Partida Rol por web

Vuestra primera idea fue dirigiros en el coche de Herbert a la sede del Times, la cual era ya un gran edificio de por sí. Nada comparado con la sede del Adviser y otros periódicos de Boston.

El Times ocupaba un edificio de más de quince plantas al completo, al menos habría doscientas personas en nómina!

Tras aparcar en la puerta , entrásteis por unas puertas giratorias al modo de los hoteles, eran de color dorado y estaban nuevas, impecables.

Ante vosotros se abrió un gran hall, con nada menos que dos ascensores, uno ausente y el otro con un botones uniformado de rojo y dorado. A la izquierda de los ascensores había un mostrador de granito (o puede que fuera mármol) de color verde, en el que tres muchachas (recepcionistas) charlaban con un conserje, éste gesticulaba y debía estar contando una historia muy divertida, pues las chicas parecían reirle las gracias.

Antes de separaros, David os había dado el nombre de su contacto: Tim Chelsea, el cual trabajaba en la sección de sucesos.

Tras dar varias vueltas por la ciudad y preguntar a varias personas por la localización de la sede del periódico Times, Herbert y Roy consiguieron localizar el gran edificio. Aparcaron el coche en las proximidades y se encaminaron resolutivamente a la entrada.

Vaya, estoy sorprendido, no me esperaba el tamaño de la sede de este periodico, es impresionante. Creo que habra abundante información dentro, pero sinceramente veo una labor de negros encontrarla, espero que el conocido de David nos ayude un poco.  Comenta Herbert, mientras camina lentamente, sujentandose en su bastón.

Nada más entrar, Herbert mira un poco abrumado el amplio Hall, no sabe donde centrar la vista, los ascensores, la impresionante araña de cristal que colgaba del techo a varios metros de altitud. Una vez recuperado ante la estampa, Herbert murmura algo a Roy, sin que este pueda entenderlo y se dirige a las dos mujeres que espere que sean las recepcionistas.

Perdonar señoritas, me gustaría saber si puede ayudarme. Estoy buscando la sección de sucesos del periodico, más concretamente a un periodista en especial. Me podrías decir donde debemos dirigirnos?

Una de las chicas dejó de reirse y os contestó amablemente - ¿trabajan ustedes aquí? - aquello era increíble, ¡ no conocían a todos los empleados de tanta gente que había allí empleada! ¡ esto en Boston no pasaría! - si me dicen el nombre de la persona que están buscando les indicaré la planta y el número de despacho, en caso de que sea uno de esos que tienen despacho claro.

Herbert sonrió ante la amable atención de la recepcionista.

La verdad es que no trabajamos aquí, pero  nos gustaría encontrarnos con el señor Tim Chelsea, si nuestra información es correcta trabajara en el departamento de sucesos.

Roy se quedo en silencio, esperando la respuesta. no era muy ducho en las artes sociales por lo que prefirió mantenerse en silencio.

La muchacha levanta su mano derecha indicándote que esperes y comienza a rebuscar en un listín bastante grueso... - Tim Chelsea, despacho 423, segunda planta- dice sonriente.

Muchas gracias por la información señorita, ha sido muy amable, esperemos que tengamos suerte y se encuentre alli. Gracias. Dice Herbert sonriente ante las dos mujeres. 

Agarrando a Roy por el brazo le arrastra hacia las puertas de uno de los ascensores. Se que no son muchas plantas amigo, pero esta pierna mia, me acabara dando la lata si sigo forzandola y teniendo a nuestra disposición este tipo de lujos no pienso desaprovecharlos.

Tras esperar unos segundos a que el ascensor bajara de las alturas, los dos hombres entran en él. Con cara divertida, Herbert pulsa el botón de la segunda planta y espera que la maquina les ascienda mientras tararea una melodía.

Una vez que el ascensor para con un golpe seco que hace tambalearse a Herbert, los dos hombre salen a un una especie de pequeño Hall, del cual parten varios pasillos. En los laterales de las puertas de acceso a dichos pasillos, hay una serie de números que corresponden con los despachos.

Tras caminar unos segundos, Herbert y Roy se encuentran enfrente del la puerta del despacho con el número 423.

Perdone podemos entrar? Dice Herbert, mientras golpea ligeramente la puerta con el pomo de su bastón.

- ¡ADELANTE! - se escucha desde el otro lado.

Roy se había quedado obnubilado ante la inmensidad del periodico. Desde luego no podía compararse ni siquiera con su querida universidad. El profesor siguió mansamente a su amigo Herbert hasta el ascensor sin decir demasiado, Aún seguía en su recuerdo la imagen de Charlie desvaneciendose a tan solo meido metro de él. Soñaba despierto con la escena, recordaba el olor, el sonido de las articulaciones y los huesos de aquel hombre pulverizarse. E iban a seguir investigando, persiguiendo al bastardo que le había hecho eso. La personalidad de Roy nunca había sido muy poderosa, pero en aquellos momentos, el hombre era muy influenciable. Pasaría algún tiempo hasta que se recuperase por completo y fuese capaz de tomar con total libertad sus propias decisiones. Lo único que había decidido en su mente por si mismo era que mataría a Stanford. No por el mundo ni por Charlie.No. Roy estaba convencido de que matando al causante de su histeria y de sus problemas volvería a la normalidad.

Adelante

Al oir la voz Roy extendió la mano para abir la puerta y entrar en la habitación

Al entrar véis dos escritorios, el más cercano a la puerta de madera envejecida sobre el que hay decenas de documentos en dos montoncitos perfectamente ordenados, la silla está contra el borde de la mesa, en un claro síntoma de que está desocupada.

En la siguiente mesa hay un tipo moreno de cara estrecha y nariz aguileña engominado hacia detrás con un cigarro en la boca con la cabeza agachada leyendo un documento.

Cuando entráis levanta la vista y enarca las cejas

- ¿Quiénes son?

Tras escuchar la palabra adelante, tanto Herbert como Roy entraron en el despacho, era una habitación pequeña con dos escritorios, delante suyo solo se encontraba un hombre que se encontraba fumando y leyendo un palpel. Herbert decidió tomar la iniciativa.

Buenos días caballero. Me imagino que usted sera Tim Chelsea verdad? Mi nombre es Herbert Lloyd y mi compañero es Roy Crowley. Extiende la mano para estrecharsela. Venimos de parte de un hombre al que usted conoce, creo que bastante bien, su nombre es David Lee. Nos informó que usted trabaja en la sección de sucesos de este periodico y de que nos podría ayudar si no era un problema para usted.  Si estoy en lo cierto y usted dispone de unos minutos, le explicare el tema por el que hemos acudido a usted.

Señalando la silla desocupada y su maltrecha pierna. Si me permite?

Roy iba a hablar pero se atragantó y comenzó a toser. Afortunadamente, Herbert se presentó por los dos y aún con las lágrimillas en los ojos por el acceso de tos extendió la mano al periodista para saludarlo.

Diculpe-murmuró

Sin ningún tipo de pudor profesional

- ¡jodido David! ¿es que tiene que darle mi nombre a todo el mundo? - dice de mala gana - venga, venga... cuéntenme a ver qué es esta vez- pensando que le van a tener varias horas buscando en los archivos.

Herbert pusó cara de desconcierto ante las palabras del periodista, miró a Roy y su gestos mostraron sorpresa.

Perdone, pero pensabamos que David era su amigo, la verdad es que no hemos venido aqui a molestarle, solo a realizarle unas preguntas y saber si nos podría aconsejar donde buscar alguna información en los archivos de su periodico.

Herbert tomó algo de aliento, su mirada era dubitativa, no parecía tener muy claro cual de todas las dudas que le asaltaban sería correcto mencionar a ese desconocido. Al final con un soplido empezó a preguntar.

Señor Chelsea, tanto Roy como Yo estamos investigando la propagación de una serie de cultos o sectas en todo el país. En este caso el culto o secta, es la llamada "Mirando hacia el futuro", de la que es lider un tal Lotus Black. No se si la conoce, pero he de decirle que además algunos de sus miembros han sufrido unas, como decirlo. Herbert se queda pensativo por segundos, podríamos decirlo extrañas muertes, además dichos miembros son miembros de la alta sociedad new yorkina. Tras meditar unos segundos, Herbert recuerda alg. Creo que uno de los fallecidos, trabaja para su periodico, su nombre era... era..  Hollower, algo. Sabe algo usted del tema? O conoce de algo al tal Black ese?  Sobre dichas asociaciones no se tiene mucha información y no me gustaría que fuera un peligro para nuestro País.

- Perdonen si les he parecido borde, no era mi intención. Conozco esa fundación o asociación o lo que sea... no encontrarán información de ella en los archivos, no se ha publicado nada de ellos. No sé qué decirles, pero es una de esas cosas que constituyen un secreto a voces pero nada oficial, oficialmente no existen. Sobre ese Lotus no sé nada, lo que sí puedo decirles es que de James Hollower y de los otros dos fulanos, sólo encontrarán las esquelas. Pero nada relevante. Quizás busquen mejor en otra parte.

Roy miró a Herbert. Su compañero había hecho la pregunta directamente, sin sutilezas de ningún tipo y eso era peligroso. No sabían hasta donde llegaba el poder de la secta. Esa era otra. la había llamado secta, en lugar de culto.

-De todos modos-comento el profesor-Lotus tiene que estar registrado en algún sitio. Agradecemos su ayuda

Aunque no nos haya servido de nada

- No hay de qué. Miren en el registro civil a ver si tienen suerte, quizás sea neoyorkino y esté inscrito. O prueben en el Registro de la Propiedad, puede que tenga algún inmueble a su nombre. Siento no haberles sido de ayuda.