Partida Rol por web

-ya estamos cerca...- dice entre susurros. La ropa la tenia empapada y un escalofrío recorría todo su cuerpo, necesitaba quitarse esa ropa de inmediato y entrar en calor pronto. Agarra la mano de su compañera, era cálida y agradable, la hacia sentir bien y protegida.

Sentirme aferrada a Mai era como tener un ancla. Era saber que no importaba lo que pasara, siempre estaria alli, evitando que la corriente me llevara y me perdiera para siempre. Mai siempre habia sido una muy buena amiga, pero ahora, ahora era una parte importante en mi vida, la unica en la que confiaba. Dios. Espero que no nos pase nada...

Asiento a su comentario, temerosa de hablar, mis ojos recorren todos los rincones, buscando y exaltandome con cada sombra. El agua continua cayendo sobre nosotras, implacable.

Estaban en una zona nueva y cerca de su destino, no sabían que se iban a encontrar allí pero peor era estar en el intemperie. Cada zona nueva que entraba miraba de lado a lado buscando cualquier cosa sospechosa.

Siguiendo a Mai y sin perder de vista los alrededores, descubri que el templo estaba muy cerca. Casi no cabia en mi de la alegria... Pero estaria vacio? Habria alguien mas alli? Tome aire, tranquilizando los latidos de mi corazon, habia que ser fria. Todos pensarian que soy debil, asi que debo aprovecharme de eso...

El templo fue una decepción, no se le podía llamar templo ni lo mas remotamente posible, consistía en una especie de altar, con un grabado en una piedra y dos bancos de piedra helada delante en diagonal. Justo delante del altar, un pequeño receptáculo para hacer ofrendas.

Todo el estaba cubierto por un pequeño porche que lo protegía débilmente de las inclemencias.

Por suerte no muy muy lejos de ahí una pequeña construcción surgía entre los arboles, habia una pequeña cabaña de bambu y techo de madera. No era mas grande que una cabaña de pastor.

El templo es una nueva descepcion para mi, aunque casi me lo esperaba. Nuestra mala suerte aumenta con cada minuto que permanecemos en ese lugar, como si a alguien le alegrara vernos sufrir. Mas alla veo una cabaña... muy prometedora. Eso si no estaba ocupada claro.

-Acerquemonos en silencio- le susurre muy bajito al oido de Mai. Miraba hacia todos lados, esto olia a trampa y no dejaba de sentir a mi corazon golpeandome el pecho, como queriendo escapar de alli y ocultarse en un agujero oscuro.

Te acercas en silencio pero no ves nada raro.

Con muchisima cautela me acerque a la cabaña, no podia creerme que estuviera desocupada. Pegue mi oreja en la pared, llenandome la cara de humedad y moho. El sonido de la lluvia me distraia, pero quizas podria escuchar aunque sea algo... no queria entrar y encontrarme de cara con unos potenciales asesinos.

Si nada parecia escucharse, me arriezgaria a abrir la puerta, con lentitud y el frasco listo... Mierda, ese frasco solo serviria si lograba darle en los ojos con el polvo. Una posibilidad entre mil.*

No escuchas nada, parece ser que esta vacia o no hay ruido.

Notaba mi cuerpo temblar, tanto por el frio como por el miedo, mi corazon parecia que acabaria de un momento a otro colapsando mi pecho a base de golpes. Camine hasta la puerta y con mucha lentitud la abri... No sabia que me econtraria, un balazo, una puñalada o una sonrisa... o tal vez solo oscuridad. Mire hacia dentro, esperando que en verdad no hubiera nadie alli, le hice señas a Mai para que se mantuviera alejada, por las dudas...

Abriste la puerta y realizo unn chirrido que por t es como si se hubiera escuchado por toda la isla, pero apenas lo escucho mai a lo lejos.

El interior estaba completamente vacio, tu haz de luz ilumino el suelo de madera, pero habia una cantidad de polvo considerable, hacia mucho tiempo que no entraba nadie aqui sin duda.