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Nuevas desde Occidente

¡La Gran Isla ha sido conquistada por el Clan Bolvangar! 

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Cuando conquistas la ciudad portuaria de Isla Menor, te encuentras a una cara conocida. 

Apareciendo des de una colina cercana a la ciudad donde se había refugiado durante el ataque, la bella Drüsila aplaude al líder de la tropa Bolvangar.

-Menudo escándalo habéis montado y aun así vuestros hombres han sufrido bajas mínimas. Asiente impresionada.

-Vine a esta ciudad para ver si podía encontrar algún mapa de la zona que os facilitara su conquista, pero veo que no necesitáis de mi ayuda, aquí. Añade relajándose, tirándose la larga melena por detrás del hombro con un movimiento de cabeza.

Esta vez, pero, la mujer no va sola. Un hombre de dos metros de alto y pinta feroz, contrastando completamente con la mujer, permanece a su lado en todo momento, algo tenso, pero se relaja ligeramente cuando ve que no sois hostiles.

-Debéis de ser Iorek, Drüsila me ha hablado de ti. Es todo un honor conocerte al fin. Mi nombre es Olaf, y soy emisario del clan Skaerling y guardaespaldas de la dama Drüsila. Se presenta con una voz áspera

Con un gesto enérgico, el gran vikingo adelanta su brazo derecho a modo de saludo/apretón, esperando que se le corresponda para seguir hablando.

-Olaf a venido por orden de mi padre. Explica la mujer mientras intercambian saludos. -Al parecer, los asquerosos líderes del Clan Qultonhuk han cogido sus falditas y han echado a correr a esconderse en una cueva. No hay duda de que las islas estarán mucho mejor sin ellos. Escupe con desprecio al suelo.

-Sus tropas, desorganizadas y confusas, aun retienen alguna ciudad, pero pronto desaparecerán, pues el Clan Fjiornem está movilizando sus tropas por todo el territorio.

El asalto a la ciudad había sido un éxito. Los barcos de Bolvangar no tardaron en hacerse con el mando de la ciudad sur de la isla. Rodeado de sus hombres el General sale a recibir a Drusïla a las puertas de la ciudad.

Los únicos daños se habían ocasionado en la zona portuaria.  Tanto la puerta norte como la plaza y el fortín estaban en perfectas condiciones. Desde lo alto de la empalizada Iorek ordena abrir las compuertas. Una vez abajo os saluda...

Y vos sois Drusïla, hija Skaerlinga de la isla Madre. No esperaba encontrar tal belleza en una guerrera con tales hazañas a sus espaldas. Me honra encontraros aquí. Tomad un descanso en la casa mayor y hablemos durante la cena. Tenemos mucho que celebrar pero también decisiones importantes que tomar...

Tanto Drüsila como su guardaespaldas Olaf son conducidos a la casa mayor. Se les habilita una sala para ellos solos. Durante la cena y después de celebrar el triunfo reciente la conversación se torna cada vez más seria... Entre trago y trago Iorek te confiesa su preocupación.

Antes de partir de la Gran Isla consulte al oráculo...  predijo una gran victoria en el norte seguida de una gran batalla al este. Una gran batalla el sol se escondería para dejar caer una tormenta teñida de rojo... Temo que no seamos suficientes para frenar el avance Fjiornense.

No podemos permitir que se afiancen de las tierras de Qultonhuk tan fácilmente. Si dejamos que se hagan dueños de la Isla de la Unión estamos perdidos.

Iroek sigue bebiendo... su rostro se oscurece por la preocupación pese a la intensa alumbre de la sala mayor.
 

 Drüsila y Olaf disfrutan de la cena de la victoria como si ellos mismos pertenecieran al ejercito de Bolvangar que acababa de conquistar la ciudad.

Olaf parece hambriento, pues se zampa su comida con unas ganas terribles. Si lucha igual que zampa, sin duda sería un temible rival.

En cambio, Drüsila, se decanta más por la comida fina, añadiendo de vez en cuando especias que logró salvar de la destrucción a su plato, combinándolo todo con unos sorbos a una copa de un vino rojizo.

Entrada la noche, los isleños se retiran un poco del festín para hablar de temas importantes. Drüsila, con las mejillas algo encendidas, conduce a un aceitoso Olaf ante Iorek. El grandullón se seca la cara como puede con una piel de oso algo gastada que le cuelga de la espalda.

-Por mil demonios, este es uno de los mejores festines que he vivido en mi vida. Exclama el grandullón aun eufórico por la reciente cena.

-Olaf! Céntrate, mi padre te ha enviado por un motivo. Le riñe la rubia, algo impaciente por la información que trae el vikingo.

-Discúlpame, Drüsila, ha sido un largo viaje. Se avergüenza Olaf.

Tras escuchar las palabras de Iorek, el grandullón asiente.

-Sin duda, el clan Fjiornem es un peligro más que evidente. Vengo de sus tierras y lo que he visto allí... una arruga de preocupación asoma en la cara del vikingo. -Sus ejércitos son devastadores, no tienen piedad. Intenté razonar con sus líderes, pero lo vi en sus ojos, no estaban dispuestos a escuchar, solo les interesa el poder.

Con un gesto de dedos, Olaf pide algo a Drüsila. Ésta por su parte parece algo distraída en los cabellos de Iorek. Sus ojos desprenden una agudeza cálida, como si de llamas se trataran. Cuando se da cuenta de que la están mirando, menea ligeramente la cabeza y se pone aun más colorada. Rebusca en un fardo de lana de cordero hasta que encuentra un rollo de pergamino. Se lo tiende al grandullón.

-Y tu me decías que tenía que centrarme? Lo que hay que ver... Le susurra Olaf a Drüsila. La mujer se cruza de brazos, aun morada, y no levanta la vista. Un mechón rebelde le cubre la cara, ocultando cualquier expresión que pudiera tener.

El emisario extiende el mapa del archipiélago, hecho por Drüsila, con algo de información adicional de la Isla Menor y de la parte Este de la Isla de Unión.

 -Como bien has apuntado, las desorganizadas ciudades del clan Qultonhuk no deben caer en manos de los Fjiornem.

Señala las rutas de los barcos de Skaerling.

-El Mora Byrding (barco del norte) se dirige a toda vela a la ciudad de más al norte. Nuestro líder espera que controlen y organicen la parte mas norteña del continente.

-El Ormen Lange (barco central) se dispone a desembarcar al lado de la ciudad sureste de la península del norte. Sin embargo, creemos que los Fjiornem llegarán antes que nosotros a la ciudad. Esperamos que nuestras tropas resistan los suficiente en ese punto como para que lleguen refuerzos de la isla o de la zona conquistada. Si papel es importante, pues cuanto más tiempo resistan, más podremos organizarnos en el norte.

-El Snekkar Lofoten (barco del sur) está maniobrando frente el puerto este de nuestro rival, cogiendo posición para bloquear la salida de embarcaciones.

Toma un largo sorbo de cerveza para que no se le seque la boca, antes de continuar.

-He apuntado en el mapa los principales muelles del continente, dos de los cuales ya están en manos de Fjiornem. Sin embargo, señala el muelle del norte, creemos que éste muelle podría ser tomado por vuestras tropas antes de que lleguen las tropas rivales. Que me aspen si miento, pero debo admitir que vuestros navíos son tan rápidos como los nuestros.

-Del resto de muelles, me temo que solo podremos bloquear sus salidas.

-Para acabar, de momento con la explicación del grandullón, mi líder cree que si alguna vez tenemos que atacar el continente, lo vital es separar las ciudades entre si. Des de nuestra posición, el punto más débil creemos que es éste, dice señalando la zona marcada con una cruz. Sin embargo, la ciudad más cercana es un punto vital para controlar ese estrecho. Debe ser tomada antes de iniciar cualquier ataque, pues los refuerzos llegarían con demasiada rapidez.

El fallo está en que esto (Turno 2: Muevo hasta E-25 y desembarco en F-25) es mover 4 casillas, cosa que no esta permitida. El máximo es 3.

Este es mi plan... a ver que te parece  dice Iorek mientras hace una señal a uno de sus hombres

Al poco tiempo llega un joven con varios pergaminos.

Nosotros embarcaremos de inmediato hacia el Este mañana al amanecer. Mis hombres se quedarán para acabar de hacerse con la isla. 

Abre un pergamino de la zona norte del archipielago.

Seremos dos navíos por ahora. Están preparando otro más, pero de momento solo somos dos. Me gustaría que vinieseis con nosotros, así podréis reencontraros con vuestras tropas una vez desembarquemos en la peninsula nordeste de la Isla de la Union.

Por otro lado... dice mintras despliega un mapa del este de la gran isla y parte del oeste de la isla de la Unión.

Mi padre Ulrik atacará en este estrecho. Así conseguiremos atacarles por dos flancos a la vez.  deja unos segundos para enfatizar a la siguiente frase Usará el barco como puente entre una isla y la otra. lo dice mientras mira a Drüsila con una sonrisa picara.

Te das cuenta de que eso implica una rápida entrada al corazón del enemigo. Los Bolvangar no solo son buenos combatiendo sino que también disponen de grandes estrategas.

A tu capital llega un mensajero. Viste pieles de animal y no parecen ser de tu isla...

A las buenas, vengo a traer un mensaje de parte del clan Bolvangar. Las puertas se le abren para que pueda llevar el mensaje hasta el jefe de los Fjiornem...

Una vez en la sala mayor, frente al trono, despliega un pergamino. Empieza hablar para todos los presentes:

Nosotros, el clan Bolvangar nos disponemos a traer la paz al archipielago. Pretendemos la unificación de las islas bajo una única bandera. Os instamos a deponer las armas y dejar que nuestras tropas tomen vuestras tierras de forma pacifica. No queremos un derramamiento de sangre de forma inútil. Los Fjiornem sois un clan honorable y por esa misma razón creemos que se puede llegar a un acuerdo. Pedimos el dominio de la isla. Todos vuestros jefes serán recompensados con creces y sus familias también. Pero deben dejar las armas y aceptar la derrota. 

El honor y las formas siempre ha sido lo primero para las gente del clan, por lo que se recibe con todos los privilegios al mensajero Bolvangar a pesar de las latentes hostilidades que hay en las islas.

El mensajero expone lo que debe decir ante el asombro de un par de dirigentes Fjornem, uno de los soldados que hay en la sala incluso debe reprimir una sonrisa ante lo que escucha. Cuando este ha acabado, procede a hablar el General Bjorn

Una buena exposición muchacho, aunque ninguna de tus peticiones va a ser atendida. Si los Bolvangar creen que merecen habitar nuestras ciudades deberan demostrarlo en una digna batalla, no asumiendo que son superiores y pidiendonos una rendición. Me parece muy loable vuestro intento de que no haya guerra, pero la unica solución que se me ocurre para eso es que os quedeis en vuestra isla. Si no le importa, puede acompañar a mi sirviente hacia la salida. Él le dará algo de comer para el camino.

Tras decir esto, tanto el general como el otro mandatario que se encontraba en la sala se quedan mirando al mensajero, esperando que se vaya por donde vino.

El mensajero hace una reverencia.

Gracias mi señor. Solo he de decir una cosa más antes de partir. Mi señor Ulrik me dio un mensaje personalmente para vos en caso de que rechazarán el contenido de esta carta de forma honorable. Me alegra no haber vuelto cadáver como hubiera sido el caso de otros clanes más bárbaros. Cito textualmente:

Se aclara la garganta para intentar entonar de la mejor manera 

"Habéis demostrado ser un clan digno de una guerra. Sera todo un honor entablar combate con vos en el campo de batalla. Se que si somos derrotados al menos podremos ser tratados como nos merecemos. Y que de igual forma pasará si la victoria es nuestra. Las islas ya están salvadas, solo toca esperar quien de los dos clanes las dominará. Suerte y que los dioses guíen la batalla." 

El mensajero vuelve a hacer una reverencia y se retira por donde había venido...

Como se suele decir... "No se si eres muy valiente o estas muy loco"

Ten cuidado con sus dos barcos, pueden darte muchos problemas si descuidas tu propia defensa. Espero que me informes sobre tu táctica a seguir. 

-Un par de nuestros navíos han desembarcado en la costa con la mira puesta en tomar la ciudad al coste que sea. La proximidad a nuestra isla en ese estrecho es mínima, por lo que el envío de tropas en ese punto es muy factible. 

Te advertí sobre sus barcos, espero que sea todo parte de tu estrategia... por que sino vas a quedarte sin tu preciada isla.