Partida Rol por web

Selene empuja con todas sus fuerzas una enorme roca, la que le parece más circular y que podría rodar más tiempo colina abajo. Intenta no precipitarse en exceso para que la trayectoria sea correcta pero viendo que Martin empieza a estar entre la espada y la pared a pesar de su sorprendente ráfaga de balas anterior, acaba por ir lo más deprisa que puede. Si creyese en algún tipo de ser superior seguramente hubiera alzado alguna plegaria hacia él.

Martin esquiva con agilidad las pinzas, que chasquean sonoramente en el aire donde hace un segundo estaba su propia cabeza. Ése mismo escorpión levanta entonces la cola y ésta empieza a temblar en un gesto de ira contenida. Al parecer su "comida" está empezando a molestarle de verdad... pero pronto esa actitud cesa, cuando la enorme roca lanzada por Selene pasa por encima de él provocando una maraña de chasquidos, esporas y sangre verduzca y pegajosa que salta hasta la cara de Martin. Por suerte no resulta corrosiva ni dañina, sólo apestosa y asquerosa.

Martin se centra entonces en el escorpión que ya había dejado malherido y que ha llegado hasta su altura gracias al tiempo extra proporcionado por su "compañero". Aún así, parece mostrarse un tanto dubitativo ya que aunque cierra el paso de Omega no se decide realmente a atacarle... y desde luego eso le brinda una ventaja.

Por su parte Karim emprende una arriesgada maniobra que por suerte sale relativamente bien. Consigue escalar el pequeño muro y saltar hasta la espalda del escorpión como ya hizo anteriormente Epsilon. Cuesta bastante no caerse del resbaladizo caparazón de la bestia dado que ésta no deja de moverse con energía, pero ahora debería tenerla a su merced...
Las esporas del escorpión empiezan entonces a desprenderse y propagarse pero apenas provocan un par de toses en los dos chicos del grupo, los únicos cercanos a su supuesto efecto.

Mientras toda esa acción se desata, Clarisse corre hacia lo que parece ser un vehículo... y pronto se confirma para ella que así es. No es un coche normal como los que estáis acostumbrados a ver, se asemeja más a un par de vagones de tren adaptados para ser autónomos... o una especie de autobús extraño y blindado.
Beta no puede evitar quedarse un poco dubitativa ante el imponente y amenazador aspecto que ofrece pero ahora ya es tarde porque se dirige directo hacia ella.

Cuando ya quedan pocos metros, se puede apreciar como unas "piezas" delanteras colocadas en el techo del vehículo se mueven, entonces algo sale disparado de ellas y queda claro que se trata ni más ni menos que de un misil... que cae directamente cerca de la zona donde se encuentra Martin, dejando a éste cubierto de arena y al escorpión que lo encaraba hecho papilla.

Clarisse continuaba agitando los brazos y llamando a gritos al vehículo que se acercaba, pero se quedó congelada en su posición cuando la monstruosidad con ruedas se detuvo y desplego los lanzamisiles, efocándolos hacia ellos.

Horrorizada, y sin tiempo para pensar en el posible objetivo de la artillería de aquella cosa, la mujer corrió todo lo que pudo hacia el flanco del vehículo, lanzándose al suelo en el momento en el que sus oidos la alertaron del disparo.

Tendida en la tierra, con los ojos y la boca cerrados, y los brazo sobre su cabeza para protegerla lo máximo posible de lo que pudiera caerle encima, Clarisse escuchó la atronadora explosión que sacudió la tierra, y esparció polvo, cascotes y vísceras de escorpión por todos lados.

Cuando todo pareció terminar, se tomó algo de tiempo para confirmar que seguía viva, y que en efecto, el misil no había sido destinado para borrarlos a ellos del mapa, aunque bien podría haberlo hecho. Luego reunió todo el valor que fue capaz de encontrar en ella, y consiguió la fuerza necesaria para mirar hacia atrás, dsde su posición en el suelo, para ver lo que había ocurrido, y si había señales de sus compañeros.

Totalmente concentrada en lanzar a buen lugar la piedra rodante para no dañar a ninguno de mis compañeros masculinos me quedé pasmada allí, quieta, observando el recorrido que la piedra más circular que encontré hacía ladera abajo hasta llevarse por delante a uno de los escorpiones que tenían acorralado a Martin.
Dí un pequeño salto de alegría pero me duró poco pues al mirar más abajo caí en la cuenta de que algo se aproximaba a gran velocidad al lugar donde estaba Clarisse. No, ¡¡más escorpiones nooo!! pienso frustrada.
Dispuesta a no perder tiempo eché una carrera hacia el lugar donde permanecía Epsilon y volví a cargar su peso casi-muerto sobre mis hombros sin esfuerzo.

Eché a andar deprisa ladera abajo para llegar donde mis compañeros pero cuando apenas llevaba 4 pasos pude ver con mayor nitidez qué era lo que llevaba abajo, muy cerca de la mujer rubia. ¿Una mezcla de tren y furgoneta? es lo primero que se pasa por mi cabeza.
El vehículo o lo que sea que se deba considerar a ese trasto oxidado se detiene, agudizo la vista deteniéndome un momento para reconocer algo así como unos misiles saliendo de la parte superior del mismo.
Asustada doy un grito que sé que ni siquiera se ha oído (¡¡NOOOOOOO!!). Me agacho esperando el impacto y que todo y todos salgamos por los aires y cuando veo por el rabillo del ojo que un misil es lanzado ma tapo los oídos todo lo fuerte que puedo.

La explosión no llega hasta mí pero me quedo allí quieta al menos un minuto antes de abrir los ojos. Ha estado cerca... demasiado cerca. ¿Han matado a Martin y Karim? ¡Malditos! ¡¿Quiénes demonios se creen que son los que conducen esa tartana si tiene aspecto de ser de fabricación humana? Las palabras navegaban rápidas y sin sentido por mi mente, enloqueciéndome por momentos, hasta que me decidí a mirar el estropicio causado por el misil. Aunque apenas quedaba ya rastro de la arena o tierra levantadas a causa de la explosión pude ver a Martin moviéndose y ni rastro del otro escorpión que estaba atacádole, pero al ir a buscar a Karim no pude dar con él, la zona donde estaba aún permanecía oculta por la arena que surcaba el cielo en pos del viento que iba en aquella dirección.

La pinza del escorpión gignate vuela sobre mi cabeza, por suerte. Si no llego a tener esos reflejos y esa suerte lo más probable es que ahora no estaría contándolo. La pinza resulta bastante más grande cuando la tienes a escasos milímetros de tu cabeza.

Ruedo por el suelo tras esquivar el ataque del bicho, para darme cuenta que sigo jodido. Antes de poder hacer nada veo como el otro bicho va ganando terreno y casi lo tengo encima. Me pongo en pie dispuesto a vaciarle el cargador y empezando a echar de menos esos refuerzos que no llegan, pero por suerte mis plegarias silenciosas son escuchadas en el último segundo. Una piedra enorme lanzada por Selene impacta con brutalidad encima del hijo de puta negro de cincuenta patas. Sin embargo mi compañera no tiene en cuenta los "daños colaterales". A medio camino entre una expresión de triunfo, la asquerosa sangre del bicho me impacta de lleno en plena cara. Es realmente asquerosa y lo peor es que me deja ciego durante unos segundos.

-¡Joder!. ¡Argh! ¡Que puto asco joder!.- blasfemos retrocediendo muy poco y restregándome la cara para quitarme la maloliente sangre verde del rostro. Y lo peor de todo es que también descubrí que sabía muy mal.- ¡Mierda!. ¡Me ha entrado un poco en la boca! ¡Puagh!.- todavía estoy maldiciendo y acordándome de Selene, cuando comienzo a apuntar al otro bicho. Voy apretar el gatillo y...sale volando por los aires.

Antes de darme cuenta me encuentro en el suelo delante de un boquete en el que antes estaba mi enemigo. Y lo peor de todo es que el cabrón también me ha salpicado más sangre asquerosa y encima se me ha pegado arena.-Esto debe ser una puta broma pesada...-
Con rabia acumulada me levanto deseando rebentar algo y aún queda un escorpión. Cuando acabe ya hablaré con mi querida amiga Selene y con el mamón que ha hecho saltar por los aires al otro bicho.

Salgo corriendo hacia la posición de Karim y veo que está peleando con el otro escorpión.-¡Karim al suelo!.- grito segundos antes de abrir fuego contra la criatura. Confio en mi puntería para sólo darle a la bestia, aunque mi visión está mermada debido a la cantidad de mierda que tengo encima...
Me pregunto que cojones pensarán estos dos cuando vean que se les acerca una especie de croqueta con patas...
 

Karim disfrutaba de su pequeño paseo en montaña rusa de una manera un poco particular. Aquella bestia se movía muchísimo, era como ir a un rodeo, y el no llevaba guantes para fijarse.

Sin embargo la cola del escorpión gigante está formada por un puñado de segmentos, entre los cuales había una pequeña arruga. Karim se dejo caer hasta ahí. Pretendía inmovilizar la cola del animal, para que no pudiera atacar con su aguijón. Era una maniobra complicada, pero se había fijado cuando troceaba al primero y luchaba con el segundo que esas arrugas eran intersecciones, que unían partes del cuerpo de la bestia. Eran como un gran lego gigante en jodido movimiento. Y estaba convencido de que esa arruga, sería una parte más blanda, y más fácil de perforar.

Una explosión cercana, zarandeo lateralmente al bicho, al mismo tiempo que a su carga. Cuando se bajara iba a tener que echar la papilla, y no iba a ser agradable de ver. Pero antes tenía que acabar con aquella cosa.

Forcejearon bastante. El animal no podía alcanzarlo con sus pinzas, ni tampoco con la cola, puesto que estaba demasiado pegado a ella, y no era tan retráctil. Pero no hizo que dejaran de intentar atravesarlo con aquella cosa llena de veneno.

Las esporas empezaron a flotar, e inconscientemente Karin aguanto la respiración. Busco un momento de concentración para centrarse en el caparazón quitinoso de aquella bestia, agarro la pinza con todas sus fuerzas y ataco la intersección del segmento que única el cuerpo con la cola.

En el mismo instante que se dejaba caer por la espalda del animal oyó, un rumor que estaba convencido que era Martin. Este le gritaba algo, pero no pudo prestarle atención. Se dejo dejo caer por la parte de atrás, aun tenia cosas que hacer. Y al tocar el suelo y rodar, escucho como una ráfaga de disparos arremetían contra la bestia.

Donde estaba no podía hacer mucho así que se tapo con el cuerpo del monstruo, e hizo un puñado de metros hacia atrás, para que si este se volvía hacia él, poder reaccionar y esquivarlo.

Clarisse se aparta un poco del extraño vehículo y mira tras de sí. No puede ver demasiado bien debido a la diferencia de altura pero consigue distinguir a Martin moviéndose cuando se dispersa la tierra en suspensión y poco después escucha como vuelve a disparar... porque desde luego es el único que tiene arma de fuego por el momento.

Selene sostiene a Epsilon en su espalda y baja casi de culo hasta la altura donde se encuentran los chicos y el escorpión todavía vivo. Después de haberse cargado a tantos ya no se le antoja un enemigo tan peligroso y dado que carga con Epsilon por el momento se mantiene alejada a una distancia prudencial dejando que los chicos se encarguen de él.

Karim clava la tenaza en al cola de su enemigo y salta de él alejándose todo lo posible. Hace bien porque se revuelvo como un loco destrozando paredes y esparciendo rocas a su alrededor pero aún así no está muerto.
Martin aprovecha entonces para disparar de nuevo pero por algún motivo, quizá porque el arma no está tan bien calibrada como pensaba, sus disparos terminan en medio de ninguna parte mientras el animal se acerca a ambos... antes de salir volando en varios pedazos tras un segundo impacto de misil que hace que los chicos vuelen un par de metros quedándose cerca del borde de la pendiente que conduce hasta Clarisse y el vehículo.

La parte positiva evidentemente es que los escorpiones han muerto pero a pesar de que el "coche" sigue en su sitio sin moverse nadie sale de él ni parece haber movimiento en su interior. O quizá sí y simplemente no lo notáis...

La mujer rubia se incorporó dificultósamente. Al lanzarse precipitadamente al suelo, se había hecho daño en las rodillas, y una rotura en el pantalón le indicaba que se había despellejado la izquierda. La herida sangraba un poco y molestaba, pero no era nada grave.

Clarisse se sacudió el polvo y la tierra del cuerpo, con la cara desencajada de la impresión a causa de la rápida sucesión de acontecimientos, y el pelo alborotado y sucio. Escudriñó el lugar en el que habían estado sus compañeros, y los buscó con los sentidos algo confusos, sin saber muy bien si seguirían vivos despues de la última explosión. Cuando los vió tendidos en el suelo tras ser arrojados por la onda expansiva temió lo peor y se quedó paralizada de horror, sintiéndo cómo su sangre fluía a raudales por sus venas a causa de las aceleradas pulsaciones de su corazón, y su agitada respiración no conseguía administrarle el aire necesario con el que satisfacer las exigencias del ejercicio realizado en los últimos minutos.

Sin saber muy bien que hacer, se giró para mirar al vehículo que la acababa de salvar de las ciclopeas monstruosidades arácnidas que los habían atacado, y luego volvió a mirar a sus compañeros tendidos, esperando algún tipo de movimiento desde ambos lados que la hiciera reaccionar.

El hombre de color se tumbo boca arriba, girando sobre sí mismo. Luego tosió un par de veces. Esta vez sí que había sentido el calor de aquella explosión. No era agradable.

A un puñado de metros se encontraba Martin tendido en el suelo, con la cara desencajada. Seguramente tendría un zumbido fuerte en el odio después de la explosión. Porque el mismo notaba una fina hebra de sonido colándose por su propia oreja. Aunque él estaba preparado físicamente para atenuar los daños físicos, no era cuestión tampoco de despreciarlos.

En cuando pudiera se haría un chequeo, si es que eso era posible. Se incorporo haciendo fuerza sobre sus brazos y camino encorvado y resollando hasta donde estaba su compinche. Le sonrió con astucia.

¡Estamos vivos!, o eso creo.

Le tendió una mano, para ayudar a levantarlo. Mientras Selene y Epsi, se estaban acercando entre la polvareda y los escombros, ya estaban prácticamente todos juntos otra vez. Pero faltaba Clarisse.

Miro por el terraplén aun ayudando a Martin, y siendo ayudado por el peso de este para no irse al suelo, su hermana estaba mirando un cacharro infernal. De donde estaba seguro habían salido los misiles o las bombas o lo que fuera.

Y extrañamente le choco. No sabía con exactitud cuando aguantaría esa cosa bajo la presión de un grupo de escorpiones. Tampoco conocía la maniobrabilidad de vehículo, si es que se le podía llamar así. Pero empezaba a pensar que no sería más que una trampa mortal en caso de un ataque masivo.

Lo que le hacía tener esperanza. Si alguien tenía los cojones de ir subido en aquella chatarra, siendo una presa aceptable para una jauría de bichos enormes, debía de ser porque no solían encontrarse tantos juntos como habían visto ellos esa misma mañana.

Lo otro que le sorprendía, y a lo que no dejaba de darle vueltas mientras bajaba como podía la cuesta, medio caminando medio resbalando, era que Phoena había dicho que era muy complicado matar aquellas cosas, y estaba convencido de que lo había dicho en serio.

Si con una sarta de misiles se podía acabar con ellos, como era que la sociedad no había prosperado en aquel planeta, cuando todos sabían que a los humanos, no les gustaba cosa más en el mundo que lanzar misiles y hacer explotar enemigos.

Debía averiguar muchas cosas, pero primero tenía que conocer a sus salvadores, pues debía darlas las gracias, y también una buena patada en los huevos.

Clarisse percibió movimiento en el lugar en el que se encontraban las personas que ahora tenía por familia, y no pudo sentir otra cosa que alivio y alegría al ver a Karim incorporarse del suelo.

Aquello bastó para que la mujer se decidiera y saliera corriendo hacia ellos, preocupada por el estado de sus compañeros.

-¡EEEEEEH! Les gritó mientras corría. ¡¿Estáis bien?! ¡Voy para allá! ¡Tened cuidado de no moveros mucho por si os habeis fracturado algo!

Menos mal, parece que al menos Karim está bien, espero que los otros también lo estén. Pensó con preocupación, totálmente ajena al enorme camión blindado que iba dejando atrás y con la mente centrada en el estado de los que tenía delante. Martin puede estar herido aunque Selene habrá aguantado bien con el físico que parece tener, pero incluso ella me preocupa... y prefiero no pensar en el estado de Epsilon hasta que la vea...

Cuando alcanzó su posición, observó con detenimiento los cuerpos tendidos y se lanzó hacia Martin, el más cercano.

-¡Martin! ¡Martin! Girtó intentando despertarle ¡¿Me escuchas?! Mientras preguntaba comprobaba el pulso y la respiración del hombre.

Los oídos me zumbaban aún a pesar de haberse esfumado toda la arena levantada por ese segundo misil dirigido al escorpión. Por suerte, dado que llevaba a la otra mujer sobre los hombros, no me había acercado al lugar donde Martin y karim aún peleaban por temor a que ella saliese peor de lo que ya estaba, así que la explosión no fue tanto para mi. Igualmente cuando abrí los ojos y pude ver al fin con claridad bajé a Epsilon de mi espalda para ver su estado. Parecía seguir igual, no daba señales de haberse enterado de nada de lo ocurrido. Debía llevarla con Clarisse cuanto antes aunque ni siquiera sabía con certeza si ella podría ayudarla...

No muy lejos de mi pude ver a Karim poniéndose en pie con no demasiada buena cara aunque parecía aliviado por haberse librado de su enorme enemigo; y de Martin no había demasiadas señales, parecía seguir tendido en el suelo tras el impacto.
Para cuando quise darme cuenta escuché la voz de Clarisse cerca de nuestra posición y me giré para encontrarla corriendo hacia Martin, así que cogiendo a Epsi esta vez sobre mis brazos me acerqué a ellos. Me sorprendió, realmente había estado más tiempo del que pensaba con los ojos cerrados y estudiando el estado de nuestra mujer de goma.

- Yo estoy bien... - respondo a la pregunta recién realizada por la rubia, una vez llego junto a ella.

Poco a poco os vais reuniendo de nuevo y comprobáis que todos estáis bien. Algo más sucios o magullados que hace un rato pero enteros y sin heridas significativas, que es lo importante.
El estado de Epsilon es el mismo que el de hace varios minutos, la única ventaja es que tampoco ha empeorado pero su temperatura corporal sigue demasiado elevada y Clarisse detecta tras una revisión rápida que de vez en cuando sufre arritmias. La cosa empieza a complicarse.

Seguidamente la doctora se centra en Martin, que parece haber sido incapaz de reaccionar después de la explosión a pesar de que a simple vista está intacto, sólo apesta a esa sangre viscosa y espesa que desprenden los escorpiones. Es entonces cuando un chasquido metálico os llama la atención y os dais cuenta de que una compuerta del extraño vehículo empieza a abrirse, estáis bastante seguros de que está cerrado herméticamente por el ruido que emite en el proceso.

Un segundo más tarde alguien sale de su interior, pero probablemente no es como vosotros esperabais.
Se trata de una niña de menos de diez años, aunque es difícil precisar cuántos exactamente. Lleva puesto un vestido rojo y un jersey de rallas blancas y rojo que la hacen desentonar drásticamente con el lugar e incluso con el coche del que ha salido.

Os observa desde la lejanía con aparente concentración y al final se lleva las manos a los bolsillos que tiene en su falda para sacar de ellos una especie de barrita ya empezada que desenvuelve y empieza a comer con lentitud. Parece algún tipo de barrita energética, desde luego no es una chocolatina.

-¿Estáis bien...?- pregunta finalmente con un tono de voz tan infantil y despreocupado que parece imposible que sea real.

Mala suerte o simplemente que mi arma en realidad no era más que un montón de chatarra. El caso es que mis disparos salen completamente desviados de su objetivo, sin embargo no tengo tiempo de lamentarme pues en cuanto el último escorpión comenzó a acercarse la "broma" de los misiles volvió a la carga. Más sangre de insecto, más arena en polvo...me quedé tirado en el suelo intentando hasta que Karim me ayudó a levantarme, aunque no tenía heridas de ningún tipo.

-Cof, cof.-una vez más volví a quitarme la arena de la cara y tosí algo de polvo. La cosa ya empezaba a parecer una maldíta película humorística...y además de las malas.- Si Clarisse te escucho. Tranquila estoy bien no me ha pasado nada. Sólo tengo un poco de arena y sangre de escorpión por todas partes.- le respondo mientras me aparto de Karim, pues ya no necesito ayuda para andar, y comienzo a sacudirme la arena del cuerpo.- Es lo que tiene que  te exploten dos misiles en la cara, pero bueno seguro que los del camión extraño tenían buena intención y eso es lo que cuenta ¿no?.- cojo aire con fuerza y lanzo un profundo suspiro. Me sentía realmente bien...¡Los cojones!.

-¿Qué coño? ¡Ni intención ni pollas en vinagre.!- maldigo respondiéndome a mi mismo. Los capullos del camioncito ya habían sobrepasado mi límite.- ¡Eh vosotros! ¡Si hablo con vosotros soplapollas de los huevos!.- les grito señalándolos aunque no se si me ven y acercándome a grandes zancadas al transporte.- Me importa tres cojones quién coño seáis ¿Estáis zumbados? Casi me hacéis volar por los aires...¡dos veces! Así que el capullo que maneja los misilcitos que vaya saliendo porque pienso partirle la cara. Y será mejor que salga porque si entro yo va ha ser peor ¿Me oís?.-... los insultos continúan...

Clarisse había escuchado el sonido de las puertas del blindado abriéndose e incluso la voz de la niña, pero tan preocupada estaba por sus compañeros, que no se percató de la infantil voz que la hubiera alertado sobre quién había bajado del vehículo.

Además, la repentina reacción de Martin, enfadado y lleno de ira por lo sucedido, centró su atención en él, pero no la llegó a sorprender despues de todo lo ocurrido.

-Tranquilo, tranquilo... le dijo intentando calmarlo poniéndole las manos en los hombros. Son la sprimeras personas que nos encontramos despues de Phoena y es mejor que intentemos controlarnos para que todo vaya bien, o seguiremos sólos y perdidos en este lugar.

Casi me he meado de miedo cuando he visto a los escorpiones, pero los misiles han sido demasiado. Yo también estaría tan cabreada como él de no estar tan acojonada, todavía me tiemblan las manos. Pensó ante el comprensivo enfado de Martin.

Fue en ese momento cuando Clarisse miró más alla, en dirección al blindado y vió a la niña, percatándose de la incongruencia de verla allí.

-¿De dónde viene esa niña? ¿Qué hacía ahí dentro? Preguntó instintivamente para ella, pero susurrándoselo a los más cercanos de sus compañeros sin darse cuenta.

La pequeña se os queda mirando con los ojos desorbitados, incluso deja de comer su barrita y escucha atónita la sarta de maldiciones y amenazas que empieza a espetar Martin tras lo cuál da un pequeño respingo y se mete nuevamente en el vehículo asustada, afanándose en cerrar hasta que nuevamente suena el chasquido del cierre hermético.

Puede que lanzar misiles no haya sido la estrategia más razonable del mundo pero ahora parece menos probable que podáis intentar dialogar con quiénes en realidad os han ayudado y os podrían dar algo de información e incluso comida o quién sabe qué más... pero teniendo en cuenta el lugar y la situación tampoco sería muy raro que en verdad fueran lunáticos caníbales de los que os mencionó Phoena.

Karim fliapaba por momentos. Bichos gigantes, explosiones de misiles, una niña bajandose del carro de los infiernos, y luego a Martin, que ni corto ni perezoso la lia parda antes de darse cuenta de que habia alguien afuera.

Seguramente no percivio a la niña con el cabreo que llevaba encima. Asi que cuando la pequeña se mete dentro, y sin dejar de reirse por la situacion sale corriendo un puñado de metros tras Martin cuesta abajo, y lo frena poniendole la mano en el pecho.

Tranqui tio, acabas de asustar a una niña pequeña. Y si en ese trasto van solo adolescentes, deberias de sentirte afotunado de que hayan tenido punteria.

Karim seguia sonriendo, pero se le paso rapido, porque Martin seguia erre que erre. Asi que volvio a frenarlo y lo hizo mirar hacia el.

Eh, en serio tranquilo. Dejame parlamentar con ellos. Y si tienes una oportunidad pateale el culo al artillero, pero ahora tenemos que conseguir como poco informacion. Y seria mejor que te quedaras aqui calladito.

Karim siguio hacia el aparato, dejando a media colina a un Martin no demasiado convencido, pues no le habia contestado una sola palabra, solo se movia inquieto y lanzaba miradas y resoplidos. Ya se la pasaria el cabreo.

En lo alto de la colina, justo donde acababa el pueblo, Clarisse se ocupaba de Epsi, mientras Selena hacia la vez de auxiliar de enfermeria. Aunque estaba convencido de que pronto se daria cuenta de que no conseguiria ayudar mucho.

Se acerco lentamente al trasto, con las manos en cruz y abiertas, cuando estuvo a una distancia de cuatro o cinco metros volvio a hablar, esta vez alto para que los de dentro le pudieran oir, o al menos eso esperaba.Sabia, o creia saber, que lo primordial en las relaciones sociales era en primer lugar despejar incognitas.

El era un tipo peligroso, no. Porque se habia acercado a la vista, y mostrando que no usaba armas. Ellos habian echo algo parecido bajando a un niña, o eso esperaba, porque si de verdad eran todos crios, mas le valdria haberse quedado con los escopiones. Nunca se le habian dado muy bien los crios, aunque eso tambien era una mentira al fin y al cabo.

HOLA, SOMOS HUMANOS, YO SOY KARIM, Y AQUEL MARTIN, ELLAS SON EPSI, SELENE Y CLARISSE, HEMOS DESPERTADO EN UN COMPLEJO CERCANO HACE UN DIA MAS O MENOS, Y EN ESTE PUEBLO DESTARTALADO NOS HAN ATACADO ESOS BICHOS, GRACIAS POR LA AYUDA, PUEDE BAJAR ALGUIEN A PARLAMENTAR.

Lo dijo despacio y claro. Queria que supieran quienes eran y que pudieran decidir si eran de fiar, o personas a las que ayudar. Lo de decir que habian salido de un complejo hacia solo un dia, era una jugada arriesgada. Bien podia servir para que entendieran un poco mejor a sus hermanas y a el, o bien podria darles pie a que los engañaran como a novatos, pero tenia que correr ese riesgo.

Siguio en la misma posicion. Sabia que tardarian un par de minutos en ponerse deacuerdo sobre si hablar con el o no. Pero no tenia prisa, a menos que llegaran mas bicho de esos. Aunque por otro lado el estado de Epsi era grave.

A pesar de estar sujetando la cabeza de Epsi sobre mis piernas mientras me mantenía arrodillada esperando una resolución de Clarisse respecto al estado de la mujer, pude escuchar el sonido de la compuerta abiréndose y la pregunta de lo que desde esa distancia parecía una niña.
¿Una niña? ¿Acaso es una trampa o solo la han dejado salir a ella primero para mostrarnos que vienen en son de paz a pesar de lo de lanzar misilazos? No hay que fiarse... aquí yo creo que no hay que fiarse ni de una niña pequeña con aspecto inocente... pienso antes de disponerme a pegar un grito para responder a la pregunta de la pequeña.
- ¡¡¡Estamos bien. Pero aquí hay una mujer que...!!! - mis gritos se vieron cortados de lleno y me quedé con la frase a medias y las palabras en la boca cuando Martin, en pleno arrebato de rabia y frustración por lo sucedido, se puso a escupir palabrotas e improperios hacia el vehículo y la criatura, que rápidamente se volvió a meter dentro del mismo cerrando a cal y canto la compuerta con el característico sonido que ello conllevaba.

Cansada de ver que no podía ayudar a Clarisse con respecto al estado de salud de Epsilon me levanté y comencé a seguir a Karim aunque desde más atrás, mis zancadas no eran tan largas como las suyas y eso se notaba.
Cuando estaba acercándome escuché lo que Karim gritaba a quienes quiera que estuvieran dentro de aquel trasto y, cuando llegué a ponerme a su altura, me quedé a su lado para agregar algo importante que se había olvidado de comentar:
- TENEMOS A UNA MUJER HERIDA EN MUY MAL ESTADO. NECESITAMOS AYUDA MÉDICA O MEDICAMENTOS O ALGO, POR FAVOR. LAMENTO LAS FORMAS DE MI COMPAÑERO DE AHÍ ARRIBA, SOLO ESTÁ ENFADADO POR LO SUCEDIDO.- grité casi desgañitándome la voz en ello y señalando al hablar de Martin hacia la posición donde le habíamos dejado a él y a las otras dos mujeres.

Al parecer los otros no tenían reparos en acercarse a hablar con la gente del interior del blindado para tratar de arreglar la confusión que hizo esconderse a la niña, y a Clarisse no le pareció oportuno hacerlo ella también ya que sus compañeros ya habían dicho todo lo que se podía decir, de modo, que se quedó junto a Martin para intentar evitar que el hombre volviera a perder los estribos, y complicara el acercamiento de Selene y Karim.

-Cálmate, déjales hacer. Le susurró a Martin. Piensa que de no ser por los del blindado, tal vez ahora no estariamos aquí.

Mencionó a los del blindado, pero no estaba muy segura de aquello.

Supongo que la niña no estará sóla ahí dentro, de lo contrario esto va a volverse aún más raro de lo que ya es. Pensó la mujer. Primero descubrimos que nuestras vidas son una mentira y que fuimos creados en probetas, luego los escorpiones tamaño XXL. Si lo siguiente va a ser una niña sola, conduciendo un vehículo blindado capaz de arrasar por si sólo un país pequeño... no sé cómo superaré el trauma.

Clarisse, se quedó junto a Martin, a la espera de una respuesta desde el vehículo a las palabras de sus compañeros, sin percatarse de que contenía la respiración expectante.

Después de los gritos de Karim y Selene y tras unos segundos de completo silencio un tanto expectantes, una compuerta superior y circular del vehículo se abre, os dais cuenta entonces de que está justo al lado de una torreta ametralladora, probablemente para usarla de ser necesario.

Por un momento llegáis a temeros lo peor pero el corpulento hombre que sale de su interior, más alto incluso que Karim, abandona por completo el interior del tanque y se os queda mirando desde el techo antes de bajar con un salto un tanto brusco.

-Así que habéis salido del laboratorio, ¿eh? Ya decía yo que no teníais pinta de caníbales con esa cara de... perdidos totales- sonríe socarronamente y estira el cuello observando a Clarisse, a la malherida Epsilon y al descontrolado Martin.

-Yo soy Zyor y la pequeña que intentó saludaros amistosamente es Hiedra. Suele ser mejor relaciones sociales que yo peeero... supongo que esta vez no os interesaba- se empieza a mesar la barbilla entonces y para vuestra desesperación se limita a quedarse pensativo bastante rato -Está bien, podéis pasar. Dentro tenemos algo de comida y medicamentos aunque no estoy seguro de que podamos hacer mucho por ella- se acerca entonces al vehículo y tras dar un par de sonoros golpes en él la misma puerta lateral de antes se abre, esta vez sin Hiedra de por medio.

-¿Quién es el que iba a partirme la cara?- pregunta al final con una sonrisa de diversión en la cara.

VAle, un grupo de soldados, o un científico loco, un grupo de heavy metal, un robot venido desde el futuro, un alienígena...e incluso más putos escorpiones. Pero...¿Una niña?. ¿Dónde estaba la lógica de eso?. A pesar de mi cabreo y mis ganas de darle un par de hostias al imbécil de los misiles, al ver a la niña me quedé mudo y sin ganas de pelearme. Simplemente me quedé de pie con cara de estúpido mientras mis compañeros me retenían y me pedían que me calmara.

-Lo siento, no tenía ni idea de que fuera a salir una niña pequeña...- le había intentado hacer un gesto para que no se asustara pero ni siquiera la vio, aunque no me extraña. Yo también me había metido dentro a esa edad.- Joder...¿qué probabilidades había de que lo primero que saliera de ese blindado fuera una niña? Y si es ella la que lo conduce espero que no se lo haya tomado a mal.- comento a Clarisse mientras Karim y Selene siguen con las acciones diplomáticas.

Tras un rato de gritos, golpes en chapa metálica y casi súplicas la compuerta del vehículo vuelve a abrirse, esta vez mostrando a un corpulento hombre que tenía pinta de desayunar escorpión gigante todos los días.- ¿Ves? a un capullo como ese me refería yo. Eso si que tiene lógica...- le sigo diciendo mientras me acerco poco a poco al blindado y al hombre. Por suerte el hombre parece razonable y obvia todas las maldiciones que les he lanzado. Incluso me sigue la "broma".- Ese soy yo.- le respondo a la pregunta con una media sonrisa de culpabilidad y elevando el brazo derecho.- Pero después de haber asustado a la niña se me han quitado todas las ganas. No tenía ni idea que fuera a salir una niña pequeña de esa especie de tanque, así que lo dejamos para otro día ¿qué te parece?.- cuando le hago la pregunta ya estoy delante suya y la verdad es que el cabrón mide lo suyo.- Oye podrías decirle a Hiedra que no era mi intención asustarla o algo así. Verás ya se que hay cosas más importantes pero aunque no lo parezca no me gusta asustar a niñas pequeñas y no quisiera llevarme mal con ella desde el principio. Me disculparía yo mismo pero no creo que ahora se fie mucho de mi y tal...- le comento en voz baja mientras los demás transportan a Epsi...- Y por cierto, gracias por dejarnos pasar...

Tras unos minutos de espera se vuelve a oír ruido de movimiento cerca nuestro y después el sonido de otra compuerta abriéndose. Karim y yo dirigimos nuestras miradas a la vez hacia el lugar en cuestión para ver salir a un hombre bastante grande, tanto en altura como en masa corporal, de una compuerta diferente a la que usó la niña.

Escucho sus palabras y su voz ronca como si me hubiera hipnotizado. Realmente lo de la niña emergiendo de ese cacharro me ha dejado noqueada... ¿y ahora este tiarrón?
Tras terminar de hablar veo lógica en sus palabras... por lo de dejar hablar primero a la pequeña aprovechando su inocencia y bondad infantiles y voy a responder cuando oigo las palabras de Martin tras de mi y no puedo evitar sonreír ante la "bromita" que se acaban de traer el tal Zyor este y el rubiales.

Miro hacia atrás para comprobar que Clarisse trae como puede a Epsi y echo a correr para ayudarla con ello olvidándome de responder al hombretón del automóvil ese. Luego la acerco hasta el hombre y hasta la puerta que nos acaban de abrir y vuelvo a tomar la palabra:
- Lo que sea necesario os lo agradeceríamos, de veras... No sabemos qué es lo que le pasa, lleva un buen rato en estas condiciones y no auguran nada bueno. - respondo con toda la cordialidad de que era dueña cuando aún trabajaba como peluquera, había que soportar muchas señoras quejicas y niñas lloronas mientras tratabas de que mantuvieran la cabeza recta para no hacerles unas escaleras en el corte de pelo.