Me felicito silenciosamente por mi buena suerte. Puede que Iseya sea más provechoso en muerte de que lo que fue en vida, eso si consigo que aterricemos juntos… o al menos, no demasiado lejos el uno del otro.
Si marcamos el mismo color el cilindro se mantendrá junto. Si por el contrario marcamos algo diferente se separaran antes de llegar. – Bueno. Está claro que lo mejor que puedo hacer es no pulsar nada y esperar a que se agote la cuenta atrás. Estamos cayendo rápidamente hacia el suelo así que cuanto más tarde, más posibilidades hay de que Iseya, y lo más importante, su mochila, no aterricen demasiado lejos de mi posición.
Hago una señal a mi compañera con la mano, espero que lo entienda.
Golpeo el cristal para llamar la atención de Goushi. Lejos de complicarme la vida, primero señalo las letras de color rojo que hay en mi sudadera, luego, aunque no pueda verlos, señalo en dirección a los dos botones.
Asiento con la cabeza convencido de que lo habrá entendido.
Tras hacerle las señas a Goushi pulso el botón rojo, espero que mi amigo quiera que empecemos juntos.
El contador de tiempo va agotandose rapidamente 15....14.....13....
Verde!, pulso el Verde!
... creo que solo va al Master
Cuando veo caer la bolsa, me agacho corriendo a abrirla para ver lo que tiene. Pero me encuentro con un candado con una luz roja. Miro a mi compañero con el miedo en mis ojos. Me incorporo rápidamente, pues sin darme tiempo a pensar una voz en off comienza a informarme de como funciona todo. Ya había empezado y algo había cambiado. El corazón se me acelera, tenía un sentimiento de pánico y ganas de correr que no podía controlar. Estaba nervioso y ansioso por que terminase todo aquello. Ahora mismo no pensaba en matar a nadie, solo en salir vivo de allí.
Cuando aparecen los dos botones, me dirijo rápidamente hacia el botón que indica que los dos vamos a caer juntos. Miro a mi compañero y veo que me está haciendo señales. Asiento con la cabeza tan rápido y fuerte como puedo.
- ¡Vamos!
Grito sin saber si me puede escuchar.
Cuando veo caer la bolsa, me agacho corriendo a abrirla para ver lo que tiene. Miro a mi compañero y me incorporo rápidamente mirando hacia el techo. Pasados unos minutos mi mano derecha se dirige hacia un lateral del habitáculo, miro a mi compañero y asiento con la cabeza tan rápido y fuerte como puedo. Gesticulo con la boca un grito.
uy!! pulso botón verde XD
La situación es irreal, pero así debe ser. El transporte aéreo, las cápsulas....todo es como en un concurso malo, de esos de cadena para zombificados. El viaje se inicia y al rato nos sueltan. Miro a mi compañera a través del cristal mientras caemos, con la sensación de ingravidez acentuándose en mi estómago. Un par de segundos después me golpeo contra el suelo de la cabina, pero el dolor es soportable. Estamos cayendo más lentamente, supongo que con un paracaidas. Una mochila cae a mi lado.
Intento ver cómo puedo abrir la mochila, pero parece imposible, pues tiene un candado electrónico que la cierra con un obvio color rojo. Escucho el mensaje y miro a mi compañera de nuevo, Nº 2- Minato Kurosawa, veo los gestos que hace y asiento dos veces. Levanto la mochila y enseñándole el candado y el piloto de la misma, lo señalo claramente y levanto el pulgar y hago una cuenta atrás.
3...2....1....y pulso.
Nervioso por la situación mire a mi compañero e intente entender lo que decía, asentí levemente tras pensarlo tras mirar ambos botones.
Y pulso el botón rojo.
Apretó el botón rojo.
Yui Akiyama permaneció desperada al verse encerrada en aquel lugar, las lágrimas pugnaban por salir por sus mejillas formando regueros de sal cuando repentinamente la pantalla se iluminó. Entonces pareció advertir que enfrente se encontraba Nº 3- Masaru Oki.
Le miró con extrañeza y tras dudar un rato pulsó cerrando los ojos
Nº 3- Masaru Oki tenía una cara que daba miedo, sin embargo la perspectiva de aterrizar en la isla sola era de todo menos halagüeña... Dudó unos instantes y entonces decidió pulsar el botón de juntos.
Rikafu estaba molesta por el gesto que había hecho su compañero, Nº 5- JOHN CHO. Quizás porque había malinterpretado lo que había querido decir o quizás porque lo había interpretado bien pero no le gustaba. O quizás porque no entendía nada de su señal. Sea como sea, ella hizo la suya.
Mordiendose el labio, hizo una pequeña e insignifante herida que llenó su boca de sangre, pasando un dedo por el labio herido, esta mujer le mostró a Nº 5- JOHN CHO el dedo manchado, mientras que con la otra mano, simplemente señalaba a dicho dedo.
Tras esto señaló hacia donde ella tenía los botones, uno verde y otro rojo.
Pulso el botón Rojo
ROJO
Misuku pulsa el botón de la izquierda
Pulso el botón verde.