Partida Rol por web

Arrugo un poco el ceño recordando esos detalles del pasado, a el no es que le preocupara realmente si se amaban o no al menos en aquel entonces, aunque si que recuerda estar preocupado por si tardaba en llegar un hijo. Medito por un instante la pregunta, ¿ahora la amaba solo por que llevaba su semilla en el vientre?

La beso en los labios una vez mas buscando la inspiración y la respuesta al enigma y la respuesta llego rauda.

-A mi padre le debo mucho, me dio el mayor tesoro de mi vida que has sido tu, y ahora tu me vas a dar un tesoro aun mayor. Estas llevando y alimentando a nuestro hijo, sufrirás los dolores del parto y continuaras cuidándolo y alimentándolo. Con ello te has ganado mi devoción en este mundo y en los siete reinos de los dioses. Si no fuera por que moriría, me arrancaría el corazón y te lo entregaría para que lo custodiases si así te quedaras mas tranquila.

Aquellas palabras me llenaron tanto que no pude contenerme y me subi sobre el con mi pequeña barriga que ya asomaba sobre mi cadera, mirandolo y agachandome para besarlo con cariño.

- ¿Sigues deseandome? - Le pregunte ya con claridad pues era uno de mis ultimos miedos - ¿Seguiras haciendolo aun despues de que sea tu hijo el que ocupe mis pechos? - No queria que solo me viera como una madre, queria ser mas para el, era ocmo si necesitara que su mente, su corazon y su cuerpo estuvieran conmigo.

La sonrisa de su rostro se acentuo ante la pregunta, era normal que Alexandra se sintiese preocupada, pero no tenia por que. Con un simple movimiento la recosto y fue el quien quedo sobre ella aunque con cuidado de no quedar sobre su vientre.

-Asi que... Ese hijo querra tomar posesión de tus pechos, que son mios por derecho.. Espero que nazca con una espada bajo el brazo por que no pienso dejarlos escapar por la buenas.

Bromeo Morded, pero a medida que hablaba, sus dedos apartaban a un lado los tirantes del camisón, bajandolos por los hombros hasta dejar bien visibles los pechos de su amada y seguidamente uno de sus dedos comenzo a acariciarlos, pasando de uno a otro.

-Supongo que podremos compartirlos.. ¿No crees?

Me dio la vuelta en un visto y no visto, y volvi a estar tumbada sobre la cama, aquellas demostraciones de fuerza me encantaban y como comenzo a mirarme de nuevo aun mas.

Su mano deslizo la tela de mi camison haciendome cosquillas en los hombros y mis ojos comenzarona observar sus movimientos, como dejaba mis inchados pechos al aire que habian crecido bastante con el embarazo. Cuando comenzo a jugar con ellos se me cerraron por un segundo los ojos y un jadeo escapo de mis labios. Mi cuerpo estaba en un estado de maxima sensibilidad y ahora mismo el minimo roce ya me volvia loca.

Nadie podria arrebatartelos... 

Observó los pechos con lujuria, de un tiempo a hoy su tamaño se habia echo mayor, sus manos se colocaron sobre ellos, tomando lo que era suyo, las caricias llenas de delicadeza y ternura fueron dando paso a movimientos mas apasionados y excitantes.

-Y que nadie lo intente. -Sentenció.

Sintiendo como el calor se apoderaba de su cuerpo se quito la camisa, practicamente arrancandosela dejando su torso al desnudo, un torso pulido por años y años de entrenamientos, combates y cacerias. Contrastando con su piel mas bronceada, por aqui y por alla se veias pequeñas rayas blanquecinas señal de las cicatrices que habia sufrido a lo lardo de los años.
Finalmente no aguanto mas y se abalanzo sobre los pechos de su mujer, dejando que fuera la lengua la que ocupara el lugar de sus dedos. Mientras su mano recorria a ciegas las formas de la chica bajando por la cintura hasta las caderas y elevando el camisón para encontrar otra fuente de placer que los dedos pudieran seguir explotando.

Me gustaba cuadno se imponia, cuando no dejaba que se le llevara la contraria, sentia su fuerza, su poder, la proteccion cuando se referia a mi, el saber que no queria que ningun otro hombre me tocara, que ni me mirara...

Al quitarse la camisa sonrei y acerque mis labios a la marca que le habia quedado en el hombro y el costado de su batalla con Jener el dia que nos conocimos. Cuando llego a mis pechos con su boca los jadeos comenzaron a ser mas audibles, y sobretodo cuando su mano se interno bajo la falda de mi camison.

- Mor... Hazme tuya... tomame como tuya..

Estaba claro que los jadeos lo animaban a continuar con mas ansia, y en cuanto escucho sus palabras y sintio la humedad en su sexo, se deslizo para introducirse entre sus muslos y una vez dentro, le quito el camisón por encima de la cabeza para ver su cuerpo desnudo en toda su totalidad.

-Eres mia... Arrancare los ojos del que te mire con lujuria... Cortare la lengua del que te diga palabras indebidas... Te deseo solo para mi.

La tenia agarrada firmemente por la caderas, y le hablaba mientras la embestia, su respiración se iba haciendo mas pesada y su mente iba dejando paso a un instinto mas primitivo, mas animal.

Mi cuerpo ya no era el mismo que el habia desflorado, ahora tenia unos pechos bastante prominentes, y un pequeño vientre que dejaba en el olvido mi abdomen plano y liso, yo no me sentia bella, tenia tantos reparos a que me viera sin ropa que me sentia incluso estupida por ello. Pero aun asi sus palabras me llenaron de una manera increible.

Cuando me desnudo no pude evitar un pequeño rubor por si a el tampoco le agradaba lo que tendia ahora entre sus brazos pero cuando comenzo a embestirme, hacerme suya con decision, todos esos miedos desaparecieron dejandome solo placer en mi mente, dejando que mi cuerpo se moviera buscando mas de aquello, dejando que mis manos marcaran su espalda.

Sabia que no podria mas que tener esas palabras pues ningun hombre osaria tocarme, ni tan siquiera mirarme siendo el mi espoco, pero aun asi... me gustaba oir aquello.

A medida que el acto se alargaba, el sudor iba bañando la piel de ambos, que se encontraban unidos como uno solo, sus cuerpos se movían al compás. La intensidad iba en aumento, se notaba que sus marcar preferidas eran las que dejaban las uñas de Alexandra en su piel.

Morded gustaba de cambiar de posición varias veces y siempre lo solía hacer con bastante rudeza, pero desde que sabia que Alex estaba en estado, procuraba ser mas suave en esos temas, aun así la hizo recostarse hacia un lateral y se coloco a sus espadas también tumbado.

Desde esa postura, no la penetraba con tanta fuerza, pero sus manos podían explorar mejor su fisionomía explotar los puntos de placer.

Mis gemidos resonaban por toda la casa, desde que el embarazo comenzo a evolucionar mi cuerpo se sensivilizo muchisimo mas y sentia las cosas de una manera increible, por no decir que siempre estaba ardiendo. Me encantaba que me moviera, sentirlo frente a mi... tras de mi...

En esa postura de lado lleve uno de mis brazos hacia atras clavando mis uñas en su cadera y gluteos mientras notaba que un nuevo orgasmo me invadia. sus manos tocando mi cuerpo me hacian sentir mas tranquila y deseada por el, no un simple objeto de placer momentaneo...

- Mor... Morded... te... Yo te... - Pero no me salian las palabras.

En el momento del éxtasis, volvió a tomarla por las caderas, apretándola contra el, marcando sus dedos en la piel y haciendo que las ultimas penetraciones fueran mas intensas y rítmicas, hasta que sintió como su semilla salia de el.

Sin dejar su interior Morded se mantuvo tumbado tras ellas, cubriéndola en un abrazo con un brazo. Para después retirar unos mechones de cabello y besar su cuello, el cual ahora era salado por el sudor.

-Espero que todo esto haya espantado todos los temores que pudieras tener.

Susurro en su oído.

Estalle de nuevo con el en una oleada de placer, cuando finalizamos me quede quietas, respirando con fuerza y sintiendo sus brazos mas magicos que nunca. Sus palabras y su calido beso me hicieron sonreir de forma tierna y me aprete aun mas contra el aun sintiendolo dentro de mi.

- Te... te amo Mor... - Le dije con suavidad pues era algo que normamente no salia de nuestros labios pero ahora necesitaba decirlo.

La respiración iba volviendo lentamente a la normalidad, aunque desde esa posición Alexandra no podia verlo, Morded sonrió con calidez ante sus palabras.

-Y yo a ti... Y amo lo que estamos creando.

Mientras decía esto volvió a llevar una mano al vientre de su esposa. Morded no era demasiado dado a dar estas muestras de cariño, pero en esta situación bien lo vaíia.

Aquellas palabras fueron lo ultimo que necesitaba para estar tranquila, y me acurruque abrazandome a su brazo, sin querer que saliera de mi interior, sintiendo su mano en mi vientre como si fuera lo mas calido que podia sentir, sabia que ansiaba y amaba lo que habia en su interior pero tenia miedo a que no le gustara como se veia en mi cuerpo y al sentir como me tocaba todo aquello desaparecia...

Finalmente me quede rendida y dormida en sus brazos como una niña arropada por el, protegida de todo lo que pudiera atormentarme...

Meses despues....

Hacia ya unos meses que el pequeño había nacido, Morded y Alex habían salido a pasear juntos cerca del linde del bosque Silverwolf. El aire fresco era bueno para el pequeño, pero también lo era para la madre.

Aunque ese día, Morded parecia algo distraido del paseo en si, su mente parecia vagar en otro lugar.

Hacia un par de meses que el pequeño Mertel habia nacido, sano y fuerte como su padre, realmente se parecia mas a Morded que a mi, era moreno y grande pero con mis ojos claros. El parto habia sido duro y mi miedo a no poder resistirlo enorme, pero algo que siempre estara en mi recuerdo es que el no se separo de mi ni un instante, cogio mis manos con fuerza ayudandome a empujar y finalmente todo salio bien.

Era uno de los primeros dias que salia de casa desde que el pequeño nacio, entre darle de mamar y los sangrados posteriores al parto no me encontraba en un estado "bueno". Pero ahora todo habia cesado y la idea de ir a pasear me lleno de ilusion pues la verdad es que necesitaba airear mi cuerpo y mi mente.

Mertel iba en brazos de su padre y yo llevaba una pequeña cesta en los mios. Cuando llegamos a un claro pare y la deje en el suelo preparando lo que habia llevado para comer y beber - Mor... ¿Estas bien? - Le pregunte preocupada mientras me acercaba a el, mostrandole una bota con vino freso.

Morded mecia levemente al pequeño en brazos, al principio le costo bastante adaptarse a la forma correcta de coger al pequeño y lo hacia de forma bastante torpe, aunque despues de un tiempo ya se habia acostumbrado y habia mejorado mucho.

Parpadeo un par de veces y nego con la cabeza volviendo a la realidad, mas alla de sus ensoñaciones, mirando a su hermosa esposa. Se había preocupado muchisimo durante el parto, habia visto a hombres morir por menos sangre y con gritos de sufrimiento mucho menores. No podia creerse cuando le dijeron que todo eso era "lo normal" desde luego su percepción de las mujeres cambio ese dia. En cuanto vio que su esposa estuvo fuera de peligros y con fuerzas como para poder valerse por si misma organizo un paseo de los que a ella tanto le gustaban. Ahora lamentaba que sus pensamientos pudieran ser las nubes que ocultaran el cielo.

-Lo siento, solo que... Llegan rumores del Imperio, sobre el estado de salud de su lider y de si ello puede provocar una guerra... Antes no me hubiese importado, pero ahora...

Su mirada alterno entre Alex y el pequeño Mertel.

Habia llevado una tela sobre la que coloque pan, queso y algo de fruta. Cuando dijo lo de los rumores y miro al pequeño y a mi sonrei de forma dulce elevando una de mis manos para acariciar su mejilla mientras besaba la mejilla de Mertel.

- Pero ahora tienes una razon mas por la que luchas y volver sano y salvo a casa... - Dije terminando su frase, sabiendo que eso era lo que tenia que oir y no la realidad, pues decir lo que realmente pensaba solo lo preocuparia mas... Pues yo tampoco quiero que nos dejes, pensar en perderte seria morir...

Habia recuperado mi figura con facilidad y volvia a estar como antes, con los pechos mas grandes para alimentar al pequeño, pero al menos volvia a sentirme bella y la forma de Morded de mirarme al amamantar al pequeño me encantaba...

Sonrió al escuchar las palabras de consuelo de Alex, siempre sabia que decir para hacerlo sentir mejor. Realmente la tribu Silverfang era la que mas al norte se encontraba, si realmente estallaba una guerra, los hombres tendrian que luchar. Pero seria la tribu mas segura de las 7 pues es la que mas alejada estaria del conflicto. Pero la idea de que existiese la posibilidad le revolvia el estomago.

-Jamas dejaria que os hicieran nada malo, volveria del reino de los dioses si hiciera falta para protegeros.

El hombre se sento sobre la tela, observando todo lo que habia traido Alex para comer, las empanadas tenian un aspecto realmente delicioso.

-Algunos creen que debemos estar preparados para la guerra, pero la fuerza del Imperio puede ser peligrosa, la mejor opcion pasa por la negociación.

Cogi al pequeño que dormia en sus brazos y lo meti en la cesta donte estaba anteriormente la comida, era otra de las utilidades que podia darme mientras el pequeño no creciera mucho, alli podia descansar y dormir tranquilo y comodo mientras nosotros comiamos.

- No debes preocuparte ahora por eso, disfruta del dia a dia con Mertel, y asi si algun dia debes partir tendras muchos recuerdos con el que te harar luchar con rudeza, y si todo termina solo en palabras podras simplemente disfrutar de tu hijo - Realmente su padre no lo sabia cuando me escogio, simplemente me vio como una cara bonita y nada mas, pero me complementaba a la perfeccion con su hijo.

- ¿Hay algo mas que te inquiete? - Pregunte mientras cortaba un poco de queso.