Partida Rol por web

La camarera no me hace caso y con una burlesca respuesta, se retira. Chispeo los dedos en su dirección mientras me desentiendo de esa maldita frígida. Ya se encontrará con algún idiota que la haga sufrir y ahí se arrepentirá de rechazarme a mí.

En ese momento y después de unas palabras, el ysoki se retira, dejando al grupo solo para volver a hablar, momento en que Stuart habla de su percance con aquel mutágeno. Hago un gesto de nauseas antes de hablar:

 - "¡No! ¡Imaginé tus genitales de rata cambiando a la otra variante de genitales de rata! ¡Que asco!"

Sacudo la cabeza para despejar mi imaginación de aquellas desagradablemente detalladas imágenes. Luego agrego a lo que Stuart dijo:

 - "Los Colas Negras son una banda de nómadas de este mundo, que vagan por el desierto registrando ruinas antiguas, recuperando chatarra y vendiéndola al mejor postor. Deben estar en torno a los cincuenta miembros más o menos. Son más o menos famosos en ciertos círculos."

Me acabo el trago, intentando pensar en si esto fue solo un intento de reclutarle o hay alguna intención más, intentando de todas formas no pensar tanto acerca de las intenciones que tiene ese ysoki con la nueva entrepierna de Little. No quiero vomitar el trago.

Al parecer Stuart no se había podido estar de probar consigo mismo un elemento mutágeno que le habían alterado la sexualidad.

-Vaya, podrías haber avisado antes de probarlo contigo, quizás si lo hubiéramos investigado juntos... ¿Como te sientes ahora que tienes cuerpo de hembra? Deberíamos extraerte sangre y analizarla para ver que es lo que te ha pasado...-la faceta más analítica y médica se CT salió a flote- ¿Quieres buscar la manera de revertirlo? -preguntó el androide con curiosidad- En fin, volviendo al tema, ¿que quieres que hagamos exactamente con tu nuevo amigo Mickey?- dijo CT con tono burleta-.

Cuando Stuart se ponía en modo didáctico, Edariel solía escucharle con atención hasta que comenzaba a liarse en detalles que aburrirían a cualquiera. El elfo no era tan descortés como para dejar de escucharle en esos momentos, pero tenía una habilidad innata para hacer ver que le escuchaba cuando en realidad no le prestaba atención.
Aquel era uno de esos momentos.

Por eso cuando dijo aquello del cambio de sexo, el elfo no reaccionó al instante; no le estaba prestando atención. Pero un segundo después, abrió los ojos de par en par y apoyó las manos en la mesa todo exaltado.
¡¿Pero qué has hecho?! ¡No puedes ir probando todas las sustancias que encuentras por ahí! ¡¿Y si te hubiera matado?!
Para hacer pruebas están las ratas, ¿no?... el elfo se quedó mudo de golpe. Me refiero a... las ratas... de verdad... las pequeñas... ¡diantres!
¿Entonces ahora eres una... dama? preguntó, sin terminar de creerse sus propias palabras.

Volvió a sentarse y suspiró, relajando su mente.
Bueno... esos Colas Negras son lo único que ha roto nuestro aburrimiento en los últimos días. Y si es verdad que tienen el monopolio aquí, nos convendría llevarnos bien con ellos.
Mmm... no te ofendas Stuart. Pero... seguirles un poco la corriente nos iría bien. Ver qué pueden ofrecer... Nosotros nos aseguraremos de que no sobrepasen la raya. dijo el elfo, sonriéndole a su ¿amigo? ¿amiga? Bueno, lo que fuera.

— Mierda, Gendo… ¿De qué siglo eres? — Dijo Stuart algo extrañado por la reacción que a su parecer era muy exagerada. — Creí que se molestarían por no haberles hablado del tema... ¿Sabes? He visto los genitales de todas las especies más conocidas durante mis estudios de biología y anatomía… y ni siquiera los de los Shirren me causaron asco. ¿Y que es todo eso de nómadas, ruinas antiguas y cincuenta miembros? Bueno… supongo que una parte del grupo podría dedicarse a saquear ruinas y chatarrear mientras otra se queda en esta zona, eso o a uno de los dos nos dijeron chismes… probablemente a mí. — Luego intervino CT y enseguida Edariel, un segundo después con ojos como platos. — Tranquilos, no soy tan idiota, tenía cierta idea, me di cuenta que no era venenoso… pero mis estudios no apuntaban a nada mucho más en claro, creo que tenía más de magia que de ciencia. Y bueno… no les dije porque creí que podría salir de esto sin que se dieran cuenta y así ahorrarme todo esto. Dudo mucho que yo o nadie de este planeta llegue a saber cómo preparar otro suero que contrarreste el anterior, debería ir a otro planeta o estación espacial no tan aislado como este mundo para buscar ahí otro que venda lo mismo que aquel en Absalom. Pero no se preocupen… estoy bien. Me hice análisis varios y las variaciones físicas son mínimas, el cambio fue bastante agresivo, rápido quiero decir, también por eso creo que es más mágico que otra cosa, de lo contrario la alteración tardaría al menos unas semanas o meses en completarse mientras se da la metamorfosis. Pero bueno, me siento perfectamente… de hecho, ya saben que los de mi especie tienen un par de nueces proporcionalmente bastante considerables, así que ahora ya no tengo una zona tan sensible expuesta. No tengo ningún problema en pasar unos meses más así. — Entonces dirige si vista a Edariel, clavándole la mirada — ¿Qué cosa? ¿Qué... qué pretendes que haga? Que sepas que sigo siendo el mismo de siempre… miren, creí que alguno de ustedes se ofrecería para decir algo como “Tranquilo, Little, le diré a ese tipo que no quiero que mi amiga se junte con tipos como tú”… o algo así, o solo irnos de aquí ignorándolos si nos gritan algo para dejarles claro que no me interesa. No sé. — Entonces suelta un largo suspiro y bebe un trago más de su vaso para entonces levantarse de su asiento y seguir con tono que quiere parecer resuelto pero que a la vez pregunta por apoyo. — Bueno, ¿Saben? Iré yo a decirle alguna cosa para cortar esto bien… parecía un buen tipo, pero si intenta algo… mmmmh, espero que me cubran la espalda ¿Ok?

Dice, y entonces se dirige hacia la mesa de aquel grupo, se acerca al tal Mickey y saluda para entonces decirle algo en voz baja.

— Hola, chicos, ¿Como estan pasando? — Saluda Stuart hablandoles en su lengua Ysoki — Mi nombre es Little, perdón por no presentarme cuando me dijiste el tuyo, Mick, ¿Puedo decirte Mick? — Entonces Stuart se acerca mucho a Mickey y le dice en voz baja — Mick... es que tengo unos meses de embarazo, mis amigos no lo saben y no quiero que lo sepan aún. ¿Podemos dejar lo nuestro hasta que de a luz?

La sonrisa en la cara de Mickey era inconfundible. Incluso para un no ysoki. Había ganado y se llevaba a la chica.

Stuart le dijo entonces algo al oído y el ysoki abrió mucho los ojos. Inmediatamente se puso en pie gritaándole a Little y gesticulando.

-¡No!.- Chilló alterado. -Por nada del mundo te esperaría. ¿Para qué? ¿para que críe yo a tu mocoso?.- El ysoki comenzó a marcharse a grandes zancadas haciendole un gesto a sus amigos. -¡Por la cola de mi abuelo!. Vámonos, tenemos unas ruinas que explorar.-

La pandilla se marchó dejándoos solos.

Stuart se sobresaltó mucho con la exploción del tal Mickey y se quedó de pie con las manos levantadas en actitud de atajarlo. Afortunadamente no era la peor forma en la que podía haber reaccionado, por lo que cuando lo vió marcharse llamando a sus compañeros Stuart suspiro aliviado de que Mick era bastante decente.
Luego regresó a su asiento donde lo aguardaban sus compañeros.

— Bueno... eso... salió bastante bien, pudo salir mejor, pero no me quejo. — Empezó a decir, con cara de que aun no se creía del todo que lo que pensó saliera tan bien, mientras volvía a sentarse. Entonces tomó de la mesa su bebida, que ahora le quedaba la mitad del vaso, y tras pensarlo un momento sacó de uno de los muchos bolsillos que tenía en la parte interior de su chaqueta de cuero un vial de vidrio al cual llenó con aquel liquido azul de su vaso, a la vez que tenía cuidado de hacerlo mientras la camarera estuviera ocupada mirando hacia otro lado, y tras lo cual tapó el vial para regresarlo a su bolsillo. — Creo que mejor dejaré de beber, al menos hasta que sepa exactamente que tiene esta cosa, no vaya a ser que es malo para... mi salud, ¿No creen?

Veo la escena en la que Stuart le habla al oído a ese ysoki y, por su respuesta, me puedo imaginar lo que le dijo. Me río y cuando llega a nuestra mesa le hablo:

 - "¿Le dijiste que estás preñada? Es una buena técnica para sacártelo de encima... o de detrás, como sea que lo hagan ustedes."

Termino riéndome de mis palabras. Burlarme de Stuart y de las consecuencias de su imprudencia me ha vuelta agradable el día, un día que parecía aburrido y sin novedad.

Ante las palabras de Gendo Stuart esboza un intento de media sonrisa pero que acaba siendo una mueca extraña, y respondió con tono incomodo.

— Por eso dije que pudo haber salido mejor, maldito chillón... no quería que oyeran eso, ahora no van a parar de hecharmelo en cara. Ya tenía bastante con lo de las ratas... — Entonces los ojos negros de Stuart, encogidos por el ceño fruncido, se iluminaron de pronto volviendo a ser los dos grandes globos negros de siempre para enseguida volver a encogerse pero esta vez en una expreción maliciosa — Por cierto, ¿Los humanos también lo hacen por atrás como todos los monos? — Stuart aguardó unos segundos para dar el efecto de como si esperara una respuesta, pero como en realidad no era así continuó con un tono divertido y exageradamente distendido — jejeje... solo bromeo, mi querido Gendo, creo que la camarera y yo concordamos en que ya sabes que existe el concepto de "sexualidad", ¿No? Algo muy bonito que por norma general desarrollan las especies al ir aumentando su inteligencia. O quizás la camarera ya escuchó de tu fama de "hombre de un solo truco", ¡jajajajaja!

-Por lo menos mide más de medio metro y no tiene los huevos al revés.- Como si de un fantasma se tratara, la susodicha camarera apareció detrás de stuart al que sobresaltó. Iba acompañada de un robot de aspecto claramente protocolario.

-Preguntó por alguien para ofrecerle un trabajo y como los colas negras se fueron...- La chica se encogió de hombros dejando la frase sin terminar. Y se largó a lo suyo dejándoos allí, de pie junto a vosotros, a ese robot.  

-Hola, razas variadas. Soy Thai Dos Cinco Cero. Robot de contacto perteneciente a una corporación. Mis directrices son buscar a un grupo de expertos para la protección de un equipo de prospección en el planeta Castrovel. Pueden preguntar.-

La retaíla de palabras salidas del modulador de voz, sin apenas sentimiento, produjo que os mirárais durante un segundo. El robot permaneció de pie, inexpresivo y sin moverse un ápice.

Stuart se giró con los ojos como platos y la boca abierta de la impresión. Después de guardarse el vial con el resto de la bebida dejó de seguir a la mujer y nunca pensó que esta pudiera estar escuchando, al menos parecía seguir la broma... aunque con la cara de androide inexpresivo que tenía y nunca cambiaba difícil era saberlo. De todas formas no dió tiempo a respuestas, enseguida les dejó con aquel robot de protocolo y se volvió a marchar.

— ¿Escucharon eso? — Preguntó Stuart cuando el robot acabó su discurso. — Castrovel... el segundo planeta a partir de nuestra estrella, el famoso hogar natal de los Lashunta que por una combinación de proximidad a la estrella y particularidades atmosféricas, como presión, densidad y abundancia de hidrógeno y oxígeno, es en su totalidad tropical... un planeta tropical. — Entonces se dirigió al robot — T-250, responde: ¿El coste de transporte de los individuos contratados esta cubierto por parte de la corporación contratante?

-Nomenclatura incorrecta.- El robot se giró a un lado y a otro observando el local. -Thai 2, 5, 0 presupone que la pregunta va dirigida hacia él al no haber ningún otro tipo de robot en el local puesto que la convención del Pacto de hace dos años incluyó a los androides como seres pensantes y biológicos.- El robot volvió a quedarse tan quieto como antes.

-Aquellos contratados tienen el coste del transporte contratado hasta el destino designado inluído en el medio de pago.-

El nivel de grosería estaba ya rozando los límites soportables para Edariel.
El intercambio de palabras entre Stuart y Gendo provocó que el elfo se pusiera la mano abierta sobre el rostro, mientras negaba con la cabeza.
Ya estaba acostumbrado a sus bromas y no iba a escandalizarse, pero siempre que eran chistes verdes le provocaban esa reacción de vergüenza ajena.
Mira que decir que estaba embarazada...

Sea como fuera, Stuart se había sacado de encima al tal Mickey y tanto él como su banda se marcharon privándoles de la oportunidad de conseguir alguna misión.
Por suerte, no tardó en llegar la camarera acompañada de un robot, el cual no se andó con rodeos y les ofreció una misión.
¡Por fin!
Pero un momento... Castrovel...

Edariel escuchó a Stuart hablar de las particularidades del planeta abstraído, pensando que se había olvidado mentar que los elfos también residían allí tras la desaparición de Golarion.
Y entre ellos estaba la Casa Telfalas, con su padre al frente.
Claro que el planeta era lo suficientemente grande para que no tuvieran que coincidir, pero sólo pensar que estaría tan cerca le provocó cierta incomodidad.
No estaba seguro de si estaba preparado para enfrentarse a su padre, o mejor dicho, a su autoridad.

Pero no podía rechazar la misión por el simple hecho de ser en Castrovel.
Además de que estaba cansado ya de Akiton.
Iremos. dijo el elfo tajantemente al robot. No se le pasaba por la cabeza que ninguno de sus compañeros rechazara la misión.

— Ohhh... — Dejó escapar Stuart, arqueando una ceja, con un tono como si le hubiesen ofendido — ¿Le pusieron nombre a este modelo? Agh... entonces mejor hagan que diga solo Thai. — Y cruzó los brazos mirando con fastidio al robot. Entonces intervino Edariel, muy escuetamente. "Que raro" pensó Stuart, el elfo de pronto lucía bastante taciturno, no era muy normal en él estar así de apagado y sin brillo, ¿Tan complicada era su situación con ese padre del que les llegó a mencionar alguna vez? Stuart prefirió no preguntarle, ya que de pronto no le parecía que estuviera con muchos animos de conversar.

Parecía que al final la suerte les brindaba una opción de salir de aquél planeta, un robot había aparecido y les proponía una misión. Stuart había saltado rápidamente con su cháchara habitual mientras que Edariel se había mostrado bastante reservado y directo, al parece volver a su planeta natal le inquietaba. CT se giró en dirección al robot mientras apoyaba una mano en el hombro de Edariel en muestra de apoyo.

-Está bien Thai o T-D-C-O -dijo CT pensando en si ese nombre no sería un juego de letras- cuéntanos los pormenores de la misión, días de trabajo, posibles peligros, equipo que nos vais a facilitar, salario y sobretodo... quién nos contrata. No seas parco en detalles por favor.- solicitó el androide recordando la última misión en la que casi había nmuerto-.

Dave había decidido pasar desapercibido una temporada, necesitaba recursos y equipo para ir algún día a buscar respuestas sobre lo ocurrido, pero haciendo trabajos miserables en Akiton no lo conseguiría nunca, por una vez en bastante tiempo aparecía una oportunidad de avanzar en su camino y esperaba aprovecharla.

Castrovel... Desde que aquellos piratas te secuestraron no ha pasado un día que no hayas pensado en tu hogar. Aquella extraña drow te dió un medallón antes de dejar que escaparas. Ahora conoces su nombre, pero no las motivaciones que tuvo para hacerlo. 
Sin embargo, durante el conflicto en la belussian, el material del que estaba hecho el medallón se resquebrajó. Parecía un medallón de mercadillo, tal vez una burla hacia un elfo de una drow, algo que no tiene ningún valor para una raza inferior a la suya.

Pero algo hay en ese medallón, incluso un ermitaño del planeta te quería comprar el medallón. Cuando le preguntaste porqué lo quería te enteraste de que era mágico.
La idea te ha rondado la cabeza durante todo este tiempo y te sorprendes a ti mismo jugueteando con él mientras volvías a la realidad. ¿Por qué una drow tiene un medallón familiar de los Telfalas?

Solo tu padre puede dar la orden de forjar uno.

-Nomenclatura incorrecta.- El robot se giró a un lado y a otro observando el local. -Thai 2, 5, 0 presupone que la pregunta va dirigida hacia él al no haber ningún otro tipo de robot en el local puesto que la convención del Pacto de hace dos años incluyó a los androides como seres pensantes y biológicos.- El robot volvió a quedarse tan quieto como antes. Eso os hizo pensar que la IA de este robot etaba programada para pocas y determinadas preguntas.
Con su tono monótonamente robótico y algunos gestos programados para dar enfasis a su desnutrido carácter continuó.

-Primera directriz averiguar quién o qué está acechando a los equipos de prospección minera de la corporación y erradicar el problema discretamente Directriz segunda Existen pruebas de que vida indígena del planeta posiblemente depredadores está detrás de los ataques. Directriz tercera Por el trabajo se les pagará el transporte hasta el planeta Castrovel en una nave de la corporación acreditada para su entrada al planeta, la estancia en el mismo y dosmil Créditos del pacto a cada uno al finalizar el trabajo Directriz cuarta se harán pasar por trabajadores de la corporación Thaima Industries para realizar su trabajo debido al alto grado de restricciones a la entrada de gente extraña en el continente élfico.-

Thai 2, 5, 0 volvió a quedarse inmóvil.

Cuando Dave preguntó sobre los detalles de la misión, Edariel escuchó bien atento.
Se trataba de investigar un asunto de seguridad, pues había alguien que acechaba a los equipos de investigación desplegados por la compañía que iba a contratarlos.
Las junglas de Castrovel eran inmensas, y hasta sus habitantes intentaban no adentrarse demasiado profundo, pues su densidad y los peligros que allí podían esconderse invitaban a no hacerlo.
Edariel enarcó una ceja, pues se imaginaba algo disgustado que la compañía Thaima estaría buscando recursos en el planeta. Simple y llanamente buscaban enriquecerse.
Pero intentó confirmarlo preguntándole al robot.
Thai 250, ¿qué es lo que buscan o extraen los equipos de exploración de tu compañía? preguntó, aunque se olía que la información que le habrían dejado programada al robot sería más bien superficial.

En todo caso, cuando oyó lo de entrar al continente élfico, una punzada de nerviosismo le golpeó. ¿Tenía que ser precisamente allí?
Suspiró. Era eso o quedarse váyase a saber cuantas semanas más muriéndose de aburrimiento en Akiton.
Inconscientemente, se miró el colgante con el dragón enroscándose alrededor de una rosa. Telfalas.
Ya no era un niño. Debía enfrentarse a su padre de una vez.