Partida Rol por web

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Por fin divisó a Greta sin ese gatosombra cerca, pero estaba junto a su marido y sólo quería hablar con ella, intentaría hacerlo con el mayor tacto posible, espero que no les molestara. 

Me acerco a Normand Ferragut y le hago una reverencia Normand Ferragut luego me dirijo a Greta Royce y le hago una reverencia Greta Royce. Después con una sonrisa le digo a Normand ¿Me permite hablar con su esposa? Sólo será un momento.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Los dos estaban hablando sin que se dieran cuenta de que te aproximabas hacía ellos, te saludan de forma automática pero no pueden ocultar su sorpresa ante tu petición.

La primera en reaccionar es Greta que se gira sonriendo a su marido. – Normand, tengo mucha curiosidad por que puede desear de mi.

Sin esperar su respuesta se separá de él dirigiéndose al barril de cerveza dando por supuesto que la sigues.

Roland se había puesto tenso. Cuando su abuela rompió a llorar la intentó consolar abrazándola lo más disimuladamente posible, por si había alguien observándolos.

- Está bien abuela. No te preocupes, ahora mismo estamos seguros, no va a pasar nada. De las primas ya hablaremos, pero primero tienes razón que sería buena idea ir a hablar con el tío, pero espero que tu nos acompañaras en la conversación.- Buscó a su tío Normand, para ir con él y su abuela a sus aposentos, a hablar en un lugar privado.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Tu abuela que ya se ha recompuesto te vuelve ha hablar casi en tono normal. Te acaricia la mejilla como cuando eras pequeño. – No, tranquilo, no es un peligro inmediato.

Señalando a tu tío que esta a unos seis metros detrás tuyo. Al mirar hacía él ves a su esposa Greta Royce marchando con Alia detrás, pero tu tío se queda allí.

– Mejor ve tu solo, quiero hablar con tu madre. Poniendo su cara de picara, – ya sabes lo serio que es tu padre y después en el banquete no podremos hablar tranquilamente de nuestras cosas.

Roland hizo caso a su abuela y la despidió con un beso. Fue a junto su tío y le susurró unas palabras al oído:

- Tío, creo que tenemos que hablar de algo importante. Vayamos a mis aposentos, allí no habrá oídos de más.

Zane prestó atención a la lección de historia de su abuelo, quien le recordaba que la familia Falcon se mantuvo fiel a la casa Grafton durante la lucha en Puerto Gaviota y que si Lady Lysa consideraba traidores a éstos en algún momento podría interesarse por sus banderizos y hacer justicia a los que lucharon contra a su difunto marido. De todo esto sacó en claro que los Falcon debían tener mucho cuidado en sus acciones, no sería muy prudente hacer algo que pudiera descontentar a la viuda y recordar todo aquello que ya había quedado en el pasado.

Durante la conversación unos golpes hicieron sonar la puerta, probablemente se trataba de alguna criada que tuviera la obligación de atender las necesidades de Lord Steven, pero hasta que ambos no hubieron terminado de hablar su abuelo no dio permiso para entrar. Contra su pronostico de la puerta surgió uno de los guardias que reclamaba la atención del Lord para acompañarle con su padre, pero la orden no incluía a Zane.

— Por supuesto. — Respondió mientras se ponía en pie. — Habrá asuntos que mi padre y Lord Steven quieran tratar. — Añadió comprensivo, y más ahora que era consciente de la relación que había entre sus casas y los Arryn.

— Descuida, se lo haré saber. — Dijo en una afirmativa, así de paso aprovecharía la ocasión para saludar a su abuela. — Y abuelo, me alegro de que hayáis venido. — Añadió a modo de despedida. Luego, después de uno segundos en los que Lord Steven y el guardia abandonaran el cuarto, se dirigió a los patios de las castillo, con un poco de suerte o bien encontraría a su abuela por el camino o seguiría en el patio con los demás.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Tu tío te mira de forma aprobatoria contento de tu actitud. – Te felicito sobrino, una buena forma de ejercer de digno heredero de los Falcon. Si vamos pero antes un concejo no se que después lo olvide, mi hija Joana ha quedado bastante afectada no intentes gastarle bromas o saltara. Pero antes llevémonos un par de jarras de cerveza hay bastante de lo que hablar.

Te acompaña a tus aposentos y espera para hablar que cierres la puerta y lo invites a sentarse.

– Tu evidentemente no tienes nada que ver con que nuestras casas durante la Guerra del Usurpador lucháramos como vasallos de la casa Grafton de Puerto Gaviota a favor de los Targaryen contra todas las demás casas del Valle. Jon Arryn era un gran político protegiendo siempre el Valle. Se mostró magnánimo con nosotros confiscándonos algunas tierras cuando otros habrían clavado nuestras cabezas en picas. – Sonriéndote como el Maestre Gilbert cuando imparte una lección. – Ahora en el resto de los Siete Reinos la mayoría de la gente cree que la posición del Valle fue unánime. Estoy seguro de que valoro el prestigio del Valle por encima de nuestras cabezas.

Bebe un nuevo trago de su jarra antes de proseguir. – Viniendo de camino nos hemos encontrado un contingente de centenares de soldados de caballería de la Casa Arryn. Los dirigía Ser Thomas un viejo amigo de mi padre. Lord Jon Arryn ha muerto y ahora es su viuda la Regente. Iban ha recibirla a Puerto Gaviota siguiendo sus ordenes.

Acabando de vaciar su jarra. – Todo eso se sabrá en cualquier momento, puede que ahora el Maestre este recibiendo un cuervo con esas noticias. Lo que no puede salir de la familia es su aviso, Lady Lysa Arryn ve enemigos por todos lados. Los hechos corroboraban sus palabras. ¿Te presentas en los dominios de un vasallo con un ejército normalmente?

Mirándote como si lamentara cargarte con un peso que mas bien debería cargar tu padre. – Nuestra lealtad hacía vuestra casa se mantendrá. Pero confió en que si volviera ha haber guerra, Lady Lysa a convocado a todos los banderizos de la Casa Arryn y seguramente cuando llegue al Nido de Águilas lo hará con los del Valle, tu padre evalué cuidadosamente a quién apoyar y a quién atacar. Nadie moviliza por movilizar a sus banderizos.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Cuando sales al patio ves a Roland despedirse de tu abuela y esta dirigirse hacía tu madre y Anna pero tu llegas antes a su lado.

Cuando llegas a su lado antes de que comiences a hablar ella empieza en apenas un susurro. – Tu abuelo ya te ha advertido, lamento que os hayamos traído estas noticias Zane, pero es mejor estar prevenidos y tu ya no eres un niño como tu hermana Catelyn.

Poniendo la cara de picara que hace huir a tu prima Joana aunque se tenga que recoger las faldas si le ha tocado arreglarse para una recepción. – Ahora que tus padres no nos oyen, ¿que tal las chicas? Seguro que hay mas de una interesada en ti.

Mientras ves que sus ojos van siguiendo las distintas sirvientes que hay en el patio.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Lord Kevan escuchó con atención las palabras de Lord Steven. Todo se había complicado de repente, y no podían estar quietos ni un momento.

- La muerte de Lord Arryn es un grave contratiempo sin duda. Lady Lysa es una persona, como habéis comentado... dificil, digámoslo así.

- El camino del honor es un camino que algunos han utilizado en su beneficio cuando interesa, Lord Steven. Cuando uno jura lealtad a su señor, no puede cambiar de bando a las primeras de cambio. Se fue leal al Rey porque era el legítimo señor. Al igual que ahora se sirve al Rey Robert y por ende, a la Casa Arryn, sea Lord John o Lady Lysa su líder. Si Lady Lysa no quiere hincar la rodilla ante la reina, esto conducirá a una nueva guerra, y no contará con el apoyo de los Baratheon y los Stak, quedándose sola. No creo que cometa tal locura, y si es así, tendremos que intentar convencerla de que es un mal menor para todos. Nos jugamos mucho todos, así que como decís, habrá que ser sutil. Bien, mañana partiréis de nuevo con vuestras tropas y esperaréis en vuestras tierras, preparado, a mi orden para marchar juntos al Nido de Águilas cuando llegue el llamamiento de Lady Arryn.- terminó suspirando, mirando a la ventana un momento, pero después sonrió.

- En otro orden de temas, espero poder charlar con vuestra familia esta noche. Cuál de vuestras hijas estaba soltera, Lord Steven? Tendremos que empezar a hablar sobre perpetuar la tradición de ambas familias.

Una vez en el patio fue capaz de localizar inmediatamente a su abuela, quien se separaba en ese mismo momento de su hermano Roland. Supuso que habían estado intercambiando algunas palabras de cortesía, comentado qué tal había ido el viaje y cosas por el estilo, pero en cuanto Zane se acercó a ella y la oyó susurrar aquello sospechó que igual habían hablado del mismo tema que había tratado minutos antes con su abuelo. Sin saber como reaccionar optó por el silencio, y una vez se fueron su madre y hermana fue de nuevo Lady Nancy quien tomó la iniciativa.

— ¿Mujeres? — Replicó al momento sorprendido. Le había pillado desprevenido que pasara de susurrar discretamente algo relacionado con un posible conflicto con la casa Arryn a preguntar abiertamente sobre si tenía alguna novia o pretendienta. — Eh... No, no hay ninguna. Ninguna que yo sepa. — Respondió avergonzado e intimidado, si Zane ya era un hombre en ese momento nadie lo diría. — ¿Qué tal el viaje? — Añadió rápidamente para cambiar de tema. Hubiera preferido preguntar acerca del asunto de los Arryn, pero hacerlo tan despreocupadamente en medio del patio no parecía muy buena idea.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Dirías que la mirada de tu abuela se intensifica al igual que su expresión divertida manteniéndola durante unos segundos. – Me parece que no te das cuenta como te miran algunas de ellas.

Acercándose mas a ti te susurra. – Tu abuela no escogerá por ti, pero puede que alguien pueda querer usados a ti y a tu hermano para reforzar viejas alianzas o para forjar de nuevas. Mejor que seas tu mismo él que se busque una con la que le gustaría casarse y después le explicáis a vuestros padres las grandes ventajas de que vuestras casa refuercen sus lazos.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

La sigo hasta el barril de cerveza Muchas gracias, la verdad es que tenía ganas de conversar con alguien de vuestra casa, pues no tengo muchas oportunidades de hacerlo siempre que quiera. Espero no decepcionar su curiosidad, era sólo eso. Tomo una corta pausa. Y bueno también tenía yo ganas de saciar mi curiosidad, y el tema de hablarlo sin su marido al lado era porque no viniesen recuerdos negativos a su mente que creo que aún lo vive mal. Al grano! ¿Me podrías contar como vivísteis la Rebelión de Robert? Le doy una amplia sonrisa.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Cuando llegáis al lado del barril el sirviente que esta allí os entrega una garra de cerveza a cada una y se retira ante una sutil señal de Greta.

Bebe un pequeño sorbo escuchándote con atención con pequeños asentimientos de cabeza pero cuando dices la última frase te parece percibir una acedara mirada. Sólo es un instante, lo que tarda en ocultarla tras la jarra bebiendo un largo trago.

Mirándote fijamente, – eso lo debemos hablar en un lugar sin otros oídos sean Falcon o Ferragut.

Aunque no es el tono de los oficiales o Lord Kevan, en su suavidad reviste la mista autoridad.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

A Alia le pilló por sorpresa aquella reacción, sin duda la había importunado, o era quizás que simplemente quería hablarlo en un lugar más privado. Sea como fuere tenía que salir de aquella situación lo más airosa que pudiera. Sonrio para disimular Siento haberos importunado, pero si en otro momento o lugar lo consideráis adecuado seré todo oidos.

Fue entonces cuando Greta le dijo de ir a un lugar más privado. Alia conocía bien el castillo y sus alrededores, no se le ocurrió mejor idea que ir a su habitación, aunque estaba cerca de la de Cedric había una pared de por medio que impedía que se escuchara en la habitación de al lado. Seguidme, por favor.

Alia por el camino le iba indicando de forma somera lo que iban viendo en los alrededores de donde pasaban. Y justo antes de llegar le dijo Os llevo a mi habitación, al lado está la de Cedric que está enfermo y hay una pared de por medio, pero aún así si queréis susurramos para una mayor tranquilidad. Tras ello abro la puerta y le ofrezco que pase ella primero. Cuando pasa, cierro la puerta asegurándome que nadie está en el pasillo para escuchar nada.

Alia se sentía excitada e intrigada por lo que aquella mujer le quería contar, si fuera una niña se comería las uñas del nerviosismo pero ya era algo mayor para eso.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Una vez cierras Greta comienza a hablar evidentemente tensa, ni tan solo ha buscando donde sentarse. – Disculparme Alia, no es contra vos que estoy molesta.

Cierra los ojos y respira profundamente un par de veces antes de continuar. – Por lo que constato Lord Kevan no esta nada orgulloso de su decisión en la Rebelión de Robert, ¿cuantos años lleváis ya a su servició?

Sonriendo irónicamente. – Mi cuñada daría todo lo que tiene por haberos sentido hablarme así. Su marido murió en aquella guerra cuando los Ferragut mantuvimos nuestra lealtad a los Falcon. A pesar de que mis suegros lo advirtieron de que seriamos aplastados por el resto del Valle si nos enfrentábamos a Lord Jon Arryn el se quiso mantener leal a Lord Randyll Grafton y a los Targaryen.

Casi con una risa nerviosa. – Delante nuestro siempre se ha pavoneado de su alto sentido del honor, por eso mi cuñada dejo de venir. Pero por sus palabras no esta tan orgulloso realmente sino su familia y sus servidores os habrían contado lo sucedido.

Tarda un poco en reponerse y continua con voz mas calmada aunque sigue en un tono ligeramente elevado. – Ahora lo acabo de recordar, voz sois la braavosi, ¿no? Pase todos aquellos meses asustada, no por mi seguridad personal sino por los míos. Soy de una de las casas mas antiguas de Poniente los Royce y al estallar la guerra mi padre y mi suegro podían acabar luchando cruzando sus espadas, o mi marido matar o ser muerto por mis hermanos, – sin poder contener las lagrimas. – ¿Como crieis que la viví?

— ¿Algunas de ellas? — Preguntó con toda la inocencia del mundo, hasta que se dio cuenta de donde se encontraban los ojos de su abuela, siguió su mirada y vio a un grupito de doncellas observándole. Sonrojado se volvió de nuevo a Lady Nancy.

— No creo que ahora mismo deba preocuparme mucho por estos asuntos, abuela. — Respondió en un tono de voz quedo, mostrándose reacio a la propuesta de buscarse a una mujer antes de que Lord Kevan se la buscara a él. — No me importaría que padre buscara una mujer para mí con tal de estrechar lazos con otra familia. — Se mostró realista, pese a su edad —en la que debería mostrarse más pavo que el que iban a servir esta noche en la cena— no creía en aquellos cuentos del amor perfecto o el de dos personas predestinadas. Eso o es que aún no se había enamorado realmente de alguien, por esa razón se reservaba tanto en aquel tema.

Tu abuela divertida te da una palmada en el brazo. – Te quería abrazar pero mejor no, ya no eres un niño y tus respuestas lo demuestran.

Separándose un poco de ti. – Iba a hablar un poco con tu madre. ¿Te ha pedido tu abuelo que me dijeras alguna cosa?

Antes de que respondas vuelve a la carga en voz baja. – Mas de una haría lo que le pidieras o ni siquiera te haría falta pedírselo pero no les prometas nada que no puedas cumplir. Una mujer puede ser muy peligrosa aunque no blanda una espada. Si hubiera alguna cosa imprevista siempre me la puedes enviar los cuidaría encantada en mi casa.

Mediodía del día 18 del octavo mes del año 298.

Alia escuchó atenta y sorprendida por como relataba todo, si Lord Kevan Falcon escuchara esto no estaría nada contento. Sin embargo, ella aún sabiendo que yo servía a los Falcon me hablaba abiertamente sobre lo que sentía y pensaba y eso era de agradecer. 

Llevo ocho años al servicio de los Falcon. Sí soy la braavosi. Respondo a sus preguntas y de repente rompe a llorar Greta. Vaya siento mucho haber abierto antiguas heridas, la verdad es que no sabía nada de esto y os agradezco mucho vuestra sinceridad. Me acerco sin saber muy bien qué hacer, si abrazarla o mantener la distancia. Finalmente me decido por darle un pañuelo para enjugar sus lágrimas y le tiendo el brazo por la espalda suavemente, si me lo permite.