Partida Rol por web

Brenda se rió a gusto ante la respuesta de su amigo.

-¡Vaya par! ¡No me negarás que soy una contrincante dura de abatir!

Dejó la tacita en su plato, y éste en la mesilla. Con gracia, como si estuviera en un baile, hizo una pequeña pirueta que la situó en un abrir y cerrar de ojos ante el británico, que la observaba sonriente, sin perder un ápice de su flema. Y de modo inesperado le cogió la cara con ambas manos, depositando un brevísimo beso en la punta de su nariz.

-Pero... ¡no soy inglesa, mi buen Nathan! ¡Soy americana! ¡Claro que no tengo decoro! ¡Jajajaja!

-¡Estos americanos!¡Así le va al mundo! Si es que nos lo merecemos por ... - Nathanian continuó farfullando por lo bajo en una retahíla de murmullos y quejas que se enlazaban unas con otras y que parecían no querer acabar.

Se acercó lentamente hasta la chimenea y agitó el fuego con el atizador, echando además un nuevo tronco al mismo. En algún momento durante la operación pareció recordar algo y se restregó la nariz enérgicamente con el dorso de su mano izquierda.

A lo que siguió un nuevo corrillo de gruñidos.

Con parsimonia algo intencionada y una sonrisa un punto sarcástica, la mujer sirvió una segunda taza de té a Nathan, sin leche y sin azúcar, como a él le gustaba tomarlo, y otra para ella, también a su gusto. Es decir, de nuevo con leche y muy endulzada. Mordisqueó una pasta, y se acercó a la chimenea, junto a su amigo.

Observó como éste atizaba el fuego, y como se frotaba la nariz con gesto disgustado. Pareció suavizar su expresión, mientras le contemplaba. Después desvió los ojos a las llamas, y mientras él añadía un nuevo tronco, comentó ensimismada:

-¿De qué debe ir esta vez la aventura en la que Jack se ha embarcado...? ¿Qué sabes de la Carlyle...?

-Pues poca cosa, creo que tan sólo lo que leí en los periódicos. Una expedición arqueológica a Egipto que que organizó Roger Carlyle y que acabó en tragedia. Había pensado dedicar parte del día de mañana a documentarme, quizás me pase por la biblioteca y por el periódico local. Es posible que haya alguna noticia al respecto que se nos pasara.

Pasó la tarde. Estuvieron charlando, con ese punto de dialéctica que tanto les gustaba a ambos, con ese toque de ironía que a veces se convertía en sarcasmo, pero nunca, nunca cruel.

Tomaron el té, y dieron buena cuenta de las pastas que la Sra. Hudson había colocado con delicadeza en la mesilla.

Hablaron, hablaron, hablaron... sobre todo de Jack, claro está. De sus libros, de sus aventuras. Y de lo que podía representar esa petición de ayuda.

Finalmente, cuando ya anochecía, la mujer se levantó, y se acercó a su buen amigo.

-Bien, Nathan, voy a tener que irme. Ya me dirás algo acerca de nuestra cita en el Chelsea. Y gracias por ocuparte de los billetes. Será un placer discutir contigo también en tren...

Por mi nada más que agregar que lo ya dicho. Nathanian dedicará el día siguiente a investigar sobre la expedición Carlyle, a ver qué encuentra. Sacará los billetes y preparará la maleta... y los oídos para escuchar a Brenda durante todo el viaje, porque seguro que no habrá quien le cierre la boca en el tren.

;-)

Tanto Brenda Farrow como Nathanian Moore pasaron una mañana ocupada intentando obtener información adicional que pudiera darles alguna pista de qué podía haber encontrado Jackson Elias. Después de comer, con tiempo y con tranquilidad, se acercaron juntos a la estación de Arkham y cogieron el tren puntualmente.

Una vez en su compartimento, se quitaron los pesados abrigos y se pusieron cómodos en los asientos mientras el tren avanzaba traqueteando hacia Nueva York.

Con el pelo recogido y un atuendo de viajera, discreto y cómodo pero que no ocultaba la buena figura de la mujer, ni tampoco pretendía hacerlo, Brenda no permitió que Nathan la ayudara con su equipaje de mano. Subió su bolsa al altillo del compartimento, después de sacar de ella una libreta de anotaciones de grueso calibre, pero claramente casi nueva. Y una pluma estilográfica, una Waterman con un moderno sistema de llenado, de seguridad.

Se sentó junto a su amigo, pegada a él, y abrió su libreta entre los dos. Desenrroscó el capuchón de la estilográfica, y usando la plumilla como puntero le fué enumerando los puntos que estaban anotados en ella, así como le mostró recortes de revista y de periódico pegados con pulcritud. Todo hacía referencia a la Expedición Carlyle.

-No sé qué tendrá que ver Jack con esto, ahora que parece que la hermana de Carlyle ya está sobre el rastro. Puede que ella le haya pedido ayuda para localizar a su hermano... Como puedes ver, hay aquí una serie de datos que aunque son muy genéricos, pueden sernos de utilidad. Mira:

Y se pone a leer con voz calmada y segura.

-Expedición Carlyle, Miembros:

-Roger Carlyle: Playboy millonario. 24 años.
-Sir Aubrey Penhew: Egiptólogo. Segundo jefe. A cargo de las excavaciones.
-doctor Robert Huston: Psicólogo freudiano. Estudios paralelos sobre criptogramas antiguos.
-Hypatia Masters: ex novia de Carlyle. Fotógrafa y documentalista.
-Jack Brady: amigo personal, factótum.

5/Abril/19: zarpan de Nueva York con destino a Southampton. Pasarán algún tiempo en la fundación Penhew en Londres para realizar algunas investigaciones. Continuarán hacia Egipto al més siguiente.
3/Julio/19: Dejan El Cairo en dirección al África Oriental. Se rumorea que puedan haber encontrado pistas acerca de las Minas del Rey Salomón. Carlyle está recuperándose de una insolación al parecer por haber trabajado personalmente excavando.
3/Agosto/19: Parten de Nairobi, probablemente tras esas pistas. Parece que se proponen explorar el Valle de la Gran Grieta, al Noroeste de Nairobi.
15/Octubre/19: Se hace oficial la pérdida de la expedición, tras dos meses de falta de noticias.
24/Mayo/20: Se confirma la masacre de dos docenas de los miembros de la expedición, encontrados en diversas fosas ocultas por los nativos Kikuyu y un policía local, dirigidos por la hermana de Carlyle, Erica. Parece que se debió a la tribu hostil de los Nandi. Se da por Desaparecidos a: Roger, Penhew, Hypatia, Dr. Huston.

Levanta entonces los ojos hacia Nathan, y sonríe con carita de complicidad y aventura.

... y cuando Brenda finalmente levantó los ojos vio que Nathan se encontraba tranquilamente leyendo el periódico que había traído bajo el brazo cuando subió al tren.

-Perdona Brenda... ¿Hablabas conmigo? - el tono de sorpresa y la cara de fingida inocencia desarmaron a la americana y la dejaron preguntándose hasta qué punto había sido objeto de una broma o hasta qué punto Nathan le estaba tomando el pelo.

Con parsimonia el inglés dobló de nuevo el periódico y lo dejó a su lado sobre el asiento. No obstante volvió a cogerlo, pues no quedó conforme con como había quedado alineado y lo depositó de nuevo. Miró de reojo a su amiga para ver si ya comenzaba a perder la paciencia y se atusó ligeramente la barba ante el reflejo de sí mismo en la ventana. Se ajustó la corbata y se giró hacia la mujer.

-Te he escuchado Brenda, tan sólo bromeaba. Tranquila, ya puedes recuperar tu color de piel normal - tentando a su suerte Nathan siempre iba un paso más allá, confiaba en su por completo en criterio para percibir cuando Brenda llegaba al límite -. Bien, veamos qué tengo por aquí...

Colocó sobre sus piernas su inseparable maletín y lo abrió despacio. De su interior emergió un libro que dejó a un lado, así como una carpeta con notas para su próximo libro. Finalmente extrajo una libreta y tendió a su compañera un par de recortes de periódico que tenía guardados en su interior.

"LA EXPEDICIÓN CARLYLE EMBARCA PARA INGLATERRA

Dirigida por el fabulosamente rico playboy Roger Carlyle, la expedición que lleva su nombre zarpó esta mañana con dirección a Southampton en el excelente vapor británico Imperial Standard.

Contrariamente a lo dicho en un principio, la expedición realizará investigaciones en Londres bajo los auspicios de la Fundación Penhew antes de continuar viaje a Egipto el mes que viene.

Los lectores recordarán la enorme fiesta que el señor Carlyle, que ahora cuenta con 24 años de edad, dió en el Waldorf Astoria para celebrar su mayoría de edad. Desde entonces los escándalos y el comportamiento grosero se han convertido en la marca de fábrica de Carlyle, pero nunca ha perdido su gancho en Manhattan.

Los miembros de la expedición se han mostrado remisos a revelar sus propósitos en Egipto.

Otros miembros de la expedición

El famoso egiptólogo Sir Aubrey Penhew es el segundo jefe de la expedición y está al cargo de las excavaciones.

El doctor Robert Huston, un psicólogo freudiano muy de moda, acompañará a la expedición para realizar estudios paralelos sobre criptogramas antiguos.

La señorita Hypatia Masters, que mantuviera en el pasado relaciones con el señor Carlyle, actuará como fotógrafa y documentalista.

El señor Jack Brady, amigo íntimo del señor Carlyle, acompaña al grupo en calidad de factótum.

Es posible que en Londres se incorporen al grupo miembros adicionales.

PILLAR/RIPOSTE de Nueva York, 5 de Abril de 1919"

"CONFIRMADA LA MASACRE DE LA EXPEDICION CARLYLE

NAIROBI (Reuters) - La masacre de la largo tiempo perdida expedición Carlyle fue confirmada hoy por representantes de la policía del distrito.

Roger Carlyle, el conocido playboy de Nueva York, se encuentra al parecer entre los desaparecidos.

Las autoridades acusan del crimen a un grupo de nativos Nandi hostiles. Parece ser que se han hallado los restos de al menos dos docenas de personas entre los miembros de la expedición y porteadores en diversas fosas ocultas.

Erica Carlyle, hermana de Roger y heredera de la fortuna de la familia Carlyle, dirigió la peligrosa búsqueda de su hermano y el resto del grupo. Ella afirma que quienes descubrieron los restos fueron nativos Kikuyu, aunque en realidad fue la policía local.

Entre otros miembros de la expedición a los que se da por desaparecidos se hallan el conocido egiptólogo Sir Aubrey Penhew, Hypatia Masters, perteneciente a la alta sociedad de Nueva York, y el doctor Robert Huston. También se cree que han fallecido numerosos porteadores.

PILLAR/RIPOSTE de Nueva York, 24 de Mayo de 1920"

La mujer le miró boquiabierta, con la estilogáfica suspendida en el aire. Como siempre, el flemático británico había optado por tomarle el pelo. Pero ella estaba hablando en serio...

Así que finalmente echó un vistazo de soslayo a los recortes de periódico, y con su dedo golpeteó repetidamente los que estaban pegados en su propia libreta.

-En fin, mi ausente amigo... si te hubieras dignado mirar lo que te estaba mostrando habrías visto que se trata de exactamente los mismos recortes. Y lo que te he leído no ha sido más que un resúmen de ellos, sacados de mis propias notas. Pero ¡claro! ¿cómo iba Brenda a hacer nada que fuera útil...? No, más vale que hagas de profesor cascarrabias, es un papel que te queda pintado!

Brenda suspiró, y se encogió de hombros. Aunque Nathan la exasperaba, en realidad no podía estar demasiado tiempo enfurruñada con él. De modo que sonrió, y con la pluma aún en la mano, hizo un rápido movimiento y estampó en la libreta de Nathan un dibujito infantil.

-Aquí tiene profesor... espero que me de usted buena nota...

-¡GRWGRFTFTEYRGF! - fue todo lo que Nathan pudo decir al observar como Brenda garabateaba un dibujito infantil en su libreta de notas.

Por un momento fue a arrancar la hoja, mas el gesto de rabia inicial se detuvo poco a poco y acabó por cerrar la libreta dejándola tal y como estaba.

-Esperemos que el misterioso Jack sepa aclararnos algo de todo este asunto una vez que nos reunamos con él - dijo mientras guardaba sus cosas en el maletín. Todas excepto el libro.

Abrió éste por el marcapáginas que tenía previamente colocado e intentó sumergirse en los misterios sumerios que se estudiaban en el mismo. Esfuerzo inútil. Cuatro páginas logró leer en todo el trayecto en tren.

La encantadora Brenda se encargó de que el viaje en tren no se le hiciera demasiado "aburrido".