Partida Rol por web

El humor del campamento no mejoró a pesar de que tenían algunas noticias positivas. El rey de las bestias había prometido una reunión al día siguiente para "liberar" a los que él llamaba "eruditos". Mayra tenía la esperanza de que fuesen sus padres por la forma en la que había hablado el rey y la descripción que había dado. Pero del resto de colonos no había indicio alguno, lo que era extremadamente preocupante y confuso. Con la cabeza rebullendo, la maga se retiró pronto, necesitaba reflexionar. Vika siguió con sus tareas de dirigir el campamento a pesar de que Steinheil ya estaba al mando, pero el capitán no puso inconvenientes en que la imperial hiciese su trabajo. Dámasor estuvo hablando aquí y allí con los nuevos habitantes del campamento, hasta que se quedó dormido y Eldrid lo llevó en brazos a una tienda. Tobías preparó su equipo para la futura exploración y buscaba la forma de estar un rato a solas con Mayra sin importunar a la joven.

El ataque llegó cerca del alba, antes de la salida del sol. A través de las paredes de lona de las tiendas se vieron luces y sombras, pero no se trataba del amanecer sino de fuego, destellos rojos y naranjas. Gritos de alerta se mezclaron con entrechocar de acero, seguido de rugidos que retumbaron por todo el campamento. Algunos cayeron del camastro, otros se levantaron cual resortes y salieron a ver qué pasaba para contemplar que la pequeña comunidad que estaban construyendo estaba siendo atacada. Las medidas de seguridad que había propuesto Vika había funcionado, pero a medias, porque todavía estaba sin acabar. La media docena de soldados imperiales que quedaban salieron a hacer frente a un grupo de bestias que surgieron de la espesura entre rugidos y gritos de guerra. Eran tigres, enormes, como al grupo al que se habían enfrentado en la jungla.

Eran Rayas Negras. Eldrid se transformó en una bestia y su pelaje naranja y negro fue un destello cuando saltó sobre uno de los intrusos sin preguntar ni esperar ninguna órden, apartándolo de la mujer que solía hacerles la comida, herida en una pierna. La mujer bestia se enfrentó a un igual, otra bestia mitad humana mitad tigre, que a diferencia de ella iba armado con una tosca falcata. Steinheill salió de la tienda armado, pero sin armadura, como la mitad de los hombres, y comenzó a dar órdenes para organizar la defensa antes de que todo fuese demasiado tarde.

Por suerte para todos, el campamento estaba reforzado con algunos nuevos integrantes, entre ellos algunos dragones y un gnoll que parecía estar acostumbrado a dormir con armadura. No entendía muy bien qué pasaba porque no hablaba el idioma, pero llevaba unos días conviviendo con los colonos y salió a defenderlos de los ataques de los hombres bestia. Uno de los tigres saltó hacia el pequeño Truxz y acabó ensartado en la alabarda del gnoll acorazado. El pequeño gnollito rebuscó en su enorme mochila, sacó unos frascos y comenzó a lanzarlos en todas direcciones. Cuando estallaban, los tigres se quedaban pegados al sueño o atrapados en una sustancia viscosa.

Las tiendas fueron desgarradas y prendidas, las empalizadas destruidas y la comida almacenada empezó a ser saqueada. Un enorme tigre agarró a Josephus y lo arrastró hacia la espesura mientras el mago gritaba sin poder finalizar el conjuro que se le había quedado a medio recitar. El látigo de Zachary detuvo al tigre unos segundos, pero este se deshizo de la lazada y siguió arrastrando al magistrado por todo el barro...

Bienvenidos de nuevo a Thracia.

Este es un post de bienvenida, no de combate. Asumiremos que habéis descansado y recuperado conjuros, podéis rolear un poco para recuperar la personalidad del personaje y acordaos de lo que hacia vuestra ficha poniéndome los hechizos que preparáis y memorizáis como si fueseis de exploración. El turno siguiente será de combate, os pondré tableros y os pediré iniciativas, pero no por ahora.

Mayra había tardado en conciliar el sueño, pese a haberse retirado temprano a su tienda. No paraba de darle vueltas a la cabeza. Todo lo que había pasado, lo que ella había dicho y hecho desde que desembarcó en Thracia, y lo que quedaba por delante. Había hecho lo que había creído necesario para salvar a los suyos, ¿por qué entonces tenía esa sensación de estar perdiéndose? ¿De estar sucumbiendo a las tentaciones de la magia avanzada y a la indiferencia que daba el mando? Ella había actuado según la habían enseñado en la Torre de la Espiral Negra, y a tenor de cómo había ido la cosa, la habían enseñado bien. Pero aquello no eran simulaciones ilusorias. Allí sus enemigos morían de verdad y arriesgaba a sus aliados... no... a sus amigos, cuando los movía por el tablero. No era, en esencia, un juego. Era la guerra real.

Mayra saltó en el aire, echa un manojo de manos y pies, cuando la despertó el fragor del combate. Atontada, se calzó las botas y salió de su tienda a ver qué fuego había que apagar ahora. Sintió la ira brotar de las tripas y subirle por la garganta cuando vio que los Rayas Negras estaban atacando el campamento. La furia era tan intensa que la maga rechinó los dientes. Era evidente que los desvelos de Vika y Steinhell no habían servido de mucho. Aquellas irritantes criaturas no se iban a dar por vencidas, eran demasiado estúpidas para darse cuenta de que ellos no eran como Los Calaveras. Ellos sí podían defenderse, y cuando solucionaran el asunto del rey de las bestias, pasarían al ataque. Oh, sí. Pensaba atacarlos. Se llevaría a Tobías y a Vika (el pensamiento de llevar a Dámasor ni siquiera se cruzó por su mente) y les darían tal paliza en su propio terreno que no se atreverían a asomar el morro a menos de diez kilómetros a la redonda.

Mayra lanzó un gruñido y buscó un frente en el que pudiera ser de utilidad en el combate.

Conjuros Memorizados (4+1/5+1/4+1/3+1/2+1)

Nivel 4: Bruma sólida^c, Bruma sólida^c, Puerta dimensional^c
Nivel 3: (Espacio abierto), (Espacio abierto), Bandas de acero^c, Disipar magia
Nivel 2: (Espacio abierto), (Espacio abierto), (Espacio abierto), Partículas rutilantes^c, Truco de la cuerda
Nivel 1: Armadura de mago^c, Armadura de mago^c, Grasa^c, Imagen silenciosa, Muro de humo^c, Retirada expeditiva rápida.
Nivel 0: Abrojos^c, Cuchichear mensaje, Cuchichear mensaje, Detectar magia, Detectar magia. 
   C: conjuro de conjuración

Con la conciencia tranquila y la memoria olvidadiza, disfruto de un descanso sereno, beatífico y carente de sueños. Cuando los primeros ruidos en el exterior de mi tienda de campaña me despiertan, me encuentro tan entumecido, tan legañoso y tan aturdido que siento que han pasado meses desde que abrí los ojos por última vez.

Mis viejos huesos crujen cuando me obligo a desperezarme y a asomarme fuera, donde el bullicio no deja de aumentar. Lo que descubro allí es una nueva carnicería. Me froto los ojos con la esperanza de estar soñando, pero en ocasiones la realidad es mucho más amarga que los sueños.

Durante un instante siento la tentación de volver al interior de mi tienda, echarme en la cama de nuevo, cerrar los ojos y fingir que nada de esto va conmigo. Soy ya demasiado viejo y tengo ya demasiados achaques como para tener que ocuparme de estas cosas. Sin embargo, mi fe me impide dejar de socorrer a aquellos que sufren por más que en ocasiones quisiera dejar de hacerlo.

Con un suspiro resignado, comienzo a ponerme mis arrugadas y apolilladas calzas.

Estaba relativamente contenta con las defensas del campamento. Aquel grupo de colonos estaba llevando a cabo un buen trabajo. Bastante metódico, gracias en gran parte, a las instrucciones que había dado. Sin embargo, no podía estar totalmente satisfecha, pues aquellas personas parecían no llegar a comprender la amenaza que se cernía sobre sus cabezas, pues pasaban demasiado tiempo ociosos y avanzaban lento en la construcción del fuerte. 

- No puedo exigirles más, supongo... - Se dijo a si misma con tristeza antes de irse a dormir. 

Sólo esperaba que los peores augurios que rondaban en su cabeza no se hicieran efectivos. Y es que Vika, quizás orientada por el favor de Lucifer, intuía que algo estaba a punto de suceder. ¿Un ataque era posible esa misma noche? Con todos los enemigos potenciales que había en aquella isla, lo extraño era que no se hubiera producido ya. 

Una idea rondaba la cabeza de la sacerdotisa. Deseaba que su hermano Markus estuviera allí con ella, pues él sabría que hacer. Su hermano era un hombre de fe y con gran experiencia militar. Su consejo sería muy valioso a la hora de lograr un estado de buen gobierno en aquella colonia. No obstante, no estaba allí y Vika no se iba a lamentar por ello, pues eminentemente, era una mujer práctica.

- No tendría que haber sido así... - Agarró la empuñadura de su espadón y frunció el ceño mientras miraba el reflejo del fuego en el filo. - Esta violencia sin sentido es lo que diferencia al Imperio de las razas inferiores. Entenderán muy pronto que deben someterse o perecer... 

Miró un momento hacia el cielo. La Tríada estaba de su lado y nada podía impedir que salieron victoriosos una vez más. El Imperio se impondría y la colonia saldría adelante. Eso lo tenía tan claro como que se llamaba Vila Terholm. 

Tobías hubiera querido compartir el tiempo libre que les quedaba antes de la siguiente expedición con Mayra, pero el ánimo de la maga no parecía propicio a la compañía. Tal vez, especulaba, ella estaba esperando a que él se acercase, pero no conseguía tomar la decisión de hacerlo. Demasiado tiempo entre enanos, en la oscuridad de las profundidades de la tierra, se decía.

No le había sido fácil dormir. Tras un primer intento, había dedicado largo rato a limpiar y revisar todo su equipo, asegurándose de que estaba en óptimas condiciones. Sobre todo, la armadura, las armas y las herramientas de las que dependía en buena medida la supervivencia de sus compañeros y de él mismo. Después de aquello, había conseguido alcanzar un estado de sueño intermitente, abriendo y cerrando los ojos, sin estar seguro de cuánto tiempo había pasado.

Pensando en las cavernas, se había descolgado de la hamaca tendida entre dos postes y se había tendido directamente en la tierra, fresca y húmeda. Prono, con la cabeza ladeada y una oreja pegada al suelo, buscando indicios acústicos, sin saber cómo podría reconocerlos si los descubriese, de la presencia de túneles bajo el campamento.

En algún momento volvió a dormirse, pues despertó al escuchar gritos y pasos apresurados. No identificó el característico repiqueteo de las armas entrechocando, pero sí los rugidos, que le hicieron visualizar aquella primera y brutal pelea en la jungla. Se puso en pie de un salto, recogió tan solo lo esencial y salió corriendo de la tienda. Antes de unirse a la lucha, olfateó el aire en busca del olor de sus compañeros, especialmente el de Mayra, para unirse a ella en primer lugar.

Las bestias avanzaron entre el fuego y los gritos, el campamento era un caos. Las tiendas estaban siendo derribadas, por entre los huecos de la muralla aparecían guerreros tigre armados con toscas falcatas y también tigres mundanos cubiertos de sangre. Desgarraban las lonas buscando a sus objetivos.

Si sacáis más de 24 podéis actuar primero. Situaros en cualquier casilla la zona rosada.

Las zonas azules os marcan las murallas, están en el dibujo, pero lo quería aclarar. No podéis atravesarlo (ellos tampoco, claro).
Las zonas naranjas son las tiendas. Se considera terreno dificil atravesar esas casillas (por encima, por debajo, etc.)
Las zonas rojas son los fuegos e incendios. Recibiréis 1d6 de daño por fuego por cada casilla que atraveseis.

(x) Mayra 31/31 (bendecir, elation)
(x) Tobías 62/62 (bendecir, elation)
(x) Vika 52/52 (bendecir, elation, favor divino)
(x) Dámasor 33/33 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)

(24) Hombre tigre 1 - ileso
(24) Hombre tigre 2 - ileso
(24) Hombre tigre 3 - ileso
(24) Hombre tigre 4 - ileso
(24) Hombre tigre 5 - ileso
(24) Tigretón - ileso
(13) Eldrid 71/71 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)
(6) Tigrito 1 - ileso
(6) Tigrito 2 - ileso

Vika apretó los dientes a la vez que hacía lo mismo alrededor de la empuñadura de su arma. Estaban siendo rodeados y seguramente también se encontraban en inferioridad numérica. Aparentemente ese era el peor combate en el que se habían visto involucrados desde su llegada a aquel lugar y solo la Tríada podría protegerles ahora.

- ¡Agrupados entorno a Damasor y Mayra! - Alzó la voz. Sabía que eran los eslabones más débiles en combate, pero también que eran realmente importantes a la hora de decantar el resultado de las batallas.

En el caos del ataque, entre las tiendas y las empalizadas, Tobías no localizó a Mayra. Fue a Vika a quien reconoció en primer lugar, en medio del campamento, su armadura brillando con el naranja intenso de las llamas como un faro. Confiando en que sería tan visible para Mayra y Dámasor como lo había sido para él, corrió hasta situarse a su lado, espalda con espalda.

Inspiró en profundidad. No le era fácil distinguir aromas rodeado por el olor de la tela y la madera ardiendo, pero le bastaba para reconocer el almizcle de la gente tigre al norte y al sur, cerca. Y, más cerca todavía, al oeste. Aunque ese último aroma era de una mujer tigre a la que conocía bien.

Mayra estaba al lado de Eldrid cuando Vika y Tobías se unieron a la refriega. Aunque no tenía todos los flancos cubiertos, junto a ellos se sintió todo lo segura que podría estar dadas las circunstancias.

K10.

Iniciativa 22.

Los tigres cayeron sobre los aventureros con fiereza, saliendo desde detrás de las tiendas, desgarrándolas por el camino, saltando y arrojándose sobre ellos entre rugidos. Uno de los hombres tigre descargó un tremendo golpe contra el anciano Dámasor, todavía adormilado. A Eldrid le cayó encima uno de sus iguales, desgarrándole la cara de un zarpazo. La falcata de uno golpeó contra la coraza de Vika y un viorte silbó cerca de la oreja de Tobías para perderse en la espesura.

Estaban rodeados.

Hombre tigre 1 ataca a Dámasor con una carga de falcata, el anciano recibe 11 de daño (16 reducido).
Hombre tigre 2 dispara una flecha contra Tobías. Falla.
Hombre tigre 3 se mueve para atacar a Eldrid, en ralidad solo es 1 ataque porque ha movido. Recibe 3 de daño (8 reducido).
Hombre tigre 4 ataca a Vika, falla.
Hombre tigre 5 se mueve entre las tiendas para llegar con doble movimiento.

Tigretón hace doble movimiento.

Turno de Tobías, Mayra y Dámasor.

(24) Hombre tigre 1 (falcata) - ileso
(24) Hombre tigre 2 (arco) - ileso
(24) Hombre tigre 3 (garras) - ileso
(24) Hombre tigre 4 (falcata) - ileso
(24) Hombre tigre 5 (falcata) - ileso
(24) Tigretón (garras) - ileso
(22) Tobías 62/62 (bendecir, elation)
(21) Mayra 31/31 (bendecir, elation)
(14) Dámasor 22/33 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)
(13) Eldrid 68/71 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)
(6) Tigrito 1 - ileso
(6) Tigrito 2 - ileso
(6) Vika 52/52 (bendecir, elation, favor divino)

Tobías se relajó cuando vio que Mayra y Dámasor estaban lo bastante cerca de él como para alcanzarlos de un brinco.

Cuando los rayas negras se abalanzaron sobre él y Vika, y vi por el rabillo del ojo como otros dos se acercaban por su espalda, se revolvió buscando a Dámasor y Mayra. La sacerdotisa podía encargarse de esos dos, y confiaba en que las tiendas y los muros obstaculizasen lo bastante al inmenso hombre tigre que estaba casi encima de ellos.

Dame un grito cuando tengas al grandote encima, dijo a la sacerdotisa.

Cuando vio la flecha que se dirigía hacia él, giró el tronco y dejó que se rebotara de lado contra su armadura, inocua. El siguiente giro vino acompañado de un par de mandobles hacia el hombre tigre que trataba de hacer pedazos al sacerdote de Rashiel.

Tobías activa la postura Isla de Filos* como acción rápida, da un paso de 5 pies a 10L y hace un ataque completo (ataque poderoso -4) a Hombre Tigre 1.
     Ataque 1, ataque 27, daño 24.
     Ataque 2, ataque 15, daño 22.
Tobías esquiva a Hombre Tigre 1 o, en su defecto, a Hombre Tigre 2.

TS Voluntad (contra "calmar emociones") 14, fallo.

*Ahora mismo sin efecto.

—¡Te cubro, Vika! —dijo Mayra, que echó mano a los componentes de su tahalí multibolsillos.

Extrajo una pizca de guisante seco en polvo y lo mezcló en el cuenco de su mano con un polvo fino de pezuña de carnero. Hizo unos pases mágicos con la mano por encima de la mixtura, mientras desgranaba las palabras de poder de uno de sus hechizos más potentes. Sobre el campamento cayó una niebla sobrenatural, tan espesa que se podía cortar con cuchillo.

La maga de la Torre de la Espiral Negra miró por el rabillo del ojo que su flanco aún estaba expuesto, y encadenó un segundo sortilegio. El mundo pareció detenerse a su alrededor, pero lo que vieron sus compañeros es que Mayra salía disparada en busca de una posición más ventajosa.

Mayra lanza Bruma sólida en la zona verde como acción estándar. Como rápida lanza Retirada expeditiva rápida. Se mueve por el caminito de puntos azul hasta E15.

Todavía estoy tratando de entender qué sucede a mi alrededor cuando alguien me acuchilla por la espalda, reduciendo a jirones ensangrentados mi vieja túnica.

Con un quejido en el que se mezclan el dolor y la sorpresa, me doy lentamente media vuelta para encarar a mi atacante. Frente a mí hay un hombre-tigre, como Eldrid, pero mucho menos cariñoso.

—Yo te pe-pe-perdono —le digo de corazón, mientras palmeo afecutosamente su hocico—. Rashiel os pe-perdona a todos.

- ​​​​​​¡Y yo a ti! - Le respondió a la arcanista. 

Fue entonces cuando sintió como sus emociones se empezaban a calmar de forma súbita. Sin duda era una sensación inducida por del anciano senil. Recordar a aquel hombre y su deber de protegerle pese a todo, le hizo reaccionar a tiempo y vencer el impulso pacifista que acababa de tratar de apoderarse de ella. 

Los tigres agacharon las orejas y bajaron las armas. Eldrid bajó los brazos, confusa, mirando al guerrero Rayas Negras con el que hacía unos segundos se estaba pegando. En el interior de la niebla, los tigres buscaban una forma de salir de allí mientras el tigre grande se lamía una enorme zarpa ensangrentada.

Hombre tigre 3, 4, 5 fallan su TS y están calmados.

Hombre tigre 1 supera su TS.

Tigretón falla su TS y está calmado.

Tigrito 1 y 2 mueven abajo paso 5'

Turno de Vika.

(24) Hombre tigre 1 (falcata) - 24 (herido grave)
(24) Hombre tigre 2 (arco) - ileso
(24) Hombre tigre 3 (garras) - ileso (calmado)
(24) Hombre tigre 4 (falcata) - ileso (calmado)
(24) Hombre tigre 5 (falcata) - ileso (calmado, niebla)
(24) Tigretón (garras) - ileso (calmado, niebla)
(22) Tobías 62/62 (bendecir, elation, calmado, círculo de proteccion +4)
(21) Mayra 31/31 (bendecir, elation)
(14) Dámasor 22/33 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)
(13) Eldrid 68/71 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4, calmada)
(6) Tigrito 1 - ileso (niebla)
(6) Tigrito 2 - ileso  (niebla)
(6) Vika 52/52 (bendecir, elation, favor divino, círculo de proteccion +4)

Vika alzó su espadón y sin dudarlo un solo instante lanzó un poderoso ataque contra el hombre tigre que tenía delante. Aquella criatura gimió dolorida mientras Vika intentaba un segundo ataque, aunque esta vez golpeó contra la nada. 

Poco duró la calma cuando Vika asestó un golpe casi mortal al tigre que le hacía frente, los ánimos volvieron a calentarse de inmediato y la furia regresó para los pocos guerreros de Rayas Negras que habían escapado de la trampa de la hechicera. Uno de ellos se sentía bastante insultado, especialmente porque le habían dado un mandoblazo en el cuerpo y el viejo le había puesto la mano en el hocico mientras realizaba sus cánticos chamánicos. De modo que saltó sobre Dámasor con toda su furia, considerándolo más peligroso que cualquiera de todos ellos. Destripó al anciano con facilidad, pero la fe de Rashiel hizo que mordiera sin llegar a clavar los dientes.

Otro virote pasó cerca de la cara de Tobías, dibujándole una línea de sangre en la frente mientras salía del estupor causado por el conjuro.

El círculo no esta haciendo efecto, todos los tigres son neutrales.

Hombre tigre 1 se ensaña con Dámasor, deja caer la falcata y hace un completo. Acierta dos garras, 6 y 6 de daño (11 y 11 reducido). Dámasor cura automáticamente 4 pg al inicio de su turno.

Hombre tigre 2 dispara otra vez contra Tobías mientras está despistado. 4 pg.

Hombre tigre 3 se despeja y se ensaña con Eldrid. Acierta un golpe. 6 de daño (11 reducido).

Hombre tigre 4 ataca a Vika, pero falla.

Hombre tigre 5 da un paso hacia delante y se encuentra con todo el meollo del asunto sin saber muy bien qué pasa.

Turno de Tobías, Mayra y Dámasor.

(24) Hombre tigre 1 (garras) - 24 (herido grave)
(24) Hombre tigre 2 (arco) - ileso
(24) Hombre tigre 3 (garras) - ileso (calmado)
(24) Hombre tigre 4 (falcata) - 24 (herido grave, calmado)
(24) Hombre tigre 5 (falcata) - ileso (calmado, niebla)
(24) Tigretón (garras) - ileso (calmado, niebla)
(22) Tobías 58/62 (bendecir, elation, calmado, círculo de proteccion +4)
(21) Mayra 31/31 (bendecir, elation)
(14) Dámasor 14/33 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4)
(13) Eldrid 62/71 (bendecir, elation, círculo de proteccion +4, calmada)
(6) Tigrito 1 - ileso (niebla)
(6) Tigrito 2 - ileso  (niebla)
(6) Vika 52/52 (bendecir, elation, favor divino, círculo de proteccion +4)

- ¿A dónde te crees que vas? - Preguntó Vika indignada ante la actitud de desprecio de aquel tigre. ¿De verdad creía que podía moverse así como así por su lado sin recibir su merecido? 

Un nuevo espadazo acabó por desmembrar a aquella criatura como medida ejemplarizante para el resto de sus congéneres.

Los aparentemente dóciles tigres se revuelven en respuesta a su naturaleza salvaje o tal vez a la naturaleza todavía más salvaje e irracional de Vika. Cada vez es más evidente que la sanguinaria sacerdotisa de los nuevos dioses está mentalmente desequilibrada y siempre es una pena cuando estas cosas le pasan a una chica tan joven.

Me quedo inmóvil, haciéndome el muerto. Quizá así mi atacante se aburra de jugar conmigo y decida regresar por donde ha venido. Nada bueno le espera si persevera con esta actitud.