tercer día, alcanzamos la ciudad de Velen, ciudad que incluso antes de que llegase a ella, me sorprendió, primero por su tamaño y cuando nos pudimos acercar a ella, por lo formidable de sus fortificaciones y de la flota que la protegía de los ataques por mar, formada por barcos de diversas naciones, según me explicaron los tempurianos a bordo de nuestra nave.

Es como se supone que eran antes las ciudades de Aryth antes de que la Sombra derrotase los reinos humanos… fuertes, orgullosas y resistentes- pensé al verlas -No, con magos y sacerdotes reforzándolas, deben ser incluso más formidables- me dije, pensando en que si las cosas eran así en este mundo, bien debía ser posible obtener ayuda una vez descubriese como volver a mi propio mundo. Y una vez dentro de la propia ciudad, más diferencias se pusieron de manifiesto, la misma gente era indudablemente más despreocupada que en su mundo, el sentimiento de constante tensión aguardando el próximo ataque y pesimismo por una derrota que parecía inevitable eran algo presente en cualquier rincón de Erethor, pero aquí, eso no existía. Y luego estaban los templos, jamás había siquiera imaginado poder estar cerca de un lugar de tales características, pero en aquel lugar, donde los dioses podían responder a sus fieles, parecía que eran relativamente comunes. En frente de uno de ellos estábamos cuando Yaril·la mencionó el tema de nuestra estancia en la ciudad.

¿Y cómo la pagaremos?- le pregunté -No creo que las monedas de dónde vengo sean válidas aquí, y supongo que lo mismo será para el resto….- le dije -Eso si es que tienen, claro- añadí mirando al resto, en especial a Thosk!

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12/10/2016, 16:26
Riley

Inspiro con fuerza al poner mis pies en tierra firme. Nunca hubiera imaginado que estar rodeado de agua, lo que en mi mundo sería un lujo inaccesible para todos, pudiera resultar tan terriblemente incómodo. Tardo momento en acostumbrarme de nuevo la ausencia del balanceo del barco, pero tras un par de pasos todo vuelve a la normalidad.

O, mejor dicho, todo vuelve a ser todo lo normal que pueda ser este mundo.

Los habitantes de Iowa no son tantos como para igualar la tripulación del barco en el que hemos estado, pero el puerto está, literalmente, abarrotado de gente. A pesar de todos los recursos naturales que parecen tener estas tierras, abastecer una población como esta debe ser, cuanto menos, complicado.

Empezamos a caminar y no puedo evitar pornerme nervioso ante la proximidad de tantos desconocidos que parecen no haber escuchado las palabras "espacio vital" en toda su vida. Si hay algo de sobra en Iowa y, de hecho, en todo Kansas, es espacio, así que no es habitual que dos personas se junten demasiado salvo que tengan una relación ínitma, pero aquí parece habitual desplazar a la gente con el brazo para abrirse camino. Aguantando la respiración un momento, me coloco entre Thosk! y Sûl, tras fijarme en que la mayor parte de la gente parece tratar de evitarles.

Cuando al fin salimos a las calles, ya menos transitadas, respiro aliviado y empiezo a mirar a mi alrededor. Los tempuranios parecen en guardia, como si el peligro pudiera acechar detrás de cada esquina, aunque no tengo muy claro qué se puede esperar de un lugar así. Finalmente llegamos a un edificio enorme, que me explican que es un templo a uno de esos dioses de los que Yaril·la me ha estado hablando durante el viaje. Cuando la mujer se vuelve a reunir con nosotros nos dice que tendremos que separarnos porque vamos a ir a una posada.

Mólor hace la pregunta que yo mismo tenía en mente. He llegado a este mundo a penas con lo puesto, preparado para el combate pero sin nada con lo que poder negociar la estancia en ningún asentamiento, y en el barco no había ningún lugar que poder saquear ni he visto nada de caza salvo unas aves según nos acercábamos a la costa. Sin decir nada, espero la respuesta de la guerrera, aunque en mi tierra, cuando algún nómada pide refugio y no tiene nada que ofrecer a cambio, normalmente colabora en las tareas del asentamiento en agradecimiento a la hospitalidad de quien le ha acogido.

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12/10/2016, 23:45
Yaril·la

Yaril·la asintió a Thosk, aunque no parecía demasiado convencida.

La flota parte en dos días, y no creo que en ese tiempo te puedan hacer un arma de tu tamaño... Pero quizá lo podamos cambiar por un buen mandoble, que pese a todo... te quedará algo pequeño, para tu tamaño. O quizá encontremos a alguno que lo pueda hacer. Ya veremos mañana cómo lo arreglamos. Le dio un par de palmadas en el brazo. Sabía que no le iba a gustar que se lo alargasen, pero... Dos días para un encargo como ese era poco tiempo hasta para un buen herrero.

Mólor entonces preguntó sobre el pago de la posada, y Yaril·la asintió. Tranquilos, nosotros nos hacemos cargo. Es lo menos que podemos hacer... Sin vosotros la hubiéramos pasado realmente mal en aquella cueva. Y voy más allá: Cuando cobremos, lo repartiremos con vosotros. Es lo justo.

Entonces, cuando se iban a poner en marcha, Oselle llevó a un lado a Yaril·la y habló con ella un momento. La sacerdotisa le dio unas indicaciones, y tras una breve despedida, la elfa y su lobo se marcharon hacia el oeste.

Prefiere hacer noche en el bosque. Explicó la sacerdotisa, y entonces sí se pusieron en marcha.

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13/10/2016, 00:04
'Dungeon Master'

Yaril·la explicó a Oselle que para ir al bosque debía ir al este. Tras un largo paseo enmedio de la ciudad, llega a unas altas murallas, al menos cuatro metros. Las rodea por la izquierda hasta llegar a una puerta, y al salir, otras muchas casas se extienden más allá, antes de que la ciudad se convierta en algunos cientos de metros de campos de cultivo, y después... en un denso y agradable bosque.

Sin duda mejor que un camarote comunal, y sin duda mejor que ninguna mugrienta posada humana.

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13/10/2016, 00:22
'Dungeon Master'

Cuando la extraña bruma te arranca de donde estás, sientes una extraña sensación de vértigo, frío y malestar. Parece que flotes, que no estés sujeta a nada, pero que tampoco caigas a ninguna parte. Todo se vuelve oscuro, con luces y franjas ocasionales de color que pasan deprisa, como si estuvieras en un túnel que va mucho más veloz que cualquier cosa que hayas conocido. Entre la bruma, las luces y las franjas vas rodando sin control hacia... ¿Dónde?

Todo se hace oscuro antes de que logres discernir más, y quedas inconsciente.

Desconoces cuánto tiempo has estado inconsciente, pero de repente, el HUD se activa, y te inyecta adrenalina para conseguir que te despiertes. La mayor parte de las funciones de la armadura Valkiria aún fallan, pero poco a poco se van encendiendo algunos datos. No estás más herida de lo que estabas en YorubaTech, te indica la lesión en el hombro, y fallo en todos los sistemas de comunicaciones, incluido el telefónico y el satelital. Cuando abres los ojos, te encuentras boca abajo sobre un suelo de madera, y conforme te incorporas, a tu alrededor están tu bastón, la caja, y el memory pen. La pistola está en su sitio. 

Pero lo más asombroso de todo, es que te encuentras en un lugar aparentemente medieval. ¿Un set de rodaje? Es una sala amplia, con techo de madera, unas cuantas mesas de robusta madera y sillas viejas, también de madera. A través de las ventanas pueden verse las estrellas, pero ninguna luz que parezca de bombillas. Tan solo lámparas de aceite y una chimenea encendida. Las botellas sobre la mesa son todas de cristal y arcilla, así como los vasos y jarras. Otro punto sorprendente es el Símbolo sobre el que has despertado, que parece grabado a fuego sobre el suelo. Por si esto fuera poco sorprendente, hay numerosas personas vestidas con ropas de época, alrededor del siglo IX-XII, unos cuantos portan armas blancas, éstos parecen llevar algún tipo de uniforme, pues todos van de un azul oscuro, con bandanas de cuero. También hay mujeres, algunas vestidas con ropas de la misma época pero más que sugerentes, y una camareras aún tienen en la mano bandejas con comida en cazos de barro. Algunos de los presentes tienen orejas alargadas y rasgos finos, y una pandilla, algo más pintoresca, está junto a la puerta. Una mujer con armadura de pies a cuello y una gran espada al cinto, un hombre con armadura de pieles, espada y escudo, un tercero con armadura pesada y lanza, un cuarto con ropas protectoras más ligeras y una capucha, y un quinto hombre más raro... Con viejas ropas recosidas con planchas metálicas, ojos completamente blancos, un hacha hecha como de... piezas de coche, y un viejo rifle balístico oxidado a la espalda. Pero el rey de las cosas extrañas es un tipo ENORME, de tres metros de altura o más, que mira el espectáculo desde fuera. Lleva una coraza metálica ligera y un arma hecha de madera con incrustaciones de mineral afilado, además de un gran saco.

Todos y cada uno de los pares de ojos de la taberna te miran con una mezcla de sentimientos entre extrañeza, miedo y curiosidad.

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13/10/2016, 01:02
Sophie

Es absolutamente asombrosa la cantidad de agua que hay en este mundo, la cantidad de gente, y la organización y paz en la que conviven. Sin duda, deben tener suministros de comida y agua potable de sobra, si no... lucharían por ello continuamente. Elucubraba Sophie. Estoy deseando estudiar sus comportamientos sociales, y conocer más sobre su organización. Tal vez puedas aprender algo que extrapolar a Iowa, por si logras regresar.

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13/10/2016, 01:05
Yaril·la

Yaril·la guía al grupo a través de las calles y plazas. Normalmente son más o menos anchas en esta parte, con suelo empedrado, marcado por las ruedas de los carros que van y vienen de y hacia el puerto. En varias plazas hay pozos, de donde la gente libremente saca cubos de agua, hay mujeres en las calles sugiriéndose a hombres en actitud festiva, y locales donde la música y la algarabía parece ser el tono habitual.

Las calles están suficientemente iluminadas con antorchas, y en algunos casos lámparas de aceite aquí y allá. Encuentran varias tabernas, pero por sus puertas, Thosk simplemente no cabría. Finalmente llegan al Río de Aguamiel, una taberna con una puerta más o menos grande, y que parece relativamente tranquila.

Iremos a comer algo... Después podrás buscarte la taberna que más te plazca para bailar, Thosk. No creo que tengas problema con que se metan contigo... Luego puedes volver aquí. Tienen establo, no creo que les importe que duermas allí con algunas mantas, pero déjame hablar a mi con el posadero.

Dejó una breve pausa cuando estaban en la puerta.
Aquí vienen muchos marineros Tehyrianos, así que no suelen meterse busca-broncas, cenaremos bien.

Al entrar, efectivamente, el salón con suelo de madera, chimenea y luces de aceite recibe a los recién llegados, así como numerosas miradas curiosas, a las que se suman muchas más a medida que el gigantón se hace evidente al otro lado de la puerta. Unas cuantas meretrices intentan camelarse a los marineros, y las camareras van con bandejas de acá para allá, cuando... Un destello casi cegador, pero de una duración inferior a medio segundo inunda la sala.

Al abrir los ojos, una... Ángel, con una extraña armadura de metal blanca sorprendentemente ajustada y sin juntas aparentes aparece en el suelo, tumbada boca abajo. Sus alas también son metálicas, y muy pequeñas. Lleva un extraño bulto en el costado, y junto a ella ha aparecido un bastón metálico rematado con cuatro especies de... aletas, además de un cubo metálico de unos 20cm de lado, y otro elemento del tamaño de un meñique tirado por el suelo, de forma rectangular.

Bajo la ángel ha aparecido un símbolo grabado como... a fuego en el suelo de madera. Tras un pequeño estertor, y un movimiento muy... mecánico de las alas, la ángel, que luce un halo dorado metálico sobre la cabeza, unido al cuello de la armadura, se logra poner a cuatro patas, aturdida.

Yaril·la y los tempurianos os miran como si quizá pudierais saber algo de ésto... Pero se encuentran con vuestras miradas igual de confusas.

Notas de juego

Preséntense caballeros: Tenemos nuevo personaje jugador!! :D

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13/10/2016, 02:07
Angela

 Angela se incorporaba como alguien debe de levantarse justo después de haber sido zarandeado y golpeado sin piedad, con la mayor dignidad y flexibilidad posible. Lo segundo podía ser una meta al alcance de sus movimientos, lo primero, era más una cuestión de estilo. Aquella entrada había sido totalmente inesperada.

 Al menos una está aquí. - pensó mientras se incorporaba con la mirada fija en la pequeña caja cúbica. No dudó un instante en cogerla en la mano con firmeza, como si se tratase de su bien más preciado. Incluso por encima del bastón metálico de aquella apariencia clásica, suave y que jamás pasaba de moda. Pero pronto cayó en la cuenta de todas las personas que la rodeaban, y eso la turbó, pues estaban en serio peligro si aquello era alguna clase de ardid por parte de los investigadores o la seguridad del edificio.

 

 Mi mirada ahora estaba perdida, considerando todas las posibilidades en su ensimismamiento, y su diestra acarició el traje valkyria hasta el hombro.

 Aún estoy herida... rememoró, inconsciente del dolor por el mareo y la desorientación. Además, la adrenalina estaba siendo un efecto contrario que pasaba factura en su nivel de conciencia, no podría extrañarse si de repente empezaba a correr o moverse compulsivamente.

 Alzó la mirada con sus ojos azules y su mirada se clavó primero en las personas de la puerta, después, en el atrezo de la posada. Habían recreado todo con acierto, y los disfraces eran de una calidad inigualable, es más, había casi seguro trucos holográficos en todo aquello.

 - Genial... - suspiré con sarcasmo - estoy en una especie de convención.

 Llevé el índice al contacto táctil de la diadema en mi oído. - Trata de trazar una ruta alternativa de comunicación. 

 Pero el HUD aparentemente se mostraba "colgado" e incluso las llamadas parecían estar fuera de servicio en ese momento.

 ¿Habrá estallado la otra...?

 Pero no podía permitirse ser tan pesimista.

 Recogido el contenedor piramidal lo puse a buen recaudo en el interior del traje, dentro de un compartimento que se abrió sin ninguna clase de sonido neumático. Al asegurarse de que la pistola estaba en su lugar, no pudo evitar ver por primera vez de una forma consciente el dibujo en fuego bajo sus grebas metálicas de un diseño tecnológico muy avanzado. Era evidente que toda aquella armadura formaba parte de un conjunto complejo muy compacto, de apariencia sólida pero muy flexible, similar a las cotas de placas, pero tintadas de blanco opaco. La armadura se insinuaba de tacto suave y en algunas partes relativamente endeble.

 - ¿Qué es esto? - me pregunté justo antes de dirigir un gesto sereno y ligeramente optimista a los congregados allí.

 - Si he causado alguna molestia. Disculpadme. - Totalmente erguida y con el brazo ligeramente dolorido por el lento desvanecimiento de la adrenalina en su sistema, estudió con la mirada una vía de escape.

 No podía perder el tiempo. Y no deseaba aguarles la fiesta.

 Extendí las alas con total naturalidad y me aseguré de su funcionalidad. Si todo estaba en orden la propulsión se activarían emanando un dorado brillo intenso.

 Debo llegar al cuartel.

 Asentí, decidida.

 Ahora sólo tenía una persona con cierto complejo de inferioridad y un gigante disfraz en su camino, si nadie en aquella posada estaba dispuesta a exigirle una explicación, y todo aquel grupo pintoresco decidía entrar allí y dejarle el camino libre.

 

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13/10/2016, 10:20
HUD

Buscando conexión satélites Overwatch.... 0 conexiones
Buscando conexión satélite civil... 0 conexiones
Buscando conexión 9G... 0 conexiones
Buscando conexiones de datos lentas... 0 conexiones
Buscando redes Wi-Fi... 0 conexiones
Buscando redes Bluetooth... 0 conexiones
Buscando teléfonos móviles civiles... 0 conexiones
Buscando frecuencias de radio AM... 0 conexiones
Buscando frecuencias de radio FM... 0 conexiones
Buscando otras frecuencias antiguas... 0 conexiones
Buscando frecuencias cifradas (Militares/experimentales)... 0 conexiones

Error localización GPS. No se encuentra el satélite.
Error comunicador de equipo. No se encuentran los demás comunicadores.

Comprobando funcionamiento de los sensores...
-Emitiendo pulsos de comprobación
-Pulsos de comprobación detectados
Los sensores funcionan

No se encuentra ninguna conexión.

Aquello era simplemente imposible. En cualquier parte del mundo habría docenas de conexiones llegando, incluso en el sáhara o el amazonas podría conectarse con algún satélite civil, o al menos recibiría alguna onda de radio de algún aficionado, o una señal residual de alguna comunicación lejana o un satélite gps. Aunque detectase sus propios pulsos de comprobación, sin duda el Halo debía estar estropeado, era imposible que ni siquiera detectase las ondas de los teléfonos móviles de aquél montón de frikis de lo medieval que la miraban como si acabasen de ver a un fantasma, ¡Ni siquiera la red streaming de la cámara que les estuviese grabando! Y tampoco serían tan estrictos con el tema, si había un tipo con un rifle de principios del siglo XXI, finales del XX. Aunque no se estuvieran grabando ni tuviesen teléfonos móviles... ¿Dónde estaba?

Además... Si ese gigante era holográfico... Debía de haber algún aparato cerca, no demasiado lejos, algún técnico controlándolo... Seguramente un ordenador en alguna parte... 

Por lo demás, las alas funcionaban aparentemente bien a baja potencia y altitud.

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14/10/2016, 19:37
Riley

Llegamos al fin a una taberna y frunzo el ceño al ver la cantidad de gente que hay en ella. Durante un momento casi envidio a la altiva elfa que ha decidido ir a un lugar más tranquilo, posiblemente para no aguantar el intenso olor a humanidad que genera tanta población reunida en un mismo sitio. "Claro, que es preferible al olor a azufre de los Yermos", me digo mientras miro a mi alrededor, buscando un lugar despejado.

Justo en ese momento, una tremenda luz nos ciega. Mi primer instinto es recurrir a mis poderes para suplir la vista, pero en seguida el resplandor desaparece y, tras parpadear un par de veces, consigo distinguir una mujer en el lugar donde antes no había nadie.

- Hostia puta... - blasfemo sobre una representación sagrada de una religión tan muerta como mi mundo. Miro de reojo a Yaril·la, sabiendo la importancia de los dioses en este mundo, seguro de que me reprendería de conocer la expresión.

Pero enseguida centro mi atención en la recién llegada. Su armadura tiene unas ridículas alas que no parecen demasiado útiles. Sin embargo, en seguida me fijo en su material; en mi mundo las armaduras están formadas por trozos de materiales de la antigua civilización, mi propia armadura está creada de neumáticos similares a los que utilizan los pocos vehículos que siguen funcionando, pero esta parece hecha a medida, con materiales sintéticos y metálicos propios de una tecnología avanzada.

En cuanto la armadura se abre para dejar entrever una pistola, aferro con fuerza mi hacha, formada por la cabeza de una sierra radial remachada y atada con alambre de espino a un mango también metálico. Nadie aquí ha reconocido hasta el momento el poder ofensivo del rifle que llevo en mi espalda, pero si esa pistola de aspecto tan pulcro como la armadura es tan letal como cualquier arma de fuego, esa mujer será un peligro en este mundo.

En este mundo... Cualquiera que sea.

Sólo en ese momento me doy cuenta de que la recién llegada pertenece a este lugar tan poco como yo, el gigante que tengo a mi lado o incluso el elfo que nos acompaña. Y, seguramente, no sea casualidad que haya aparecido junto a nosotros. "¿Qué opinas, Sophie?", me digo a mí mismo en silencio. "Yo no sé de números, pero no me parece muy probable que esta mujer haya llegado aquí justo ahora. ¿Puede ser que nuestra presencia aquí la haya traído hasta nosotros de alguna forma?"

Por algún motivo, parece que he conseguido reaccionar algo antes que mis compañeros, así que me dirijo a la recién llegada, retirando la máscara de gas que he dejado caer sobre mi cuello para que me escuche bien. - Estás disculpada - digo con torpeza. En Iowa somos pocos y nos conocemos lo suficiente como para no andarnos con remilgos al hablar, pero por lo que he visto hasta ahora, el trato entre desconocidos en este mundo es bastante más complicado. Sin embargo, nunca fui muy amigo de tratar con extraños y siempre han sido otros miembros del clan quienes se encargaban de esas conversaciones. Desgraciadamente, ahora me va a tocar aprender a mí. - Pero me temo que nadie va a contestar a esa radio - digo en relación a las palabras que ha pronunciado tocando la diadema que lleva alrededor de la cabeza. "Extraño lugar para colocar una antena. Me pregunto en qué lugar de esa armadura estará escondido el transmisor". - No en este lugar.

Sin decir mucho más, le hago un gesto para que me acompañe junto a mis compañeros. Después de todo, somos un grupo suficientemente variopinto como para que uno más no llame la atención y seguro que esta mujer tendrá tantas preguntas como nosotros mismos.

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16/10/2016, 20:08
Osellë

Tras un largo camino junto a Sul pude apreciar la libertad de no recibir órdenes de nadie, respirando el cálido aroma de los árboles mientras me cuentan sus leyendas a través de susurros inaudibles para cualquier otra persona. Y a pesar de ser una extraña en aquellas tierras, sin haber elegido estar aquí, estoy comenzando a sentir la necesidad de adaptarme a lo que pueda suceder en este lugar. 

Junto a mi fiel amigo, decido sumergirme en la soledad y el silencio del bosque, como si en verdad estuviera en mi casa. Todo lo transcurrido en el día fue tan abrupto, al punto de no encontrar una senda que me permita transitar. Son muchos siglos de infortunios, ver la sangre correr y no poder dormir sin el temor al engaño, la invasión o el olvido. 

Probablemente buscaba un cambio, un ápice de luz entre tanta oscuridad y tal vez, este lugar sea el camino indicado. Como una obra de Vanyar o del propio destino. - Ven amigo, nos turnamos. - pronuncio desde la dulzura propia del élfico, siendo la lengua de mi tierra, de mi origen. Y al ver como el lobo se recuesta sobre mis piernas, contemplo su dormir entre suaves caricias a su pelaje. Al igual que una madre a su propio hijo. 

El arco se encuentra a mi lado, apoyado sobre la parte baja de mi espalda y el carcaja entre mis piernas. Nunca me confiaba en estos territorios, más aún si lo desconozco. 

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16/10/2016, 20:58
Thosk!

 

El asunto monetario sí que es un problema para Thosk!. El humano hechicero lo había dejado muy en claro con su pregunta. - ¡Pues ella pagar! Esto no servir… - dijo el bruto al mostrar con gran desesperanza un saco con monedas de Athas. Las mismas son de cerámica y pueden partirse en pequeños trozos.  

Por fortuna la rubia de la gran armadura ofrece un arma a cambio porque forjar una armadura en verdad lleva varios días, incluso semanas dependiendo de la calidad del artesano. Eso ultimo escapo a la lógica del bárbaro que agachó la cabeza en señal de tristeza. Debía esperar para su armadura, no tenía más opción que emborracharse a cambio.

- Thosk! Conformar con espadón. Luego ver un herero… - pero su ánimo cambiante nuevamente mejora al oír a Yaril-la ofrecer costear los gastos de estadía y diversión.

Luego reanudan la marcha por las calles, donde el agua abunda y rebalsa de las fuentes. Lo mismo para las tabernas pero sus entradas pequeñas solo permiten que el semi gigante asome su cabeza al interior, como un niño en una pastelería y asustando a todos en el proceso.

- Tosk! Dormir en cualquier sitio con techo. Incluso sobre rocas y arena. – la respuesta es simple. Considerando las oportunidades que ofrece la ciudad el mero hecho de dormir en un establo es una nimiedad.

Luego al llegar a la taberna todo le pareció espectacular. El ambiente, los olores y las meretrices. Por sobre todo las meretrices… y eso fue un mero disfrute de sentidos hasta que comenzó el espectáculo. O eso creyó el bruto al ver aparecer la bailarina con armadura. ¿El metal aquí abundar? Pensó Thosk! Al examinar con detenimiento la pseudo mujer con alas.

Incluso el otro humano proveniente de otro gran desierto parecía sorprendido. Tal vez es el espectáculo más convincente que haya visto Thosk!. No salía de su asombro.

Luego de juntar coraje Thosk! Se acerca a la mujer-con-alas-de-metal, y mostrando su saco de monedas le habla. – Thosk! Tener muchas monedas. Todas muy lindas y valiosas. ¿por cuantas monedas tu bailar? – el bárbaro termina su propuesta con una gran sonrisa, quizás intentando disimular la inutilidad de sus monedas en este mundo.

Notas de juego

Bienvenido!

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17/10/2016, 01:33
Mólor Lóion

Creo que se arrepentirá de eso- pensé mirando a Thosk! al escuchar decir a Yari·lla que ellos se harían cargo de pagar lo que hiciese falta -Seguro que este es capaz de comer hasta vaciar media despensa… y beber hasta vaciar una entera- me dije con una sonrisa. Pero bueno, tampoco es que fuese mi problema, así que tras despedirnos de Osellë, quien al parecer prefería la tranquilidad del bosque al bullicio de la ciudad, llegamos finalmente a la posada elegida por la sacerdotisa.

Por dentro, el lugar no era demasiado distinto al de otras tabernas que conocía, al menos las de los asentamientos humanos, claro. Comida, alcohol, clientes disfrutando de ambas cosas y varias chicas buscando la atención de los clientes. Si tuviese que decir en que se diferenciaba aquella taberna con las de mi mundo, sería en la ausencia de ese sentimiento de tensión y pesimismo que embargaba mi tierra… y que en el lugar de donde venía, una velada nunca había sido interrumpida por una repentina explosión de luz como la que ocurrió allí.

¿Pero qué…?- empecé  a preguntarme al tiempo que sacaba instintivamente tanto mi libro de conjuros como una de mis espadas, listo para enfrentarme a lo que suponía que era un ataque… y que resultó ser la aparición de una mujer alada cubierta con una extraña armadura, aparición, que, a juzgar por la mirada que Yaril·la y sus hombres nos dirigieron, no tenía nada de común en este lugar -Genial…- me dije.

¿Quién…?- empecé a preguntarle a la joven, aunque antes de poder formular mi pregunta, fui interrumpido por Riley, quien al parecer había entendido algo de lo que había dicho la recién llegada… lo cual, sumado a la forma en la que había aparecido y a lo fuera de lugar que parecía, apuntaba a una sola cosa -Sacerdotisa- dije para llamar la atención de Yaril·la, a pesar de lo extraño que seguia pareciendome llamara así a alguien -Creo que tenéis otro invitado más- le dije , enfatizando la palabra invitado para intentar que entendiese a que me refería mientras Thosk! le ofrecía dinero a la joven para que se pusiese a bailar… lo cual me parecía tan absurdo que, incluso a pesar de la situación,  era casi hilarante.

Supongo que pensar no es algo muy valorado en su mundo- me dije observándolo a él y a la posible reacción de la joven, con el libro de conjuros aun preparado por si acaso -Aunque al menos no le ha intentado abrir la cabeza- me dije recordando que apunto había estado de hacerme eso a mí.

Notas de juego

Bienvenida

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17/10/2016, 09:30
Yaril·la

Nadie en la taberna se atrevió a acercarse al 'ángel' hasta que Riley lo hizo, entonces, los cuchicheos apenas audibles entre la clientela del bar comenzaron a ser más audibles.

Marinero1: Eh! ¡Concédeme un deseo!
Marinero 2: Los ángeles no conceden deseos, merluzo! ¡Eso son los genios!
M1: ¡Qué sabrás tú de ángeles!
M2: Más que tú seguro, que para eso estudié, además, no deberías molestarla, nunca he oído de ángeles con alas de hierro.
M1: Bah, para unos libros que leíste...

Entonces apareció el gigante ofreciéndola dinero por un baile. Media taberna se miró sin saber muy bien si reír o ponerse a cubierto por lo que pudiera pasar. 
La decisión la tomó un borracho que empezó a reírse a pleno pulmón, y contagió a unos cuantos, pero muchos estaban demasiado asombrados y curiosos como para dejar de mirarla un segundo.

Al sentirse más seguros, dos marineros, un aldeano y una de las camareras se acercaron también al ángel, incluso alguno de los marineros empezó a tocar un ala, curioso.

Yaril·la, que no daba crédito a la reacción de la gente, asintió a Mólor y le respondió.
Me temo que sí... y si no lo veo, no lo creo... Voy a ver si evitamos que la irriten, entre Thosk y los demás.
Se trataba de una mujer de unos veintitantos, con armadura pesada de cuello a pies, una capa amarilla, y a la espalda una espada de mano y media y un escudo con un símbolo de una espada en llamas, que lleva también como colgante, y grabado en algunas piezas de la armadura y bordado en la capa.

Sus dos compañeros son un hombre alto y formido, de algo más de treinta, con una armadura de pieles más ligera y un hacha a la espalda, con una capa marrón con el mismo símbolo, cabello largo y mirada dura.

El tercer componente del grupo en lucir el símbolo y la capa marrón es un hombre de unos treinta, con una lanza y escudo, y también armadura pesada y una espada al cinto, bien arreglado y con aspecto más tranquilo.

Aunque Yaril·la no era una autoridad militar, el hecho de ser sacerdotisa del dios de la guerra inspiraba cierto respeto entre los soldados. Se acercó a la ángel abriéndose paso entre la gente, ayudada por sus compañeros.
Eh, abrid paso, dejad a la chica en paz. Dijo con tono autoritario Y tú, déjale las alas tranquilas. Señaló al marinero, que hizo caso. Y Thosk... No creo que sea bailarina. Entonces, al lado de Riley, esperó a que la ángel acompañase al mutante, con el que parecían tener mejor afinidad, y ella misma mantendría a los curiosos a raya para que la dejaran pasar. Las risas y bromas -muchas subidas de tono- empezaban a ser demasiadas desde que Thosk se rió de ella de esa manera y unos cuantos se le acercaran a curiosear sin consecuencias. Había que salir antes de que algún borracho le hiciera alguna otra proposición o se propasase, pues el alcohol hace que la gente no piense con claridad.

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17/10/2016, 18:03
Angela

 Estaba llamando la atención mucho más de lo que le gustaba hacerlo. Cuando el gigante, fuese un truco holográfico o no, se acercó no pudo evitar dar un paso atrás para asegurarse de que no se propasaba de ninguna manera. Lo mismo ocurrió, pero con un paso al lado cuando tocaron por primera vez las alas que constituía parte fundamental del diseño de su armadura. Parecería que sentía a través de ella como puede ocurrir con el tacto de la piel.

 - Es imposible... - musitaba para sí con el ceño claramente fruncido mientras se la aleccionaba sobre la que era una evidencia para el tipo del rifle con aquel estilo tan post-apocaliptico, y un inconveniente o una avería según la perspectiva de Angela.

 Se refugió entre sus brazos, colocándolos casualmente como un escudo, prueba evidente de que estaban violando los límites del espacio adecuado para cualquier conversación civilizada. Las lecturas del HUD podrían advertirle de la naturaleza anómala de algunos de los allí presentes. ¿Pero cómo desterrar la firme creencia de que sufría una seria avería por el contacto con aquella bomba de relojería de uranio super-enriquecido? Angela estaba muy cerca de horrorizarse, pero lo maravilloso del auto-engaño, y de la mente humana, es la imposibilidad de anular ciertas creencias fundamentales con facilidad, confiando en el uso de la razón. Dicha razón se basaba principalmente en la experiencia, y su experiencia le impediría creer en principios o causas sin una detallada explicación de carácter científico. Angela permanecería tranquila, es más, terminaría por mostrarse afable y natural con aquellos dispuestos a conversar. en su tono de voz se notaría cierta premura prudente, la necesidad de salir de allí y concluir una tarea importante. -  No sería un problema si mi equipo no hubiese sufrido daños. - le explicó al único con cierta pretensión de romper aquella ambientación detallada de ficción - es imposible que no sea capaz de establecer comunicaciones con los satélites en órbita, y más improbable aún que no encuentre ninguna red móvil.

  - La única conclusión lógica es una seria avería de mi  dispositivo de asistencia. - compartió señalando la diadema y sonriendo terminó por darle unos toquecitos con el índice mientras miraba fijamente a su primer interlocutor. - Es como si no existiesen. - rió quedamente, como si aquello fuera una locura imposible. Realmente le parecía gracioso pensar en una situación como esa. Su mente la descartaba de forma inmediata.

 - Tendré que pasar sin la geolocalización. - era una especie de broma, pero le preocupaba profundamente, viajar a ciegas, más si lo hacía a intervalos utilizando las alas mecánicas podía ser peligroso. 

 Habiendo comprobado que funcionaban, desactivó el haz de luz, y advertidos todos por la intervención de aquella peculiar mujer vestida de guerrero aprovechó para contraerlas notablemente a su espalda. No eran necesarias por el momento.

  IIuuf...menos mal que funcionan.

 Realmente sumida en lo estimulante de aquella conversación con el desconocido con partes de neumático en la ropa reparó, tal vez, demasiado tarde, en las proposiciones del gigantón, y en las preciosas piedrecitas o tallas que le ofrecía por un baile. Una reacción posible era incrustarle la parte más pesada del bastón en la cara hasta hundirle a la altura de las clavículas. Pero ella era la que se había involucrado en una clase de evento demasiado fantástico para su gusto.

 - Esas no son formas de conseguir un baile de una dama. - optó por concienciarle y llevar algo de crítica femenina a la representación de unas actividades ligeramente orientadas a las actitudes machistas. Los comentarios de los marineros, como fondo de aquel encuentro inusitado resonaron como algo cómico y sin importancia. - Con esfuerzo, confianza en ella y en tí mismo, buenos modales y detalles apropiados, podrás conseguir que alguien baile para ti. Las monedas son bonitas - reforzó su oferta, pues la consideraba inocente - pero colocan a la mujer en una posición de vulnerabilidad, la cosifican, y atenta contra sus derechos naturales y civiles, acercándose a una ideología basada en la esclavitud. Es algo respaldado incluso ahora - le explicó - considerando las tendencias culturales y políticas que afectan a los ómnicos.

 Guiñándole un ojo con serenidad y ánimo, terminó por dibujar una "V" con los dedos de su diestra. - Ánimo con eso. - ¡Seguro que lo haces bien la próxima vez!

 Lo pudo parecer, pero las palabras del hombre de aspecto misterioso no cayeron sobre saco roto. Al contrario, podía deducirse que la mujer que le hablaría justo después era la organizadora de aquel encuentro, o al menos, alguien con respuestas para algunas de las cuestiones que la situación había propuesto. No esperaba que tuviese respuestas sobre como había llegado hasta allí, ella misma las buscaría, conocía los métodos, y la ciencia no se resistía por mucho tiempo si dedicaba un poco de su esfuerzo en pensar en las soluciones. Aquel tipo no parecía de fiar, o estaba loco, o simplemente tenía mucho miedo, no pasó por alto como buscaba las formas de prepararse para defenderse o atacar, pero Angela no podía estar menos dispuesta a organizar un revuelo. O al menos, un revuelo mayor... No se oían ruidos en aquella noche tan plácida, inusual. 

 Debemos de estar bastante aislados de la civilización...y..¿cerca del mar?

 - Te lo agradezco. - le dije apacible a la mujer con aquella capacidad de organización y destreza para tratar con los posibles alborotadores. ¿Sacerdotisa? Debe de ir vestida de clérigo, en ese caso. No es a lo que estoy acostumbrada.

 Caminé hacia el grupo, siendo los más cercanos a mi aquel tipo de aspecto gigante y el hombre que parecía venido de un futuro poco alentador. Me dirigí a este último para transmitirles mis intenciones inmediatas, sin entrar en demasiados detalles:

 - Tengo un asuntillo pendiente. Debo dirigirme rápidamente a un lugar. - sin acceso a un noticiario era innecesario que les hiciese caer en pánico con noticias sobre atentados y posibles muertos. - Necesitan mi ayuda - se esforzó por zanjar aquella conversación educadamente - Debo...debo volver. - aquellas últimas palabras transmitían una intensa pena mezclada con absoluto terror, el miedo a perder a las personas que importan, el miedo a perder a cualquiera que pueda necesitar su ayuda.

 ¿Dónde diantres estás...? Más afligida pero mostrándose lo más entera posible dirigió su mirada directamente a la puerta en busca de alguna referencia. No confió en el HUD en ese momento y sus peticiones se agotaron.  

 - ¿Hay un aeropuerto cerca? O un...teletransportador, o..¿algo? - sonrió ocultando la desesperación.

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20/10/2016, 00:21
Osellë

El intenso aroma del bosque despierta mis sentidos y al darme cuenta de que en el mundo de los sueños atrapada había quedado, decido regresar al lugar donde todos se encontraban. Tras dar una suave caricia a mi lobo, profesando desde aquel acto sublime todo el cariño que siento por él, avanzo a través de un andar sigiloso y fugaz. 

Amaba mi tierra en la soledad, donde los árboles relatan sus propias historias mientras los inviernos transcurren sin más. Era increíble sentir en mis pies la suavidad del suelo o las asperezas de las raíces, que surcando senderos indeseables me invitaban a recorrerlas de punta a punta. El verde de las hojas, el canto de los pájaros, la lluvia y los rayos de sol, todo formaba parte de esta existencia plagada de recuerdos amargos y felices, donde el amor jamás se atrevió a visitar mi corazón. 

Corriendo por momentos, saltando los pequeños obstáculos en los diversos caminos que sinuosos se forjaban, llego a destino cuando finalmente siento en todo mi ser la frialdad del cemento y el aroma a barbarie. - Atento Sul. -sugiero a mi lobo mientras saco el arco de mi espalda, con la intención de llevarlo en mi mano. No tenía noción alguna de lo que podía encontrarme allí, por esa razón tomo precauciones y al encontrar aquel sitio frunzo ligeramente el ceño. 

Al abrir la puerta observo cada rincón de la Taberna recordando la similitud de aquellos Edain a los enanos de mi tierra, por sus vulgares costumbres y al ver que el gigante allí estaba, sabía que el resto rondaría cerca. Ahora avanzo a paso ligero entre la muchedumbre y al sentarme junto al Maia (Mólor), lo saludo en mi lengua. 

- Buenas Tardes. ¿Qué tal todo aquí? - pregunto al observar detenidamente a esa mujer con alas, extrañada por su aspecto y su lenguaje. 

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20/10/2016, 01:07
Thosk!

- ¿Ella no bailar? Thosk! Entonces buscar alguien que lo haga… ¡Y USTEDES BASURA CALLAR...! – el bruto responde a Yaril-la pero la risa de los marineros, borrachos y demás comensales lo saca de quicio, haciendo terminar sus palabras en un solo grito. Su rostro se torna malvado, así como su mirada hacia los presentes. Por momentos el ansia de sangre le era imposible de contener, pero se conformaría con partir algunas mesas además arrojar a los clientes por cada ventana que hallase.

Para colmo de males la mujer de metal con alas comenzó a hablar de una forma extraña para el bruto, algo que a sus oídos se asemejaba a los sacerdotes recitando un conjuro o algo más intrincado que simplemente escapaba a su obtusa mente. ¿El dinero no servir para hacer bailar a mujeres, entonces que hacer falta? Ese pensamiento producía escozores en Thosk!

- Thosk! Solo hablar Común. Tu hablar raro… - respondió a la rubia recién llegada o aparecida por acto de magia. Luego las risas burlonas lo devolvieron al suelo y con ello a su intención original.

Entonces el bárbaro camino lentamente, con la parte superior levemente agachada por la baja altura del techo, hasta llegar a la mesa más cercana donde sus ocupantes reían a más no poder. Allí cerró sus puños con fuerza y preguntó… - ¿Ustedes por qué reír? - 

Notas de juego

3,2,1.....XD

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20/10/2016, 02:08
Mólor Lóion

A pesar de lo preocupante de la situación de tener a alguien más, a todas luces procedente también de un mundo distinto a este, apareciendo de repente frente a nosotros, ya que eso podía significar que aquello no había hecho más que empezar, no pude evitar reírme al escuchar como la recién llegada intentaba aleccionar a Thosk! sobre cómo tratar a las mujeres.

Me parece que ha elegido al menos indicado para soltarle ese discurso- pensé -Dudo que entienda la mitad de las palabras que le ha dicho- me dije meneando la cabeza. Claro que cuando mencionó que debía volver con los suyos y que necesitaban su ayuda, dejé de reírme… al fin y al cabo, conocía demasiado bien ese sentimiento.

Me temo que no hay nada de eso por aquí- le dije -Y no eres la única atrapada en este…- empecé a mirar, pero me detuve al mirar a Yaril·la -No eres la única atrapada aquí- me corregí, pensando que mejor no revelar en medio de la taberna que veníamos de otros mundos. Iba a añadir algo más cuando una familiar silueta apareció por la puerta.

Bienvenida- le dije a Osellë en el mismo idioma en cuanto se acercó -Pues normal… apenas entramos aquí, esa especie de mujer alada apareció en medio de la sala, y por lo que parece, está en la misma situación que nosotros- le expliqué -Ah, y el grandullón tuvo la brillante idea de ofrecerle dinero para que bailase- le dije señalando a Thosk! con la mirada -Ahí tienes el resultado- añadí alzando los ojos al cielo a causa de la actuación de este, esperando que la cosa no se les fuese de las manos.