Salís al bosque. Está anocheciendo y ya no se ve el sol. la bruma empieza a cubrir los rincones. El bosque es frondoso en esa zona y está como en un pequeño hoyo del valle de forma que se hace difícil situarse.
Atraigo a 10 de los zombies que saqué anteriormente para que nos cubran en caso de problemas.
-Ya sabíamos que Galaliel tenía capacidades que a nosotros nos faltaban...no sé hasta qué punto esto es malo para nosotros...podríamos hablar con él y proteger así Agartha de los masones y Goulliard... ¿por qué estás tan asustada?
- Voy a traer refuerzos para regresar sanos y salvos. No os preocupéis por quien viene ahora, son aliados.
Y espero a que vengan.
- Porque el ejército en pleno ha atacado su casa, y él estaba ganando. Porque esto es como que le ha gritado a la ciudad entera que es un ser sobrenatural. No acabo de comprender porqué aceptó hacer un pacto contigo pero empiezo a temer que en una semana estés muerto...
- ¿Refuerzos? - Dice Vyktor, algo incrédulo. - No voy a dejar que me quiten un poco de diversión. Estoy harto de no hacer nada.
Vuelve a sacar la espada y avanza hacía la mansión, haciendo caso omiso de su acompañantes.
- ¡Eh, espera!
Y corro detrás suyo.
- Igualmente, hemos salido más lejos de lo que esperaba. Todo tuyos, Vyktor.
- La verdad es que me esperaba algo así. Pero si rendimos sumisión no creo que nos mate... incluso nos favorecerá. Es lo que hacen los monstruos que se creen dioses. Deberías leer más, hermana.
Se aparta, el libro que estaba leyendo era las mil y una noches.
Trepais como podéis fuera del hoyo y veis la casa a unos 700 metros. Se oyen demasiados pocos ruidos pero aun hay humo en el aire.
Se empieza a oir una canción, como una nana. Parece venir de unos árboles cercanos
Vyktor se para en seco y mira alrededor con el ceño fruncido, observando los arboles que le rodean en busca del origen del sonido (Y alerta por si algo se abalanza sobre ellos...).
Me paro también. Me pongo cerca de Vyktor.
Pero no quiero aguantar eso más y grito:
- ¿Quién está ahí?
Me quedo un tanto perpleja al ver la escena y al oír la nana me asombro aún más… - Por Dios, dime que son aliados… - mientras digo esto vuelvo a sacar la daga que tenía escondida y con la otra mano el frasquito que le había ofrecido a Charlotte. Retrocedo, mientras escudriño el bosque intentando ver algo.
En el árbol de delante, en una rama lo suficientemente alta como para que trepar resulte difícil, hay una niña dentada. Parece oriental y el prlo largo negro le cubre parte de la cara. Canta en un idioma que no conocéis.
- ¿Por qué iba a querer favorecerte por ello? ¡¿Quieres que acepte órdenes de él?!
Esto ultimo lo digo bastante alterada, casi escandalizada por la idea.
Retrocedo, asustadísima, recordando a la última persona de rostro oriental que encontré.
- C-creo que es la banshee... ¿por qué? ¿por qué?
Vyktor mira al ser, confuso, pero después frunce el ceño e intenta mantener la compostura.
- Está aquí por ti. - Dice Vyktor en un tono bajo, sin mirar a nadie. - No se si porque te ha seguido o porque puede localizarte... Pero más vale que pongamos en práctica si puede sentir dolor. Voy a entretenerla un rato...
- ¡Me alegro de volver a verte! - Dice Vyktor en tono más alto, intentando llamar la atención del ser. - ¡Baja aquí abajo para que podamos continuar con nuestra conversación!
Vyktor avanza, alejándose de sus acompañantes.
La niña deja ver sus ojos con iris blancas. Por los bordes de su boca gotea sangre. Sonríe. Emite un sonido penetrante y desaparece en la oscuridad sin un ruido, como si nunca hubiera estado. El sonido agudo, como una risa, persiste y os penetra el oído.
- Aargh. - Exclama Vyktor, molesto mientras se tapa los oídos. - ¡No tengo tiempo para juegos! - Y cabreado. - ¡Sal de donde quiera que estés!
Mira alrededor en busca de algún movimiento.
Me tapo los oídos, en vano, pues el sonido penetra igualmente.
- Aagh, ¡que pare ya esa cosa!