Partida Rol por web

-Grazie.

Sabe que no va a conseguir más información por parte de los guardias, pero parece que el ataque será en breve y también acabará antes del amanecer. Pero eso solo despierta su curiosidad. No quiere tentar a su suerte y se da la vuelta para dirigirse a la plaza.

Podría adentrarse más en las callejuelas del pueblo, pero teme perderse.

Alejandro alzó la mirada estupefacto sin saber que decir. Su boca se abrió y cerró un par de veces tratando de articular palabras que no lograba ordenar siquiera en su mente. Su mano también parecía confundida, pues inicio un movimiento que probablemente iba a ir dirigido a tus manos pero murió en el camino para volver a caer a su posición.

Volvió a bajar la mirada unos segundos en que parecía estar recomponiéndose mentalmente para al fin volverla a elevar y llevándose la mano al pecho. Las lágrimas aún parecían amenazar en su rostro, pero esta vez no parecía que fuera por miedo o tristeza, sino por simplemente ser incapaz de contener la emoción que le habían provocado las palabras de Angelus.

- Gra… gracias… - apenas si logró musitar sin saber aún que hacer o que más decir.

El padre se compunge ante tu pregunta.

- Temome hija que una criatura del demonio mora por estas aldeas secuestrando a hombres jovenes y bebes -niega con la cabeza- cada luna llena una de las aldeas de la zona sufre un secuestro, desde hace al menos un año. Por ello se han reunido aqui -dice señalandote la iglesia con la mano abierta- a todos los niños de la comarca y todos los hombres que han podido empuñar un arma y algunas mujeres han venido a defenderlos... Muchos se han quedado guardando los pueblos, no olvidamos las amenazas terrenales, pero todos los que han podido sumarse han venido a defender a los niños.

Siento mucho que tu y tu grupo, hija, hayais llegado en tan malas circunstancias, pero si el guerrero pudiera ayudar todo hombre es bienvenido. Los que no puedan, quizas deberiais resguardaros en casa. Hay una taberna unas calles mas alla donde Arnando, un buen hombre, regenta una posada bastante antigua. Alli estariais seguros.

Una vez más me santiguo, al escuchar las palabras del hombre con cierto canguelo al pensar que nos hemos metido en algo como esto en nuestro camino, aunque también pensando teniendo en mente que con nuestra presencia tienen más oportunidades de lograr rechazar a la criatura si golpea esta noche.

- Que el Señor nos guarde. -digo a la par que me santiguo- Algo más había de preguntar si decía usted que era demonio... Sí, ¿ha visto usted la criatura, Padre, o sabe cómo la describen? -el objetivo de la pregunta es, ni más ni menos, saber si hablamos de verdad de una criatura demoníaca o más bien de una bestia feérica, si bien las distinciones pueden ser tan pocas...

El hombre cruza las manos.

- No la he visto hija mia, el Señor ha querido que no haya venido por Confido de momento, aunque las gentes de los pueblos que ha atacado la describen como una mujer joven, de piel mortecina y cabello plateado. Cuentan que posee unas uñas alargadas de una manera sobrenatural, largas y poderosas como las del Leon de Nemea y que su ataque siempre viene precedido con el sonido del llanto de una mujer desconsolada.

El camino hacia la plaza te resulta harto sencillo pues es solo continuar por la calle principal.

Al llega puedes ver la iglesia completamente rodeada por hombres armados y alerta, algunos de ellos pertrechados con armaduras, otros con armas solamente. Toda la plaza esta fuertemente iluminada, no estan escatimando en madera para mantener la luz.

Frente a la iglesia puedes ver a Mia hablando con un hombre ya entrado en años con sotana, el parroco.

Leonor llega a la plaza por la calle que da a la puerta por donde habeis entrado al pueblo.

Magnus comenzó dando buena cuenta del vino, miró sin entusiasmo los cubiertos que le ofrecían, finalmente aceptándolos por pura comodidad (porque de esa manera no tenía que ensuciar ─y limpiar─ su cuchara y cuchillo, así como porque estaban limpios y eran de buena calidad), procedió a sorber sin miramientos su sopa, de la que repitió un par de veces, y finalmente engulló la carne y devoró el pan, asegurándose, eso sí, que su mujer pudiera rescatar la comida que le fuera suficiente. No quería tener que oir las quejas de Auria. Una vez acabada la cena, cosa que hizo en bien poco tiempo, Magnus se levantó de la mesa y se dirigió hacia su cuarto a grandes zancadas, su mujer casi trotando detrás. No había tiempo que perder: en cuanto cayera la noche el enorme mago debía lanzar en rápida sucesión una serie de hechizos para estar preparado para pasar la noche. Después de eso tendría que reunirse con sus compañeros, estuvieran donde estuvieran. Casi seguro que tendría que sacarles de algún apuro.

─Saca la capa de cuervo, mujer(1). Tú permanecerás aquí, por tu bien, esta noche está llamada a que ocurran cosas extrañas y peligrosas. Vendré a buscarte ─sentenció el semi-gigante en euskera.

Me llevo una mano a la barbilla, con el ceño fruncido como memorizando o pensando algo, al tiempo que asiento reiteradas veces al hombre para dar constancia de que lo he escuchado. Espero que esa información sea de utilidad para el resto de mis compañeros.

En mi abstracción, veo una cabellera algo rojiza que por su inusual color me saca de mi mundo, con lo que dedico un breve saludo a Leonor. No le hago gesto de que venga hacia la conversación que ya termina, si bien tampoco de lo contrario, aunque habida cuenta de cómo son la mayoría de los Magi tampoco espero que lo haga... pero entonces recuerdo cómo se enfocaba en los campos y demás, entonces no tengo ni idea de qué esperar al respecto. Igualmente, es momento de dejar de molestar al hombre, puesto que ya me ha dicho todo lo que quiero saber.

- Muchas gracias, Padre, ha sido de mucha ayuda. Es posible que alguno de mis compañeros se haga una idea de qué nos enfrentamos, pues varias de las personas que me acompañan han visto mundo. -respondo con voz calmada, antes de hacerle una ligera reverencia junto al agradecimiento- Esperemos que esa criatura se mantenga alejada, o que podamos repelerla si osa acercarse. Tengan usted y su gente buenas noches. -digo finalmente, esperando a que se despida para largarme.

Con el gesto de Mía, entiende que la ha visto y se detiene para esperar a la mujer. Quizá ella haya conseguido algo más de información del párroco porque ahí nadie suelta prenda. No se acerca pues entiende que Mía ya está acabando y no tiene porqué enfrentarse a los guardias.

Espera a que Mía se acerque a ella para preguntar.

¡Sí, sí! De no ser porque era inapropiado Angelus habría empezado a dar saltos y lanzar descontrolados gritos de alegría. Quizás lo hiciera más tarde, pues no podía creer su suerte. Puso las manos a la espalda, tratando de ocultar el temblor que su excitación le provocaba, aunque a duras penas pudo hacer lo mismo con su voz.

─¡Nohayporquédarlas! ─por el rabillo del ojo vió como Giorgio venía hacia ellos y añadió─ Ahora vayamoscon losdemás y disfrutemos deuna merecida cena.

Un amigo. Era casi demasiado bueno para creerlo. ¿Podría conservarlo? Sí, sin lugar a dudas. Pensaba hacer su mejor esfuerzo para que todo saliera bien. Necesitaba que todo fuera bien. Alejandro y él pronto serían uña y carne, seguro.

Giorgio llegó junto a los magus y se frotó las manos.

- Bueno mis señores ¿Les complaceria pasar a la taberna?

Alejandro asintió aún tímido a las palabras de Angelus. Poco a poco recuperaba la compostura y una sonrisa volvía a su rostro. Cuando Giorgio llegó hasta ellos ya casi era el mismo que unas horas antes en la carreta.

- Sí, vayamos.

Tras lo que se encamino junto a sus dos compañeros a la taberna, no sin antes dedicarle una última mirada de despedida a Nube.

Conforme entrais os encontrais con un recibidor cuidadosamente ornamentado. En el suelo veis que hay una alfombra simple aunque resultuna de color marron claro con ornamentacion geometrica. En la pared de la izquierda, sobre una pequeña mesilla hay un cuadro de un campo algo desvaido, junto a estos una silla simple.

A la derecha encontrais una puerta cerrada y al frente a la izquierda una puerta entreabierta desde la que atisbais la cantina de la taberna de la posada. Desde esta os llega un olor a cochino asado y a verdura cociendo a fuego lento. Magnus parece no encontrarse en el comedor o al menos eso creeis.

Al subir te encuentras con un pasillo elegantemente decorado en madera, un candil ilumina tanto el pasillo como las escaleras y hay dos mas a lo largo de este.

La disposicion de las habitaciones es la siguiente, 6 a la diestra, 6  la siniestra y 1 al fondo. La tuya es la numero 3, la segunda empezando por la derecha.

Dentro encuentras una estancia cuidada con una cama de matrimonio, no especialmente dura pero tampoco se la pondrias a un rey. Un escritorio con una silla y una mesa con una bacia vacia, una jarra de agua fresca y dos vasos.