Partida Rol por web

Tarde del Miércoles

Una semana más, acudís a la reunión de la Logia. Al ser una reunión ordinaria no hay temas a tratar ni orden del día alguno, simplemente os reunís para tomar una/s copa/s de vino francés de la mejor calidad y charlar sobre Ciencia y Filosofía.

En la mansión de la Logia de mediodía a medianoche siempre hay cuatro sirvientes atendiendo a los miembros que puedan presentarse, pues los Iniciados y los Maestros pueden presentarse en la Mansión cuando no estén convocados (Los Neófitos sólo pueden acudir cuando haya reunión únicamente) . Además en la biblioteca del Primer Piso siempre hay un fráter de guardia, vigilando los libros y controlando que cada grado sólo tenga acceso a los libros autorizados a su grado.

Es uno de esos criados el que os abre la puerta uno a uno, mientras esperáis educadamente en el vestíbulo hasta que acuda el gran Filósofo y líder John Scott quien acudirá muy probablemente junto a uno de los maestros y hombre de confianza Carl Standford , quien no se separa de su guardaespaldas  Max Reed.

En el vestíbulo ya hay media docena de fráteres, entre ellos el Maestro en la Logia el adinerado y uno de los mejores neurocirujanos de Boston Edward Call con el manto de color blanco de maestro.

Vestíbulo tiene el suelo de mármol y está iluminado por una maravillosa araña eléctrica. Las paredes están paneladas en madera noble y las puertas, como todas las del edificio , son de grueso roble.

Para cuando llegó Charlie ya había bastantes personas en el vestíbulo. No debían llevar demasiado tiempo allí ya que acostumbraba a ser bastante puntual. Saludó al criado cortesmente y se dirigió al guardarropa donde entrego su chaqueta. Fuera el frío y las nubes presagiaban tormenta, sin duda era un buen día para una reunión pues estar en un hogar como aquel cuando tras sus muros hay mal tiempo era una sensación reconfortante.

Miró en derredor y se acercó a Edward para saludarle.

Por fín era el día de la reunión. Para mí, acudir a la logía era uno de los mejores momentos de la semana. ¡Que demonios! Era sin lugar a dudas el mejor momento. Despues de pasarme una semana tratando de meter en las pequeñas cabezas de unos hijos de papá las ideas más básicas sobbre la filosofía, por fín llegaba el día de la semana en el que podía charlar con mis iguales. Cierto es que había alguna mente brillante en mis clases, pero ciertamente escaseaban mucho.

Nada más llegar salude cortesmente al criado.
-Buenos días, ¿cómo se encuentra hoy?

Minutos despues estaba en el vestibulo, donde estaban ya varios miembros de la logía. Sonriente saludo a todos los presentes.
-Buenos días señores, parece que hoy va a llover

Normalmente no estoy de tan buen humor, pero hace ya un par de noches que no tengo mis habituales pesadillas y estoy más relajado. Estas reuniones me están ayudando

Estrecha la mano de Charlie, un igual en la Logia

- Buenas noches  Señor OConail , ¿ Cómo le va fráter ?  -después repara en Roy y también acude a estrechar su mano  mientras responde - Así es, no me gustan las reuniones con lluvia. Todo se retrasa, lo que me recuerda que el líder va a llegar tarde esta noche. Creo que deberíamos ir pasando. Apuesto a que el cocinero nos ha hecho hoy ese rico marroquí que cocina de cuando en cuando y que tanto me gusta.- parece recordar algo - No olviden ponerse los mantos - sonríe - la tradición es la tradición.

-Buenas noches señor Crowley-le saludó estrechandole la mano tras Edward-Yo en realidad si lo prefiero, me gusta estar aquí al calor de la chimenea leyendo algún libro o conversando en lugar de estar en las calles-dijo sonrriendo a sus compañeros- Lastima que nuestro líder se retrase pero así me dará tiempo a ponerme la túnica-bromeó- Si me disculpan un segundo voy a cambiarme y en seguida estoy con ustedes.

Buenos días señor O'Conaill. Creo que yo también iré a ponerme presentable. Le acompaño

El guardarropa , es el lugar donde los miembros y sus invitados dejan abrigos y sombreros. De mediodía a medianoche hay un sirviente que se ocupa de ordenarlo todo.

Recibidor de la izquierda y derecha, tienen como objetivo el que los líderes de la logia puedan atender allí tanto a los invitados como a los posibles nuevos miembros. Uno y otro están lujosamente decorados, y disponen de sillas cómodas y mesitas bajas. Las paredes están paneladas en madera noble y el suelo está entarimado en roble pulido, cubierto de finas alfombras.

Va de aquí para allá por todo el recibidor hablando con unos y con otros  , en un momento dado escucháis como discute acaloradamente de sus teorías filosóficas con otro fráter , parece que se cansa pues en un momento dado hace un aspaviento haciendo un gesto a algunos de los fráteres para que le sigan

- Esperemos al líder en el salón, creo que han preparado un cóctel. - se dirige a Charlie y Roy - ¿ Vienen al salón ? - a otro fráter - cuando acabe con el cóctel subiré a la biblioteca quiero echar un vistazo a unos libros.

Seguí a mis compañeros. Al contrario que al Doctor Call, a mi me gustaba la lluvía. Mantener una interesante conversación siempre era más agradable con el maravilloso sonido de la lluvía golpeando los cristales. Al fín y al cabo, aquella casa, además de un refugio contra los elementos naturales, era un refugio contra la ignorancia.

De prontó recordé a Descartes, mi husky que esperaba afuera. Era un perro bastnte tranquilo y casi nunca ladraba pero no le gustaba mojarse, y menos con la lluvia. Afortunadamente recorsé que habia un árbol bastante grande cerca de donde le había dejado atado

Me había saltado el límite de velocidad pensando que llegaba tarde, algo poco apreciado en la Logia, aunque más tarde comprobé que nuestro líder aún no había llegado. Aparqué mi coche a la entrada, aquella reunión sería concurrida a juzgar por la cantidad de vehículos que había en el recinto. A causa del mal tiempo, la mayoría se habían rendido a las nuevas tecnologías y habían renunciado a un agradable paseo hasta el edificio.

Comenzaba a llover, así que me levanté el cuello del abrigo y encogí los hombros en un vano intento de evitar mojarme, por suerte el trayecto era corto. Tras atravesar el umbral de la mansión fui directamente al guardarropa, donde un joven criado esperaba con una sonrisa en la cara. Dejé mi abrigo y cai en la cuenta de que me había olvidado el paraguas en el coche, aunque tampoco es que importara mucho. Coloqué un par de monedas sobre el mostrador.

- Aquí tienes muchacho - dije mientras tamborileaba con los dedos sobre la madera - supongo que así soportarás mejor el hecho de tener que tratar con tipos como nosotros.

Sinceramente, no le deseaba a nadie lo que tenía que pasar aquel muchacho. Todo el día viendo pasar excéntricos caballeros, con sus coches de lujo, sus joyas y sus aires de superioridad, y encima tenía que recogerles los abrigos. Aquello tampoco era para mi, pero a pesar de todo allí estaba. Le guiñé un ojo al joven del guardarropa y le saludé con la mano. Crucé el vestíbulo con rapidez en dirección al lavabo, y mientras tanto saludaba a mis hermanos indicándoles que enseguido vendría a hablar con ellos.

Una vez en el lavabo me puse mi túnica gris, me acicalé un poco frente al espejo y después volví al vestíbulo junto a mis hermanos. Crowley y O'Conaill charlaban con el doctor Edward Call, así que me uní a ellos.

- Buenas noches, caballeros, siento la tardanza pero el tráfico de Boston se está volviendo complicado - mentí - Bueno, pues ya puede correr el licor

Si algo me gustaba de la Logia es que era de los pocos lugares donde uno podía disfrutar de un buen licor, y además podías acompañarlo con un delicioso puro ¿Qué más se podía pedir?

Saluda efusivamente  a Lew

- Buenas noches fráter Harper. ¿ Cómo va el negocio ? ¿ ha recuperado algo interesante últimamente ? - te señala mientras comenta a un grupo de neófitos entre ellos Roy - este hombre es Lew Harper, el mejor investigador privado o detective, como quieran llamarlo de Boston , si han perdido algo y quieren recuperarlo no duden en contactar con él. Su dotes deductivas no tienen parangón.

Después se acerca a Roy y le comenta

- ¿ lleva poco aquí , verdad caballero ? le recomiendo el MC´Stuarts de 18 años. Un whiskey exceleten , pruebe pruebe.- le hace un gesto a uno de los sirvientes para que le sirva una copa a Roy.

En ese momento aparece Charlie también cambiado con su túnica blanca de maestro, Call comenta - Charlie tómate una copa con nosotros, ahora después subiré a la biblioteca a expandir conocimientos. ¿ Quieres venir ?- al ser ambos maestros le trata de igual a igual.

- Mucho gusto, señor Crowley - dije mientras le estrechaba la mano - ¡Bah! No digas tonterías Edward, hay quién dice que no soy más que un vulgar pistolero - solté una carcajada - Es bastante gracioso, aunque tiene su parte de razón, lo que pasa es que cuando se trata con la chusma hay que disparar primero y preguntar después.

Mientras hablaban de whiskey se unió a ellos el maestro O'Conaill, otro respetado miembro de la sociedad. Me uní a la petición de Edward y solicité una copa de MC'Starts acompañado, como no, de un buen puro.

- ¿Y que místicos conocimientos andas buscando ahora, Edward? - pregunté con cierta ironía, pero con verdadero interés.

lanza una carcajada

- Bueno ya sabe usted la fijación que tengo con echar por tierra los argumentos de lo que llaman Relativismo Moral que está causando furor entre la juventud. También ando buscando información sobre el Wendigo y las regiones inexploradas del Canadá. Creo recordar que teníamos algún libro sobre el tema.- apurando el whiskey- pensándolo mejor, Señor Harper quizás usted pueda servirme de más ayuda que Charlie.

Estreché la mano al señor Harper

-Muy buenos dias señor Harper. Es un placer conocer a un autentico detective -comenté con verdadero interés.- Debe de ser un trabajo realmente interesante

Caté el whisky que me pareció exquisito y así se lo hice saber al Doctor Call

-Excelente, Edward. Realmente es el mejor whisky que jamás he probado

Claro que con el sueldo de profesor que tengo....ees normal no haber probado nada realmente bueno -pensé

por cierto, respecto al Relativismo moral, debería venir usted a mis clases...encontrará deliciosamente ingenuas las aseveraciones de algunos de mis alumnos.