Partida Rol por web

¿Un control en la autopista?

A Magnus le parecía muy raro que les pararan. En cualquier caso, los arbitres estaban de su lado... ¿no? Tomó aire y se relajó. Estaba demasiado tenso.

Levais vuestros documentos de identidad, cada uno el suyo, de vuestros lugares de origen, sellados como ciudadanos imperiales. Acreditan que libremente pueden transitar por todo el imperio. El bloqueo no está en la autopista, está en una de las salidas de la ciudad, como un peaje por asi decirlo.

Severus tiende el suyo hacia Elius a la par que emipieza disimuladamente a observar a los supuestos arbitres no hicieran ningun movimiento hostil o algo que tuvieran fuera de lo común.

El agente recoge vuestros documentos y los escanea. Ve rápidamente los planetas de origen y os mira con cara de escepticismo:

Joder... estáis realmente lejos de casa.... ¿Qué cojones habéis venido a hacer aquí? ¿Eh? Supongo que no estaréis por viajes de placer... Y viéndoos las pintas diría que vais más de safari... -Su mirada recorre el interior del vehículo, se posa en cada uno de vosotros, y en el amplio repertorio de armamento, difícilmente oculto en un vehículo con tanta gente, que portáis cada uno- Joder.... ¿Pero qué coño....? Empieza a preguntar mientras su mano va a la guarda del arma. ¿Tenéis licencia para esos cacharros?

Severus se percata que los agentes del fondo, los que se encuentran junto a la banda de clavos estan bien preparados para cualquier incidencia. Sue quipo no es el de un guardia imperial... pero tampoco van mal preparados. Al parecer, estos dias por alguna razon les han hecho salir bien preparados para cualquier imprevisto.

-Disculpe agente, pero si tengo licencia para llevar lo que llevo encima, entre los documentos que le he pasado a mi compañero conductor vera que hay una licencia. - dice Severus mostrando sus manos al agente para que no se ponga nervioso.

Severus no hace ningun movimiento brusco.

Ohhh..... vaya... si, lo veo... pero me temo que... les faltan las autorizaciones pertinentes para portarlas en este pais... Yo podria echarles una mano con eso... pero claro, estamos muy liados y todo eso, nuestro tiempo es caro digamos... Y este asunto les podria salir muy caro si lo llevamos por los cauces legales habituales... ¿Me entienden?

El agente os mira significativamente arqueando las cejas debajo del casco. Tras eso continua:

Digamos que por 20 tronos por persona os lo apayo perfectamente...

- Desde luego, comprendo lo que dice, agente. Fuimos descuidados al no conseguir los permisos para el transporte de armas en este planeta - mierda, sí que fuimos descuidados - y ya que se ofrece a dedicar su valioso tiempo para subsanar nuestro error, no vamos a cometer la descortesía de rechazarle.

Por un momento me pregunto si hasta nos ayudaría a vender esto en el mercado negro, aunque algo me dice que es mejor que no le diga nada al respecto.

Solo hay un problema...:

A Severus le quedan 9 Tronos.
A Ray le quedan 10 Tronos.
A Bellim le quedan 15 Tronos.
A Elius le quedan 100 Tronos.

¿Como haceis para pagar al polizon? Luego podreis vender las cosas y así, pero por ahora... justos de pasta.

Miro las caras de mis compañeros y me doy cuenta de que 20 tronos son muchos tronos para ellos. Bueno, 20 tronos son muchos tronos para cualquiera, y ochenta, más todavía. Por suerte, yo los tengo. Con algo de disimulo doy el dinero al agente, consolándome al pensar que cuando venda el botín, los recuperaré con creces.

Si es que lo vendo, claro... Esto cada vez parece más difícil.

El agente te sonrrie y clava unos seyos en los papeles de los 4. No teneis ni jodida idea que quieren decir los signos que os acaba de poner, pero parece que todo está bien. Te da una palmada en el brazo y luego un par de toques en le capó para indicarte que sigas adelante. Haciendo un gesto a sus hombres, estos retiran la banda de clavos y podeis continuar vuestro camion. Parece que todo ha salido bien. Por la calle veis bastantes patruyas de agentes y otros cuerpos de seguridad que no identificais a simple vista. Sus ropas son negras, sus vehiculos son negros, pero las mascaras venecianas que lleban son de color blanco y... como no, negro. No hay mucha gente por la calle, es como si se hubiera decretado el estado es escepcion.

- No debiste dejarte chantajear por ese proxeneta. Somos COMANDOS. Si regresas le arrancaré esos tronos de sus dedos muertos... - Comentó enfadado Ray que no había atinado en su momento a intervenir en la situación del soborno al guardia del paso.

Vale quizas Ray tenga razón y luego querrais vengaros, pero creo que ya se habra pulido ese dinero, ¿vamos a lo que vamos? Pero Elius ha evitado una desagradable acción y un llamamiento innecesario de la atención. Ahora podemos intentar buscar al superviviente del grupo uno y seguir con la misión, luego si quereis nos vamos a por ese poli.

Entráis en la ciudad a buena velocidad, es un lugar gigantesco. El acceso que habéis tomado está en el 1º cinturón de la ciudad. La colmena percibís que está claramente dividida en 3 zonas muy marcadas:

La zona central de la colmena: Un lugar donde la opulencia no conoce límites, lleno de las mejores tiendas y los habitáculos de mayor nivel de todo el planeta. Los precios suelen ser caros y la gente paga puntualmente. Las clases altas se mueven por sus calles, prácticamente desiertas en comparación con las otras dos zonas, acompañados por sus servidores y sus equipos de seguridad privada. Aquí se encuentra también el espacio-puerto. Un lugar grande y con un tráfico aéreo descomunal. El Espacio-Puerto, prácticamente se encuentra en la cima de la colmena.

El 1º anillo/cinturón: Donde viven la mayor parte de la gente con un buen nivel adquisitivo. Se extiende a los pies de la zona central de la colmena, y no tiene lugares malos. La presencia de los arbitres es bastante regular y la seguridad (hasta hace poco, ahora la ciudad parece haberse vuelto loca) es bastante buena. Ahí viven quienes no trabajan con sus propias manos, sobre todo contables y especuladores de todo el sector. Los habitáculos son buenos y los barrios están bien organizados.

El 2º anillo/cinturón: Claramente visible por sus construcciones afinadas y prefabricadas. Este lugar está marcado por una línea de "muralla". Esta muralla marcaba hacia tiempo los límites de la colmena, pero ahora ha quedado relegado a una mera pared (gruesa eso sí) entre habitáculos. En el segundo cinturón viven todos los trabajadores (que es una gran parte de la población local) que van todos los días a las fabricas de grano a ganarse su jornal en turnos de 12 horas. La presencia policial es prácticamente inexistente, los arbitres solo se adentran en esta zona para hacer redadas ocasionales o perseguir a algún sujeto concreto que ha sido requerido por algún miembro del poder de la cúspide. Reinan las bandas organizadas y la política de: "Yo soy sordo, ciego y mudo. No he visto nada". Sobre la muralla circula una trasporte que puntualmente trae y lleva a la catedral del límite a multitud de sujetos. La catedral se encuentra en el límite, y tiene accesos a un lado de la muralla y al otro, según tu lugar en la colmena. La muralla tiene cientos de pasos transitables, túneles y caminos amplios por los que se mueven miles de personas. Un claro ejemplo de la desdicha de esta zona es que incluso las estatuas de santos y martiles situadas en las alturas de las zonas proximas a la muralla, dan la espalda al 3º cinturon, mirando al interior al 1º anillo y la cuspide.

Expansión y Crecimiento: La ciudad se ha quedado sin espacio, y el virus que parece ser el 3º cinturón ha dejado de poder expandirse horizontalmente, puesto que ha llegado a los cráteres de Lexus, unas profundas depresiones que prácticamente rodean la ciudad. Como consecuencia de esto. El 3º cinturón, extrañamente el único que crece desaforadamente, ha comenzado a expandirse verticalmente. Esto provoca habituales derrumbes de estructuras mal diseñadas por mediocres arquitectos, que suelen provocar la muerte de cientos de trabajadores.

Las vias de acceso: Las salidas de la colmena, cientos de vías de autopista que la abandonan como raíces clavadas en la tierra, parten de los cinturones 2º y 1º, puesto que estos son los que tocan más horizontalmente en tierra. Las salidas de la colmena parten desde dentro y cruzan las antiguas murallas de la ciudad, atravesando las grandes puertas dobles, grandes construcciones metálicas, que rematan cada salid. Las puertas están integradas en la muralla, nadie las ha visto cerradas, ni siquiera se oyen rumores de generaciones antiguas. Hay quienes piensan que ni siquiera tienen sistemas de apertura, sino que son meras construcciones en la piedra, con fines disuasorios ante ataques externos, de las épocas de las luchas entre hemisferios hace miles de años.

Magnus espabila de su letargo una vez entran en la ciudad. Por fin, iba a bajar pronto de ese vehículo.

-Deberíamos ir directos a la dirección... ¿Preguntamos o alguien tiene forma de guiarnos hasta ella? -preguntó desde la parte de atrás del todoterreno y parar de mirar los edificios que iban pasando.

Por fin lográis atravesar las puertas de la ciudad, y ante vosotros se extiende un mar de vehículos que se hacinan para salir de la ciudad. En el interior de esta, hay muchas más tropas de los arbitres y del ligero cuerpo del FDP, escuadras de 20 hombres y blindados ligeros sobre 6 pesadas ruedas se ven por aquí y por allá. Casi sois los únicos que empleáis la vía de ida hacia el interior de la colmena, y la gente retenida en los interminables atascos os mira desde sus vehículos con una extraña mezcla de sentimientos. Cuando os habéis internado un tramo en el primer cinturón de la ciudad, una serie de conos seguidos los unos de los otros os obligan a desviaros a la izquierda en la carretera, convirtiendo el doble carril en una única vía. Un agente de los arbitres os hace señas de que disminuyáis la velocidad y un cartel circula puesto al inicio de los conos indicia que la velocidad máxima es de 30. No os imagináis a que puede deberse algo así pero en una ciudad tan grande...

Tras los conos se encuentran unos 20 agentes, un vehículo de patrulla de los arbitres se encuentra en llamas, así como 2 coches de ciudadanos de la colmena. Tras un cordón de arbitres, una multitud de 60 personas se encuentra de rodillas y con las manos en la espalda. Pasáis al lado de la escena a 30 y os da tiempo a ver con claridad, como un hombre grande y con una máscara de estilo barroco pintada a colores blancos y negros discute con el oficial de los agentes. Tras un momento se acerca al grupo de ciudadanos y señala a uno de cada tres. Los agentes los sacan del grupo y los ponen contra un muro. Tras un grito del hombre de la máscara, los agentes abren fuego y barren el muro y a los ciudadanos de una larga y prolongada salva que llena el suelo de casquillos del 7.72. El oficial de los arbitres impotente se sienta en su vehículo y ahí se lleva su arma reglamentaria a la boca y se salta la tapa de los sesos. El muro queda manchado con sangre, los cuerpos se hacinan en su base, y una gran mancha de sangre comienza a extenderse.

Los agentes que han barrido a los detenidos no muestran ninguna clase de emoción, y el hombre de la mascara ríe incontroladamente, mientras los demás ciudadanos que se encuentran tras la barrera, detenidos, comienzan a gritar y a temer por sus vidas. Con un simple gesto, el tipo de la mascara (que claramente no pertenece a la FDP ni a los Arbitres) ordena que los carguen en un camión y se los lleven. Los cuerpos de los brutalmente fusilados quedan ahí, ni se dignan a recogerlos, no sabéis que habrá hecho esa gente, no sabéis nada, no conocéis nada, estáis entrando en un mundo distinto, un mundo en el que la gente esta azuzada por el miedo, en el que la sobra del caos se cierne sobre el planeta… No alcanzáis a ver más, pasáis por el control y continuáis alejándoos.

Espero por el trono que el lunatico de la mascara fuera un comisario, sino....creo que no eran de los nuestros....

- Esten atentos, que hayamos matado a una aberración no nos libra de una bala "pérdida"... - Comentó Stansfield al que ya la situación volvía adarle mala espina. El planeta parecía un nido de sinverguenzas y corruptos, y si le preguntaban al convicto él hubiera optado por utilizar napalm a lo largo y ancho de toda la condenada superficie planetaria.

En cuanto llegamos a la colmena, me siento mejor, en un ambiente tecnificado, alejado de la barbarie natural que parece dominar gran parte del planeta.

Presencio el fusilamiento con el rabillo del ojo, mientras sigo atento a la carretera, y a no llevarme ningún cono por delante. Entiendo que se trata de alguna clase de castigo ejemplar (a veces la única manera de ajustar los comportamientos humanos para que sean como deberían ser consiste en eliminar a unos cuantos humanos desajustados), pero no comprendo por qué el jefe de los arbitres ha perdido su autoridad frente al de la máscara, ni por qué se suicida.

No me gusta no comprender los motivos por los que suceden las cosas, pues las consecuencias suelen ser peligrosas, especialmente, al parecer, en este planeta dejado de la mano del Emperador.

- Supongo que deberíamos preguntar, o tratar de conseguir un mapa de la ciudad.