Partida Rol por web

Ummm... así que de eso se trataba esa expedición de la que Zyor nos había hablado... y para la que faltaban voluntarios, pienso una vez el doctor nos cuenta lo ocurrido hace tiempo.

- ¿No habría manera de enlentecer el proceso? En menos de dos días es imposible intentar llevar a cabo esa segunda expedición que quedó en el aire y regresar a tiempo de salva la vida de Epsilon. - respondo repentinamente animada. En el cacharro-móvil Karim y Martin se habían prestado a realizar tal viaje con ayuda de Zyor y de los pocos inmunes a esos bichos que pudiera haber... pero menos de dos días no podía ser tiempo suficiente para tal hazaña por mucho que el nido estuviera localizado, como para llevar, conseguir lo que se necesita y volver a tiempo.

Aquello no hacía más que entristecerme más y más a cada minuto que pasaba a pesar del repentino arrebato de esperanza.

Clarisse miró atónita a su compañera sin terminar de creerse lo que decía.

Es imposible. ¡Lo dicen en serio! Pensó. ¿En que cabeza entra la decisión de salir a cazar esas cosas con el estado en el que está todo? Se preguntó mientras observaba lo que les rodeaba. Incluso con un camión blindado y armado con la potencia del trasto que nos ha traido, un puñado de monstruos como los que nos sorprendieron sería el fín de cualquier intento de acabar con ellos.

La mujer descendió la vista para mirar a Epsilon y observar su estado. Se encontraba muy grave y no dudaba ni un momento en las palabras del doctor que atendía a aquella gente. Era muy capaz de ayudar en aquel entorno, pero se preguntaba si valdría para algo salir fuera de aquel refugio, una idea que por otro lado, la aterraba hasta incapacitarla totálmente.

La mujer asiente a Karim con una sonrisa dejando claro que el mapa es un regalo y cuando éste echa un vistazo superficial comprueba que además de algunas líneas que marcan caminos o carreteras y unas cuantas cruces con nombres igual de absurdos y referentes que "Washington's Colonial" también hay algunas líneas de colores que no parecen conducir a ningún sitio concreto y algunas de las cuáles surgen del pueblucho en el que os encontráis.

-Dios mío acabas de llegar y ya me siento como si fuera tu madre- responde a la petición de Martín arrebatándole el mechero de las manos y cambiándoselo por otro parecido pero que por el contrario todavía es capaz de encenderse.
-Al final parece que sí tendréis algunos regalos de bienvenida- cae en la cuenta riendo de forma bonachona hasta que se calla para quedarse pensativa.

-Libros... por aquí sólo tenemos novelas para entretenerse un poco y a la mayoría no les gustan. Puede que el doctor o el jefe tengan algo útil, no sé- se encoge de hombros y os da las indicaciones pertinentes para poder llegar a la chavola del médico (que en realidad ya sabíais dónde encontrar porque es donde están las chicas) y del jefe. En realidad en un espacio tan reducido no hay nada demasiado alejado.

-Como mucho podría retrasar la infección unas pocas horas pero por lo que sé ese nido no está tan lejos... El problema es "entretenerse" sin quererlo por culpa de los ataques, ya sea de los monstruos o de esos descerebrados que sólo piensan en sí mismos. Sin embargo puede que haya otra ruta... debajo de nuestros pies hay varios túneles a medio construir y creo que alguno de ellos conducía hacia allí. Por desgracia no os lo puedo asegurar pero si preguntáis a Wan seguro que os lo confirmará- asegura mientras se levanta de la camilla para dirigirse a otro de sus pacientes comprobando sus constantes y negando con la cabeza. Al parecer la evolución no marcha muy bien pero es normal teniendo en cuenta los pocos recursos.

-Eso contando con que no esté borracho, andará por el Saloon- añade repentinamente para volver a callarse de nuevo como si la conversación hubiera finalizado por su parte.

Muchísimas gracias señorita, ha resultado usted de una ayuda encomiable, le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros.

Karim parecía satisfecho, no es que hubiera conseguido todo lo que quería, pero sabía que sería una tarea complicada, y al menos no le habían cerrado todas las puertas. Si quería conseguir sus objetivos, tenía que tener un poco de esperanza y algo más de Fe.

Se dirigió a la puerta, y la abrió. Salir al mundo fue un duro golpe para sus ojos, se había acostumbrado a la luz del interior en el poco tiempo que había estado dentro, y fuera, el tiempo no hacia rehenes.

Se puso la mano como una gorra, para mirar a todos lados y espero a Martin. Aunque quisiera, ir directamente a hablar con el Jefe del poblado, lo cierto es que su compañero necesitaba ir a la cantina. Y si quería que este colaborara, antes tenía que dejarle un rato para el esparcimiento.

No se quería engañar, seguramente a él le hiciera la misma falta el rato de esparcimiento, pero era demasiado cabezota para reconocerlo.

No obstante, el no saber en qué estado estaba la pequeña. Y sonrió al darse cuenta de que mentalmente había catalogado a Epsi así. Cuando era evidente que era una mujer, y una que le hubiera arrancado la cabeza de escucharle llamarla así. Debía de ser por su enfermedad, o que quizás usara esa serie de comentarios para sentirse más hermanado a ella, como si fuera su hermana pequeña, en cualquier caso, lo que significaba, era que seguía preocupado por ella, y no tenía mucha fe sobre el médico local.

Habría que esperar, y aquello le resultaba incomodo. Pero no podía hacer otra cosa.

-¡Muchas gracias!.- contesto sinceramente ante la amabilidad de la mujer que me entrega un mechero que si funciona. Sinesperar un segundo me llevo uno de los cigarrillos a la boca y lo enciendo. Doy una larguísima calada de satisfacción y después expulso el humo lentamente.- Oh, si. Esto es vida. Hacía tiempo que necesitaba uno de estos. Gracias otra vez, le aseguro que le voy ha hacer buena publicidad de la tienda.- añado finalmente con una sonrisa

Salgo finalmente de la tienda, tras Karim que me estaba esperando.- Bueno tio, ¿y ahora qué?. ¿Crees que ya habrán terminado con Epsi? ¿O tenemos algo más que hacer?.- le pregunto esperando que tome una decisión. Es cierto que le había dicho que quería tomarme una copa, pero ya no me quedaban monedas y además siempre podía pedirle un trago a Epsi de la botella que le iba a regalar. Además ya habíamos hecho algo que yo quería, así que como buen colega me tocaba acompañarlo a hacer lo que él quisiera.- Por cierto...¿quieres un cigarrillo?. Aunque no tienes pinta de fumador.-añado con una sonrisa.

Karim miro a su compañero, parecía haberse criado en aquel poblado. Le sonrió.

Bueno, dejemos que el destino decida, deberíamos dar una vuelta, a ver que encontramos. Si no exploramos esto, puede que nos perdamos alguna cosa importante.

Y con la mano y la cabeza le indico que no tenia pensando fumar nada, estaba claro que Martin era un tipo con perspectiva, pero las perspectivas de Karim no pasaban por fumar. No recordaba haberlo hecho en sus sueños, aunque sus recuerdos cada vez fueran menos nítidos.

Empezó a caminar por el lugar, buscando los letreros de las cosas, quizás si se hacia una idea de lo que había allí podría pensar con más claridad.

No muy lejos... bueno, eso es un punto muy a favor de seguir con esta locura. Ya que no nos han dado nada por lo que vivir en esta vida, qué menos que intentar salvar vidas, muchas vidas, tal y como está de mal la cosa en este malsano lugar... pienso intentando convencerme a mí misma, sin mucho éxito realmente, aunque en el exterior más bien parece lo contrario cuando abro la boca:
- ¡Eso es una estupenda noticia! Si tan cerca está no deberíamos tardar tanto como para no poder salvar a Epsi... y tal vez a alguno más de sus pacientes, doctor, si logramos algo. - exclamo cambiando la expresió de la cara a una un poco más alegre o esperanzada quizá.

Luego miro hacia Clarisse, tan frágil y con una mente tan poderosa a la vez, es posible que todo esto la asuste, como a todos, pero si no quiere arriesgar su vida de una manera tan suicida lo entenderé, podría quedarse ayudando al doctor dado que sus conocimientos eran buenos en medicina por lo visto, gracias a lo que le enseñaron en esa vida ficticia.
- Creo que el tal Saloon ese es a donde han ido los muchachos... - le digo a la rubia en voz baja aunque me da un poco igual que el doctor intente escucharlo. Simplemente quizá es que prefiero no llamar la atención de la gente de esta "ciudad" más de lo necesario.

Sin pensármelo siquiera me pongo de camino a la puerta para salir a la intemperie de nuevo en busca de ese borracho y de los chicos que espero que no estén a estas alturas también borrachos, no les hemos dejado tanto tiempo solos como para ello...

-Bueno, ya hablaremos con él. Respondió Clarisse. Usted trate de mantener a nuestra amiga lo más estable posible, o al menos ralentice la intoxicación todo lo que pueda y si necesita de algún tipo de ayuda... bueno, búsqueme, mi nombre es Clarisse y tengo conocimientos médicos que podrían ayudar.

Viendo que Selene ya lo tenía mas que decidido, no dijo nada de momento, pero Clarisse no se sentía muy cómoda con la idea de salir a cazar a aquellas criaturas y sin embargo, en lo más profundo, una sensación, tal vez la comúnmente llamada intuición femenina, le decía que pronto se encontraría caminando bajo tierra muy a su pesar, rumbo a las fauces de unos enormes monstruos arácnidos que la esperaban con el apetito bien despierto.

-Volveremos a vernos. Dijo mientras se despedía para seguir a su compañera, y lanzó una mirada a Epsilon. Espero que la próxima vez en una situación más agradable que esta. De todas formas, gracias por la ayuda. Terminó diciendo antes de marcharse de allí y volver a atravesar la chirriante puertas por la que habían entrado al lugar.

Clarisse no se sentía con los ánimos fuertes. Al salir del lugar se dió cuenta de que las pocas esperanzas que había depositado en estar en donde se encontraban ahora, se habían disuelto como una pastilla efervescente en un vaso de agua. Sonrio lévemente al pensar en la comparación, pero la sonrisa le duró poco, era muy consciente de que la situación no había mejorado mucho con respecto a cómo se encontraban antes de llegar allí, aunque al menos ahora, no estaban solos.

Las chicas abandonan la consulta médica evidentemente sin Epsilon. Selene parece un poco más animada, como si tuviera algo en mente, por el contrario Clarisse se muestra un poco más abatida que antes de llegar al pueblo.

Desde su posición un poco elevada ambas distinguen con facilidad a sus dos compañeros merodeando entre las pasarelas con curiosidad y cierta calma. Parece que están inspeccionando el lugar y dada la poca cantidad de gente que lo habita tampoco resulta muy difícil.

No parece que hayan pasado por el Saloon o quizá es que simplemente han pasado muy poco tiempo en él porque lo que resulta evidente es que Martin ha conseguido sus preciados cigarrillos y una botella de algún líquido similar al ron en apariencia.

Clarisse señaló a los dos hombres con un gesto de cabeza cuando los vio, para que Selene se fijará también en ellos, y luego caminó hacia la pasarela en la que se encontraban siguiendo a su compañera. Cuando llegaron a donde se encontraban los saludó apáticamente con la mano antes de apoyarse en la herrumbrosa barandilla de la pasarela para mirar aquel asentamiento desde la perspectiva que les daba la altura.

-Veo que has encontrado lo que buscabas Martin, disfrútalo mientras quede algo de eso en este planeta. ¿Qué tal ha ido el paseo? Preguntó. El nuestro no ha sido muy agradable. No nos han dado muchas esperanzas para Epsilon, salvo que nos vayamos de cacería. Comentó enigmáticamente.

La mujer rubia no tenía muchas ganas de hablar, y dejó que Selene diera todas las demás explicaciones mientras ella dejaba vagar la vista sobre la zona que había bajo ella.

Una vez fuera no nos cuesta demasiado encontrar a los muchachos, es difícil no ver la enorme espalda de Karim incluso a lo lejos.
Nos acercamos a ellos, el silencio invade el lugar y ni Clarisse ni yo estamos realmente muy animadas tras lo hablado con el doctor aunque sigo intentando autoconvencerme de que no es un suicidio.

Cuando llegamos junto a los chicos nuestra rubia les pone al día sobre el estado de Epsilon pero se deja en el tintero la única solución al problema al menos de labios del doctor así que, antes de que ellos digan nada, abro la boca:
- Nos... ha dicho que le quedan como mucho unas 40 horas de vida a Epsi... y que el único remedio para evitar que nos abandone es conseguir la sangre envenenada de esos bichos, Vytrus o escorpiones o lo que demonios sean. Nos ha dicho que bajo nuestros pies hay unos túneles que deberían llevarnos hasta... bueno, hasta ellos. - digo casi del tirón para no asustar demasiado con la propuesta. Ahora espero un momento que aprovecho para coger aire.- Nos ha contado que en la última expedición solo sobrevivieron Zyor y otro más, un tio llamado Wan que debería estar seguramente borracho en el Saloon...

Dicho esto último señalo con mi dedo derecho índice al lugar sobre el que hay un cartel cuyo rótulo anuncia "SALOON" con letras claras a pesar de la mugrienta suciedad del cartel.

Tuerzo el gesto ante las noticias que traen las chicas que no son nada buenas. Es increíble lo poco que dura la alegría en ese puñetero planeta. La verdad es que la culpa es mía por haberme creado falsas esperanzas, cuando el estado de Epsi era más que evidente. Pero no pensaba que le fuera a quedar tan poco tiempo.

-Si, la tienda esa tiene muchas cosas, incluso me ha "regalado" un mechero la buena mujer. Si queréis un pitillo sólo pedirlo, aunque sólo tengo unos 6 o así.- respondo algo apático a mi amiga Clarisse claramente afectado por las malas noticias. Doy un par de rápidas caladas a mi cigarrillo antes de volver a hablar.- Joder, no pensé que estuviera tan jodida. ¿Sólo 40 horas?...Y pensar que le había comprado esta botella de regalo para cuando se pusiera buena...- niego con la cabeza pensando en que he desperdiciado las "monedas" que me ha dejado Zyor, aunque en este pueblo todo funciona por trueque y puede que consiga algo por esto.- Bueno, entonces cambio de planes. Si sólo tenemos que bajar ahí y traernos sangre de bicho, le traeré una botella como esta llenita de repugnante sangre de Vytrus.- como si fuera tan fácil.

Me termino el cigarrillo y lo tiro al suelo para pisotearlo, no vaya a ser que se forme un incendio, y ya de paso decargo un poco de frustración.- Vayamos a hablar con el tal Wan a ver que nos cuenta. En cualquier caso necesitaremos armamento para bajar ahí, así que le pediré algo a Zyor y si no pues ya encontraremos la manera de conseguirlo. Andando, no podemos perder ni un segundo.- digo dando unas palmaditas para que nos demos prisa. Y yo que pensaba relajarme un poco...- Incluso sería recomendable dividirnos e ir unos a ver a Zyor y otros a hablar con Wan. Ganaríamos tiempo. Si lo haremos así. Voy a ver a Zyor, ¿quién se viene? Los que vayáis a ver a Wan llevaos la botella. A lo mejor podéis cambiarla por algo.- e repente tomo el mando aunque no pretendo dar órdenes a nadie. Más bien estoy haciendo reflexiones en voz alta.

Tuneles bajo el poblado que llevaban hacia la guarida de los bichos. Aquello no tenia sentido. Nadie viviria seguro si eso fuera asi. Saco el mapa que tenia y miro todas las lienas y puntos cerca de su posicion.

No le parecia sensato que nadie viviera tan cerca de sus enemigos naturales. Aquel pueblo era un misterio entonces. Tenia curiosidad por ver a ese tal Wan, porque si el alcohol escaseaba, el dinero tambien, y habia que realizar trueques, era poco probable que nadie pudiera manterse borracho mucho tiempo.

Yo voy a ver a ese tipo al Saloon. Tengo curiosidad.

Llevaba tiempo gestando un plan, igual de suicida como el que proponia el doctor. Pero no pensaba que fuera posible realizarlo tan cerca de la capital. Si es que se la podia llamar asi.

Lo mismo le daba un lugar que otro. Pero empezaba a pensar que el sitio al que habian llegado tenia mas secretos de los que podian ocultar sus calles llenas de polvo.

El ofrecimiento de Martin respecto al tabaco y los cigarrillos que había conseguido me tentaron por un momento, pero me daba la sensación de que en mi vida ficticia no era fumadora y no me hacía ninguna gracia comenzar a serlo ahora por muy estresada que estuviera por culpa del estado de Epsilon.
La idea de Martin era buena, especialmente para ir ahorrando tiempo sobre la marcha... y dado que Clarisse era la más inteligente tal vez convendría que al menos ella sí fuera a tratar con ese tal Wan. Cuando Karim se ofreció rápidamente a hacer eso mismo yo también me decidí:
- Bien... pues si tú - digo mirando a Karim- vas a ir al Saloon... Yo creo que acompañaré a Martin a hablar con Zyor, no veo que mi presencia sea necesaria para hablar con ese tal Wan. ¿O quieres que vaya yo en tu lugar, Clarisse? - esta vez me giro a mirarla a ella a la vez que le hago la pregunta. No quiero que por eliminación ella se vea obligada a ir al Saloon, tal vez ni siquiera quiera moverse del sitio y prefiera quedarse con el doctor... quién sabe.

Clarisse miró a Martin con desidia girando lévemente la cabeza desde su posición apoyada en la barandilla de la pasarela, y estiró la mano para tomar uno de los cigarros, pero la primera calada despues de encenderlo hizo que se convulsionara entre sufridos tosidos de ahogo.

-¡Aaargh...! ¡Joder! ¡TJO, TJO, TJO!

Cuando recuperó el control, alzó el humeante cigarrillo frente a sus ojos, tomándolo con el pulgar y el indice, y lo observó detenídamente .

-Hmmm... esto es lo que me faltaba, sobrevivir a escorpiones gigantes, y pirtas del desierto, para morir asfixiada por el humo alquitranado de un cigarro. Creo que no estoy hecha para disfrutar de este placer.

A Clarisse le sabía mal desperdiciar algo que podía ser tan valioso en un lugar como aquel, de modo que no lo tiró de primeras y se lo devolvió a Martin, por si se lo quería terminar él.

-No, está bien Selene, acompañaré a Karim. Le respondió a su compañera. El doctor que está tratando a Epsilon dejo bien claro el vicio de ese tal Wan, así que la botella podría venirnos bien para hablar con él. Le dijo a Martin mientras con una mano le ofrecía el cigarro, y extendía la otra para coger la botella.

Os despedís de vuestros compañeros y nuevamente os dividís en pareja aunque esta vez distintas a hace apenas un segundo.
No os cuesta mucho encontrar la salida de la reducida Colonia y esta vez se encuentra abierta de par en par a pesar de que varios tipos armados siguen vigilando la tosca muralla desde arriba.

Fuera os topáis con Hiedra, la cuál está correteando y jugando con un rechoncho perro de pelo revuelto que no deja de seguirla y ladrarle animadamente.

Optáis por acercaros más al vehículo que os trajo hasta este lugar y en uno de sus laterales dais con Zyor trasteando en un panel que no sabéis muy bien para qué debe servir pero suponéis que debe de ser importante a juzgar por el aspecto complicado que transmiten sus numerosos cables y pequeñas tuberías.

-Eh, ¿ya estáis aquí de nuevo?- pregunta un tanto sorprendido mientras se limpia las manos aceitosas en un trapo ya sucio de por si -¿Qué os ha dicho el doctor?- pregunta arrugando la frente, probablemente conociendo la respuesta aproximada pero procurando mostrarse interesado.

Sonrío al pasar junto a Hiedra que juega tranquilamente con un perro y por un momento envidio esa inocencia que, a pesar de todo lo malo de este planeta, la niña sigue conservando. No estaría bien que creciera demasiado antes de lo debido.

Sigo a Martin hacia el trasto que os ha traído hasta aquí que sigue en el mismo sitio donde paró, justo delante de los muros de esta ciudad. Y ahí está Zyor, por lo visto intentando arreglar algo... que seguramente yo ni conozca y haya sido a causa del ataque de hace unas horas. Tal vez Clarisse pueda ayudarle a arreglar lo que sea eso.
Cuando nos acercamos lo suficiente es cuando se percata de nuestra presencia y nos saluda con cierta alegría. Sin embargo, en cuanto pregunta por lo hablado con el doctor noto que me derrumbo a marchas forzadas, no me gusta admitir que Epsilon está muriendo mientras nosotros seguimos rondando por aquí.

- El... el doctor no nos ha dado buenas noticias, como ya imaginábamos. Le ha dado unas 40 horas de vida aproximadamente antes de que la infección pueda con ella. Sin embargo... - me detengo un momento antes de seguir-: nos ha hablado de los túneles que hay bajo esta ciudad y que al parecer llevan directamente al nido de esos malditos bichos, cuya sangre es la única posibilidad de salvar su vida según lo que nos ha comentado el doctor. - comento sin mucho entusiasmo. Tal vez Martin quiera intentar convencerle de que nos acompañe en tan suicida tarea pero de momento yo guardo silencio.

Tras despediros de vuestros compañeros ambos os dirigís al Saloon "armados" con la botella de licor que os ha cedido Martin.
El local resulta ser un pequeño cuchitril que dentro de lo que cabe está en condiciones. Justo frente a vosotros se encuentra la pequeña y destartalada barra que un hombre de pelo cano y parche en el ojo se afana en limpiar con un trapo que se deja en el hombro al veros entrar.

-¡Bienvenidos! Tenéis pinta de necesitar una dosis triple...- comenta burlonamente quiñándoos su único único.

Hacia la derecha se encuentran dispuestas varias mesas redondas y pequeñas de metal acompañadas de varias sillas. Una de ellas está ocupada por un grupo que juega al póker y en la otra descansa un tipo de edad avanzada y aspecto oriental que parece más dormido que despierto.

En un rincón, un par de jovenzuelos apenas mayores de edad ríen y se insultan mientras juegan una partida de dardos.

Karim hace un gesto negativo con la mano ante la propuesta de un triple, que hace el camarero. No es que no le guste beber, es que no tiene claro que se refiera a bebida.

Negocios.

Fue lo unico que dijo mientras echava un vistazo rapido por el local. No habia mucha gente, asi que suponia que no seria demasiado dificil encontrar a alguien alli.

Se fijo en el viejo de aspecto oriental. No es que supiera de serguro que fuera el. Pero algo en su cabeza le decia que era su hombre. Quizas fuera porque daba el aspecto de estar mas hecho polvo que el resto. Cosa que casaba con la nimia informacion que tenia de el.

Puede que fuera que nadie estaba con el. Era como si fuera un apestado dentro de un lugar, un mundo donde todos eran apestados. O puede simplemente que fuera que asociaba de alguna manera el extraño nombre con aquel tipo seudo oriental.

En cualquier caso, volvio la mirada al ojo sano del Barman, y señalo con la mano hacia el viejo oriental.

¿Wan?

No espero una respuesta, puesto que estaba claro que si estaba el objetivo alli, no estaba en la barra, pero espero alguna confirmacion por parte del dependiente, que asintiera con la cabeza, o quizas que dijera que si, que se trataba de la persona que el andaba buscando.

Se puso en marcha, no tenian toda la vida para hacer lo que tenian que hacer.