Partida Rol por web

La maniobra de atraque en el crucero inquisitorial de los miembros de la deathwatch, fue, cuanto menos insoportable.

La maniobra sencilla, el aterrizaje, la nave bajando la rampa de acceso y los numerosos operarios enfrascados en sus trabajos se pararon nada más veros salir de la nave. La atmosfera era opresiva, parecía que todo el mundo supiera que uno de vosotros había caído, esa sensación que recorre los corazones de un marine espacial, de la vanguardia del imperio, de la élite de la humanidad… esa sensación triste con su sabor amargo en el paladar, la pérdida de un compañero, de un hermano, de un amigo.
La guerra nunca es fácil, y las muertes siempre acontecen, pero cuando lo hace entre las filas de los marines santos el dolor es el doble.

Los ultramarines supervivientes estaban presentes, con su equipo de combate observando desde una distancia prudencial como Haydn y Loacastus iban bajando los restos mortales de Zahariel, un hermano salamandra caído en combate. Los trabajadores de cubierta se quitaron sombreros, gorros, pañuelos… lo que fuera que tuvieran en la cabeza e hincaron rodilla derecha sobre el acerado suelo y clavando su mirada en el mismo… muchos lloraron pero todos estaban rotos, con el corazón roto… parecía como si la esperanza hubiera sido erradicada de todos aquellos hombres.

El capitán Augustus, líder de los marines de Maccrage se acercaron en dos filas en formación de escolta , y en un ominoso silencio os guiaron hacía el templo dedicado al sagrado emperador.

Una amplía estancia, con representaciones de tan deificado Dios… el olor a incienso impregnaba el lugar, cientos de servidores angelicales volaban por los amplios y abovedados techos ajenos a todo lo que estaba pasando allí abajo. Varios sacerdotes con sus sequitos de monaguillos ultimaban los últimos detalles del funeral… retocaban flores, encendían más velas, cantaban más fuerte para hacerse oír entre tanta bota avanzando pesadamente…

Justo a los pies de la estatua más grande del Emperador estaba preparado el pulpito, y frente a él una caja metálica, austera y con el símbolo de la inquisición y de los moradores de Nocturne  grabada por laos laterales y la tapa.

La ceremonia no tardó en empezar, Haydn se subió al pulpito e inició el sermón – Hermanos… vivimos una época letal, vivimos una era mortal… vivimos un milenio de guerra infinita en la que los más fuertes sobreviven y los más valientes perecen. Nuestro hermano Zahariel dio la vida por la flota, por la esperanza, por la fe… dio la vida por sus valores, por su capítulo, por nosotros… murió luchando, como todo hermano desearía y murió erradicando a nuestros enemigos. Su fuerte corazón fue lo suficientemente valiente como para saber que el combate merecía un sacrificio, un sacrificio de fe, de carne de alma… nuestro hermano no ha muerto en vano, nuestro hermano nos ha enseñado una valiosa lección – en ese momento los monaguillos fueron tendiendo copas de vino especiado a cada marine allí presente – sin sacrificio, no hay victoria, luchamos por nuestra estirpe, nuestra raza, nuestro Imperio… luchamos por nuestros ciudadanos, por esos niños, hombres y mujeres, luchamos por todos ellos… y más por la misión que nos acomete… recobrar esa esfera supondrá una fuente de luz divina para todos nosotros, desde el más pequeño al más anciano… por ello… hermanos… os pido fuerza, os pido coraje ¡OS PIDO HONOR! ¡OS PIDO FUERZA! ¡FUERZA! – Alzó la copa veloz derramando parte del vino - ¡OS PIDO QUE SIGAIS LUCHANDO! ¡DÍA TRAS DÍA! ¡NOCHE TRAS NOCHE! ¡NO LLOREIS A VUESTROS HERMANOS MUERTOS! ¡NO! ¡HONRADLOS! ¡BRINDAD POR LOS MUERTOS, ES NUESTRA FORMA DE HACERLOS VOLVER A LA VIDA! – Sentenció dando un poderoso trago y bebiendo todo el contenido de la copa en un segundo – Ahora, hermanos, preparaos… siento en los huesos que esto se recrudece – y sin más bajó del pulpito…

¡POR NOCTURNE! ¡POR ZAHARIEL! ¡POR MACCRAGE! ¡POR EL IMPERIO! – gritaron todos los ultramarines al unísono, todos movidos con el mismo espíritu y fuerza

Deuteros bebió del vino, pero probablemente nunca le supo un vino tan amargo, no solo había perdido a gran parte de sus compañeros, sino que un miembro de la DeathWatch había caído también, aunque de una forma heróica y honorable.

Volvió su mirada hacia el vino y cuando acabó el capellán su discurso se dijo para si mismo...

- Que el Santo Emperador lo acoja en su seno, y que al resto nos permita morir de una forma tan gloriosa como la suya...

E inmediatamente después se bebió el resto del contenido de su copa.

     Conteniendo la emoción, Numaios escuchó el sermón del capellán en silencio. Estaba claro que Zahariel había caído como un valiente. No se podía pedir una muerte mas gloriosa que al dar tu vida para salvar las de otros. Sus cenizas volverían a Nocturne, pero su espíritu acompañaría a sus hermanos de batalla dándoles ánimos para combatir y coraje en en sus futuras batallas. Tanto él como los ultramarines caídos, se sentarían a la derecha del Emperador, honrados por toda la eternidad.

     Alzando su copa de vino pronuncio unas palabras. - Salve a los héroes del Imperio. Que nuestros futuros actos en batalla sirvan para honrar su valor. Y tras ello apuró el contenido de un trago.

Cuando bajaron del transporte el bibliotecario se quito el casco de la armadura, posando lo entre su brazo y la cadera mientras acompañaba a los resto del hermano caído hasta el templo dedicado al sagrado emperador.

Escucho las palabras de capellán, sus palabras eran ciertas pero la tristeza que invadía a sus hermano era incurable la única forma y la mejor forma de honrarlo era el exterminio del Xeno y así lo haría por su hermano por el imperio y por el emperador.
-Zahariel bebo por ti y matare por ti -un susurro que solo el escucho

Laocastus tenía la mirada perdida en el horizonte. Su casco colgaba del cinturón, y de sus ojos rojizos brotaban libremente lágrimas de pérdida y duelo, fluyendo por su rostro de ónice. Tendría que componer una carta para su familia en Nocturne: No esperaba que el resto de Astartes supiesen de los estrechos vínculos que los Salamandras mantenían con la gente de su planeta natal. No había palabras que decir, al menos no para Laocastus, que no sonasen horriblemente pueriles y vacías. Dejó que los demás tartamudeasen y voceasen promesas de venganza y memoria; Laocastus no veía valor alguno en unirse a bravados. Permaneció firme, dejando que el ritual pasase a su alrededor. Para los demás concluiría con este rito. Para Laocastus no hacía más que empezar.

Otro compañero muerto. Otra baja. Dios Emperador, acójelo en tu seno pues bien sabes que fue un hermano valiente y dio su vida por nosotros. Bien sabes que su cuerpo estaba destrozado más alla de toda posible curación. La semilla de su capitulo ha sido cosechada, su estirpe perdurará y será fuente de nuevas leyendas. Hermano, tu muerte será vengada, no quedará xeno que no pague por esta afrenta con su sangre.

Mientras hablaba, Castor no dejaba de pasar sus guantaletes manchados de la sangre de su hermano por su tabardo, dejando un recuerdo indeleble para nunca olvidar el abravio.

Ariarkus observo la ceremonia desde un lugar entre sus hermanos Ultramarines, los supervivientes del Navío de Combate. Aun no habían recibido más explicaciones y ahora acudían todos prestos al entierro de un hermano Astartes, un Salamandra por los distintivos, un miembro de la Deathwatch.

Sus hermanos de batalla allí presentes, la congoja y el sufrimiento por la pérdida de uno de ellos se transmitían, y al oír las palabras del Capellán, Ariarkus alzo su copa para unirse al brindis por el caído.

- El Emperador protegerá su alma en el camino que debe ahora recorrer, un día nos uniremos a el todos nosotros para Batallar una vez más contra el enemigo de la Humanidad. – comenta tras una larga pausa para después beber de varios tragos la copa.

Haydn, en apariencia molesto se acercó a Jaden y le dio una palmada en la hombrera - ¿Qué? ¿No vas a beber por la muerte de nuestro hermano? - su voz, en cambio, si que sonaba dura, más que de costumbre, pero no le dio tiempo a replicar ya que se acercó a los ultramarines - Gracias por venir y honrar al caído... cuando se hayan recuperado todos los cuerpos de sus hermanos, si me lo permite, asistiré... aunque... ¿Y los de amarillo? - a Haydn nunca le había caído bien aquella compañía de presuntuosos, pero los respetaba... y eso era antes de este funeral, ahora ya no.

Cualquier hermano caído se merece mis respetos y los de mis hombres - dijo con cortesía, aunque Augustus no se había recuperado del todo de las heridas, sobre todo de las de su corazón... seguía ansiando venganza sobre los pieles verdes, pero el alto mando había denegado repetidas veces sus intenciones de un ataque al pecio o lo que quedara de el - Los de amarillo, como tu graciosamente llamas, estan su barcaza... se canceló el ataque hacía superficie... hay malas noticias

El bibliotecario escuchaba atento pero sin que pareciera que hacia demasiado caso.

     Numaios se puso en tensión. - ¿Malas noticias? ¿Ha ocurrido algo, hermano capitán? Éste viaje no dejaba de complicarse y llegaría un momento en el que quizás no podrían solucionar la misión en curso. La última vez estuvieron apunto de fracasar, y solo el sacrificio de Zahariel salvó el día.

Jaden se mantuvo en silencio durante todo el funeral con la mirada perdida y sin quitarse el casco, cogio la copa que le dieron de forma instintiva. Solo conseguia ver repetidas las escenas de varios hermanos muertos delante de el. Suspiró-Nunca conseguire acostumbrarme a este tipo de cosas-solo cuando Hayden se acercó a el y le palmeó el hombro, se dió cuenta de donde estaba y se quitó el casco de forma rapida pero metodica.

No le gustaba demasiado quitarselo, le hacia sentirse desprotegido, tenia el rostro surcado de varias cicatrices, quemaduras en su mayoria, la mas espectacular una que desfiguraba moderadamente la zona desde la comisura del labio derecho hasta la oreja. Levantó su copa en su propio y silencioso brindis y observo como se reflejaban sus ojos en la copa-Observanos desde arriba hermano, no te fallaremos, seras vengado- acabada su plegaria, el tecnomarine se llevó la copa a los labios y la vació, disfrutó unos momentos el sabor del vino antes de tragarlo.Sonri-Amargo como siempre... y se giro para escuchar la conversación que se estaba manteniendo a su alrededor:

-No importa cual sea el obstaculo debemos acabar con esto de una vez por todas, no podemos dejar que tantos sacrificios sean en vano-el servobrazo instalado en el hombro derecho de Jaden se movió como si tuviese vida propia enfatizando las palabras del tecnomarine.

Ariarkus observo al resto de la escuadra de la Deathwatch mientras el Capellán de la misma y su Capitán hablaban sobre los Puños. Aun no sabía que había pasado con su maldita Barcaza, a excepción de todo el enorme problema que estaba resultando ser este viaje. Pero a pesar de ello tenia ganas de entrar en combate y descargar parte de su frustración sobre los enemigos de la humanidad y el Emperador.

Miró a Numaios y luego a Haydn y asintió levemente - Si, mientras vosotros cumplíais con éxito la misión que se os fue encomendada y la flota derrotaba a los necrones en órbita el ataque a tierra fue cancelado abruptamente. Los Puños se quedaron en su barcaza y el ejercito Imperial tuvo que volver sobre sus pasos. El informe es bastante malo me temo, sigue estando esa condenada nube negra cubriéndolo todo... pero todo se reduce a que la esfera robada ha resucitado todo el planeta... tenemos, bajo nosotros el primer planeta Necron como tal... siempre han sido mundos tumba... pero la energía de la esfera ha levantado de la nada toda una ciudad - suspiró - una macro ciudad... se ha establecido que en veinticuatro horas terrestres se hará una reunión para decidir que hacer. Aunque sea mucho tiempo es por dar algo de tiempo a que la nube se disipe un poco y poder tener más información y no saltar a ciegas. Todo lo demás sigue igual, estamos aislados, se ha perdido otro coro de astropatas tratando de emitir un mensaje, hemos perdido varias naves en la batalla pero... tenemos unos refuerzos, otro crucero de la inquisición ha salido de la disformidad... - entonces miró hacía la entrada del templo - justo a tiempo

Un marine realmente alto, bastante más de lo que sería lo habitual. Llevaba el emblema de los Ultramarines, pero ninguno de sus camaradas lo conocía en persona; en cambio, todos lo conocíais. Un capellan de los veteranos, que antes de ingresar en la Deathwatch había participado en Maccrage, en la gran batalla que supuso una de las mayores derrotas sufridas por los ultramarines. Es una leyenda viva, luchó codo con codo con Marneus Calgar y sobrevivió junto con él y muchos de sus hombres; eso le granjeó la reputación que tiene ahora.

- Veo, Haydn, que necesitas otra vez que te saquen las castañas del fuego - bromeó a pesar de la intensa mirada que le dedicaba vuestro capellán - disculpadme hermanos... soy Victus. Lamento la perdida de vuestro hermano. Estos, son mis hombres - dijo sin rodeo alguno señalando a los otros hermanos de la deathwatch que iban entrando en el lugar

Golpeando su pecho con fuerza se presentó el primero en entrar - Caludron, hijo de la tormenta - no era algo demasiado difícil de averiguar, llevaba el mandoble a su espalda y la insignia de su capítulo - Vengaremos juntos a vuestro hermano - dijo con voz grabe cargada de desprecio por los enemigos del Imperio

El siguiente en entrar fue un marine entrenado en marte, un hijo de Fenris. No era muy habitual ver sacerdotes de hierro y mucho menos en la deathwatch, pero este, que debía ser un colmillo largo lo era. Os sonrió lobunamente y emitió una sonora carcajada - En fenris celebramos estos actos con buena cerveza... no podéis decirme que no, después de esto nos vamos a tomar un barril cada uno - y rió nuevamente - así es como se honran a los caídos, por cierto, podéis llamarme Rojarn 

Ahora era el turno de un ángel sangriento. Se mostró muy educado y estirado - Lamento vuestra perdida hermanos, lucharemos codo con codo para dejar bien alto su honor - dijo con sumo respeto, para los hijos de Sanguinius la muerte era algo muy respetado

El cuarto fue otro ultramarine, que si era conocido para los provenientes de ultramar. Era un buen hermano y marine, siempre destacó por su mente analítica y estratégica - Hermano Lorif - dijo únicamente... en lugar de decir nada se acercó y paso por cada uno de vosotros y por cada marine y les dio el pésame estrechando con fuerza las manos y palmeando las hombreras