Partida Rol por web

El sol se levantaba en lo más alto, la sexta hora había llegado y la mitad del día ya había llegado.

Las gentes regresaban a sus hogares para contabilizar las ganancias, las pérdidas, preparar la comida, cuidar a sus ancianos y niños o, las gentes viajeras regresaban a las tabernas a llenar sus buches con comida y bebida.

Nuestra gente regresaba también a sus hogares, bien para trabajar en nuevos negocios, encargarse de sus descendientes, atender a sus señores, establecer reuniones, conseguir  información, regresar con sus familias o, simplemente, descansar en sus hogares…

A pesar de que el sol se encuentra en su punto más elevado éste no calienta las calles toledanas… Aunque la niebla se ha disipado una fría brisa se ha quedado en los adoquines, las paredes y los corazones toledanos…

Las gallinas están inquietas, los gallos cantan, los perros ladran y aúllan, los gatos corren prestos por las calles persiguiendo ratas… Y de repente… Empiezan a caer pájaros muertos sobre las calles de Toledo…

Después de un ajetreado día de mercado, me hallaba clasificando los yerbajos e ingredientes recién adquiridos en mi travesía por las tenderetes de la ciudad, toda una mañana andando aquí y allá me habían despertado un gran apetito, pero hallábase mi esposa preparando algo de comer para todos en el hogar; a pesar de mi concentración en los ingredientes tenía el oído presto a escuchar la llamada de mi mujer para dirigirme al comedor, pero en lugar de su dulce voz escuché unos molestos impactos pesados sobre el techo de mi vivienda, pensé que podría tratarse de alguna lucha de gatos en el tejado pero el sordo sonido como de bolsas pequeñas de harina también podía escucharse sobre las calles de la ciudad, fui entonces hacia mi ventana y supe de qué se trataba.

Pájaros cayendo del cielo, los pocos caminantes callejeros que aún quedan por la ciudad estan aterrorizados corriendo a resguardarse cubriendo sus cabezas. 

Claramente se trata de un terrible augurio para los toledanos, y más aún, para la visita del rey al arzobispo quienes sin duda verán esto como un mensaje divino, o más probablemente como un terrible y oscuro presagio. 

No está de más pedir a Dios que no culpen a los judíos de ésta desgracia, algo muy recurrente, claro, si es que realmente no son los responsables.

Pensando que podría tratarse de alguna plaga o influencia malsana voy con mis hijos y mi esposa:

- Nadie saldrá de esta casa hasta nuevo aviso, venid, entrad a ésta habitación y no salgáis hasta que yo os lo diga, ¿entendido?

Una vez asegurada mi familia me dirijo hacia las calles a examinar el panorama, no sin antes hacerme con un trapo aromatizado en mano para tapar mi nariz y mi boca.

¡Por las barbas del Profeta!  exclama Tarik al ver caer los pájaros. Se acerca a uno y lo toca, con un palo. No se fía de qué miasmas puede expulsar el desdichado animal. 

Primero una puta asesinada y ahora pájaros que caen muertos desde el cielo. Son malos presagios, sobre todo para los judíos. Estoy seguro de que los cristianos les echaran la culpa de esto. Es lo mismo que haríamos nosotros. - piensa cínicamente Tarik.

En fin, la rodilla me está matando con tanta humedad. Quizá una jarra de vino me ayude a sobrellevarlo.

Me dirijo a una taberna de cierto postín, a comer algo y tomar vino con moderación. Quizá escuche algún rumor de los lugareños.

Beltrán sale del Hospital de Santiago, donde ha dejado a la niña. Está claro que esa niña a partir de ahora va a significar mucho para él por la extrañeza de su aparición, y sobre todo en las circunstancias en las que ha ocurrido. ¿Tendría que ver la mujer muerta con la niña?¿Tendrían que ver los cuervos algo? ¿Quien sería quien estaba vigilando desde el bosque?. Beltrán empezó a preocuparse y antes de llegar a ver la puerta de doce cantos volvió  para encontrarse con Diego, un jóven, pero muy leal y apuesto hombre de confianza de la Orden, en el cual Díaz Hernández confiaría su propia vida, y lo que es mas, la de su propia familia. Tras los saludos respetuosos de la orden le dice con un brillo especial en los ojos:

Diego, permíteme que te hable así y en confianza. Tengo un asunto del que necesito que te encargues. - Beltrán toma el hombro de Diego y le acompaña por el patio, mirando  por si alguien les está escuchando. - Como bien sabrás, y si no lo sabes te lo cuento yo,  hoy han pasado unos sucesos bastante escabrosos. Una chica ha aparecido muerta  y muchos cuervos revoloteaban la ciudad. Dando un paseo he encontrado una niña, recien nacida, de ojos verdes como las aceitunas y pelo rojizo. Dios me libre de que le pase algo, pues no sabemos cómo ha llegado ahí, pero ahora está en manos de las comendadoras. - Mira a los ojos al jóven diego y entre las ojeras y las arrugas que muestra se vislumbra un gran brillo en sus ojos- Por favor, olvida todos tus menesteres a excepción de tu instrucción y la oración, mas necesito que te encargues de que esta niña esté bien cuidada y que no le pase nada. - Toca su brazo, justo donde lucen todos los caballeros su emblema y dice - Confío en tí, hermano.

Llegamos enseguida a la casa del señor, ayude a llevar la compra a la cocinas y mi cometido habia terminado. enseguida me fui a los aposentos míos y me tumbe en la cama.

Me quede pensando en lo ocurrido en las calle, como habían los soldados llevado a la joven judía, sin mas. Me quede con las ganas de que me hubiese vendido el frasco de perfume, pero también la interrupción del joven árabe, me estropeo el poco tiempo que tuve. No podía ir tranquila al mercado así, podría meterme en algún problema y solo espero que Urraca no se vaya de la lengua, no soy de su mejores amigas... pero tampoco quiero serlo.

me asome en la ventana ya que de golpe habia mucho ruido, al acercarme vi en el pedestal de la ventana un cuervo, uno de ala larga tumbado casi pancha hacia arriba... eso era mala señal... pero lo peor fue que  mirar hacia afuera no era el único pájaro caer desplomado al suelo. Mi piel se puso tensa y los bellos de punta... !!!!Por Ala...¡¡¡¡¡que era aquello, que mal presagio...

( salí corriendo hacia la cocina, donde estaban las demás y enseguida al entrar...) "Los pájaros estan cayendo del cielo muertos"

Según se acercaban a la zona del mercado iban viendo como la gente recogía los puestos.—¿Conocéis algún  sitio dónde  podamos comer algo y también preguntar si saben o han oído algo de las chicas? O si lo preferís podriamos preguntar a los vendedores que aún quedan en el mercado recogiendo. ¿ Que os parece, Clara? ¿Por dónde creeis que sería mejor empezar?

Hacer todos y todas una tirada de Irracionalidad por lo de los pájaros... Recordar que es 1d100 sin modificador y que en dificultad tenéis que poner el valor en IRRacionalidad de vuestro/a PJ. 

Tú esposa, que se encontraba tranquilamente preparando la mesa para ti y tu descendencia se quedó algo intranquila ante tus palabras, pues por la ventana abierta de la cocina pudo observar también el grotesco espectáculo… Asintió con la cabeza y continúo con sus labores para no asustar en demasía a los niños.

Te haces con un trapo aromatizado y sales al exterior. Nada más salir te encuentras con las calles llenas de los cadáveres de los pequeños pájaros que se encontraban surcando el cielo antes de caer muertos…

Cuando examinas más de cerca uno de los pájaros observas que su sangre, que debería poseer un tono rojizo, tiene un tono más verdoso y huele como si se tratase de algún tipo de ácido…

En una de las repisas de una de las ventanas observas un cuervo que parece observarte… Dirías que se trata de un Cuervo y no una corneja, que es lo más habitual por la ciudad… Curiosamente también te parece que unas ratas que están asomadas por uno de los agujeros de una pared también parecen observarte…

Las gentes salen a la calle, curiosas y asustadas

Claramente, la caída de estos pájaros es algo de origen mágico e incluso demoníaco... Alguien o algo parece estar jugando con fuerzas que desconoce... Eso, o se trata de algún aviso de algún ser infernal... 

Cuando examinas más de cerca uno de los pájaros observas que su sangre, que debería poseer un tono rojizo, tiene un tono más verdoso y huele como si se tratase de algún tipo de ácido…

En una de las repisas de una de las ventanas observas un cuervo que parece observarte… Dirías que se trata de un Cuervo y no una corneja, que es lo más habitual por la ciudad… Curiosamente también te parece que unas ratas que están asomadas por uno de los agujeros de una pared también parecen observarte…

Las gentes salen a la calle, curiosas y asustadas

Te diriges hacia una taberna (¿barrio cristiano, judío o árabe?) mientras observas como algunas personas salen corriendo hacia sus casas, otras cierran puertas y ventanas y cogen a los niños y niñas para meterlos dentro de las casas y que no jueguen con los pájaros que han caído del cielo…

Mientras vas caminando hacia la taberna observas que de una de las casas de un rico mercader en el barrio árabe sale un hombre vestido con elegantes ropajes árabes que se pone a examinar los pájaros más de cerca mientras lleva un trapo con el cual se tapa la boca y la nariz.

Diego te mira sorprendido ante lo que le cuentas, parece que no se había enterado hasta ahora de nada de lo acontecido en el mercado, mientras hablas asiente con la cabeza y te observa con admiración.

- No dudéis de ello mi Señor Beltrán… Esa niña estará bajo mi cargo y protección… Os lo juro por mi honor y mi vida… A partir de este momento su vida será mi vida… Esa niña parece un milagro… ¿Cómo si no hubiera sobrevivido tan pequeña a la intemperie? Creo que nuestro Señor desea que esa niña viva y así será…

Mientras hablabais ya de temas más mundanos empezáis a escuchar como pequeños sacos que caen al suelo pero al verlos bien os dais cuenta que no son sacos, sino pequeños pájaros que caen muertos al suelo… Algunos de ellos caen de tanta altura que al estrellarse contra el suelo que su sangre empieza a manchar la tierra… Pero… ¿La sangre no debería poseer un tono rojizo? ¿Por qué la sangre de estas pequeñas criaturas de Dios tenía un tono verdoso? Además… ¿Podía ser posible que un pequeño ratón os estuviera observando? Si no… ¿Qué hacía aquel pequeño ser mirando hacia donde os encontrabais los dos?

El resto de sirvientas y esclavas se quedan en las cocinas preparando los menesteres para el día de hoy, están con sus cuchicheos, cotilleos y demás historias, acompañadas de ligeras y escondidas risas… Algunas te miran y cuando te acercas se callan, otras parecen reír por lo bajo cuando pasas cerca de ellas pero una mirada de Urraca hace que todas callen…

Cuando entras gritando sobre los pájaros Urraca te clava una mirada fría y seria

• ¿Acaso crees que no nos hemos dado cuenta? Deja de hacer tanto escándalo que asustas más a las muchachas… Un poco de decencia y saber estar… Moros… Ni tienen ni conocen la educación…

En uno de los pequeños agujeros de la cocina te parece ver una pequeña rata que parece observar la escena, si no fuera porque te parece imposible casi dirías que está mirándote a ti…

- ¿Algo que comer? Claro, la Taberna de Doña Magdalena… Esa mujer cocina que da gusto y siempre nos tiene algo reservado para las chicas… Vamos, te llevaré hasta ella y te la presentaré… Cuando necesites cobijo o alimento de urgencia, dile que vas de mi parte – Te guiña el ojo – En cuanto a preguntar… Dudo que los mercaderes nos vayan a prestar atención ahora… Más bien creerán que intentamos distraerles para robarles sus ganancias… No sería la primera vez… Siempre es mejor preguntar por las tabernas, las casas de juego e incluso los baños…

De repente, mientras hablabais algo cae cerca de vuestros pies. Primeramente Clara pone cara de enfado al pensar, seguramente, que alguien os había lanzado algo por alguna ventana pero cuando te fijas bien ves que está mirando con curiosidad y asco lo que hay a vuestros pies… Un pequeño pájaro muerto… Y parece que no es el único, pues al mirar bien ahora observas que hay muchos más y otros muchos siguen cayendo del cielo…

En una de las repisas de una de las ventanas observas un cuervo que parece observaros… Dirías que se trata de un Cuervo y no una corneja, que es lo más habitual por la ciudad… Curiosamente también te parece que unas ratas que están asomadas por uno de los agujeros de una pared también parecen observaros…

Las gentes salen a la calle, curiosas y asustadas

-Vaya, que ésto complica aún más la vida que en sí misma ya es azarosa e inescrutable.

Ignoro la inequívoca señal de mal augurio que significan las miradas curiosas de aquellas alimañas y seguido a paso ligero entro en mi morada, agarrando delicadamente el brazo a mi esposa la llevo a otra habitación donde los niños no puedan escucharnos.

- Esposa mía, Algo no anda bien en la ciudad, de hecho algo anda terriblemente mal y no deseo que vos ni nuestros hijos corran ninguna clase de riesgo, así que haced todo lo que os diga, por ahora esperadme aquí y no salgáis de la casa.

Tomo algún cuchillo de la mesa y salgo de nuevo a las calles; sin parecer demasiado sospechoso unto la punta del cuchillo con la sangre infecta de algún ave muerta y entro de nuevo, Tomo alguna de las gallinas vivas compradas en el mercado aquella mañana y le hago una herida bajo el ala con el cuchillo untado, meto la gallina en una Jaula que después pongo debajo de la cama.

- Si se trata de algún hechizo pestilente transmitido por contagio hay una probabilidad de ver sintomas extraños en esta gallina, pero puede tratarse también de alguna onda invisible de influencia maligna que tiene como epicentro a alguien o algo en ésta ciudad, realmente no se que sea peor.

Dado que el Emir Hassán ibn al-Rachid, es un amigo y hombre de recursos, me dirijo hacia la casa de Khaled donde se hospeda, pare pedirle ayuda con mi familia en caso de que las cosas se compliquen, pero también para conocer su opinión respecto a esto y posibles formas de proceder.

Safira volvía a su casa en compañía de su criado y su marido. Hablaban de cómo había ido la jornada de mercado. Parecía que bien aunque no lo sabrían con certeza hasta que hubieran contabilizado las ganancias. La neblina había desaparecido y el sol brillaba en lo alto. Y sin embargo, ella se sentía fría por dentro. Por encima del mal trago pasado con la guardia, Safira no podía olvidar a esa mujer fallecida en el mercado. Su solo recuerdo le encogía el corazón. Se subió el manto para protegerse de la fría brisa que soplaba en las calles mientras intentaba hablar de los negocios para alejar sus pensamientos de aquel suceso, pero no lo conseguía. 

En las calles, percibía cierta algarabía en los animales. Parecían inquietos. Safira sabía que los animales tenían un don especial para sentir la proximidad de la muerte y la agustia que encoje los corazones de las gentes. Y entonces, sucedió. 

Algo golpeó su cabeza. Miró al suelo buscando qué era. Un estornino negro, sin vida, desparramado en el suelo. Safira lo miró sin comprender. Por un momento, ni siquiera se dio cuenta de que no era el único pájaro que había caido sin vida del cielo. Pero en pocos segundos, no pudo ignorarlo, pues aquello se había convertido en una auténtica lluvia macabra. Se cubrió el pelo con su manto y corrió a cobijarse donde pudo mientras gritaba. 

Mi mirada hacia Urraca no fue de buen ver, no por lo que dijera sino que en alguien como yo de mi saber estar y complacencia...hizo que respirase hondo...

"Si no sera para tanto cuando aun quedan cuervos en pie, cuidado haber si le cae uno dentro de la olla del señor"

Antes de salir por donde vine y acercarme a las puertas par ver que pasaba, que decía la gente ect... observe quizá por lo nervios una rata observandome, ¿sabia que estaba diciendo? que va tonterías mías... me fui a la puerta de entrada, aquello era muy mal presagio, y si era cierto bien podría llevarse consigo a todas las Urracas.

ahi la tirada

Me aproximo curioso al hombre, y le saludo en árabe.

As-salam aleikom, hermano. Yo que tú no me acercaría mucho a estos infelices pájaros. Quién sabe que plaga portan.

Cuando la gallina es herida con el cuchillo que porta la sangre de los pájaros, ésta empieza a cacarear estrepitósamente y muere mientras de sus ojos y pico sale sangre. Cuando cae muerta, sus blancas plumas se vuelven grises y su cuerpo parece marchitarse. 

Cuando sales de nuevo de tu casa te encuentras frente a ti a un apuesto joven cuyo rostro te resulta familiar al haberlo visto alojado en la casa de Khaled el Ualid Ibn al-Bazlaf y que vino con la comitiva del Emir Hassán ibn al-Rachid. Se acerca y te pregunta - As-salam aleikom, hermano. Yo que tú no me acercaría mucho a estos infelices pájaros. Quién sabe que plaga portan.