Partida Rol por web

Los gritos acusadores de una mujer rompieron la belleza de la canción hipnótica de la hermosa joven. . 

- ¡¡Ágata!! ¡¡Mi Ágata!! ¡¡Me han robado a mi niña!! ¡¡Ágata!! ¡¡Devuélvanmela!! - Grita agónicamente desesperada de dolor y con la voz desgarrada - ¡¡Mi niña!! ¡¡Mi Ágata!! - Camina hacia el grupo - ¡¡Vosotros!! ¡¡Vosotros, sucios pecadores!! ¡¡Me la arrebatásteis!! 

En ese momento un caballero vestido con el traje de la orden de Santiago se acercó a la mujer y comenzó a hacer preguntas sobre las acusaciones que vertía sobre el grupo de músicos y su cantante. Los murmullos se hacían cada vez mayores alrededor de Isabel y el oír el nombre de la chica, Ágata, hizo que se volviera hacía Clara —¿Clara, conocéis a la mujer? ¿Sabéis quién es? ¿no será la madre de la chica a la que buscamos?— se giró con tanto ímpetu que al hacerlo, sin querer, golpeó con su codo a una mujer ataviada al modo que lo hacían las mujeres de religión judía* —Disculpe,  no fue mi intención. Espero que se encuentre bien.

Se acerca hasta ti

- Sí... Es Margarita... La madre de Ágata... 

La linda melodía fue acompañada por otros músicos y hasta el cielo lo agradecía con un baño de calor y esplendor... pero como pasaba últimamente todo se torcía.

Una mujer acusaba de que se llevaron a su hija, o eso entendí desde donde estaba, me acerque ante tal alboroto sin meterme enmedio de dicha acusación...

Como podía ser que otra vez pasara algo tan malo, en tan poco tiempo, ¿que estaba pasando? y que tenia que ver aquella bella dama que por lo visto sabia varios idiomas y eso realzaba que no era una cualquiera.

Un soldado, como siempre acudió a la ayuda de la mujer desgarrada y vi el rostro de la acusada...¿nerviosa? ¿tranquila?, no podía ver bien así que me escabullí entre el gentío para ponerme lo mas cerca de la joven de pelo Miel y de voz dulce... no podía creer lo que se decía de ella... así de pronto no pude callar...

"Dejar que la joven que canta responda a esa acusación...porfavor"

Mi voz sobresalto mi alrededor cosa que baje la mirada esperando respuesta alguna.

Ágata... ese nombre... ¡Vaya! resulta que ya había estado con gente que la conocía. Ese nombre mesonaba de aquella jóven que partió buscando fortuna que me dijeron hace un rato... curiosamente era el nombre de la chica muerta.

Según hablaba con la mujer, o al menos lo intentaba, Beltrán hacia gala de toda su oratoria para intentar calmar a esa mujer. Sabía que no iba a ser fácil, pero como está acostumbrado, la Fe mueve montañas. Cuando cree que la mujer escucha le dice...

-Hace un rato estuve con su sobrina, la cual está muy apenada, señora. Por favor, mantengamos la calma. Ágata está ahora mismo con el Todopoderoso y encontraremos al culpable de tal tropelía, pero hágame caso. - Abre sus manos - Debemos relajarnos....

Justo en el momento en el que Clara respondió que sí, que la mujer que gritaba y lloraba era la madre de la chica que andaban buscando, oyó como el caballero de la orden de Santiago informaba a la mujer, de manera bastante afectada, que a la hija que buscaba, Ágata, estaba muerta.

¡Muerta! ¿Sería acaso la misma chica de la que hablaban que había sido encontrada muerta esa misma mañana?  — Perdonad señor, ¿ decís que la joven Ágata está muerta? ¿ qué fue lo que ocurrió y dónde? ¿Cuándo ha ocurrido?— Las preguntas llegaban atropelladamente a su mente y tal cual llegaban Isabel se las iba haciendo al Caballero.

A las palabras de tarik, opinando sobre el cantar de la artista en la plaza respondo sin el entusiasmo de todos los presentes.

- Sin duda es una gran artista joven Tarik, pero prefiero la música de los nuestros, siempre he pensado que

la lengua castellana no es compatible con la música, cosas mías no me hagáis caso.

Al ver el cambio repentino de la escena, donde no solo la chica si no más participantes se suman en una nueva melodía, una sensación de precaución donde debería haber tranquilidad dada la belleza de la canción, embarga mi pecho.

- No hay canción, que me haga olvidar en un solo instante la lluvia de sangre y aves muertas, ni la visita de extraños forasteros, no puedo simplemente pararme a escuchar un recital cuando a medio día lo maligno y sobrenatural se precipitó sobre nuestra ciudad.

De repente, tanto mis palabras como la música se ven interrumpidas por una histérica mujer, quien lanza acusaciones delicadas a la joven artista y sus acompañantes. un caballero de la orden de santiago allí presente se presenta como mediador en la situación y una chica vestida de pardo parece estar interesada en dicha conversación.

Todo el asunto me es sospechoso, no tengo idea de que hablan exactamente, pero tantos sucesos extraños y consecutivos pueden tener algún tipo de conexión, es claramente mi deseo hallar salvedad en la solución a los extraños acontecimientos, por lo tanto intento quedarme un rato para ver como se desenreda la situación.

- ¿Os importaría joven Tarik? deseo ver que esta sucediendo aquí, si no es molestia para vos retrasar un tanto nuestra marcha hacia la casa de Khaled.

- Hola queridos tíos! Mi madre me ha pedido un encargo en el pueblo, así que les he traído un poco de nuestra cosecha! - Dijo María cuando llegó y saludo a sus tíos, abrazo a su prima y salió con ella, interesada en lo que le platicaba, le sonrió picara y tras sonrojarse le responde:
. - No he probado a un hombre sin, pero por supuesto que me he dado placer a mi misma, si recuerdas bien el año pasado lo hicimos juntas! Aquellos lugar te refieres? - . Responde con un susurro a su prima cuando aún estás solas de camino al pueblo

Tarik sonríe abiertamente, con gesto malicioso. Responde a Thafer en árabe, en voz baja.

Claro que no me importa. Este viaje a tierras cristianas me ha de servir como aprendizaje de costumbres diferentes a las nuestras. No tengo nada que hacer en casa de Khaled, y me gustaría saber en qué acaba esto. Me jugaría una moneda con usted a que le echan la culpa a los judíos. 

Al llegar a la plaza del pueblo observáis a mucha gente mirando una escena de lo más peculiar: lo que parece ser un grupo itinerante con lo que podría ser instrumentos musicales están parados mientras una mujer con ropajes árabes está junto a ellos mirando la escena de otra mujer que solloza, grita y patalea mientras hay gente a su alrededor. 

Las gentes reunidas alrededor de la plaza observan atónitas el espectáculo mientras algunos alguaciles empiezan a acercarse al lugar.

Los ojos de la mujer, rojos de llanto y con la piel curtida por pasar años trabajando bajo el sol miran con desesperación y extrema tristeza al caballero.

Desde el mismo lugar en donde se encuentran los músicos y la cantante, una voz femenina con acento árabe irrumpe también en la escena

- "Dejar que la joven que canta responda a esa acusación...porfavor"

- Mi señor… Ágata es… Era - Rompe en llanto de nuevo - Mi niña… Mi preciosa niña… Ella… Ella debía estar en la Villa Real a tres días de camino… Debía… Debía estar allí como sirvienta de una Noble Dama… Y ahora… Ahora… ¡¡Está muerta!! ¡¡Muerta!! Partió con un grupo itinerante como acompañantes… Y ahora… ¡¡Ahora está muerta!! Muerta y abandonada en un sucio callejón… Y me dicen que era una… ¡¡Una Ramera!! Seguro que ellos la engañaron, le mintieron… ¡¡MI niña!! - Rompe de nuevo en un llanto desesperado.

Mientras el caballero se encontraba con la señora una muchacha con ropajes algo rasgados y sucios se acercó hasta él preguntando por Ágata. Al escuchar el nombre de su hija en boca de otra mujer la madre se giró hacia ella.  

- ¿La conocías? ¿Conocías a mi niña? - Te dice con los ojos tristes - ¡Clara! - Grita la mujer a mirando a una muchacha de rojos cabellos que acompaña a la chica - Mi Ágata… Mi Ágata… Muerta…

La muchacha a la que ha llamado Clara se acerca hasta ella y la abraza, calmándola con sus manos mientras le acaricia el cabello

- Ya… Calma, Margarita… Esta buena gente que estamos junto a ti vamos a ayudarte…

La gente empieza a murmurar sobre la pintoresca escena, algunas personas se marchan, otras se acercan más al círculo y otras se acercan a conversar con el grupo itinerante…

Los alguaciles aparecen en escena y uno de ellos se acerca a la esclava árabe que está junto a los músicos

- Chica, apártate de ahí… Alguien de tu especie, posición y clase debería permanecer callada en estas situaciones. Aparta si no quieres que te azotemos por desobediencia a la autoridad…

Observáis que junto con los alguaciles aparece un hombre de negros y canosos cabellos, con los ojos marrones y con la insignia del Concejo. Se acerca hasta el caballero y hace una ligera reverencia.

- Mi señor… ¿Qué sucede aquí? – Mira de manera despectiva a las dos muchachas que también están cerca.

De pronto, un sonido sordo como de algo que cae al suelo se escucha y observáis como el Concejo ha caído muerto al suelo con una flecha clavada entre ceja y ceja…

La gente empieza a gritar y a salir corriendo del lugar…

Tarik busca una cobertura tras la que guarecerse por si el tirador se ha aficionado a seguir asaeteando a los viandantes. Una vez su pellejo se encuentre a salvo tras un fardo, un carro o algo lo bastante grueso para parar un flecha, buscará el posible origen del disparo.

No llevaba Clara más que unos minutos junto a Margarita y el caballero de la orden de Santiago cuando Isabel ve como alguaciles de la ciudad y un hombre del Concejo se acercan a ellos. En el momento en el que el hombre del Concejo comienza a hablar con el Caballero de la orden de Santiago, aquel cae abatido por una flecha y se crea de nuevo el caos entre la gente que se encuentra alrededor. Instintivamente Isabel echa a correr sin pensar en nadie más que en su persona. Aun es mediodía y no dejan de pasar cosas sumamente extrañas alrededor.

Según comienza a correr para guarecerse cae en la cuenta de que Clara no está a su lado, alarmada echa una mirada al lugar dónde la había visto por última vez y lanza un grito — ¡CLARA, PONTE A SALVO! —

 El día de hoy estaba resultando más violento y extraño de lo que solía recordar que eran los días de mercado. Isabel se refugió detrás de uno de los barriles que se encontraba en uno de los puestos, se agazapó y desde su posición intentó averiguar qué es lo que había sucedido hacia un par de minutos y como se presentaba la situación actual.

Safira permanece observando en la distancia. No quiere inmiscuirse. Ya estaba siendo una mañana complicada para ella, como para complicarla más entremetiéndose en una situación que ya había provocado dos muertes. Así que desde una esquina de la plaza se quedó mirando a ver qué acontecía. Con la vista intentó descubrir el origen de la flecha y por si acaso, buscó algún lugar tras el que parapetarse de otro eventual ataque.

Era mal momento para mi, nunca me verían con una mirada justa y ante la presión del alguacil me callé y di unos pasos hacia atrás con la cabeza baja... no podía buscarme problemas.

pero lo siguiente no me lo esperaba ya que el mismo que me recrimino mi status era caído por una flecha... la gente salio corriendo y yo hice lo mismo.. no me iba a quedar a hi para ser el ojo de ese arquero. Vi como la tendera de perfumes estaba lejos y en sitio seguro y no tarde en ir donde ella estaba, en su dirección.

Escucho atentamente mientras el dialogo trascurre entre los implicados, claramente hay una larga historia detrás y un misterio evidente; de cara al asunto la guardia debería encargarse desde ahora en dicha investigación, y el caballero probablemente impulsado por sus creencias se vea inmiscuido, Pero yo por mis partes no veo razón para inmiscuirme en tales menesteres, por ahora primero debo hacer uso de mis contactos para mantener protegida a mi familia de lo que sea que esté pasando en la ciudad.

Un hombre con insignia se acerca a la situación, pero apenas se dirige al caballero es atravesado por una flecha disparada desde algún rincon insospechado.

Al ver correr a Tarik a refugiarse, siendo la persona más cerca a mi en ese momento, le sigo a paso ligero en busca de cobertura. Poco me interesa ver de donde fue el disparo ni que ocurra después, por lo que me oculto detrás de lo que encuentre para mantenerme seguro. 

-Tarik, aqui no pintamos nada, propongo que apenas veamos oportunidad prosigamos raudos nuestro destino; ya los chismes y rumores de las calles, las tabernas o algún aviso público nos dejará saber que ha sucedido aquí, la curiosidad es aveces peligrosa.

Al poco, los alguaciles empiezan a correr y buscar como locos mientras un par de ellos permanecen junto al cadáver del Consejo.

Por la ciudad empiezan a escuchar sonidos de espadas, gritos y demás. Parece que los alguaciles están empezando a detener a gente... 

Las gentes toledanas empiezan a encerrarse en sus hogares, las calles vuelve a quedar vacías a excepción de los alguaciles. Parece que toda persona que se encuentre en la dirección de donde vino la flecha es sospechosa...

Tras todo el jaleo observáis como Margarita, la mujer que buscaba a los asesinos de su hija, permanece muerta en el suelo, su rostro está grabado en una mueca de terror, mientras sus ojos, blancos y cristalinos miran en dirección a donde se hallaba el grupo de músicos... Grupo que ya no se encuentra en el lugar... 

-Extraños eventos son los que están teniendo hoy lugar en Toledo, con la visita de su magestad-dijo Safira, por buscar desahogo en sus palabras-En verdad ha sido mal día para salir de casa. Será mejor volverse y no salir hasta mañana, pues todo son malas nuevas. Hasta la música, que parecía alejar las penurias, no ha servido más que para traer otras distintas. Que el día acabe bien para vuestras mercedes, ya que difícilmente pudo empezar peor. Yo me retiro ya por hoy, no sea que la guardia crea que es buena idea detener a una judía como responsable de aquestos sucesos. Que ya sería hoy la segunda vez. 

Despidióse así Safira de Tarik y Amira, los únicos de los presentes a quienes conocía, antes de retirarse. Pasó la mujer cerca de donde yacía la tal Margarita. No pudo evitar mirarle una vez a la cara para observar en ellae la marca del terror, su mirada vacía, desesperada, antes de seguir camino hacia su morada. 

Que estba pasando en a ciudad, todo el mundo se habia vuelto loco... seria todo un castigo de Alá...

" Si sera mejor que nos vayamos, no somos los mas indicados para estar aquí con todo lo ocurrido..." hago el gesto servicial de los presentes despues de que la tendedera se fuera..."Señor"

Si mirar atrás me marcho a la casa de nuevo...ya se habia echo tarde y todo estaba siendo muy extraño.

 Beltrán se dispone a hablar con el hombre del Consejo cuando la flecha lo alcanza.  Recordando su entrenamiento, Beltrán se pone a cubierto tras la rueda derecha de un carro que encuentra y prepara su espada. Al sacarla de la vaina, se le cae al suelo, pues no es la manera más cómoda de blandir un acero. Aún así, el diestro caballero impregna sus manos en la arena del suelo para asegurar que no haya más incidentes por acero resbaladizo.

Al escuchar el ruido, se levanta y lo que ve, le parece cuanto menos llamativo. Esta ciudad, realmente ha perdido el norte. ¿Qué está pasando en la ciudad imperial?. El caballero se levanta, mirando a todos lados y mira el lugar de donde venía la flecha muy extrañado.

Se dirige a hablar con los Alguaciles. - Señores. ¿Han visto algo?¿Saben algo?¿Conocían a esos artistas? - Mira al resto de gente que está yéndose a sus casas -  Esto se nos está llenando de infieles y todos huyen a sus casas, pasan cuervos... muere gente...

Acto seguido veis como se agacha al lado de los alguaciles y revisa el cuerpo del tipo del Consejo, para después, ir a dar el último adiós a Margarita y a cerrarle los ojos, para lo que, mientras lo hace recita las palabras... "Requiescat in pace"