Partida Rol por web

Lejos de solucionar las diferencias, parecía que la discusión arraigaba entre sus compañeros, sólo Rayne -supongo por que es mujer- y el ruidoso Mahel mantenían las formas delante los enanos.
La discusión acabó con la presentación de los enanos de confianza de Gunter. O mejor dicho, la discusión se aplazó hasta la próxima pulla. Mientras no se peleen entre ellos.

Sobre la elección del nuevo compañero, Isabella no sabía qué opinar. No estaba acostumbrada a los enanos y le costaba juzgarlos por su aspecto. Por eso asintió cuando el tiefling propuso que tales enanos les contasen sus gestas.

Uriel espero que tras las palabras de Mahel, ambos enanos se presentaran. La mujer enana parecía ser algún tipo de Clérigo o Paladín de su Deidad suprema. Mientras que el otro, parecía más un ingeniero, pero no tenía muy claro de lo que seria capaz. Así que permaneció a la espera mientras estos debían tomar la iniciativa y presentarse y al menos sugerir algo de sus habilidades.

Adelantandose unos pasos  hasta rozar la mesa donde los aventureros aguardaban sus palabras, Brunilda Oroflor habló. Su voz era embriagadora, dulce y tranquila; totalmente  contraria al a aspera voz de Gunter Picoferreo.

- Mis señores, con el permiso de los presentes, intentaré saciar vuestra ansia de conocimientos.- con una ligera reverencia, continuó:- Como ya se ha dicho, mi nombre es Brunilda Oroflor, fiel servidora de Moradin. Mi tarea en esta expedición intentaba ser la de insuflar apoyo moral y defender en la medida de lo posible a mis hermanos y hermanas.- bajo los ojos algo apenada mientras su voz  sonaba algo mas quebrada:-  Por desgracia cuando  la mina sufrió el ataque de las alimañas, me vi desbordada y casi no pude defenderles.-

- Si mis señores tienen a bien elegirme, me volcaré en cuerpo y alma  en prestar la ayuda que merecen.- finalizando con una agradable sonrisa en su rostro, Brunilda  volvió a su sitio ; desandando los pasos dados.

Cuando Brunilda regresó a su lugar,el  ceñudo enano que la acompañaba, se adelantó igual que ella y hablo a los presentes. Su voz sonaba  casi igual a la de Gunter , algo mas  grave y profunda; algo muy característico de los enanos.

- Mi nombre es Yasper Rocadura, aventureros .- comenzó sin muchos remilgos;-  Soy el encargado de las detonaciones controladas, el que prepara los ungüentos explosivos y algún que otra poción anti rozaduras.- Sonrió como si   se acordase de un chiste,pero al rato continuó:-  No se que atrajo a las arañas a las minas, ni que posibles vapores han inhalado  los trabajadores para ver "fantasmas".- Con un puñetazo a la mesa de madera, finalizó:-  Pero por las barbas de Moradin que lo pienso descubrir!. Ya sea yendo con ustedes o no.-

Mientras ambos enanos se habían presentado y mostrado sus alegatos para ir acompañando al grupo, la posadera lleno las jarras vacías con espumosa cerveza fría. En silencio, Gunter dio un leve sorbo  a su jarra y clavo la mirada en los presentes, como si aguardase una contestación positiva....

-Bueno -dice Mahel reclinándose en la silla y mirando a sus compañeros- aunque las habilidades del señor Yasper me parecen muy interesantes, no me sentiría del todo seguro internandome en una cueva bajo tierra cargando con tantos explosivos... Por otro lado, la señorita Oroflor parece de una contextura recia y firme, lo que puede sernos de mucha más utilidad cuando nos enfrentemos a lo que sea que haya ahí abajo. Y es que, aunque no quisiera desmerecerlos a ustedes, mis queridos compañeros, si bien todos parecen unos aventureros muy capaces con las artes arcanas y psionicas, por su aspecto me atrevo a decir que en un combate cuerpo a cuerpo ninguno de ustedes se aguantaría ni media torta JA, JA, JA!

Por esto creo que deberíamos elegir a Brunilda como nuestra acompañante. Sin contar que, además, si la elegimos a ella equilibraríamos la cantidad de hombres y mujeres que componen nuestro grupo, cosa que estoy seguro complacerá muchisimo a Milady -finaliza Mahel haciendo una reverencia a Lady Isabella.

Akvahn se limitó a guardar silencio, como venia siendo lo normal cuando algo no le interesaba. En su lugar el shadar-kai terminó de comer en silencio y decidió empezar con la cerveza, aunque no parecía muy convencido ya que la jarra no parecía muy limpia y la bebida debía estar caliente. Un movimiento de mano bastó para limpiar la superficie del objeto y cuando agarró el recipiente este se enfrió a su contacto. Para terminar, justo antes de beber, la cerveza parecía ser de un color mas claro, seguramente su sabor también debía ser mas suave.

Akvahn era consciente que manipular la cerveza de los enanos y hacer pequeños trucos de magia podía ser considerado una afrenta, pero a estas alturas quedaba claro cuanto le importaba.

Lady Isabella le devolvió a Mahel una grácil reverencia. Estaba satisfecha que su compañero tubiera esos detalles. Si no fuera por su burdo vocabulario, incluso diría que lo había subestimado.

Pero en estos momento debían decidir el guía. Mahel tenía razón sobre buscar alguien más versado en la lucha, pero reconocía que le daba pereza tratar con un paladín: Eran muy educados, pero unos pesados en el fondo. Seguro que Oroflor no tardará en abordarnos con cháchara religiosa.

-El caballero Mahel ha hablado con sabiduría (espero que no se lo tome como un precedente) Además, puesto que el señor Rocadura es un miembro inprescindible en esta mina, sería incorrecto exponerlo innecesariamente. Si le pasase algo peligraría el proyecto del caballero Picoférreo.
Puesto que el ingeniero parecía muy dispuesto en meter las narices en este asunto incluso a escondidas, Isabella juzgó que mejor darle motivos para que no haciera ninguna tontería.

Aprovechó que tenía cerca la posadera para pedirle algo menos "enano"
-¿Tenéis infusiones?

Nhyria asintió a las palabras de sus compañeros, independientemente de la tactica o lo que fuese mejor para el combate. La drow estaba pensando en el trato. Ya habia quedado patente que el grupo era propenso a los roces, y el enano se le veia de mucho caracter, estaba claro que antes o despues habria mas dicusiones. Mientras que la enana estaba envuelta en paz y tranquilidad. Tenderia a apaciguar, en lugar de crear conflicto.

-Sin faltar al respeto del señor Rocadura, coincido en que la... ¿señorita? Oroflor sera mas adecuada... No por la misión en si, si no por nuestro grupo.

Uriel observa a ambos enanos. La dama y el anciano. La verdad, la decisión de escoger a uno de ellos era claramente difícil. La opción que se había propuesto en un inicio sobre llevar a la joven Enana y Paladina de Moradin era claramente la mejor, pero al recordar las palabras del compañero de esta, no tenían muchas soluciones, pero claro que esperar de sendos Enanos.

- Maese Gunter, esta claro que ambos son grandes compañeros en esta incursión que debemos realizar. Y la opción que deberíamos de contar en nuestro caso al tener escasez de un Clérigo o similar seria escoger a la Dama Oroflor como nuestra acompañante. Pero como ha dicho vuestro compañero, Maese Rocadura, el ira ya sea con nosotros o sin nosotros como compañeros. Por lo que por el éxito de esta empresa, deberíamos hacer que ambos nos acompañaran y entre todos eliminar esa amenaza que ha causado tantos problemas.

-Dijo: "como muestra de mi buena fe". Se ve que humano no comprendió que las esperanzas que el enano depositó en el grupo son mas bien escasas. Es curioso, pero por una vez coincido con el enano, yo tampoco iría prescindiendo de muchos obreros para ir con un grupo de mentecatos.

Uriel estaba introduciendo una idea muy interesante, el no limitarse a un guía. La verdad era que tantos enanos fornidos serían una base formidable para aplastar a esas alimañas... Siempre que se les dirigiera hacia el objetivo correcto.

-Las palabras del caballero Uriel no pueden ser desoídas, pues habla guiado por el conocimiento y la razón. Pero en un principio con un guía nos bastaría... de momento -la idea de Isabella era localizar la fuente del problema y lanzar a un puñado de enanos con ganas de sangre.- Quizás debamos empezar por el segundo piso. Si realmente hay espíritus inquietos podría ser que éstos empujasen a las alimañas hacia tan distinguidos... er... mineros

Gunter se mesaba la barba mientras atendía las sugerencias de los aventureros que había contratado. Una vez que todos expusiesen sus opciones, Gunter, se acercó a la mesa redonda y hablo con un tono serio:

-  Tengo que daros la razón ante la idea de que elijáis a los dos para que os acompañen. Sin embargo, yo solo puedo prescindir de uno.- señaló a Brunilda y continuó:

- Si no elegís a la joven Brunilda, esta podrá dedicarse a cuidar a los supervivientes junto al resto de las curanderas.- miró de reojo a  Yasper;- Si no elegís a Yasper, nos dedicaremos a  generar ungüentos para aliviar el veneno y a re diseñar los túneles en el papiro de obra.-

 Levantando su jarra vacía para pedir una nueva, Gunter Picoferreo terminó:

-  Como podéis ver, ambas opciones son necesarias para mi grupo de mineros,pero vosotros necesitáis  un guía que os oriente ahí dentro.-  negando con un leve movimiento de su mano izquierda, comentó:- Os sugiero que olvidéis  la idea.-

Uriel observo y escucho a Maese Gunter.

- Si es así como esta dispuesto, mi opción y no es por menospreciar a Maese Yasper, escogería a Lady Brunilda. Sus capacidades vendrían mejor para nuestro grupo. Ya que su fortaleza y capacidades curativas quedan disminuidas en el grupo. – comenta mientras mira a Yasper. – Disculpadme nuevamente, pero creo que es lo mejor para la incursión que debemos realizar.

Comenta el humano mientras termina de disfrutar de los platos de la cocinera enana y espera a sus compañeros y su veredicto.

Mahel golpea la mesa con su palma haciendo saltar los platos y jarras de sus compañeros.

- ¡Entonces la decisión está tomada y es unánime! - dice el Tiefling, deliberadamente pasando por alto que Akvahn no dijo a cuál de los enanos prefería. Y señalando a Brunilda agrega: - Pequeña: te vienes con nosotros!

Luego se frota las manos, ansioso de ponerse en camino, y se dirige a Gunter.

- Y bien... ¿Cuándo bajamos? Mi rojo trasero ya comienza a entumecerse en este duro taburete...

Los enérgicos golpes en la mesa de Mahel y sus desagradables consecuencias dieron por acabada la cena de Isabella. No quería arriesgarse a bajar en esos túneles infestados de alimañas con restos de sopa en su vestido.

Tampoco le disgustaba dejar comida en el plato. Aún más, era parte de la gracia.

-Damas... Caballeros... Cuando gustéis.

Mesando su barba mientras meditaba en las palabras de los aventureros, Gunter dedicó inquisitivas miradas a cada uno de los presentes. Finalmente se pronunció con un leve carraspeo en su voz.

- Decidido pues, será Brunilda quien os  acompañe e intente guiaros en vuestra expedición.-  levantó la vista para ojear por un ventanuco de su diestra y continuó:- Esta anocheciendo, pero si queréis salir cuanto antes  y adentraros en las minas de Kardhû, no os lo impediré.- levantándose  de su asiento, se arreglo sus ropajes y continuó:- Avisaré a alguno de mis hombres para que os preparen linternas y antorchas,así como  algunas raciones de carne y frutos secos;por si acaso....- Con una leve inclinación de su cabeza a modo de  reverencia, se despidió:- Damas, señores, espero que  vuestros resultados satisfagan mi encargo y que la fama de vuestro gremio sea cierta. Buena suerte.-

Sin mas,  Gunter Picoferreo chasqueó sus dedos para que Yasper le siguiera a la salida de la posada, mientras Brunilda se agenciaba el sitio  donde inicialmente se habia sentado su jefe .

Con una perfecta y agradable sonrisa en su rostro, Brunilda Oroflor se presentaba como algo totalmente distinto a la fiereza de Gunter Picoferreo. Al poco de sentarse, saludó con cierta reverencia a los integrantes del grupo sin perder su animo.

- Humanos, tiflins, drows y... - guiñó el ojo a modo de complicidad cuando se dirigía a  Akvahn.-...un shadar - kai. Peculiar grupo de aventureros. Bien es cierto que el gremio de La Espada y la Vara no  niega la entrada a nadie por ser distinto o extraño.- sonrió cálidamente a los presentes;-  Por Moradin, que esta aventura será digna de recordar.-

Manteniendo la amigable sonrisa continuó:

- Como ha comentado maese Gunter, si lo deseáis podemos comenzar nuestra incursión acompañados  por la dulce luna, o si preferís descansar vuestros cuerpos y partir en la mañana..- señaló con  gracilidad a la oronda posadera que atendía la barra:-...Puedo informar a Mirianna que os prepare vuestros cuartos.- encogió sus hombros sin perder la sonrisa;- Sois vosotros quien debéis tomar la ultima decisión, mis bienqueridos señores.-

Aunque no lo parecía el shadar-kai estaba sorprendido ante el trato tan amigable de la mujer.

-Un enano sin prejuicios, esto es nuevo para mi. Quizás sean los varones de esta raza los únicos desconfiados. Sea como fuere pienso sacar provecho de eso. -Meditó antes de romper su silencio.

-Creo que si esas supuestas "alimañas" anidan en un lugar tan lúgubre seguramente también tengan mayor actividad por la noche. Me da igual cuando lo hagamos, pero si vamos a hacerlo seria mas fácil cuando aún estén soñolientas. Las prisas no son buenas consejeras, sugiero aprovechar esta noche para prepararnos... -Akvhan debía memorizar sus hechizos al igual que un guerrero comprobaba el filo de su espada.

- Un Shadar-kai que le teme a la oscuridad. Ahora sí que lo he visto todo! JA! JA! Bueno, no es que la presencia o ausencia del sol fuera a hacer mucha diferencia dentro de una mina, pero sí que me vendría bien un poco de descanso. -Mahel no lo admitiría, pero la cerveza de Gunter se presentó etílicamente más consistente que la que él acostumbraba a beber en el gremio- Voto por ir a dormir, y partir mañana a la primera luz del alba.