Partida Rol por web

Otra vez el mundo se tornó en blanco y negro, quedando completamente paralizado y nuevamente Ashley apareció en medio de las dos hermanas que quedaban, pues Andrea había desaparecido como por arte de magia. Fue la propia Ashley quien la trajo consigo nuevamente.

A pesar de que intentaba mostrarse igual de calmada y alegre que antes, cierto nerviosismo se mostró en su forma de hablar y forma de expresarse. - A ver, chicas, me lo estáis poniendo bastante complicado.  Solo quiero demostrarle a Banes y a vosotras mismas, que no tenemos que vivir atadas a las estúpidas normas de gente que ni si quiera somos nosotras mismas, que podemos ser infinitamente felices sin las mierdas que nos ponen ellos encima.

Suspiró, intentando calmarse, pero tras mirarlas, cerró el puño con bastante fuerza y mostró un tono bastante más acelerado al que tenía antes. - ¡Joder! ¡Es que no lo entiendo! Os estoy dando todo lo que en vuestra vida anterior era simplemente un sueño y aun así pedís más y más y más ¡o desvariáis! ¡O peor, intentáis llegar a mí! - dio una patada al suelo. - ¡Me voy a ir y todos vamos a ser muy felices de una maldita vez, es mi último aviso!

Y con eso dicho, dio un par de palmadas e hizo retomar el funcionamiento del mundo, aunque Andrea pudo notar que aunque conservaba el brillo de sus ojos, le habían arrebatado sin decirle nada su habilidad.

Por la puerta de la habitación y sorprendiendo a todos los presentes, entraron un montón de personas. - ¡Hola nena! - dijo Dylan entrando por la puerta, saludando a Aurora. - No me aguantaba las ganas de verte, así que he venido, me muero por ver tu sonrisa y lo que la desencadena ¿quieres que nos acostemos? ¿O que busquemos por Tinder algún chico para esta noche? Puedo mirar si es lo que más quieres.

¡Y yo no aguantaba las ganas de ver a mi persona favorita del mundo mundial! - comentó con una sonrisa hacia Amber. - He cogido entradas para ver "Everything Everywhere All at Once", es un peliculón sobre también realidades alternativas, como la última peli que vimos juntos mi amor. - ladeó la cabeza. - Como te gusta ese tipo de ficción ¿eh? Porque al final todas esas cosas, son solo eso ¡ficción para el pueblo hecha por la gente rica de Hollywood!

Y yo no quiero estar sin mi compañera de fumadas, quiero decir, tengo mono y tomarse un peta sin ti es como... Menos genial, aunque no te sientas tan tan importante ¿eh? - sacó un cigarro de la risa y se lo ofreció a Andrea. - Venga, vamos afuera, invito yo a este.

¡Y yo también estoy aquí! - comentó con un salto, apareciendo por la puerta.

¡Jo, jo, jo! ¡Qué de gente os quiere! - dijo bien feliz George. - Pues nada, todo parece ir a pedir de boca ¿verdad? ¡No puede ser que haya nada mal en este día tan maravilloso para mis hijas!

Aurora Hill parpadeaba continuamente por lo que sucedía. No comprendía en absoluto lo que estaba sucediendo. Primero su hermana Andrea desapareció por un instante y regresó a manos de la diabólica Ashley Hill. Continuaba con las alusiones a los "señores de arriba". Luego, un montón de tíos aparecieron por la puerta, como si esto se tratase de un burdel. Joder, ni siquiera sabía quiénes eran la mitad.

—¡AAAAAAH! ¡No entiendo nada!

Aurora se sacó de la manga un cartel y anotó deprisa y corriendo una palabra en mayúsculas con el imaginario bolígrafo que se acababa de inventar. Entonces elevó el cartel bien alto en el cielo para que todos los señores de arriba pudieran verlo. Se notaba que hacía tiempo que no escribía.

Que venga la que no es tan Hillipollas...

Esas palabras susurradas casi al oído de Aurora hicieron que la agonía que guardaba desde hace un rato surgiera de nuevo, aunque mejor enfocado que anteriormente. Un grito de dolor y desesperación rebotó en las paredes destrozando los oídos de los nuevos invitados.

Entonces agarró del mango del bolígrafo, que ya no era de un bolígrafo sino un puñal y de un salto llegó al cuello de su padre. Le sujetó por detrás y le pinchó suavemente la yugular para que no se moviera.

—¡Maldita Ashley Hill! —gritó Nurgle poseyendo el cuerpo de la chica—. ¡Libera ahora mismo a Noinex o me cargaré al padre! ¡Aurora no podrá ser feliz nunca más si su padre muere! Dylan —bufó como una gata endemoniada al ver que el tonto actuaba con su retraso mental—, ¡DYLAN! ¡SI ASHLEY HILL ME BLOQUEA, CÁRGATE DE NUEVO A KYLE!

Sintió el vacío del poder que nunca había deseado tener, y ahora sentía como si hubiera sido una parte de ella desde siempre, como si se la hubieran arrancado de cuajo. ¿Era eso lo que movía a otras Ashleys a buscar insaciablemente ese diario? ¿Era por eso que Ashley ahora se creía con derecho a regir todas sus vidas a voluntad? No, Andrea... No, no era Andrea. Ella era Ashley Hill también. Debía recordarlo.

— ¡Esto no es real! ¡Mi padre de verdad tiene problemas, y su hija también! Él me echa de menos, estará desesperado por no encontrarme, lo sé muy bien. ¡Y tú me tienes aquí retenida! - gritó al techo, sabiendo que Ashley la oiría, aunque sin saber si le haría caso. Después de todo, ni siquiera le había dado la oportunidad de hablar cuando apareció junto a ella. — ¡Devuélveme a donde pertenezco realmente!

Lo que no esperaba, no obstante, era aquel giro de guión que había tornado de repente la historia. Como si la narración se hubiera desbocado, la cuarta pared había sido derribada completamente. Aurora gritaba cosas sin sentido, y hacía cosas sin sentido. ¿Materializar cosas de la nada? ¿Cómo era eso siquiera posible? Quizá no era la única con un poder, después de todo. O quizá solo era la locura tomando posesión de los narradores.

— Solo somos cobayas en una jaula para ella. Su mundo idílico no es más que un intento por hacerse la buena, por creerse ella misma que esto lo hace por el bien de todos, cuando por su culpa estamos todas así.

Um... bueno, al menos ahora estaba ahi también Jake Hill. Uh... esto parecía más bien una parodia cómica... ¡Pero no importaba! La intención estaba ahi, y era buena, ¡aunque seguía faltando una hermana! Pero no pasaba nada, se podía hablar con Ashley para que la trajera también y así por fin todos serían felic-

Pero parecía que sus hermanas Andrea y Aurora no estaban de acuerdo ni por la labor. "¡¿Pero os habéis vuelto locas!?" las dos se pusieron a gritar como locas, ¡una hasta sacó un puñal de la nada! "¿¡Qué!? ¡No! ¡Papá! ¡Aurora! ¡Basta!" agarró el cuchillo  Aurora por delante apartándolo del cuello de su padre. "¡Déjale en paz!" del forcejeo la pobre Amber estaba haciéndose daño y cortes en las manos. Aurora le gritó a Dylan que matase a Kyle. "¿¡Qué!? ¡No! ¡Por favor, otra vez no! ¡Basta! ¡¡Basta!!"

Esperaba que Andrea la ayudase pero su hermana decía que esto no era real, que sólo eran cobayas, que Ashley solo se hacía la buena. "¡No! ¡Lo habéis entendido todo mal! ¡Está dando su mejor esfuerzo! ¡Lo único es que intenta imponer en vez de hablar, pero hablando se entiende la gente! ¡Por favor!" gritó entre lágrimas. "¡Yo no quiero volver! ¡Kyle está muerto allí! ¡Y papá no es feliz, ni puede andar bien, y Jake está abandonado en un orfanato! ¡No es falso, es la nueva realidad, por el libro! ¡En vez de tres mil realidades donde Ashleys sufren, ha hecho una sola donde intenta que seamos felices! ¡Sólo nos falta que deje libre y sano a Banes y que saque a Lily Hill de donde quiera que la haya encerrado!"

Esta vez, sin parar si quiera el tiempo o al resto de personas de aquél lugar, simplemente hizo aparición en escena Ashley Hill, con una mirada muy desesperada y un tono de voz bastante alto. - ¡ESTOY HARTA DE VOSOTRAS! ¡HARTA! ¡UNA HA ESTADO LOCA SIEMPRE! ¡LA OTRA SE NIEGA A ACEPTAR SU NUEVA Y FELIZ REALIDAD! ¡Y LA ÚLTIMA AUNQUE VA DE BUENA SOLO TIENE EXIGENCIAS Y EXIGENCIAS Y EXIGENCIAS Y EXIGENCIAS!

Gruñó y dio una patada a una de las camas, lanzándola por los aires y dejando asombrados a todos los presentes. - ¡LO HE INTENTADO, HE INTENTADO QUE VIVÁIS TODOS EN UNA REALIDAD PERFECTA PARA VUESTRAS ASHLEYS, PERO NUNCA ESTÁIS CONFORMES CON NADA, SOIS IGUALES O PEORES QUE EL ANTIGUO DIRECRTOR, SIEMPRE GENERANDO CONFLICTOS! - suspiró.

Poco a poco se iba calmando y habló con un tono frio y seco. - Por fin lo entiendo, sobráis en esta realidad. Esta realidad me pertenece ¡A MÍ!

Con el sonido de un chasquido, Ashley Hill se despertó en su cómoda cama, rodeada de sus peluches favoritos. Por la puerta no entró otro que su amado padre con el desayuno.

¡Buenos días dormilona! - comentaba con una enorme sonrisa. - Te traigo unos pancakes con su sirope de alce. ¡Ya verás que buenos! - dejó la bandeja encima de ella, para que la comiera aún recostada en la cama y se sentó a los pies de esta. - ¿Qué quieres hacer hoy?

Con un suspiro de tranquilidad y una sonrisa de felicidad en la cara, Ashley empezó a comerse aquél desayuno preparado con tanto amor por su padre. - ¡Vamos a pasear juntos! - decía animada. - Tú, yo y mamá. Siento que hace una eternidad que no vamos juntos a hacer algo los tres. - sin darle casi tiempo a responder, tras terminar el desayuno, saltó de la cama y se vistió fugazmente. - ¡Lista, lista para salir!

¡Jo, jo! - rio al ver lo animada que estaba. - Venga, pues no perdamos el tiempo, vamos abajo junto con tu madre y veamos que se cuece por la ciudad. - cogió la bandeja y junto con su hija, se dirigió al piso inferior, donde Andrea Hill, la madre de Ashley, quien le habría puesto su nombre a otra de sus hijas en el caso de que existiera, que no era el caso, se encontraba tranquilamente leyendo el periódico.

¿Cómo amaneció mi persona favorita? - dijo, bajando el periódico y dejándolo en la mesa. Miró a George y vio que hizo un gesto con los dedos, indicando a una persona que andaba. - Así que quieres salir a andar con tus viejos. ¡Pero no corras mucho, que estamos ya mayores! - bromeó.

Tras salir los tres por la puerta, se dirigieron al parque que había en el centro de la ciudad, era muy grande y con un solo paseo era casi imposible recorrerlo a no ser que fueran a marcha forzada, pero Ashley Hill y sus padres fueron allí a disfrutar no solo de las vistas y la pequeña sensación de naturaleza y libertad que ofrecía aquél icónico sitio en aquella gran ciudad.

Compraron helados en alguno de los puestos ambulantes que allí habían, cada uno de su sabor favorito y caminando, además de degustarlo, degustaron de la compañía que se ofrecían entre ellos, acabando aquél maravilloso paseo con una preciosa puesta de Sol, digna del final de una película, para entonces, retornar a casa.

Una vez allí, Ashley se dirigió a su cuarto y escribió lo increíblemente feliz que había sido aquél día y lo agradecida que estaba de tener unos padres que la quisieran tanto, pero se acostó pronto, después de todo ¡al día siguiente tenía clase!

Al llegar a clase, sus compañeros y amigos la saludaron, algunos incluso con una amistosa palmadita en la espalda, pero no podían hacer mucho el tonto, ya que la sirena sonó, indicando el comienzo de las clases. - Buenos días clase, antes de comenzar, quiero dar mi enhorabuena a una alumna en particular, pues ha presentado un trabajo digno de la matrícula de honor que le he puesto. - señaló entonces a Ashley. - ¡Un aplauso para Ashley Hill!

Se sonrojó levemente, aquellos aplausos le llenaron el corazón ¡y el orgullo! Se había esforzado mucho y ahora veía su recompensa. - ¡Gracias, gracias! - comentó con una sonrisa. - Sé que no todos los días se descubre una nueva letra del alfabeto griego, pero solo lo hice para ayudarnos a todos a comprender mejor a aquellos antepasados tan sabios y nobles que tuvimos. - se rascó la cabeza y miró al suelo, tímidamente.

Tras aquél maravilloso aplauso colectivo por un trabajo digno de un premio a nivel global, la clase continuó con normalidad hasta que llegó a su fin y sus compañeros se acercaron a ella con el objetivo de pasar la tarde en compañía, pero de entre todos, Ashley eligió a Kyle Wood, con quien quería ver una película.

Fueron a ver una nueva de misterio, mezclada con miedo y cierto terror ¡fue una película muy buena, con unas calificaciones por parte de la crítica altísimas! Y tanto ella como Kyle se lo pasaron en grande. A la vuelta, Ashley le tomó de la mano, pues quería ir poco a poco con aquél chico que tan buena persona le había parecido siempre y tras llegar a casa, volvió a escribir en su diario lo feliz que fue y lo llena que se sentía, para entonces dirigirse a la cama y prepararse para abordar un nuevo día.

Al llegar a clase, Zac le cortó el paso para que no pudiera entrar al aula. - Hey ¿y si salimos un rato? Total, con lo bien que llevas las clases, no creo que nadie te eche de menos si faltas un día. - el ofrecimiento de Zac era lo suficientemente tentador para que Ashley aceptara y junto con Zac abandonó el lugar para ir a dar otro paseo por el parque.

Tuvieron una profunda conversación sobre el significado de la vida, entre otros temas profundos y sin el uso de ningún tipo de estupefaciente, lograron conectar mentalmente. El día se le hizo muy corto en compañía de Zac, pues en cuanto vieron nuevamente aquella puesta de Sol que le encantaba, volvió a casa y se preparó para el siguiente día.