Partida Rol por web

La granada de Jaden se quedó bastante corta pero no causó daño alguno a otra la sala de maquinas ni a ningún aliado. El combate seguía dando lugar y los Taus parecían estar apunto de perder.

    Con furia, Numaios cargó de frente para acabar con los restantes enemigos de la habitación. Los astartes eran expertos en abordajes navales y eran metódicos e implacables, limpiando estancia por estancia. Esa era su manera de hacer la guerra y aquí no sería menos. - ¡Caed en el olvido, xenos! Gritó mientras se abalanzaba contra uno de ellos, desdeñando deliberadamente al enemigo de su derecha para poder trabarse contra todos ellos al tiempo. Llegó hasta el primer xeno con la fuerza implacable de un tanque dispuesto a embestir.

Haydn cargó directo hacía uno de los taus que murió aplastado por el imponente impacto de su cruzio, el xeno no pudo hacer nada por evitar el ataque y murió en el acto mientras del respirador de la armadura salía sangre a borbotones...

Laocastus detectó a otro grupo de alienígenas, dispuesto en posición para recibir amor ardiente. Abrazó la esquina de la pared con un movimiento veloz, y enfiló a los alienígenas del fondo de la sala con su cañón de fusión.

Otros taus fueron desintegrados por la poderosa arma de Loacastus... vaporizados sin poder hacer mucho; no quedó nada de los tres xenos.

De la nada, aunque Numaios los detectó por el oído, aparecieron dos armaduras sombra justo a la espalda de Haydn. Ambos tau ya tenían sus cañones de inducción calentando la rotatoria del arma... un destello azulón inundó la zona, incluso los filtros de deslumbramiento de los cascos se vieron desbordados aunque lograron evitarlo...

Los otros soldados Tau hicieron lo propio y siguiendo las ordenes de sus superiores abrieron fuego con sus carabinas de inducción, aquel siseo casi húmedo inundo el lugar por completo...

y se desató la muerte.

El Rosarius de Haydn bloqueó varios impactos de las armas de los xenos... la energía de la reliquia imperial se fue consumiendo a ojos vista a cada impacto recibido hasta que estalló en una explosión de energía dorada, completa y totalmente sobrecargado.

Los proyectiles energizados de los tau perforaron la armadura de Haydn, y el capellán de los templarios negros, el veterano de la Deathwatch que ha luchado durante lustros en pos de la seguridad y salvaguarda de la humanidad se vio superado por completo... lleno de agujeros por toda la superficie de su coraza, orificios de los que manaba sangre y que ni los coagulantes sanguíneos de la armadura lograron evitar que empezara a desangrarse...

¡NOOOOOOOOOOOOO! - gritó con agonía, con la voz cargada de sangre  mientras se giraba agitando el Cruzio; se llegó a quitar el yelmo dejando ver su rostro, cargado de furia e ira y se abalanzó sobre una de las sombra, arremetió con fuerza inusitada golpeando media docena de veces hasta que la armadura quedó reducida a restos humeantes y sanguinolentos... pero ya era tarde para Haydn, demasiadas heridas y aquello fue su último acto de valentía y coraje. Cayó de bruces sobre el suelo completamente muerto... Numaios, Loacastus, Jaden, Castor y Asteron acababan de perder otro líder...

De la nada vio aparecer la temidas armaduras sombra de los Tau y como concentraron su fuego sobre el Capellán Haydn. Impotente Castor solo alcanzó a percibir un intenso destello que su casco amortizó y, de pronto su líder yacía en el suelo.

Haydn había sido más que su jefe de escuadra. Era un hermano de capítulo antes que un miembro de la Deathwatch. Fue una inspiración en momentos muy difíciles, cuando fue trasladado a esta unidad y también su valedor para alcanzar la capellanía, camino que todavía recorría. En su peores tiempo escuchó sus pecados pasados y se los perdonó para mayor gloria del Dios Emperador. Con él una parte de su alma también moría. Con él, un sentido del deber se redobló, con su muerte surgió un profundo odio para con sus asesinos. A pleno pulmón grito una letanía del odio dedicada a los que mataron a su hermano

Odio al hereje y al mutante,
pero sobretodo odio al xeno,
al que mató a mi hermano,
al que mis manos ejecutarán.
Soy la Espada del Emperador,
uno de sus Ángeles de la Muerte
y, por su Gloria, ¡tú hoy morirás!

Dos figuras no de las cuales había escuchado hablar a muchos de sus hermanos, que había combatido contra los guerreros TAU, aparecieron de la nada, las sombra las llamaban una gran potencia de fuego que entre todos los malditos xenos habían echo caer al hermano Haydn, aunque no eran grandes amigos, mi grandes compañeros, el bibliotecario no dejaría caer en el olvido las hazañas del aquel Ángel de la muerte, parte de su labor era conservar y preservar los escritos de su capitulo y Haydn se cruzo en la historia de su capitulo.

-La mejor forma de dar venganza a Haydn es dar muerte al xeno y al hereje, seguiremos el camino del ángel de la muerte, del Astartex -no dudo en cargar al pequeño grupo de xenos que estaban al otro lado del pasillo, tan solo dos, pero Xeno a Xeno.

Mientras el tau enfundado en la armadura sombra lograba evitar el ataque de Castor, Asteron abatía a otro Tau que moría en el acto mientras su compañero huía tan rápido como podía del combate ante la aterradora imagen que suponía el psíquico de la deathwatch... los xenos empezaban a flaquear y perdían la moral como una herida sangrante...

Un Tau mas cayo bajo los golpes del bibliotecario, el otro ante la inminencia de su muerto decidió huir del combate pero Asteron no le dejaría marchar sin mas. Lo golpeo describiendo un arco ascendente potenciando su arma con toda la carga psíquica que pudo.

Entre la confusión de los disparos Jaden no alcanzó a ver que habia pasado solo vio su final, Hayden quieto en el suelo. No se lo pensó dos veces, apunto con su rifle de plasma al xeno mas cercano y disparó una rafaga de plasma.

     Subitamente, la runa que representaba las constantes vitales de Haydn se volvió roja. - ¡¡¡NOOOOOO!!! Su voz sonó fuerte por el vox del casco mientras destrozaba a los xenos que quedaban a su alrededor con varios tajos de su espada de energía. A cada momento perdían a mas hermanos de batalla a manos de los maldito alienígenas. Pagarían cara su osadía.

Numaios había logrado vaciar una estancia por completo, Jaden vaporizo a otro de ellos y Asteron dio cuenta del que trató de huir... ya quedaban muchos menos xenos que antes.

El número de alienígenas se había reducido lo suficiente, y Laocastus ya había puesto en suficiente riesgo la estructura de la nave. Además, al Capellán le habría gustado que los xenos catasen el sabor del fuego purificador. Laocastus avanzó hacia los dos supervivientes de la posición sur, confiando en que el apotecario querría un trato más personal con el verdugo de su hermano de clan.

Sacó el arma que trajo, recuerdo de nocturne, y dirigió un cono de llamas hacia los xenos.

Mas taus cayeron muertos presa del fuego de Loacastus... pero sus camaradas dejaron sus armas en el suelo, todos salvo la Sombra que se destrabó de castor volando lejos de él

- Nos rendimos - dijo uno de los xenos en gotico bajo. La sombra estaba en la otra punta, pero los soldados de la casta de fuego levantaban sus delgados brazos con las armas en horizontal sobre sus cabezas