Partida Rol por web

El viaje fue  extrañamente rápido gracias a los teleportadores  del gremio, ya que la cordillera de Kardhû esta situada  al norte, muy al norte de los confines del mundo. La nieve  dominaba la escena, humeantes chimeneas  ennegrecían el cielo encapotado y un montón de enanos, bien abrigados, victoreaban la llegada de Gunter Picoferreo.

Rápidamente, varios enanos acercaron pieles de bueyes de las estepas a los aventureros recién llegados  con el director de la prospección, para que entrasen en calor.  Entre víctores y gritos de alegría,los aventureros  cruzaron una marea de enanos y enanas, hasta llegar a una enorme  construcción de un piso,  donde un enorme cartel hecho de madera rezaba el nombre de " El Yunque Martillado".

Al cruzar la puerta de tamaño enano, agazapados para evitar golpearse la sien, observaron  una sala llena de  mesas y taburetes de tamaño enanil y, muy al fondo,  una oronda enana sonriente  apresuraba  varias tazas de sopa caliente para los recién llegados...

La chimenea  estaba encendida con un fuego  vivo que invitaba a sentarse cerca de el. Gunter, en silencio les señalo una enorme mesa redonda cercana al fuego, invitándoles a sentarse y entrar en calor con la sopa recién servida.

Sentándose en el taburete mas cercano a la puerta, Gunter esperó paciente mente que los aventureros del gremio tomasen asiento antes de comenzar a hablar:

- Como veis, mis trabajadores ansiaban que algunos aguerridos aventureros se prestasen a "limpiar" la mina.- sopló  la sopa de su cuenco antes de pegarle un sorbo;- ... Pero no os llenéis la cabeza de victores y demás alabanzas antes de tiempo.-

Sacó unos papiros de una de sus  bolsas,los estiro pacientemente en la mesa mientras  de otra de sus bolsas sacaba tinta y pluma. Al notar que los aventureros observaban su esmero, se explicó:

- Aunque el gremio tiene  una reputación mas que aceptable, no puedo confiar tanto en vosotros. Por ello, os asignaré a uno de mis mejores trabajadores para que os supervise y de fé de vuestro trabajo.- levantó la ceja inquisitivo: - ¿ Os parece bien?.-

Akhvan guardó silencio e ignoró los vítores de aquellos palurdos, los motivos que lo habían llevado ahí eran de todo menos nobles y no les importaba lo mas mínimo, su objetivo era otro.

Tomo asiento en aquella silla con indignación. El shadar-kai era alto y debía mostrar un aspecto ridículo sentado en un asiento tan pequeño, era obvio que los enanos de aquel lugar no recibían muchas visitas.

Para cuando quiso darse cuenta la camarera le plantó un cuenco justo delante. Akvahn observo el caldo y aquellos tropezones blancos que debían tener mas proporción de grasa que carne.

-Algunos de mis fracasos de laboratorio presentaban un aspecto mas apetecible... -Pensó, pero tubo el buen juicio de no compartir su opinión. Lo único que su cuerpo toleraría seria el pan, ya que a juzgar por la "esbelta" figura de las enanas la fruta escaseaba en aquellas gélidas tierras.

Mahel camina entre los enanos sonriendo a sus anchas y saludando a ambos lados. Siempre se sintió en familia cuando estaba entre enanos. Sentado ya en el pequeño taburete, recorre la mesa con la mirada, cómo buscando algo que faltara.

- Ah! por supuesto que aceptaré la compañia de uno de los tuyos, mi paticorto amigo. Sólo espero que quien nos asignes sea diestro con el hacha o el martillo. - Mahel mira a sus compañeros de grupo - Ya que entre tanto cerebrito creo que a este grupo le vendría bien un poco de músculo, para variar... JA, JA, JA!! A propósito, ¿no podríamos tener un poco de cerveza enana para bajar este caldo?

Esta era la primera vez en su vida que se servía de un teleportador. La sensación de haber recorrido miles de kilómetros en un pestañear era inaudita. Pero nada en comparación del cambio de una sala templada a las gélidas montañas.

Tan rápido como se dió cuenta del monstruoso cambio térmico, la mujer se cubrió la parte superior de su torso a fin que nadie adivinase la reacción que hacía su cuerpo con la nueva y baja temperatura.
Además, con la recepción de los enanos (gritando y olvidando todo tipo de savoir-faire) quiso dar la imagen que su estatus le exigía: Con la cabeza alta e ignorando el frío.
Por suerte para su orgullo, los enanos le dieron una mullida piel con la que calentarse. Suerte, por que empezaba a adquirir cierta tonalidad azul.

...

Ya en la mesa y con el estómago en vías de satisfacer, Gunter no perdía ni un segundo (Bien, Mahel tampoco se quedó corto a la hora de pedir cerveza). Al parecer contarían con una escolta enana. Era una buena noticia. No le gustó el comentario del tiflin, pero tenía razón.

-Perdonadme, caballero Gunter, pero sería más efectiva nuestra misión si nos mostrara un mapa de las minas y nos explicara sobre el papel las zonas de los... er... incidentes.

Lo primero que hizo la drow fue tomar una de esas pieles y abrigarse, era la primera vez en su vida que estaba en un lugar tan frio y poco tardo en decidir que prefería los climas cálidos.

Aun tenia presente en mente los actos de la ultima y única misión que habia cumplido con el gremio, en la que hubo 2 deserciones y la muerte 2 de los aventureros. Observo al nuevo grupo preguntándose si volverían los cinco o volvería a ocurrir lo de la anterior. Su mirada se cruzo con la de Uriel, y sonrió le reconfortaba tener a alguien conocido cerca.

Procuro pensar en cosas mas alegres, pues su carácter no era tan sombrío como cabía esperar con su piel, los jaleos y vítores de los enanos le hicieron entrar en calor mas aun que el abrigo, la legendaria hospitalidad enana estaba de sobra justificada.

Escucho con atención las nuevas instrucciones del enano que les había contratado y asintió, le parecía lógico, a fin de cuenta eramos un grupo de desconocidos incluso entre nosotros.

-Me parece bien, con alguien que conozca la zona seguro que podemos llegar antes a la raíz del problema.

Uriel se había dejado llevar con anterioridad, el teletransporte ya no le era tan raro ni desajustaba su cuerpo con la translocación. A pesar de ello, lo que si sintió fue el frío al llegar. Habían cambiado un clima templado por otro helado. Aun recordando que a este ritmo conocería todos los cambios climáticos del mundo antes de acabar de ser aventurero.

-  Primero un desierto, luego unas fraguas enanas, y ahora un frío de montaña. El gremio debería esforzarse en buscar mejores sitios donde les den trabajo, jeje. – susurra mientras acepta gustoso la manta que le entregan los enanos. – Gracias.

Tras llegar al lugar donde parecía que Gunter les explicaría la misión se mantenía cerca de Nhyria. A pesar de ser ascendente Drow, la había visto actuar y había tenido el placer de compartir con ella duros combates, por lo que la confianza era mutua. Con los otros 3 era más diferente, pero a pesar de ello pronto vería de que estaban hechos. 

El enano chasqueó sus dedos y en cuestión de segundos  media docena de jarras de cerveza enana  eran servidas por la sonriente y oronda enana que atendía aquella taberna.  Satisfecho, Gunter comenzó a hablar:

- Ahí tenéis vuestra cerveza, "Cuernitos".- extendió uno de los papiros que había sacado de su fardo y lo centro en la mesa para que todos pudiesen verlo con  detenimiento.

- Tenéis ante vos  un  plano del primer piso de las minas de Kardhû,  de manera tan sencilla que incluso un goblin puede entender.- dibujó una sonrisa y continuó:- las zonas marcadas con círculos rojos son aquellas donde mis obreros han tenido percances con  las alimañas...- llevo su mano derecha a su mentón barbudo, se mesó durante un rato su barba como si decidiera  guardarse información. Finalmente continuó:

- Por desgracia estábamos  en medio del mapeado del segundo piso de la mina cuando surgieron las fantasmagóricas visiones.- encogió sus hombros.- ... Así que no os puedo mostrar ni tan siquiera un boceto aproximado de lo que podéis encontrar ahí abajo.-

Levantó la vista y estudió  con la mirada a los  que se sentaban a su alrededor mientras se acercaba  su jarra de cerveza a sus labios. de un trago, vació su contenido y, mientras se relamía  a gusto, comentó:

- Por otra parte, como ya os he comentado un fiel integrante de los Martilleadores irá con vosotros. Sin embargo para mostrar mi buena fe para con vosotros, os permitiré que vosotros mismos los elijáis.- giró su cuerpo y le hizo un gesto ala posadera que rauda subió las escaleras en busca de algo o alguien...

-Así que la misión no trata de exterminar unas simples "alimañas", como quiso hacernos creer desde un principio. Debo suponer pues que el precio también a cambiado a uno mas acorde con la naturaleza de la misión ¿No? -Dijo con la frialdad de un muerto mientras sacaba de una de sus mangas anchas una daga oculta para cortar el pan, un arma típica de su orden de magos. La hoja estaba bien afilada y brilló a la luz del fuego, tanto que parecía un hierro candente.

-No me importa vuestro embuste al gremio ni a que tienen miedo vuestros mineros, pero vine a cumplir con mi trabajo y quisiera saber cual es ahora y a que precio.

- Seguro de que a alguien nacido en el páramo sombrio no han de asustarle unos pocos espectros, ¿verdad? JA, JA. No has tocado tu jarra, Vamos! verás cómo un poco de cerveza te levanta los ánimos, compañero!

Mahel da una enérgica palmada en el hombro de Akvahn pero en seguida se arrepiente temiendo haber sido demasiado "enérgico" para el debilitado cuerpo del Shadar-kai.

Gunter arqueó  su ceja al escuchar el comentario del shadar-kai y dando un golpetazo con sus manos sobre la mesa de madera mientras se levantaba de un salto de su taburete rugió:

- ¡¿ Me estáis llamando mentiroso?!- sus dientes chirriaron unos contra otros mientras  su mirada furibunda  se clavaba en Akvahn.- Escúchame bien , aventurero de pacotilla, os he contratado por 300 monedas de oro para que limpiéis la mina de lo que pudiese haber.- apuntó con el indice de su mano diestra sobre el mapa y continuó:- Por lo que se, mis trabajadores fueron atacados por arañas tan altas como un enano.- su expresión se torno  triste durante unos segundos;-  Y la gente que sobrevivió a la incursión del segundo piso, hablaron de fantasmas y apariciones en medio de su locura.-

Se sentó  todavía enfadado, miró para su jarra vacía y gruñó:

- Si no queréis mancharos vuestra toga ayudando a mis compatriotas, podéis volver por donde habéis venido.-  entrecerró los ojos para clavar su mirada sobre el shadar-kai.y susurró:-... ¿ que decides?.-

Akvahn cortó un poco de pan y se lo llevó a la boca con total serenidad mientras le sostenía la mirada al enano con aquellos ojos gélidos. Debido a su altura estaban cara a cara por lo que el enano le parecía ridículo en lugar de temible. Su rostro era pálido e inexpresivo, de no haber sido porque en ese momento movía la mandíbula para engullir el bocado se habría podido pasar por muerto.

-Las medias verdades son mentiras completas, señor Gunter. No sé si fue intencionadamente, la respuesta de si sois un mentiroso la tenéis vos. -Dijo con indiferencia, sin levantar la voz pero con cierta autoridad, la propia de quien está convencido que tiene razón.

-Dijo que hubo victimas, ya me cobraré los intereses de ellas, no merece la pena gastar saliva con este idiota temperamental.

-No abandoné la comodidad de mi laboratorio para volver con las manos vacías. La misión sigue teniendo para mi la misma importancia... En resumidas cuentas, ni la mas mínima. -Añadió para sí.

Cuando sirvieron la cerveza Nhyria se mostró recelosa a probarla, siempre había oído que la cerveza enana era de las mas fuertes y ella tan solo bebía de vez en cuando en la posada del gremio, aun así no quiso marcharse sin probar. Y al hacerlo se sorprendió con que su sabor era mucho mejor pero no notaba tanto sus efectos, de hecho casi se la bebió de un trago.

Sorprendida hasta de si misma, miró el fondo de la jarra como sin creer que estuviese ya vacía, y se la enseño a la tabernera, para que quedara constancia.

Cuando comenzó la discusión entre uno de sus compañeros y su actual patrón, la drow puso una mano frente a cada uno de ellos para captar su atención.

-Si bien es cierto que con el encargo no fue del todo claro... -Dijo mirando al Shadar-kai- estoy segura de que no fue intencionadamente... -Esta vez miro al enano, dándoles la razón a ambos y tratando de llegar a un punto conciliador.- Nadie ha llamado mentiroso a nadie, los malentendidos les pueden pasar a cualquiera.. Lo importante es que unos enanos honrados no pueden continuar con su trabajo y nosotros estamos aquí para solucionar ese problema.

Aprovechó la exhibición de testosterona para finalizar la sopa antes de que se enfriara. La rencilla le sirvió para poder saltarse alguna de las convenciones de cómo comportarse con clase en la mesa y poder calentar su estómago.

Y mientras la dama Rayne calmaba los ánimos (o mejor dicho: imponía la sensatez femenina), Isabella examinó el mapa y frunció el entrecejo. Esperaba encontrar un patrón o una zona problemática concreta. Los ataques están repartidos. Aquí hay algo raro o estos enanos se han metido enmedio de un enjambre.

La personalidad perezosa de Lady Isabella (muy dada a trabajar poco y gastarse el dinero ostentosamente) hacía que encontrase "aburrida" la idea de pasarse meses matando cucarachas. Así que decidió ahorrase parte del desagradable trabajo yendo a buscar el corazón del problema... Y en el mapa no se veía dónde estaba ese corazón.

-Caballero Picoférreo, -habló tranquila, como si no se hubiera dado cuenta de la pulla- En su momento nos explicó que vuestro pueblo ya habitó esta zona ¿Hace mucho de eso? ¿No teneis mapas de aquellos tiempos?. Además, me... nos gustaría poder entrevistarnos con los supervivientes del segundo piso

-Señoritas -dice mahel refiriendose a Lady Isabella y Nhyria- no sólo son ustedes un bálsamo visual en esta taberna para cualquiera que no guste de las barbas enanas, sino que han demostrado que también son sabias como un anciano. Y eso por no mencionar que la drow además bebe como un beduino, cosa que me inspira el mayor de los respetos.

Dirigiendose ahora al grupo Mahel agrega: - Propongo que escuchemos a las damas y dejemos las rencillas para otro momento. Ya estamos aquí. Y no sé ustedes, pero yo no pienso volver a salir afuera con este frio sin llevarme al menos la cabeza de alguna de esas alimañas como trofeo.

Mahel dirige ahora su mirada a Gunter -Enano, estabas diciendo algo de presentarnos a uno de los tuyos para que nos acompañe...

Uriel escucha y observa a los presentes, los enfrentamientos, las palabras para el no eran nada nuevo. Había visto cosas similares en otros lugares. Pero tras las misiones que había echo para el Gremio no se sorprendía de que habría cosas que o fueran erradas u omitidas. El era un aventurero contratado y no tenia que reprochar nada a nadie, solo hacer lo que se esperara de el y culminarlo con éxito. Por lo que asintió a las palabras de las mujeres y cuando Mahel dijo lo del último integrante del grupo espero ver quien seria este.

- Maese Gunter, preséntenos a vuestro hombre de confianza y nosotros haremos todo lo que este en nuestra mano por liberaros de lo que haya en esas cavernas. - tras terminar mira a Akvahn. - Y vos, Maese Akvahn, callad ya. Si no queréis venir os podéis quedar aquí. El gremio nos ofreció para este trabajo y por mi parte si hay alguien que no esta dispuesto a ello, no es de mi confianza y no me gustaría tenerlo al lado.

Al poco de que Uriel terminase de hablar dos personajes, un enano y una enana acompañados por la posadera se acercaron a la mesa. Ambos se quedaron tras Gunter a la espera de ser presentados. Mientras tanto ,la posadera volvía a los fogones.

Los aventureros podían ver a simple vista  la cara seria y ceñuda que mostraba el enano recién llegado, con la barba bien recortada y un montón de útiles  colgados en distintos arneses que recorrían su cuerpo. Viales, sacos, potingues herramientas y un largo ecétera se veían a simple vista sobre el enano.

Sin embargo la enana mostraba un aspecto afable y atlética. Cabellos dorados descansaban sobre sus hombros,unos ojos azul cielo  acompañaban a una sonrisa  sincera. La enana  portaba una ligera armadura de malla y un escudo redondo sobresalía de su espalda. El símbolo de Moradin sobre el tabardo de su pecho daba a conocer su fe incondicional al dios enano.

Gunter PicoFerreo se tranquilizó cuando  se percató de la presencia de ambos compañeros enanos. Se sentó de nuevo en su taburete, aclaro su garganta y comenzó  su explicación.

-He aqui mis dos personas de confianza, aventureros del Gremio.- comenzó  con  voz mas tranquila pero con ciertos tintes de enfado:-  A mi diestra esta la joven Brunilda Oroflor, fiel sirviente de Moradin. Quien no ha defendido como buenamente ha podido durante los enfrentamientos con las alimañas.- mirando de reojo a su siniestra,carraspeó:- Y a mi izquierda esta Yasper Rocadura, nuestro experto en ingeniería enana.-

- Ambos son de mi total confianza. Y como os he dicho antes; como muestra de mi buena fe,os doy el privilegio de que elijáis vuestro supervisor entre ellos dos.- 

Gunter cruzó sus brazos sobre su pecho, aguardando  que el variopinto grupo de aventureros decidiera. El fuego crepitaba en la chimenea y alguna que otra diminuta ascua saltaba de las llamas para consumirse en el frío suelo...

Un aro gélido había rodeado a Akvahn, su cuerpo de había puesto rígido y su sombra, la proyectada por el fuego, había empezado a desplazarse y engullir a la de Uriel. Nadie se había percatado pues parecía deberse al danzante fuego, sin embargo era la única sombra inestable de entre las demás. La entrada en escena de los dos camaradas de Gunter fue lo que hizo reprimir sus instintos.

-Tranquilo Akvahn, recuerda las normas del maestro. -Se obligó a recordar. -"No mates a las cobayas antes de finalizar el experimento".

La entrada de los compañeros de Gunter pareció alivianar la tensión que se respiraba en la mesa, cosa que gunter agredeció con un suspiro aliviado. Mahel extiende sus brazos con las palmas abiertas hacia los dos recién llegados a modo de bienvenida.

- Ah!! ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Más personal para nuestra atípica troupe? Siempre he dicho que ningún grupo de aventureros está completo sin un enano. Ambos parecén más que aptos para el trabajo. ¡Pero vamos! ¡Presentensé por favor! Cuentennos cuales son sus habilidades, así podremos elegir mejor...