Partida Rol por web

Tras haberse ido a dormir en sus respectivos universos, todas las Ashley Hills se despertaron lentamente, adoloridas pues el lugar donde estaban recostadas, era tremendamente duro y es que tras aclararse la vista, pudieron observar que no estaban en la cama o apoyadas en el césped, si no que una dura roca.

Justo enfrente de ellas cuatro, se encontraban Vincent Banes, acompañado de una Ashley angelical, aunque eso no era lo más curioso, pues justo debajo de donde se encontraban, se escuchaba un montón de gritos. Asomándose, podían observar que se encontraban en una roca bastante alta en comparación al resto de aquél lugar y que justo debajo de ellas estaba ocurriendo una cruenta y sangrienta batalla en la que solo participaban Ashley Hills, luchando unas con otras.

En el centro de aquél campo de batalla, brillante como el Sol, se encontraba una página, presumiblemente del libro que tanto habían estado buscando y es que parecía que toda esa sangría se debía a ello. Cuando alguna Ashley Hill lograba hacerse con aquél escrito en su poder, todas las demás acudían a por ella y no solo eso, si no que la que atacada parecía volverse aún más inestable de lo que ya estaban todas en aquella situación.

Por si aquello no fuera raro, algo más destacaba en todo aquél lugar, un vórtice, bien grande en el cielo, que mostraba rápidamente los universos en los que Ashley Hill habitaba y a través del cual aparecían cada vez más y más Ashleys, cayendo del cielo y viéndose envueltas, confusas, en aquella batalla.

¿Son estas? - inquirió aquella Ashley Hill, quien miró directamente a Banes, el cual respondió simplemente asintiendo. La angelical Ashley Hill, se acercó a ellas, con suavidad y les hablaba en un tono calmado y pacífico. - Os preguntaréis por qué os hemos reunido aquí.

Abrazó su oso de peluche, lo que parecía ser el último retal de humanidad que le quedaba. - Yo soy la guardiana del libro. La Ashley Hill que comenzó todo esto, me dio una gran cantidad de fuerza y poderes, me convirtió en la dueña de nuestro multiverso y me encargó encontrarla nuevamente para devolverle el libro. También me avisó que Banes la estaría buscando. - comentó mientras le dedicaba una mirada a este. - Pero que durante su viaje, intentaría convencerle de que había una salida de "Él", quien todo lo controla.

Suspiró. - Pero el tiempo pasaba y un segundo aquí, se empezó a volver una eternidad, así que utilicé el vórtice que solo me servía para observar, para intentar encontrar a la Ashley Hill que lo comenzó todo. - señaló entonces donde estaba ocurriendo la batalla. - Solo ella es capaz de recordar todo en cuanto entre en contacto con el libro y con ello, poner fin a toda esa masacre.

Banes me ha convencido de que ha hecho las paces con la original, que si le entregamos el libro, todo estará bien, pero quería confirmarlo con ella y según él, entre vosotras cuatro se encuentra quien lo empezó todo. - cogió aire para continuar. - Es por eso que... - pero antes de continuar, la interrumpieron.

Un momento. - la interrumpió, caminando lentamente e interponiéndose entre ellas, recibiendo una muy mala mirada por parte de Angel. - Antes de que continúes, le debo un favor a una de estas Ashleys.

Miró a la Ashley Hill que llevaba las ropas que Banes había entregado a una de ellas. - Te dije que te daría una oportunidad de oro para que se hiciera justicia. - chasqueó los dedos y el Ninja que acompañaba a una de las Ashley Hills, la que iba vestida de negro, desenfundó su katana y agarró por detrás a la susodicha, juntando el filo con el cuello de esta. - Es hora de que muestres quien eres realmente, yo he cumplido con mi parte del trato, te reuní con tu amada.

Con un muy rápido movimiento, el ninja se quitó la máscara y volvió a agarrar a aquella Ashley que nunca dejó de ser amenazada por el filo de la katana. - Sí, cumpliste Banes. - dijo Kyle Wood con una voz muy carrasposa y un aspecto desgarrador.

El trato fue "Protege a la chica que te mató y volverás con la chica que amas". Y aquí estoy. - parecía sonreír mientras miraba a una de las Ashley Hills, la que llevaba la camisa azul. - Es como en la peli, ahora estoy en el cuerpo de un cadáver mío. - rio, aunque se notaba que no estaba muy cuerdo mentalmente después de haber pasado por la muerte.

Es tu decisión. - le dijo. - Es tu decisión que mi espada pase por su cuello, que te vengues por todo lo que te ha quitado en tu universo, ¡por quitarme la vida! - gruñó. - Y no solo eso, es una persona horrible, me ha usado para escapar de más de un embrollo, meterse en líos constantemente, hacer que una de vosotras pierda un brazo por su locura, gritar y llorar en el suelo ¡incluso tuvo cero empatía con su versión masculina! Que vale que la intentó matar... - le apretó un poco la katana en el cuello. - ¿Pero es que acaso no te habrías vuelto loca si no pararan de venir versiones tuyas del género opuesto a intentar matarte? ¡Que encima mataron a su madre, joder!

La muerte del chico, era inevitable en la situación en la que se conocieron por primera vez, pero aquella falta de respeto hacia el cadáver, era completamente innecesaria. Por extraña y macabra que fuera la situación, las dos Ashley Hills que probaron sangre de bruja, estaban completamente seguras de que aquél muerto viviente era del mismo universo que la Ashley Hill de la camisa azul.

Pasó la noche con la Ashley Molona, la que la había rescatado y había pasado tantos problemas. Se asustó al despertar no sobre el césped sino sobre la roca ¿había saltado otra vez? Eso significaba que volvería a estar sola y en peligro... No, espera... ¡¿qué estaba pasando?! Parecía el apocalipsis. Cientos... no, miles de Ashleys, cayendo infinitamente al campo de batalla donde se mataban entre ellas corriendo a por las páginas allá abajo, volviéndose aún más locas si llegaban a tocar la página del maldito libro... matándose sin cesar algunas con las manos vacías directamente...

Dejó de mirar abajo para mirar a su alrededor. ¡AH! ¡QUÉ MIEDO! ¡UNA ASHLEY ÁNGEL! ¡Ah! ¡La Ashley molona había viajado con ella! Y espera... ¿no era aquella la primera Ashley amistosa a la que conoció! ¡La Ashley responsable! ¡La que le intercambió las ropas! ¡Amiga! ¡Hermana! ¡Yo!

Oh, y también una Ashley vestida de luto, con la que no se había encontrado nunca...
 

¡Banes! Ashley (la nuestra, o la mía, supongo sería más claro decir) no sabía que su narrador (por saber, no sabía ni que tenía narrador) tenía una historia con Banes. Que cuando Vincent la saludó efusivamente no la saludaba a ella... ¡sino a mi! ¿Qué por qué esto es relevante? No lo es mucho. Sólo que Banes es capaz de leer más allá del velo, la narración, ver el autor más allá del personaje. El por qué quiere escapar de Él tiene que ver con todo esto, al igual que David, Verónica y el libro. Porque esto es una secuela de algo que sucedió hace ya tiempo durante catorce días. ¡Pero en fin! Él y yo somos buenos amigos del mismo universo más allá del texto, pretexto y contexto. ¡Pero mi presencia aquí no es relevante! ¡Esta es la historia de Ashley! Y no, esto no cuenta como superpoder. Así que en fin, volvamos a lo importante... ¡Sólo quería saludarte otra vez, Banes! ¡Hola holita y feliz Nochebuena!

Y después de este inciso, volvamos a lo que nos ocupa. El vórtice. Las Ashleys cayendo, la Ashley Ángel diciéndoles cosas raras... un peluche de osito en vez de de dinosaurios, qué mal gusto... Bueno, ahora que había conocido a la Ashley Molona no le caían tan mal los peluches de ositos. ¡Pero los dinosaurios siempre ganarían!

La Ashley Ángel les explicó que ella era la Guardiana del Libro, y que entre ellas se encontraba la Ashley original, la que empezó todo esto. Que sólo cuando tocara el libro recordaría todo... y que por eso allá abajo estaba aquella matanza terrible. ¡Pero qué bestia! ¡Esas no eran formas! Pero antes de que pudiera 'regañarla', Vincent Banes la miró, a ella, no al narrador detrás del texto. Le dijo que le ofrecía una oportunidad de oro para que se hiciera justicia.

Oh no.

Oh no no no.

"¿¡Kyle!? ¡Gasp!" se llevó ambas manos a la boca en una exclamación tanto de sorpresa como de horror. Estaba ahí... su mejor amigo, que acababan de hacerse novios, vivo pero... pero muerto a la vez... C-como en la película del Doctor Extraño, sí... aquella que habían ido a ver en el cine antes de que todo se pusiera patas arriba. "No... qué te han hecho..." frunció el ceño con enorme lástima y arrepentimiento. ¡Ella no quería esto! Sí, había soñado con que al arreglarse todo esto le trajeran de vuelta, pero... pero... ¡no así!

Y en cuanto a la Ashley de negro... Ella era la responsable de todo el mal que habían sufrido las tres, ella y las otras dos Ashleys buenas. Ashley no había coincidido con ella, pero sí había dejado estragos por su paso allá donde pasara... incluyendo orquestar el asesinato de Kyle Wood, así porque sí, porque era terriblemente malvada y ya está. A la Ashley responsable casi la enjuician por asesinato, y a la Ashley molona casi la matan, perdiendo un brazo y todo... ¡y si se hacía con el libro la cosa iría a mucho peor! La Ashley Ángel ya daba miedo de por si, no quería ni imaginar a una Ashley Demonio...

¡Pero tampoco podían ejecutarla sin más! "No, Kyle... no lo hagas, por favor." las lágrimas empezaron a recorrer su rostro, se sentía sumamente impotente y estaba aterrada. Sabía que esa Ashley había hecho tanto mal... pero, pero... "Tú no eres así... Nosotros, nosotras..." miró al resto de las Ashleys buenas. "...No somos así..."

"Por favor, no la mates."

Ashley Hill estaba durmiendo debajo de un puente, justo donde Dylan solía repetir que acabaría algún día si no le hacía caso. Cuando despertó, estaba en un lugar en donde solamente se podían apreciar dos colores opuestos. Uno era la batalla de Ashleys y lo otro era el vórtice causante de su remolinas vivencias. Ahora lo veía. Llevaba vestido un traje metálico negro adaptable a su cuerpo, como si lo trajera de un universo futurista. El ninja también estaba allí, aunque ahora no tenía una actitud tan defensora.

—¡Dios mío! ¿Dónde estoy? ¡Esto está lleno de copias! —y de repente se asustó al encontrar a las otras tres Ashleys al lado, incluida la de ojos fosforito—. ¡AH! ¿Qué hacéis aquí? ¿De dónde salen tantas copias? ¿Dónde está la fábrica? ¡JAJAJA! —estalló de risa cuando vio a la Ashley con la blusa azul— ¿Y tú quién eres, la Ashley libertina? ¡JAJAJA! —La última no parecía haber cambiado en absoluto.

Todas estaban luchando por una hoja y supuso que pronto las cuatro deberían luchar por su supervivencia como en los juegos del hambre; pero antes de que su impulso le llevara a adelantarse a sus copias, la Angel Hill apareció dando un discurso que en este punto de la historia y con todo lo que había vivido, poco le importaba. No podía ser, aquella Ashley con alas tenía lo más preciado. Lo único que le importaba en este momento.

—¡PUTA! ¡ESE OSITO ES EL MÍO! ¡DÁMELO YA! —se adelantó, pero el ninja rápidamente la atrapó de un ágil movimiento—. ¡NO! ¡MALDITA! ¡ERES UNA LADRONA! ¡TODO ESTO FUE POR QUEDARTE CON LOS OSITOS! ¡AAAAAAH!

El ninja, que hasta ahora la había protegido, agarró de su cuello y la contrajo con su katana. Se desenmascaró y descubrió que se trataba del tipo que declaró su amor en el otro universo donde murió. La chica no podía creer lo que estaba diciendo.

—¡PERO QUÉ MENTIROSO! —intentó responder aun teniendo la hoja pegada a su garganta y miró a las otras copias, incluida la de alas—. ¡Yo no le mate! ¡Fue Dylan! Pero no el Dylan de mi universo que es tan vago incluso para eso, el Dylan del universo donde Ashley vio contigo la peli de mierda esa y os comisteis los morros. ¡YO QUÉ SABÍA! ¡Pensé que estaba loca en un mundo nuevo, pensé que Dylan era mi novio todavía y le conté que ese loco me había acosado! Entonces el gilipollas desapareció y más tarde me enteré por las noticas que te asesinó.

El ninja estaba contando una versión de las cosas que no coincidía con lo que esta Ashley Hill decía. Le daba igual lo que pensaran las otras, copias para ella, pero no podía dejar que la verdad fuese manipulada.

—¡Suéltame y deja de mentir! ¡Pero si tú te cargaste al gilipollas ese de Ash el tajos! Tú le clavaste la katana por la espalda. ¡Díselo Banes! Dile cómo sucedió —y le miró desesperada con la intención de que favoreciera a la chica—. Que se joda ese tío, iba a matarme, claro que no sentí empatía. Me tenía atrapada y recibí dos disparos. Tenía todo un sótano de cadáveres Hill, ¿quién coño siente empatía por alguien así? —rima—. Y el médico de mierda iba a disparar a la de ojos neón de todas formas. ¡SUÉLTAME, PERRO!

Cuando despertó esperaba encontrarse sola, como siempre había sido, pero la situación alrededor la desconcertó sobremanera. En primer lugar, no estaba sola, había más Ashleys, incluida la que había pasado la noche con ella. En segundo lugar, también vio a Banes, a una Ashley angelical, y al ninja que acompañaba a la Ashley que le hizo perder un brazo. No obstante, lo más horrible de todo era la cruenta batalla que se estaba librando abajo, donde múltiples versiones de sí misma estaban matándose, literalmente, por hacerse con aquella página del libro. Sintió un tirón en el estómago al ver lo que aquel poder podía hacerle a otras versiones de sí misma.

Asistió con no poca sorpresa a la revelación de que el ninja realmente era Kyle Wood, de otro universo, claro. El de su mundo apenas había intercambiado un par de mensajes de texto con ella y seguía vivo, que supiera. Además, había algo más importante aún, y es que según Vincent la Ashley que había originado todo estaba entre ellas... Y no sabía cómo encajar aquella nueva información. Estaba completamente desubicada, muda mientras se desarrollaban decisiones de vida o muerte frente a sus ojos. No obstante, cuando la Ashley pirada comenzó a gritar como una loca no pudo evitar acercarse a ella y darle un puñetazo en toda la nariz, con el brazo mecánico. Lo hizo de manera frontal, no fuera a ser que después de todo se encogiera por el golpe o algo y acabara cortándose con la katana del cadáver de Kyle.

— Primero, ese gilipollas solo disparó porque tú intentaste matarlo, puta loca - siseó con odio, forzándose a no volver a golpearla y ensañarse con ella a pesar de las muchas ganas que le tenía. — Luego tuvimos una amigable charla y todo mientras me ponía esta cosa de metal que ahora tengo por tu culpa como brazo. Y segundo, cállate de una jodida vez y escucha en vez de llorar y patalear. Aquí hay cosas más importantes en juego que tu ego como "la verdadera Ashley" o tu miserable vida. Supongo que a ti te la suda llevar a todas a un destino cruel o a la muerte, pero a mí no. Yo solo quiero volver a mi vida normal, y que todas las demás lo hagan también. Incluida tú. Eso, - dijo, señalando a las Ashleys que se estaban matando por conseguir la página del libro — eso no nos llevará a ningún lado. Tenemos que unirnos, no dividirnos.

No obstante, no esperaba una respuesta razonable por parte de la otra, y como tampoco tenía claro si podría contener más golpes si seguía siendo irrazonable, decidió alejarse antes de que algo peor ocurriera y se le cruzaran los cables, mirando a la Ashley ángel con el ceño fruncido. Quería entender, pero cada vez que había nueva información se sentía más y más alejada de las respuestas que andaba buscando.

— Si tienes tanto poder... ¿por qué no has detenido eso? ¿Por qué dejas que la sed de poder ciegue a tantas versiones de nosotras?

Tenía la sensación de que aquello que estaba viendo no era real, que era un sueño extrañamente realista. No podía ser que la mañana empezará fuera de una cama, que de repente se viera rodeada de Ashleys que se mataban entre ellas, y de otras que reconocía de su vida despierta. Quizás era otra de las visiones que recibía de Vincent y la Ashley original. Pero como todo lo que rodeaba a Vincent y las Ashleys funcionaba de maneras tan extrañas, aun en el caso de que fuera solo un sueño muy vivido, debería tratarlo como si fuera la vida real. Incluyendo si la Ashley Hill de negro debía morir.

Ya se había dado cuenta de que aquella Ashley no parecía muy estable. Y aunque el ninja-Kyle parecía tenerla bajo control, se colocó al lado de su amiga-hermana-yo, un poco más adelante como si quisiese protegerla, mientras le señalaba el colgante que la identificaba como Ashley-Lily.

-No todas somos así.-le dijo a su hermana, viendo como la Ashley de negro se empeñaba en ganar puntos para morir, ya sea a sus manos o a las de Kyle.-Pero estoy de acuerdo en que esto no es razón para matarla. Todas nos merecemos poder volver con nuestros padres y amigos. O lo que quedé de nuestra vida anterior.-suspiró para sí.

Miro con preocupación a la de ojos azules. Entre sus ojos, su brazo mecánico y su odio por la Ashley Hill de negro, no dudaba en que tendría mucho que contar. Pero había asentido a lo que había dicho. Tenía razón sobre que más valía que estuvieran unidas que separadas. Y ya que había empezado con las preguntas a la Ashley angélical, Ashley-Lily decidió también hacer una.

-Yo lo que no entiendo es por qué decís que la Ashley original olvidó su memoria. ¿No la necesita para buscar a su padre?

Kyle soltó su arma, dejándola a los pies de aquella Ashley Hill que hacía un momento estaba siendo amenazada de muerte y acudió hacia aquella mujer a la que había decidido entregar su corazón y un precioso beso. Se arrodilló ante ella, pues no se atrevía a tocarla y mancharla de sangre, ni molestarla con su hediondo olor a muerto. - Por eso eres la mejor. - comentaba con su voz rasgada.

Tu corazón es lo más grande que he visto y tu sonrisa, el Sol que más ilumina esta triste realidad en la que existimos. - parecía que intentaba llorar... Pero no podía, su cuerpo no se lo permitía. Literalmente, porque era incapaz de generar lágrimas.

Basta de teatro. - inquirió con cierto mosqueo aquél ser angelical, quien miró con cierto desdén a aquellas chicas que le preguntaban. - No importa cuantas Ashley Hills de otros universos mueran si con ello encuentro a la maestra. - suspiró. - Por otra parte, Ella perdió sus recuerdos a propósito, para poder fingir cuando se encontrara con él que era una Ashley Hill completamente normal y corriente y dejara de perseguirla. - señaló al hombre trajeado.

Una ligera, corta e incómoda risa, fue realizada por Banes. - Bueno, bueno. Pero ya ha recuperado todos sus recuerdos, lo hemos hablado todo con calma y ya ha comprendido que lo mejor es entregarme el libro a mi para que todo vuelva a la normalidad y podamos vivir todos bajo el yugo de Él. - miró a aquellas cuatro chicas y les dedicó una sonrisa, esperando que le siguieran el rollo.

El Angel suspiró. - Me parece muy extraño, Banes. Todo lo que dices. - parecía molesta, pero aun así, le seguía el rollo. - Dices que lo has hablado con ella, sin embargo, no puedes decirme cual de estas cuatro es. E incluso has intentado que una de ellas mate a otra. - negó con la cabeza. - Como sea, cualquier cosa está bien si me reúno otra vez con ella.

Un momento de silencio se hizo, pues Angel cerró los ojos y se quedó pensativa. - Como no acabo de confiar en la palabra de Banes y lo que dice es completamente contrario a la voluntad de Ella, voy a dejar que vosotras cuatro decidáis lo que sucederá, si entregarle el libro al hombre trajeado o quedároslo vosotras.

Dio un par de palmadas y la roca en la que estaban se dividió, dejándolas separadas tanto de Banes como de Angel. A Kyle lo dejaron allí, pues ni pinchaba ni cortaba. Entonces empezó a gritar para que la escucharan. - ¡Tenéis un rato para discutir que hacer! ¡Aunque las opiniones sean diversas, si hay empate en entregarle el libro a Banes o quedároslo, el libro acabará en vuestras manos! ¡Y si ninguna es la original, ya sabéis lo que pasará! - señaló a la cruenta batalla que seguía ocurriendo bajo sus pies.

La Ashley con el traje de negro se agitó cuando el ninja zombie la despojó de sus manos. Su arma cayó al suelo delante de ella y no dudó en agarrarla. Elevó la katana al cielo circular y en su hoja se reflejó la sonrisa de la chica. Ahora estaba completa.

—¡Ahora es mía y no dudaré en usarla con las Ashleys que intenten mi asesinato! —gritó al viento con un aire de superioridad—. ¡Yo soy la verdadera! ¡Por supuesto, yo soy la verdadera! ¡Siempre lo fui! ¡Debo serlo! Si no lo soy, no entiendo por qué la original decidió crear esta versión de mierda.

Apuntó la afilada espada a la batalla, después a las tres que quedaban, a la Ashley angelical y por último a Banes.

—¡JAJAJA! ¿Pensabais que ya estaba loca? ¡ÉL ME HIZO LOCA! —mostraba en su rostro el odio que le tenía—. ¿Por qué tuviste que crear una mierda libro así? ¡Yo ya había aceptado mi puta realidad! Crecí separada de mi padre porque preferí hacer caso a un novio que me maltrataba tanto física como psicológicamente. ¡Y LO PEOR ES QUE LO AMABA! Renuncié a la maldita carrera de literatura por estar trabajando en una mierda restaurante que no me pagaba y encima debía hacer horas extra. Era tan tonta que lo poco que recibía lo usaba en satisfacer a Dylan. ¡¿Sí y qué?! Solo se me daba bien hacer hamburguesas. Entonces mis padres tuvieron el maldito accidente en donde ella murió y mi padre se quedó cojo, mi tío desaparecido. ¡Eso solo lo empeoró todo! Mi única consolación eran mis ositos... ¡DAME MI OSITO!

Esta Ashley Hill rabiaba con cada palabra que decía y ventilaba cuando se quedaba sin aire.

—Y entonces aparecí en otra vida contraria la mía. ¿No podía ser más jodidamente contraria? En vez de ositos había dinosaurios, ahí empezó mi desesperación. ¡¡Esa vida lo tenía TODO!! Tenía el amor de mi padre, tenía libertad para hacer lo que quisiera, unos estudios, alguien que la ama, sin novio tóxico ni trabajo explotador. ¡JODER! —la katana tambaleaba hacia Banes, quería clavarle la hoja—. ¡HABLA! ¿Por qué a una lo mejor y a otra lo peor? Hiciste que el Dylan matase al otro por mezclarnos. Y ahí me desmayé.

Ashley intentaba recordar lo que había sucedido tras su desmayo, recuerda que el siguiente mundo fue muy confuso.

—Joder, ya no me acuerdo, pero había una Ashley dejándose morder una vampira. Ah, sí, ya me acuerdo. ¡Banes! Me da igual que a David le solucionaras la vida con tus otros libros temporales. Esta vez te has pasado de la raya.

Antes de dar el siguiente dato, recordó el universo que vino después de la vampira.

—¡Ah! Y caí en el universo en donde la Ashley era un hombre coleccionando cadáveres de Ashleys, porque según él una de nosotras asesinó a su madre. Será retrasado... no podía ser de otra manera con esa versión. El ninja se lo cargó.

El último universo era el que la Ashley de ojos neón recordaría.

—El universo futurista, que estaba mucho más avanzado que todos los demás porque Banes viajó al pasado para avisar a la humanidad de que Jesucristo sería un grano en el culo en la historia y, sin embargo, no pensó en toda la complejidad filosófica derivada. ¡Estaban todos deshumanizados! ¡Un horror! ¿A qué precio? ¿Un par de pistolas láser? ¡Me alegro de haberle clavado el kunai a ese doctor de pacotilla! ¡JAJAJA! Lo peor fue encontrarme con padre robotizado.

Ashley respiró hondo tras su desahogo. Entonces bajó su arma y la clavó en el suelo como pudo.

—Por eso, no te daré el libro, Banes. Harás lo que te dé la gana y ya tuviste suficiente juego.

Tras la separación que la Ashley Ángel había creado para que pudieran discutir quién se quedaba el libro, Banes y la Ashley Ángel estaban demasiado lejos como para oir a la Ashley malvada. Pero las demás Ashleys sí podían oirla. "Sabes qué... salvo por eso que reclamas de ser la original... por lo demás estoy de acuerdo contigo." 

¿A quién querría este narrador que le dieran el libro? Pues evidentemente a Banes. El narrador confiaba mucho más en Banes que en las Ashleys. ¿¡A dónde les habían llevado las Ashleys!? ¡Solo a dimensiones raras y peligrosas! Sólo había que mirar allá abajo, sólo había que mirar a la Ashley Ángel. ¡Miles de Ashleys matándose por una hoja del libro! ¡Nunca debió dejar las manos de Banes, nunca debió la historia salirse del rumbo que Él había dispuesto! Banes y Él eran buenas personas, si recuperaban el libro les darían un cierre a la historia, uno bueno, ¡no uno cruel!

¡¿Podía decirse lo mismo de las Ashleys?! ¡No lo parecía! ¡Sólo mirad dónde habíamos acabado! ¡Por dónde habíamos pasado!

Pero para desgracia de este narrador, su Ashley no pensaba lo mismo. Al menos, no del todo.

"...Mirad, no vamos a darle el libro a la Ashley malvada... y si yo soy la Ashley de la vida perfecta... pues no creo que sea entonces la original, su-supongo que soy algo así como el deseo de cómo debería haber sido su vida... Y-y en cuanto a la Ashley molona es una superviviente amable y guay que no dudó ni un segundo en compartir sus poderes conmigo pero... diría que tampoco es la original... Yo creo que eres tú, hermana-amiga-yo..." señaló a la Ashley del collar, la única aparte de ella que tenía peluches de dinosaurios, la que había estado en el juicio con ella. "Yo no veo tan mala opción darle el libro a Banes pero... la Ashley malvada ha dado buenos puntos. Y... y quiero ayudaros, incluso a ella. S-si la Ashley Ángel tiene razón, hicisteis todo esto por una razón, una razón buena. Quiero confiar en vosotras, quiero ayudaros. Siempre he sido la que ha necesitado que la ayuden y rescaten. Por una vez, quiero ser yo la que os apoye. Siempre y cuando no estemos votando por darle el libro a la Ashley demonio. Ni de coña. Va a crear un infierno peor que la Ashley Ángel. Yo creo que el secreto está en los peluches de dinosaurios. La única que tenía peluches de dinosaurios es ella aparte de mi..." señaló a Ashley Lily Hill (la del colgante).

Escuchando la historia y la rabieta de la Ashley con katana, ahora parecía mucho más evidente cómo había llegado a un estado tan deplorable. Su vida había sido una mierda, y también había pasado por experiencias traumáticas. Casi había conseguido con su versión de los hechos que empatizara con ella y le diera algo de pena. Casi.

— No eres la única que tiene mierda encima, hija de puta. Mi vida no era perfecta tampoco, ¿sabes? Pero no me verás por ahí quejándome como tú, aunque probablemente seas la que peor lo ha tenido. Pero no le eches la culpa a Banes o al libro de tu propia vida. Las decisiones que tomaste fueron tuyas, y de nadie más. Nadie te obligaba a seguir con ese cerdo, ni a tirar tu vida por la ventana para complacerle.

Dicho aquello, la decisión a tomar era bastante importante. Si se equivocaban, todo se iría al traste. Si no decidían, la Ashley ángel se encargaría de que pagaran por ello. Ahora, más que un ángel, le parecía una pirada más. No obstante, no estaba del todo de acuerdo con su alter ego. 

— No estoy segura de que debamos dárselo a Banes, pero la Ashley original... Todas habéis visto esas visiones, ¿verdad? Creo que ninguno de los dos es trigo limpio. Desconozco muchas cosas, pero sé que Banes no actúa por amor al arte. Verónica no confiaba en Banes, y David... tampoco lo tengo claro, aunque lo defendiera a veces. Asumo que todas sabéis de quienes hablo, así que entregar el libro a la "original" o a Banes no es algo para hacer tan a la ligera... - Se llevó la mano un momento al mentón, pensativa. — Sin embargo, creo que tú no tienes esas malas intenciones. Y quizá, como dices, tampoco eres la original ya que tuviste una vida fácil. No puedo hablar por la otra, pero en ti confío por lo que has demostrado ser, así que personalmente preferiría que te lo quedaras tú. Creo que lo usarás para hacer que todo vuelva a ir bien, como siempre debería haber sido.

-No soy la original.-le respondió a su amiga-hermana-yo, quien quería darle el libro, pero dudó al decirlo. Por otra parte, le llamaba la idea de recibir el libro. Inconscientemente dió un mini paso al frente, preparándose para recibirlo. Con el libro podría recuperar y arreglar todos los cambios ocurridos por los viajes de las Ashleys. Incluso salvar a las Ashleys que luchaban por el libro, si es que era posible. 

Escuchó a la Ashley de ojos brillantes, dudosa de lo que decía.

-Sé que no queréis darle el libro a la Ashley original, pero si se lo damos a cualquier otra Ashley, y no es la original, enloquecerá. Por eso, no se lo podemos dar a la Ashley filóloga y de peluches de dinosaurio.-señaló a la de la camisa azul, a la que se dirigió.-La Ashley Hill original está buscando a su padre a través del espacio-tiempo, por lo que tú no puedes ser. Vi a tu padre en el juicio. Y yo recuerdo al mío. A no ser que haya perdido muchos de mis recuerdos, tampoco soy la original y no debería tocar el libro.

-Sé que la Ashley original lleva más tiempo viajando del que yo personalmente he viajado. Mi... madre de otra dimensión-se notaba el dolor en su voz cuando la recordó, pero no quisó entrar en más detalles de su encuentro.-...me habló de que se la encontró herida y con el libro. Me contó que Ashley, Ashley Wexler, estaba huyendo de Vincent. Vincent quería impedir que se encontrará con su padre, que este se había escondido y dejado pistas por el universo sobre su paradero.

-No es que desconfíe del todo de Vincent, pero creo que deberíamos confiar en la Ashley original. Y si no soy yo ni tú, hermana, entonces tiene que ser otra.-miró a la de ojos brillantes.-No sé mucho sobre ti, y entiendo que no quieras darle el libro a la Ahsley "malvada". Pero creo que es ella la original, y por eso hay tanto dolor en ella.

Y miró a la Ashley con la katana, preocupada por si habría elegido correctamente.

Pero entonces, negó con la cabeza. - No te preocupes, elegiré yo por ti, ya que veo que te cuesta Noinex. - y con una sonrisa, decidió elegirse a sí misma.

El tiempo que les había dado el Ángel prácticamente se había acabado, sin embargo logró percatarse de que las votaciones habían finalizado y usando su poder, volvió a acercar las rocas que los distanciaban. - Veo que la decisión está tomada y el hombre trajeado se queda sin su libro. - estaba tan concentrada y su conexión con aquellas Ashleys Hills era tan profunda que no hacía falta que estas hablaran para que supiera a quien darle el libro.

Chasqueó los dedos y aquél libro que tanto anhelaban y que tanto sufrimiento había causado, ahora se encontraba delante de Ashley Lily Hill, quien sin dudar, lo tomó entre sus manos.

Banes suspiró, aunque no pudo evitar dedicarle una sonrisa a la nueva portadora del libro. - Mira que has intentado escabullirte de mí veces... Cambiando de universo cuando te encontré por primera vez, cambiando de ropa a pesar de que te puse una en especial, incluso cambiándote el nombre en varias ocasiones. - negó con la cabeza. - Pero aún así, siempre sabía que eras tú, por eso siempre cuidaba de ti. - admitió.

Dio un par de pasos hacia ella. - Permíteme usar el poco poder que me queda para ponerte la ropa con la que nos conocimos. - y haciendo cruzando sus manos para después separarlas lentamente, Ashley Lily Hill, pasó a llamarse con su verdadero nombre y a mostrar su verdadero aspecto.

Después de tanto tiempo, Banes. - comentó la chica, mientras daba un paso al frente, sonriendo. - Solo puedo darte las gracias, por todo lo que me has enseñado, por todo lo que has hecho por mí. - apretó el puño y suspiró. - Por enseñarme que puedo volver a sonreír.

Su rostro entonces se tornó un poco más serio. - Aunque sigo sin entender ¿por qué yo? ¿Por qué de todas las personas que existen me escogiste a mí?

Tú... - sopesó, parecía que le costaba un poco hablar. - Porque he sido yo quien te he quitado aquello que tanto querías. Bueno nosotros más bien. - se cruzó de brazos y apartó la mirada. - Me sentía mal, al principio todo parecía por azar, pero nunca lo fue, todo estaba ya escrito. - admitió. - Por ello me acerqué a ti, por ello te enseñé el libro.

Volvió la mirada a Ashley. - Quería que entendieras que hay cosas que escapan a nuestro control, a la lógica, pero... - extendió el brazo y con él, la mano. - Has llegado demasiado lejos Ashley, aún puedes hacer lo correcto y devolverme el libro, no tiene por qué sufrir más gente.