Partida Rol por web

Kenneth no desistió.

-No tengo gana alguna de embarcarme, temo que no me ha entendido-respondió a Walter- lo que quería decir es que Elías debía saber más de lo que sabemos nosotros, por eso le mataron. Su periódico tiene las oficinas en Nueva York, ¿verdad? Quizás podían ir ustedes a buscar cualquier cosa que pudiera tener allí, como notas o telegramas que mandase desde Londres. Verán pondré mis cartas sobre la mesa. Creo que los que mataron al señor Jackson Elías tienen algo que ver con lo que sea que les ocurriese a la excursioncita de Roger Carlyle. Hemos matado a dos de sus matones por lo que estarán con la guardia bien alta, como cualquier buen boxeador no querrá que le dejemos KO-se dio cuenta que se iba por las ramas. Le gustaba ir al grano y ya había terminado su plato- esta noche voy a ir a echar un ojo a la tienda del ju-ju por si veo algo sospechoso. Necesitaré que alguien me acompañe, me vendría bien la ayuda de ustedes-dijo señalando con la cabeza a Tom y a Philip- por que nunca se sabe. ¿Alguien tiene una idea mejor?

Entrar en la casa del principal sospechoso esa noche no era la idea que más le gustaba a Tom, pero eso sería a la noche, quedaba aún todo el día si decidían no pasarlo charlando amistosamente en el deli.

De acuerdo entonces. - dijo para terminar la conversación y ponerse en marcha.- Kenneth y yo nos vamos a hablar con la policía. Walter hará una visita a la biblioteca. Señor Mundoff, Washington está lo suficientemente lejos como para no poder hacer el viaje en una día, pero si cree que la visita al Smithsonian puede ser importante lo veremos a su vuelta. 

Señor Howard, si no tiene pensado ningún plan especial, ¿Podría acercarse al archivo del colegio de médicos para comprobar el estado de su seguridad? 

¿Les parece bien quedar a cenar y poner en común las averiguaciones del día?

-Pongamonos en marcha-replicó Kenneth- Señor Mundoff deberían ir ustedes a visitar el lugar de trabajo del señor Elías-insistió al levantarse desmostrando de nuevo su resolución e impaciencia. 

Nada más salir de deli Tom consultó su reloj, eran un poco más las diez. En L.A. serían las poco más de las siete, pero a su amigo Martin le gustaba llegar pronto a la oficina. Martin había trabajado con Tom en homicidios de Sacramento antes de que pidiera el traslado a Los Angeles y era uno de los pocos a los que aún podía llamar compañero.

Se acercó a una cabina y marcó el número del departamento de homicidios.

Hola, buenos días. Me puede poner con el detective Find.......Si, espero....

¿Matin?...Hola Martin, soy Stevens, ¿Como te va por Los Angeles?.....Yo un poco mejor, estoy en NY en un caso importante... si me lo consiguió Ward, como los últimos... Te comento, necesito información de un tal Jack Brady alias “Brass”. Lo único que sé es que lo juzgaron por asesinato en California. ¿Puedes intentar conseguir los informes del caso?....Si, no te preocupes, si obtienes algo llámame a mi hotel aquí en Nueva York.... Claro, claro, te deberé una, no te preocupes. Oye, otra cosa. ¿Conoces a alguien en homicidios de Nueva York?...¿No?, voy a ver como va el caso y no quería que me dieran con la puerta en las narices. Pero si ya no conoces a nadie no importa, mírame lo de Brady...Gracias Martin, estamos en contacto...Adiós, adios.

Después de colgar volvió para hablar con Kenneth antes de subirse al taxi que ya había parado su compañero.

Martín me ha dicho que mirará los informes sobre Brass, pero no conoce a nadie en homicidios de Nueva York, el último contacto que tenía se jubiló el año pasado, tendremos que confiar en tus compañeros.

Jack “Brass” Brady
Posee un amplio y dilatado historial policíaco en el que figuran peleas de bar, hurtos de poca monta, vagancia, juego, embriaguez y una acusación de asesinato de la que fue absuelto. Como sargento de la Infantería de Marina estuvo en China y más tarde en el Frente occidental, concretamente en Francia, haciéndose merecedor de una Estrella de bronce y varias citaciones en el orden del día. Se rumorea que hizo de mercenario en Turquía y que habla el turco y el árabe, así como diversos dialectos chinos. La acusación de asesinato se basa en una pelea en un campo petrolífero en California en la que, al parecer, Brady cogió fuertemente a su contrincante por el cuello, ahogándole antes de que los presentes pudieran apartarles, lo que sugiere, o bien una fuerza excepcional, o quizá una técnica excelente. El incidente llamó la atención de Roger Carlyle, quien por aquellas fechas acababa de ser expulsado de la Universidad del sur de California (Los Ángeles). Tras una conversación de más de una hora, se forjó entre los dos una fuerte alianza, extraña para cualquiera que conociera a Carlyle, puesto que el joven nunca había tenido amigos. Carlyle organizó la defensa con los mejores abogados del país, quienes procedieron metódicamente a demoler el aparentemente fácil alegato de la acusación, y a eclipsar el testimonio de diversos testigos oculares, con lo cual el veredicto final fue absolutorio por la concurrencia de diversas razones técnicas. Desde entonces, Carlyle y Brady raramente se separaron, actuando éste unas veces como guardaespaldas y otras como portavoz de aquél. En la expedición, Brady actuaba de capataz y encargado general, llevando a cabo la tarea sorprendentemente bien.

El sobrenombre de Jack procede de una placa de latón que siempre lleva en el bolsillo del pecho de la camisa. Los que la han visto la describen como cubierta de extraños signos e inscripciones, afirmando que un par de veces la han mellado las balas. Brady afirma que su madre, una mujer extraña que vive prácticamente recluida por voluntad propia en el norte de Michigan, es medio bruja y preparó esta placa para proteger a su impetuoso hijo.

Cuando su compañero colgó el teléfono vio todo lo que había apuntado y dio un silbido.

-No está mal. Como decía este tipo es el que yo tacharía como principal sospechoso del grupo y resulta que no, por que es el mas leal de todo el grupo según la hermana de Roger. ¿Donde nos deja eso?-le preguntó.

Creo que nos deja exactamente igual que estábamos, Brady era un tipo duro, con recursos y por lo que comentan con más vidas que un gato, pero al igual que Carlyle está muerto, no creo que tenga nada que ver con lo del pobre Elias. Ademas me creo lo que dijo Erica de que era leal a su hermano, los abogados de la familia le salvaron de una condena casí segura por homicidio y eso no se olvida.

El taxi los deja en la puerta de la oficina de policía. Al bajar Tom le dijo a Kenneth.

Te importa hablar a ti, la última vez que estuve aquí no fuí recibido con los brazos abiertos, y necesitamos saber lo que han averiguado.

-Recuerda, no estarán muertos hasta que veamos los cadáveres. Si estuviesen muertos nada de todo esto tendría sentido-le dijo recordandole que no tenían por que estar muertos ya que todos habían desaparecido misteriosamente-. Tranquilo hablaré yo pero ¿que quieres que les pregunte? Yo ya les hice una visita y bueno, me dijeron todo lo que sabían que no era gran cosa.

Buenos días, caballeros.

¿En qué puedo ayudarles?

Kenneth sonrió. Le hizo gracia ver que en efecto era su amigo Martin el que había tratado a patadas a su compañero aunque esperaba que ahora le ofreciese la misma cortesía que hace unos días.

-Buenos días Martin, veo que sigues como siempre. Este es mi compañero el señor Stevens, aunque creo que ya os conocéis. me está ayudando a con lo de la desaparición de Roger Carlyle y su expedición-dijo a modo de presentación, aunque temía que ya hubieran ordeñado a esa vaca todo lo que podían.

Si, los cadáveres y eso, tal vez Brady esté aún vivo, pero Carlyle apostaría que seguro que no. Los ricos necesitan gastar dinero, lo llevan en la sangre. Si siguiera vivo habría vuelto a Nueva York a sus fiestas y saraos.

En cuanto al tema de las preguntas contesto en voz baja al oído mientras el amigo de Kenneth no miraba.

Pues no se, lo típico. ¿Que si han hecho progresos con el coche de los asesinos? ¿Si han identificado a los que matamos?¿Si ya tienen algún sospechoso? Y si saben algún rumor de actividades ilegales de la casa ju-ju, aunque esto último deberíamos intentar que no lo relacionara directamente con el caso, tratarlo como otro caso en el que estamos trabajando, queremos sacarles algo de información, no que nos la saquen a nosotros.

Después de abandonar el local me dirijo en transporte público al colegio de médicos. Al entrar pregunto  en recepción, por la persona encargada de la documentación. Cuando consigo hablar con esa persona me hablo en tono grave, pero no tan directo como es habitual en mi.

-Buenos días soy Philip Howard, investigador privado profesional de Arkham. Verá, es una cuestión delicada que está relacionada con un caso de asesinato que se está investigando.  Comprendo que le sonará extraña la petición pero necesito acceso a los documentos del paciente Roger Carlyle, atendido por el Doctor Robert Hustion.

Éste es el noveno crimen de estas características en los últimos dos años. Las víctimas no parecían tener relación alguna entre sí. Había gente pobre, rica, y de clase media, blancos y negros, y de diversas partes de la ciudad. Todas las víctimas tenían la misma marca en la frente, que ha sido posible relacionar con una secta criminal africana, acerca de la cual los habitantes de Harlem se niegan en redondo a hablar. Las sectas de vudú conocidas no parecen estar conectadas con el tema ni utilizan dicho símbolo. Estamos utilizando los servicios de un experto en folclore africano, el doctor Mordecai Lemming,
que vive en Manhattan.

Poco después de las 20 h, un viejo Hudson de color negro fue visto alejándose del lugar del crimen. El
coche había sido robado a un tal Thomas Whiterspoon esa misma tarde cuando lo tenía aparcado en la Avenida Lenox. Suponemos que se trata de crímenes rituales de gente que, de alguna forma, había llegado a saber demasiado. Hay detalles sobre las víctimas en los archivos de los periódicos.

La enfermera de la entrada te mira por encima de las gafas y te dice: por supuesto, señor Howard. Los tendré preparados para entregárselos en cuanto me traiga una orden judicial que así lo diga.

Kenneth miró al policía con los ojos abiertos.

-Creemos que pueden estar relacionados con una tienda de cosas africanas, la casa del Ju-ju. Ya sabes, símbolos y cosas pero la casa parece estar bastante limpia por lo que hemos visto. ¿No han tenido noticias de este lugar?-le preguntó.

El amigo de Kenneth había llegado a la misma conclusión que Tom, que a Elias lo habían asesinado por saber demasiado, pero ¿que sabía?. Nueve asesinatos en menos de dos años, y ninguna pista, el ex-detective empezo a pensar que aquellos tipos eran realmente buenos.

Perdido en sus pensamientos escuchó la pregunta de Kenneth sorprendido por lo bien que trataba de no relacionar la casa ju-ju directamente con el caso de Elías.

No tenemos nada sobre esa tienda, pero está en Harlem, igual que la avenida Lenox.