Partida Rol por web

Archie se sitúa en el umbral de la puerta. Un poco nervioso por los acontecimientos saca su tabaco de liar y se prepara un cigarillo mientras el resto se dedica a registrar la habitación.
Esta bien, archie, no te estas metiendo en problemas, tranquilízate... hummm... una calada es lo que necesito ahora para relajarme... ¿Y si aparece la policía ahora? ¿Que les digo? Si no conozco ni siquiera a esta gente o_O!

Cuando archivald termina de liarse el cigarro, antes de encenderlo dice en voz alta.
- Por cierto, me llamo Archivald Kirkham. Solo conozco al señor Sheridan pero supongo que el resto también conocían al difunto, ¿Verdad?

Mina se dio vuelta hacia el hombre que se presenta, en el umbral de la puerta. Sus ojos castaños inmensos le dedicaron más calidez de la que podía dedicarle su gesto, que no pasa de una leve sonrisa con buenas intenciones.

- No puedo decir que sea un placer... dada la situación en la que estamos - su sonrisa se extendió un poco más, en ese tonto intento de humor. Parecía un sueño estar respondiendo una presentación, mientras detrás suyo había sujetos inclinados sobre un cadáver, sangre, tripas, asesinos en la fuga, una flor entre paréntesis... - Soy Mina Mordaunt. Yo... - su voz se hizo suave. - Yo no lo conocía.

Luego se volvió hacia Nick y negó.

- No me suena de nada. Tampoco Faraz Najir. Y el símbolo de la frente... no lo he visto en ningún sitio. Pero quizás el profesor Landgrave sí lo conozca. Lo anotaré y se lo mostraré cuando vuelva de su viaje... - buscó con la mirada a los que tenían tinta o grafito y papel. Su mirada esbozó una petición muda, a ver si alguien le prestaba sus objetos para intentar hacer una copia. No parecía sentirse en posición de pedirles que se lo dibujaran.

Pensó por un momento. Y luego miró a Brenda.

- La calle de los Chacales... ¿es de aquí? Yo no soy capaz de recordarlo.

-Nunca he oído hablar de esa calle, Mina, pero... la verdad, siendo que esta carta está enviada desde el Cairo, y que el nombre del remitente suena a egipcio, imagino que deberíamos empezar por investigar allí... eso es lo que supongo que piensa hacer el Sr. Sheridan, por eso habrá sugerido ocuparse él... ¿usted debe estar familiarizado con esa ciudad, no es cierto, Sr. Sheridan? ¿quizá esa calle le suena?

Se reincorporó, semimareada aún, levantándose de nuevo del suelo, donde había estado arrodillada. Con cuidado se giró, evitando mirar directamente a Jackson. Otros ya lo estaban haciendo, y a conciencia.

-Siento decir esto, pero... ¿alguien ha revisado sus bolsillos? De acuerdo... parezco una persona sin escrúpulos al preguntarlo... pero ya que ha ocurrido, no creo que debamos olvidar nada...

Se había quedado mirando hacia la puerta, y se dió cuenta de que el último de los desconocidos que había llegado se acababa de presentar.

-Disculpe, no estoy... en fin... ¿cómo ha dicho que se llama...? Estoy muy descentrada... me llamo Brenda, Brenda Farrow, y sí conocía a Jack... ¿Dice usted que no le conoció...? entonces... ah, si...ha venido con Sheridan, claro...
Por su rostro pasaron nubes de preocupación. Mucha gente. Y la policía que debería estar ya avisada...

Ya le he registrado, Brenda, tranquila. Damas, Caballeros, creo que sería mejor que nos reuniesemos en mi despacho. Las autoridades estáran cerca y no creo que debamos estar aquí. Echó un último vistazo a la habitación mientras les daba la dirección. Encontrémonos allí en una hora, creo que será mejor que salgamos del hotel por separado o en grupos pequeños.

La frenética actividad que se había adueñado de los demás cuando entraron en la habitación dejó de lado a Nathanian, quien sin otra cosa que poder hacer se hundió en el dolor y el llanto por la muerte de su amigo. La adrenalina que se disparó por las venas de los demás le falló a él. No saltó ninguna ventana, no inició ninguna persecución.

Se quedó en la habitación, doliéndose por la muerte de Jack. Llorando a un amigo muerto. Por algún motivo sintió que debía permanecer allí con él, que debía velarle. Alguien tenía que hacerlo.

Hizo cuanto pudo, ayudó a Nick en sus investigaciones, sacó un boceto de la habitación y describió en su cuaderno con sus propias palabras todo cuanto allí podía verse. Sin embargo sus ojos seguían rojos como tomates maduros y por sus mejillas aún eran visibles las huellas dejadas por las lágrimas en su recorrido.

Nathan caminó brevemente entre los que acaban de regresar. Abrazó suavemente a Brenda, tratando de darle algo de consuelo, aunque más bien parecía que era él quien lo necesitaba. Se acercó hasta Louis y le dedicó un cariñoso apretón en el hombro.
A pesar de haberse recompuesto en parte, su voz aún sonaba temblorosa y débil.

-Tampoco yo conozco a esos hombres que dicen… – quiso decir algo más, pero el falló la voz y guardó silencio.

- Nadie dio su nombre en la recepción... ¿verdad?

Las palabras de Mina sonaron extrañamente fuertes en la habitación, luego de la voz de Nick. Un momento de lucidez, al escuchar el concepto de autoridad, le había hecho acordarse que todos allí le habían mostrado su cara al recepcionista. Y que no eran la mayoría gente de fácil olvido: un sacerdote gigante, una mujer de cabello muy rojizo, un hombre con bastón, un sujeto exótico de andar nervioso...

Suspiró. En ese momento, vio los movimientos de Nathanian. No lo conocía de nada: ni siquiera sabía su nombre completo. Sólo intuía que aquel hombre podía ser inglés. Parecía haber sido de los únicos a los que, como a ella, les había faltado la reacción inmediata. Y era de los únicos que no había resistido el llanto, como nadie debería hacerlo en la muerte de un ser querido.

Mina se acercó. Dudó en hacerlo, pero finalmente levantó su mano, y la posó sobre el hombro de Nathanian. Cerró los dedos con suavidad, esperando su rechazo, y atenta a retraerla en el momento que eso sucediera. Pero mientras él dejó que le diera su gesto, la mano de Mina era firme y cálida, y sus ojos lo miraban llenos de calidez entre el horror. Si nadie le iba a dar un poco de consuelo al que peor parecía llevar la situación... ella no iba a dejar de intentarlo.

No dijo nada: ¿qué podía decirle? Pero permaneció ahí el tiempo suficiente para trasmitir el mensaje. Y luego, volteó hacia Nick.

- Esto es... - suspiró. - ¿Está usted seguro? Ya nos ha visto todo el mundo en este hotel, y encima saben a dónde vinimos.

Archivald encendió su cigarro y observo la habitación mientras la gente del interior de la habitación hablaba y rebuscaba en el interior.
Vaya, y yo que solo quería ir hasta Egipto y mira en que marrón me he metido. Un fiambre y la gente revoloteando por la habitación.

Tras el sonido de un papel rasgándose, Henric estiró su mano ofreciéndole una copia del siniestro símbolo a Mina, diciéndole:

-Tome, aquí tiene lo que ha pedido –para a continuación guardarse la libreta con los dibujos que había hecho para su uso personal.-

Prestó atención a lo que decían todos y asintió cuando Nick expuso su idea.

-Es una buena idea Nick –le dijo- tu oficina es un buen sitio en el que ordenar nuestras ideas y ponernos de acuerdo en el plan de acción, tengo la inquietante sensación de que si no hacemos algo nosotros, nadie resolverá lo que ha acontecido en este lugar. Elías no se merecía acabar así y tenemos que desvelar el secreto que se esconde tras este asesinato.

A continuación se giró hacia el hombre que se acababa de presentar y ofreciéndole la mano se presentó

-Me llamo Henric Larsson, era amigo del difunto, pero hacía mucho que no le veía, en realidad no fui invitado a la reunión por el, si no por nuestro amigo en común Nick, quería aprovechar la estancia del señor Elías en la ciudad para volver a verle después de tanto tiempo, pero no me esperaba en absoluto que la visita tuviera este desenlace.

Cuando sintió la mano de Nathan sobre su hombro, sólo pudo llevar la mano hasta posarla sobre la del escritor y apretarla ligeramente, agradeciéndole así su apoyo, aunque este debía estar tan destrozado como él....sin embargo ahora era el momento de moverse, pues no conseguirían nada perdiendo el tiempo mientras respondía a todas las preguntas que querrían hacerles, y para las cuales no tenían respuestas.

Estoy de acuerdo - respondió volviéndose hacia Nick - tan solo dígame la dirección y estaré allí dentro de una hora. - Echó una breve mirada hacia la ventana por donde habían huído los asesinos, y por la que él estaba dispuesto ahora a hacer lo mismo - Yo saldré del hotel por la escalera de incendios, así será menos llamativa nuestra salida del hotel.

Cuando escuchó que Archivald se presentaba, se dirigió hacia él - Es mejor que se olvide de esto y se vaya a su casa. Usted no le conocía y no tiene por qué verse metido en este embrollo - se expresaba con toda la tranquilidad y la lógica que podía - Espero que comprenda que tendrá que buscarse a otro guía para la expedición que tenía planeada...pues aunque mis pasos me llevarán de nuevo a Egipto, mi búsqueda será diferente.

Bajó la cabeza y el tono de voz, casi como si hablase para sí mismo, pero lo suficientemente alto como para que todos los allí presentes le escucharan - No pararé hasta encontrar a quienes han hecho esto...y el por qué.

- Un momento, un momento... ¿Qué están diciendo de huir? ¡Un hombre ha muerto, y es nuestro deber informar a las autoridades! ¿Pretenden acaso dejar aquí el cuerpo como un fardo, ustedes que decían ser sus amigos? Este siglo no tiene Dios.

El sacerdote se arrodilló junto al cuerpo, cerrándole los ojos y musitando una oración.

- Opino lo mismo que aquí el amigo. Si a mi me pasará algo espero que mis amigos se encarguen de mi y no que me abandonen como si fuera un perro cualquiera

En menudo marrón me he metido...

-Por favor, por favor... Tengamos calma. Desde luego hay que esperar a que venga la policía. Yo lo haré, sin duda. No somos responsables de lo que aquí ha ocurrido, sólo hemos actuado por nuestra cuenta cuando nos lo hemos encontrado, pero eso no es de extrañar, no somos expertos. Además de que nos han visto entrar, no nos hemos ocultado. Bien, quizá no todos opinen lo mismo, cada cual que actúe según su criterio, no voy a imponer el mío.

Brenda dió un giro, mostrando la ventana con el brazo extendido.

-Yo voy a explicar que intenté dar alcance a esos hombres. Explicaré lo que vi. Pero no diré nada acerca de la carta, si no les importa. Quisiera que la investigación policial siga su curso, pero estoy de acuerdo con el Sr. Sheridan en que no voy a dejar que esto quede así, no, voy a ir hasta el fondo de lo sucedido...

Se pasó la mano por el pelo, en un gesto muy característico de ella, apartando los bucles que le caían sobre la frente. Parecía frágil, y era casi gracioso ver su determinación en su rostro infantil.

-Creo que lo mejor es que cada uno exponga si espera o no a la policía, y que el resto lo respete. Y si alguien decide marcharse, que los demás no hablen de él cuando les interroguen. Pero también pienso que, haga lo que haga cada uno, debemos reunirnos inmediatamente después los que quieran seguir investigando. En el despacho de Nick me parece perfecto. Louis, si le parece bien, diré que vi esa matricula, de ese modo puede usted marcharse sin que lleguen a saber que estuvo aquí, si ese es su deseo.

Su mirada se dirigió al resto, y luego se acercó a Nathan. Se cogió de su brazo, cansada, y le sonrió tristemente, buscando sus ojos. Su abrazo aún la reconfortaba, aunque sólo en su mente.

-No sé si estás de acuerdo conmigo, quizá he hablado por mí misma, no por tí, y sin embargo hemos venido juntos. Jack es... era, alguien querido por los dos. No voy a hacer nada sin contar con tu aprobación. Pero... se lo debo... no voy a dejar que esto quede aquí...

Nathanian asintió solemne ante las palabras de Brenda. Algo en sus ojos mostraba que había tomado su decisión hacía ya rato, la determinación se adueñó de su expresión. Dirigió una callada mirada de agradecimiento a Mina y el pesar que sentía en su interior se asomó al mundo a través de sus ojos, convertidos en dos lagos de profunda oscuridad.

-Había pensado quedarme con él hasta el final, más aún ahora que se que tú también lo harás Brenda. Jackson Elías no descansará en una tumba anónima, tendrá un entierro como Dios manda y yo me ocuparé de ello. A pesar de que no nado en la abundancia si que es cierto que poseo cierta solvencia económica, nuestro amigo tendrá sus oficios y el mejor sepulcro que pueda ofrecerle. – la voz del escritor volvió a fallarle, no obstante se recompuso con rapidez. Un último apretón en el hombro de Louis sirvió de muda despedida entre ambos -. Sin embargo, pienso que lo más inteligente es que la mayoría de nosotros se marche de aquí lo antes posible. Cuando llegue la policía esto se pondrá feo y será mucho más difícil de explicar, más tedioso y más largo cuantos más seamos. Intentaremos encontrarnos con vosotros en la oficina de Nick.

Nathan se dirigió cojeando hasta la puerta de la habitación y la examinó ligeramente.

-Deberíamos pensar en qué vamos a decir para explicar esto – dijo señalando los desperfectos en la puerta.

En un primer momento, Louis estaba seguro de que irse de aquella habitación sería lo mejor, pero según iban hablando los allí presentes, y más cuando quedó claro que algunos se quedarían ocurriese lo que ocurriese, supo que no podía abandonar aquel lugar, porque eso lo único que provocaría eran más preguntas por parte de la policía.

No será necesario, señorita Farrow – contestó dando la espalda a la ventana por la que pretendía haber salido – Yo mismo se lo diré, ya que en cuanto se quede uno, debemos quedarnos todos.

Entonces se volvió hacia el sacerdote – No equivoque sus conclusiones – le respondió – No pensaba dejarle abandonado, sino avisar de forma anónima de lo ocurrido, pero ahora eso ya da lo mismo, pues por desgracia, en recepción dejamos claro dónde íbamos todos, y ascendimos las escaleras todos juntos, excepto el señor Kirkham – señaló a aquel que había aparecido en último lugar – Así pues, en cuanto uno de nosotros se quede, será acosado a preguntas para averiguar quiénes eran los demás.

Si contaban toda la verdad, puede que salieran tras unas pocas horas de interrogatorio, pero desde luego, si aparecían como posibles culpables que han huido de la escena de un crimen, tarde o temprano, tendrían a toda la policía tras ellos, impidiendo así que pudieran abandonar el país para marchar a Egipto y seguir la pista que les llevaría a descubrir el motivo del macabro asesinato de Elías.

Me quedo – repitió por última vez.

-Es obvio que no podemos dejar el cuerpo del pobre Elías abandonado y a su suerte, cuando hemos sido nosotros los que hemos encontrado su cadáver. Informar a las autoridades es lo primero que debiéramos hacer, pero sigo insistiendo que no deberíamos rechazar la invitación de Nick de reunirnos en su oficina para decidir un plan de acción y conocernos un poco mejor…al menos aquellos que estemos dispuestos a llegar al fondo de este asunto. –Henric miró a la gente uno por uno, dejando claro que no esperaba, pero respetaba, que todos quisieran comprometerse en una investigación que podía ser muy peligrosa-La oficina de Nick es un sitio relativamente seguro y tranquilo en el que ponernos de acuerdo.

Cuando terminó de hablar, se metió las manos en los bolsillos de su gastado pantalón negro y se apoyo de espaldas indiferentemente contra la pared, esperando la decisión de aquellos que aún no la había expresado. Todo aquello le estaba empezando a despertar al mundo, en escasos minutos había dejado de sentirse a merced de las corrientes y ahora tenía un buen motivo por el que moverse, actuar. Los asesinos de su amigo Elías no se saldrían con la suya impunemente y estaba dispuesto a realizar un autentico desorden en el mundo entero semejante al que ellos habían hecho en la habitación, si con ello conseguía dar con los culpables.

Archivald fumaba su cigarillo desde el marco de la entrada de la habitación del hotel escuchando la conversación. Si bien estaba un poco fuera de lugar si que estaba interesado en saber que estaba pasando aquí.