Partida Rol por web

Cuando el primer rayo de sol entra por la ventana un nuevo dia comienza... Me levanto con energías renovadas, abro la ventana de par en par y dejo que la brisa me golpee en la cara. Respiro profundamente y miro al horizonte por encima del tejado de enfrente.

Me pongo mis botas, me echo una palmada de agua del cuenco que hay sobre la mesa sobre la cara y me estiro reajustandome todos mis huesos y musculos... a ver que nos depara el día de hoy.

Me pongo mis vestiduras, recojo mi equipo y me dispongo a bajar a desayunar.

Una vez abajo sondeo la posada y busco a alguno de mis compañeros, para sentarme junto a el. Buenos dias a todos! digo mientras bajo por las escaleras.

Como Iledar dice el canto del gallo trae un nuevo día sobre las Moonshaes. Cuando el luchador baja las escaleras se encuentra la posada bastante ajetreada. Hay gente desayunando y, sobretodo, saludando a Sintara, cuya actuación de anoche pese a su corta duración, parece que se ha comentado bastante. La elfa, por su parte, está haciendo funciones de camarera para Amara pero siempre saca tiempo para hablar sonriendo a sus admiradores.

Amara, por su parte, está recorriendo el espacio entre las mesas cuando te ve bajar las escaleras. Te saluda con la mano y te sonríe. Señala una mesa que acaba de limpiar. De tus compañeros, aún ni rastro.

Asiento con la cabeza y me dirijo tranquilamente hacia la mesa indicada. Es como si esa mesa nos la hubiera estado reservando desde hace horas, por lo limpia que estaba. Que atenta!

Gracias! - digo a Amara cuando paso junto a ella. Un placer dormir con tanto silencio...

Es imposible no fijarse en Sintara, tras lo de ayer no me la imaginaba ensuciandose las manos. Aun asi el delantal que lleva le favorece como cualquier cosa que llevase. Cuando vuelve la cabeza hacia mi mesa le hago un simple gesto de saludo con la mano.

-¡Ejem! Carraspea Amara con los brazos en jarras al verte saludar a la elfa. ¿Vas a tomar algo o tú también vienes sólo a mirar?

sonrio... estaba esperando a que tu belleza me sirviese uno de esos fenomenales platos que sólo tu sabes hacer!

Los ojos no me dan de comer, a menos que estes tu delante.

Amara intenta hacerse la dura pero se le escapa una sonrisita.

-Eres más hábil con las palabras que con la espada, Iledar. Cuando vuelvas tendremos que comprobar si ésta dice cogiendo tu cadena es la única arma que sabes blandir... se me ocurren cosas que hacer con esa cadena que a esa elfa remingada ni se le pasarian por la cabeza. Dice señalando a Sintara mientras se sienta en tu regazo. Te echa los brazos alrededor del cuello y continúa apretándose.

-¿Qué me dices, guerrero? ¿Me darás guerra?

Creo que la que me dará guerra sois vos! Vuestras armas de mujer no pueden esquivarse tan bien como los puños de un agresor. Y nadie en su juico intentaria ni siquiera evitarlas.

Será un placer intentarlo y me encantaría probar nuevas tecnicas para el manejo de mi cadenita... y si hace falta ya usariamos otras armas.. le susurro a su dulce orejita. si te dejas...

Amara se deja achuchar sólo un poco y se reincorpora deprisa riendo.

-Bueno, para eso teneis que volver vivos de la montaña. Ahora voy a hacerte el desayuno para que estés bien...fuerte. Oigo ruidos arriba, creo que tus compañeros están a punto de bajar.

Sin duda regresaré, ayudo a reincorporarse a Amara sin sobrepasarme.. por vos.

Me inclino en la silla esperando que aparezca alguno de mis amigos por las escaleras

Parece que llega un nuevo día. Al girar la cara hacía la ventana veo la cara de Lobezna impaciente por bajar a desayunar. – Si ahora mismo me levanto impaciente pero tranquila Amara te conoce y no te quedaras sin desayunar.

Antes de incorporarme me concentro en los conjuros que por inspiración de Mielikki en principió serán mas útiles en un día de marcha. Nunca se puede estar segura porque todos interactuamos libremente y cambiamos continuamente de rumbo. ¡Quién podía preveer el ataque de un oso al lado de las murallas de una ciudad!

Repaso el equipo recogiéndolo y dejando de lado tres carjacs. Dejare también la cuerda normal, que esta en el establo, si hay otros que lleven. Lo preguntare abajo. Después en el establo ya nos repartiremos las partes de la tienda.

Guardo las cosas pequeñas de acampada en la olla tapándola con la red y dentro de la mochila, una de las dagas la empleo para cocinar y va allí, excepto el odre que lo llenare al salir de agua de la posada. El hacha de mano, la uso para cortar la leña, va atada con las cintas de la mochila.

El pedernal y el acero van en una de las bolsas para el cinto junto a los anzuelos, la cuerda de seda y las balas para la honda. Esta me la coloco como una cinta para el pelo.

La segunda bolsa colgara del cuello es donde están las monedas.

La tercera esta en el cinto vacía para ir introduciendo posibles pistas pequeñas que encontremos.

En el estuche para mapas guardo los materiales de escritura y las varitas.

El petate lo lleno con la muda limpia y las dos mantas.

Por último procedo a ponerme la armadura de cuero tachonado. – Venga Lobezna baja pero espera en la mesa a que te sirvan no te invites en las mesas de los otros parroquianos. – Me ajusto el cinto de la cimitarra con la daga y reviso el escudo para ver que no haya caído la daga de la funda enganchada con goma a su interior.

Me cuelgo la mochila tras haber enganchando el petate debajo y el escudo detrás. Un carjac a cada lado con el arco sujeto a uno y recojo la lanza que empleo habitualmente como bastón para caminar ante las reprobadotas miradas de Serverant que ha recibido una instrucción de las armas muy formal.

Desde arriba observo que Iledar ya esta en la mesa con Lobezna al lado de su bol, bueno el suyo lo llevo en la mochila pero es el que le tiene reservado Amara. Y acabo de bajar sin más demora.

- Buenos días a todos.

Una vez he bajado las escaleras me acerco a Sintara al pasar. – Parece que hay más posibilidades de que estés a nuestra vuelta. – Mientras señalo con el mentón a Iledar Sonriéndole a ella.

- ¿Amara a que hora os habéis levantado para tenerlo todo impecable y los desayunos también? – Voy apoyando en la pared la carga. – Cuando puedas, continua hablando con él, nos tres algo. Confiamos en ti para que nos sorprendas.

- Tu y Lobezna siempre los primeros ha hacer los honores a las cocineras – bromeando con Iledar.

- Recuérdame que cuando estemos todos repasemos que llevamos para evitar llevar peso inútil. Por ejemplo cinco cuerdas y dejarnos algo que sólo lleve uno. – Comienzo a explicarle lo que he cargado y lo que he dejado.

Amara te ve bajar y te saluda, rasca la cabeza de Lobezna y desaparece en la cocina. Se la ve la cara algo enrojecida. Seguro que del esfuerzo de ordenar la posada, supones. Iledar  también está un poco rojo y se remueve incómodo en su banco.

En la posada sigue habiendo movimiento de gente entrando y saliendo, casi todos para ver a Sintara. Cada vez que se abre la puerta una corriente de aire fresco se cuela, recordandoos las palabaras de anoche de Amara. Si aquí, a nivel del mar se nota, en las nevadas montañas del desgarro el frío será intenso.

Mientras, amara os trae dos tés y unas tostadas con miel estupendas. Amara se dirige a Iledar:

-No le dejo a cualquiera probar mi miel. Espero que la disfrutes.

Después de un reparador sueño, me levanto, totalmente recuperada de las heridas del día anterior, y me arreglo rápidamente. Guardo las dos dagas en el cinturón, me cuelgo el arco al hombro junto con el carcaj lleno de flechas y guardo un juego de ropa de invierno en mi bolsa. No creo que me haga falta nada más, así que bajo las escaleras, y me encuentro con Iledar y Violant, que por lo visto han madrugado más que yo.

-Buenos días a los dos- les sonrío y me acuerdo de que no tengo ninguna cuerda o lámpara que llevarme, así que me ofrezco a llevar algo suyo-. Si necesitáis llevar algo más pero no os cabe en el petate, puede que yo pueda llevarlo, ya que no me he traído casi nada de equipo.

Me siento a la mesa, en espera del desayuno.

Buenos dias, demos un poco de tiempo aver si bajan el resto... sino... estas tostadas tiene los dias contados (sonrio)

- Después de un merecido descanso, me preparo para el viaje, no me llevara mucho tiempo, siempre viajo ligero, así que bajo a desayunar

- Hola a todos, abéis descansado bien?

- Sentándome en una silla, miro si que da algo para comer

- Hola buenos días. Probar las tostadas esta miel es mejor que la de otras veces. – Inmediatamente le introduzco una a Lobezna en la boca que se ha incorporado para corroborarlo. Seguidamente nos hace una demostración de cómo comerla sin que caiga ni una gota de miel.

- Repasemos el material que llevamos entre todos. Por mi parte llevo material para escalada pero no puedo cargar también con la cuerda de cáñamo. – Señalando la pila de material – Iledar me ayudara a cargar con la tienda de campaña. Y tendríamos que llevar la lona impermeable que no sería extraño que lloviera o incluso nevada. No cargo tampoco con la linterna, ¿alguno lleva antorchas o linternas para iluminarnos si tenemos que entrar en cuevas?

- Dejo tres de los carjacs llevando dos. ¿Polgara sabes con cuantos salteadores nos tendremos que enfrentar aproximadamente?

-El capitán Archen no supo decirme cuántos gnolls hay en la banda, porque lo desconocía, pero sí me informó de que el ogro, al contrario de lo que suele ser la norma general, es bastante listo. Según me dijo, practicaba jabalina con árboles. Tendremos que tener cuidado con él.

Como medio de iluminación yo porto antonchas mágicas de las que no se gastan y llevo tambien cuerda de seda, ademas de material de escalada.

- Si queréis puedo cargar con parte del equipo, puesto que apenas tengo equipo... Podría llevar las cuerdas de Violant, y la lona impermeable