Partida Rol por web

Las máscaras de Nyarlathotep

2.1 Londres - Midland Grand Hotel

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07/04/2011, 02:41
Light Artisan

 

Donde los intrépidos investigadores pisan por fin el Viejo Continente y comienzan sus pesquisas británicas.

 

 

Se maravillaba de la vasta presunción de aquéllos que balbuceaban acerca de los malignos primigenios, como si Ellos pudieran dejar por un instante sus sueños eternos para desatar su ira sobre la humanidad. ¡Como si un mamut se detuviera para vengarse frenéticamente de un gusano!
- HP Lovecraft

 

 

 

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07/04/2011, 02:52
Light Artisan

Lunes, 26 de Enero de 1925

Tras el placentero viaje, de apenas 4 días y medio, y con las energías renovadas, los Investigadores llegaron a suelo británico. Un corto trayecto en tren les llevó desde Southampton hasta Londres, llegando a media noche a la estación de St Pancras, donde se registraron en el lujoso y convenientemente cercano Midlands Grand Hotel. La majestuosa mole de ladrillo rojo y torreones góticos les dió la bienvenida con amplias habitaciones y lujosos interiores.

 

Las chimeneas encendidas y los edredones de plumas fueron más que bien recibidos en aquella noche invernal.

La mañana amaneció sombría y cubierta de niebla en la ciudad. El restaurante estaba abarrotado, pero no fue difícil encontrar una mesa donde pudieran sentarse juntos y disfrutar de un té, una bandeja de arenques ahumados y unas tostadas.

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09/04/2011, 12:25
Archivald Kirkham

Archivald se puso en pie ante la presencia de las damas que cumpliendo el servicio de cortesia se presentaban más tarde de la hora haciendo bueno el dicho popular de: "Lo bueno se hace esperar".

Señoras, caballeros. He podido llegar el primer y cojer sitio para todos aprovechando una mesa que ha quedado vacía recientemente. Me he atrevido a probar el té inglés pero me temo que mis años consumiendo café hacen que ese bejungue no solo me parezca agua sucia sino que tenga un sabor similar - dice archivald risueño dejando la taza en el centro de la mesa y haciendo un gesto al camarero para que se acerque.
¿Han dormido bien? Yo debo confesar que he dormido como un niño pequeño, hacía tiempo que no descansaba tan bien.

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10/04/2011, 00:13
Danielle Archer

Tras algún encuentro quizás un poco molesto con alguno de los integrantes del grupo, sacando mi caracter a pesar de saber que aquello era lo último que debería de haber hecho, decidí que continuaría con aquel trabajo, a fin de cuentras, si algo tenía claro es que había cosas como la familia y los compañeros de trabajo que no elegías, sino que te tocaban y era lo que había.

No era cuestión de hacerme mala sangre contínuamente, así que decidí hacer como si nada hubiera sucedido, aunque claro, guardando las distancias con aquella gente que ya me había demostrado lo que había. No hacía falta ser el mejor amigo de alguien para mantener una relación cordial o al menos, para poder estar en una misma habitación sin tirarse los trastos a la cabeza o hacer que todas las palabras que salieran de tu boca fueran un ataque o una defensa.

- Buenos días! - Saludé alegrándome de tener los pies en tierra firme y casi hasta de un tremendo buen humor pues bajaba pensando en el café que me iba a tomar ahora mismo. - A mí me puedes llamar conservadora, tradicional... pero creo que prefiero el café. El té nunca e ha hecho demasiada gracia, aunque tengo entendido que en países orientales los hay de todos los colores y sabores.

Me encogí de hombros con aquella información que había sacado en uno de mis viajes en el que conocí a una especie de mercader o comerciante que hubiera sido capaz de vender hasta a su propia madre diciendo que era una mujer muy famosa en su país de origen.

- ¿ Cuánto tarda aquí en levantarse la niebla? Tiene pinta de ir a tirarse todo el día con el cielo gris y esa llovizna incesable.

Lo primero que hacía siempre tras levantarme era ir a mirar el día por la ventana, incluso antes de bostezar casi.

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11/04/2011, 09:11
Nick Stolze

En otros tiempos, el comentario de la explordora sobre la variedad y tipología de las infusiones habría supuesto un comentario mordaz por parte del detective. Algo en plan: "ummm... ¿por dónde dice que ha viajado usted para apropiarse del término exploradora? Porque cualquier que haya podido pisar cualquier lugar entre Marruecos y Tailandia sabrá que el té como "bebida social" está mucho más extendida que el café..." Pero no aquella vez.

De hecho no desde aquella noche en la que la hermosa Brenda le hizo prometer bajo el influjo de la luna de alta mar, que respetaría y sería tolerante para con la nueva integrante del grupo. Y, claro, una promesa efectuada bajo aquellas circunstáncias no podía ser quebrantada sólo por el placer de la puñalada "amistosa". A Brenda le gustaba cuidar de esas cosas... la cohesión del grupo y el respeto mutuo como punto de partida... pero a un cansado detective neoyorquino le costaba mucho recordar ciertas "buenas maneras".

La llegada a la vieja Inglaterra fue algo pesada. Demasiados días de viaje... demasiada humedad en alta mar... demasiada humedad al llegar a tierra. Y, sobretodo, demasiada flema inglesa para el detective. Toda aquella marea de moquetas, tapices, escalinatas y artesonados le nublaban la mente. Como si aquel barroquismo vistoriano le nublasen los sentidos. Apenas había dormido bien y, entre desvelos, acompasado por los ronquidos del bueno de Henric, sólo podía pensar en el pobre Jackson... en Egipto... en Brenda.

Así pues se levantó de mala gana. Poco hablador y menos colaborador para con el resto de los integrantes del grupo. Apenas dió un sorbo al repugnante café británico volvió a echar de menos su querida y añorada América.

- Santo cielo... - musito a la vez que se llevaba los dedos al entrecejo intentando despejar una jaqueca incipiente.

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11/04/2011, 17:15
Henric Larsson

Amaneció en Londres y todos volvieron a sentarse alrededor de una mesa con un desayuno caliente frente a ellos. No es que no lo hubieran hecho antes, pero era la primera vez que lo hacían en tierra firme desde que dejaron américa, y Henric lo agradeció despues de un tiempo en alta mar que le pareció toda una eternidad.

El café frente a él humeaba agradáblemente y lo bebía en pequeños sorbos para no quemarse la lengua, mientras escuchaba a los demás.

-No me puedo quejar. Comentó de pasada ante la pregunta sobre su priemra noche en Londres. La verdad es que no me costó nada abrazarme a Morfeo despues de tanto tiempo en alta mar. Dormir en una cama sujeta a la tierra firme me resulta mucho más reparador que los vaivenes de un barco.

Henric volvió a sorber de su café y pensó en la alegría que le faltaba al mismo.

-Pienso que ya que estamos aquí... deberiamos aprovechar la estancia para visitar un poco la ciudad. Se aventuró a decir. En Londres habrán muchas cosas para ver, y estaremos más centrados en lo que nos ha traido aquí si hacemos algo de turismo para relajar nuestras mentes de la peligrosa empresa en la que nos hemos embarcado. Y particulármente, tengo interés por sentir la hospitalidad de los pubs ingleses ahora que estamos lejos de la ley seca, jejeje.

Al sentir las frías miradas de los demás sobre él, trató de aclarar.

-Con calma, claro. No tengo ningún interés en dejarme llevar como en aquella ocasión.

Aquella ocasión. Qué lejos quedaba aquel funesto día tras el viaje en barco, pensó Henric.

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12/04/2011, 04:59
Mina Mordaunt

Mina estaba sonriendo a Archivald, con su nunca bien ponderada taza de té caliente frente a ella, cuando se volvió hacia Danielle.

- Y lo hará, Danielle, se quedará durante todo el día. Hay quien dice que nada de arcoiris como en los mitos de Irlanda, aquí hay que buscar el rayo de sol sobre Londres y de hallarlo, al final de él estará el caldero de oro.

Parecía de mejor humor que incluso en cualquier momento de aquellos que la habían conocido. Su sonrisa, que parecía un atributo indeleble de su rostro en todo tipo de matices de sinceridad, había adoptado una tintura de profunda intensidad. En los días de zozobra en el medio del Atlántico, quienes no lo sabían habían descubierto que Mina era inglesa, aunque no lo pareciese estando al lado de Nathanian, y que su ciudad de origen era aquella Londres a la que se dirigían ahora, mecidos por las tempestades ausentes. Una Londres a la que había dejado siendo niña con toda su familia, y a la que ahora volvía adulta, sola, llevada por el impulso de una situación límite y no por el placer de viajar y volver.

La habían visto algunas de esas tardes, sino todas, apoyada en la baranda de la cubierta principal observando el horizonte, en sus ojos reflejada una melancolía que sólo un muerto o un anciano pueden soportar dentro de sus cuerpos. En silencio, mientras el viento le mecía los cabellos, mientras su rostro permanecía mecido por las olas, sus manos quietas. Había estado así al zarpar, había estado así antes de desembarcar. El resto del viaje lo había dedicado a moverse, a ir, venir, hablar, conversar, compartir, tratar de movilizar las cosas con Danielle, con los demás, con todos ellos. Cuatro días y medio de encierro con una mayoría de gente que sólo conocía de haber compartido una muerte, unos disparos, una persecución y un misterio.

Sorbió un poco de su taza de té, observando por el rabillo del ojo cómo Nick parecía o tener un dolor de cabeza, o hacer un gesto descarado de fingirlo frente a la verborrea matutina. Observó a Henric hablar por encima del borde de su taza, y al bajarla, le sonrió. Pero respondió a Archivald.

- Una descanso extraordinario. Comparto con Henric el placer de haber podido dormir en una cama que no se moviera. Aunque no he podido dejar de sentir esa sensación extraña... de volver a casa.

Sonrió un poco más y, ahora sí, miró directo a Henric.

- En cuanto tengamos un momento, podemos bajar a Picadilly Circus y allí seguramente encontrarás algo de tu agrado.

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12/04/2011, 08:09
Brenda Farrow

No la vieron, estando ya todos en el comedor, ellos no. Pero el que la vio bajar las escaleras hacia el Hall del Hotel, se detuvo un segundo, un aliento, antes de seguir con lo que estuviera haciendo. Porque Brenda bajó la escalinata como lo haría una reina, una de las de cuento, no de las de verdad, radiante, y lo mejor: sin darse cuenta de eso, de lo radiante que estaba, de la sensación que producía.

Y es que por fin había hallado algo de paz, de equilibrio. El viaje por el Océano le había sentado como un guante, había derramado miel a su alma herida, bálsamo, y aunque sus heridas, cómo no, seguían estando allí, de algún modo habían cicatrizado. Evidentemente nunca, nunca podría olvidar el dantesco momento en que descubrió a Jackson asesinado, y la brutalidad de todo lo que rodeó ese momento. Pero el dolor había decantado, durante esos paseos por cubierta, el aire salino azotando cuerpo y mente. Y se había depositado en el fondo de su ser, haciendo poso.

El trayecto hasta Southampton, y  Londres después, había sido un paréntesis de reflexión, de aceptación. Y de decisión. Sabía ya lo que quería, y se había determinado a llegar a dónde fuera para conseguirlo. No, no era venganza, aunque quizá si lo pensaba así, el sabor era dulce. No, era justicia. Por él, por su amigo muerto. Y por ella, por ellos, por el grupo que formaban.

Entró en el comedor pisando firme, sonriente. Se había vestido en concordancia a su estado de ánimo, volvía a ser la Brenda de antes. Zapatos de tacón, medias de seda, y una falda de pliegues sinuosos que la seguía a su paso, ciñéndose al andar.

¿Demasiado corta? No, Nathan querido, no seas TAN inglés...

-Buenos días a todos. Mmmmm! Huele a.... café!! -Soltó sabiendo perfectamente que el aroma que imperaba era el del té. -Oh...! Por dios, pero, ¿quién se come esos pobres peces de cara triste para desayunar...?

Notas de juego

Renuncio a polémicas, me he portado bien...

:D

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12/04/2011, 20:42
Henric Larsson

-¡Ey! ¡Perfecto! Exclamó el artista con una sonrisa en los labios, y la emoción de un niño al que le acaban de decir que visitarán la feria del lugar. Será una buena forma de empezar a visitar la ciudad con algo más de distensión, y todo un placer hacerlo por tu mano Mina. Comentó guiñándole un ojo a su compañera.

Henric apuró el café que tenía frente a él y dejó la taza vacía sobre la mesa.

-Y ahora... ¿Por dónde empezamos? Queda mucho todavía para poder relajarnos un poco, y hay trabajo que hacer antes de eso.

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14/04/2011, 23:06
Nathanian Moore

- Londres se asienta sobre raspas de arenque, señorita.

Nathan terminó de devorar el cuarto arenque y se sirvió una taza de té. A pesar de que el clima hacía empeorar su cojera, desde el momento en el que había pisado suelo inglés el escritor parecía... contento.

- Y, por otra parte, esta es la capital del Imperio. Es la ciudad más grande y poblada del mundo, y deberían dejar de comportarse como turistas. Tenemos que saber dónde nos movemos y qué estaba haciendo el señor Elías en la ciudad. Sería demasiado fácil perderse entre tanta historia como hay ahí afuera, jóvenes.

Hizo un gesto distraído hacia las ventanas, que apenas dejaban entrever fantasmas nebulosos entre la bruma.

- ¿Qué hacía Elías aquí? ¿Y qué hacía Carlyle? Jackson siguió los pasos de Carlyle, así que nosotros seguiremos los suyos. Por suerte, nosotros sabemos cómo acaban esos caminos.

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15/04/2011, 09:55
Nick Stolze

- ¿Suerte...? - replicó Nick como un resorte. - No me siento en absoluto afortunado sabiendo que mis pasos se encaminan a una muerte horrible en circunstancias poco claras. Esperemos poder cambiar eso... - espetó con un bufido.

Mientras que todos estaban contentos por haber bajado de aquel barco, Nick sentía la lejanía de su América como la amputación de un miembro doliente... que aunque no está, se echa de menos. Cada paso que daba, efectivamente estaba encaminado al pais de las pirámides. Y esa sombra no hacía más que crecer y crecer en el horizonte.

- Respecto a la posibilidad de hacer turismo... tsk... creo que tenemos gente a la que visitar y lugares que comprobar. Podemos hacer grupos... no sé... pero sinceramente me importa un bledo el maldito cambio de guardia.

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15/04/2011, 13:13
Brenda Farrow

-Oh, por Dios, Nathan, ¡raspas de arenque! -Le respondió con una mueca de asco fingido Brenda al británico, para inmediatamente después levantar un índice frente a la nariz de su amigo, recriminándole.- ¡Cómo puedes decir eso de tu propia Patria! ¡Nunca hubiera dicho que llegarías a insultarla!

Evidentemente la mujer estaba simplemente haciéndole rabiar, y ya no permitió que respondiera cualquier puntualización flemática acerca de lo que él consideraba un insulto o una cualidad. Antes de eso se giró hacia Henric, y siguió hablando.

-Yo tengo claro por dónde empezar. -Y moviendo la cabeza para mirar al detective, dedicándole un guiño cómplice- ¿...quieres hacer turismo cerca del Museo Británico, Nick? Porque allí voy a ir en cuanto pueda. A la Fundación Penhew. Después de todo, allí pasaron nuestros expedicionarios casi un mes, antes de partir a Egipto. Bien, podríamos pedirle una entrevista a su actual director, Edward Gavigan. ¿Qué os parece?

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15/04/2011, 16:06
Nick Stolze

 - Ahí le has dado, guapa... - replicó el detective devolviendole el guiño y agradado por la actitud rebelde de la mujer. - Pero primero necesito conseguir un analgésico...

El detective se desmarcó del grupo en busca de uno de los camareros del Hotel. Esperaba que alguno de ellos pudiera ofrecerle algún remedio para aquella molesta jaqueca.

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18/04/2011, 18:46
Henric Larsson

-Cierto, la Fundación Penhew. Comentó Henric. Siento curiosidad por aquello hacia lo que nos pueda llevar lo que descubramos en la ciudad. Pero debemos andar con cuidado. Despues de todo lo ocurrido, estoy seguro de que seguimos estando en el punto de mira de los asesinos de Elías, y aunque nos hayamos alejado de Nueva York, no hemos hecho más que acercarnos al peligro como bien ha dicho Nick.

Henric paseó la mirada por el local. Tras comentarlo, había sentido la punzada de unos vigilantes ojos clavados en ellos.

-Será mejor que no bajemos la guardia. Añadió. Por lo pronto, lo mejor será que concertemos una entrevista con ese hombre. Comentó a cerca de Edward Gavigan. No sabemos lo ocupado que puede estar, y si es necesario esperar para poder hablar con él, cuanto antes tratemos de hacerlo, mejor.

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19/04/2011, 19:22
Danielle Archer

Lo de ponernos a hacer turismo en Londres era algo que no se me había pasado por la cabeza, aunque fuera algo que en mi caso, no me iba a disgustar lo más mínimo, pero normalmente cuando una tenía que trabajar no solía ser divertido, por lo que ir a ver la ciudad de la forma en la que me gustaría casi quedaba descartado totalmente.

Además, lo que me había quedado más que de sobra claro, es que había que llevar una especie de luto por los amigos que habían perdido en el camino, que era su forma de recordar que debían de seguir adelante aunque no tuvieran ganas, aunque sólo fuera porque debían algo a aquellos que ya no podían caminar a su lado. Si yo hubiera perdido a un amigo por el camino querría acabar de caminar tan sólo en honor a él.

Estos pensamientos era sólo una forma de tratar de comprender a los que ahora serían mis compañeros y aunque no lo dijera en alto, intentaba guardar el respeto que la situación merecía.

- Creo que será un buen lugar por el que empezar... - Aún tenía muchas cosas mezcladas de lo que había sucedido, pero trababa de unirlo todo de la mejor manera que sabía.

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20/04/2011, 04:23
Mina Mordaunt

- Me parece bien - asintió Mina, quien había sonreído a Nick cuando éste había espetado contra la idea de hacer siquiera una esquina de turismo - Aunque quizás más que el director de la Fundación, quien puede tener más datos es algún empleado administrativo... quizás, si tienen biblioteca, la persona encargada, o del archivo, hemeroteca, algún tipo de recurso de ese estilo. Si estuvo para la época donde paró en Londres la expedición, posiblemente sabrá mucho más pormenores que la cabeza directiva.

Miró hacia Brenda y le sonrió, antes de sorber más té y quedarse pensativa por un momento.

- De allí supongo que tendremos más ideas de a dónde ir, si alguien de la Fundación sabe si los de la expedición se llevaban con alguien de la ciudad en particular... algún sitio...

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20/04/2011, 07:54
Brenda Farrow

-Oh, sí, claro, ¿por qué no? -Respondió la americana a Mina, devolviéndole la sonrisa junto con un cabezazo de convencido asentimiento. -De todos modos la entrevista con el director no podemos obviarla, aunque trabajemos a dos frentes. Él sustituyó a Penhew cuando éste desapareció en África, imagino que debió investigar sus pasos, cuando menos. Y... se me ocurre... -comentó con un mohín reflexivo, como para sí misma- ...el caso es que Penhew era un importante masón, un alto cargo... ¿quizá alguno de vosotros, o algún conocido con quien estéis bien relacionados, podría también tirar de ese hilo...? Quizá algún amigo de mi padre... -siguió murmurando en tono ya casi inaudible.

-Un segundo. Enseguida vuelvo.

Tras lo cual la impetuosa Brenda se levantó y se dirigió al Hall, sin más explicaciones.

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20/04/2011, 08:02
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

Brenda busca un teléfono y llama a su padre para pedirle un contacto masón de confianza a quién acudir para sacar algo de ese aspecto acerca de Penhew.

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20/04/2011, 10:15
Light Artisan

Notas de juego

Tira SUERTE: La llamada trasnoceánica tardará entre 12 y 24 horas en establecerse. Y se cobra a precio de oro. Y luego hay que tirar SUERTE cada 20 minutos de conversación para que no se corte.

:-D

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20/04/2011, 10:18
Brenda Farrow
Sólo para el director

Notas de juego

¡Mie**a!

Oye, juer, ¿no podría tirar suerte para ver si a Brenda ya se le había ocurrido ANTES de zarpar, y llevaba ya escrito un contacto amigo de su padre...?

Vaaaa....

:D