Partida Rol por web

Aun no estoy seguro de haberme librado del influjo del Zug, por lo que me quedo rezagado buscando mis armas y en cuanto de con ellas, miro a Rikard que observa hacia afuera. Existe una quietud lugubre y no pareciera augurar nada bueno.
La contaminación del Zug es muy fuerte en mi ahora, no se cuanto pueda resistirla. Huyan que yo intentare buscar las huestes y camuflarme.
Quizas no puedan darse cuenta que aun conservo mi dominio. Si volvemos a encontrarnos busquen la forma de probar de que lado estoy. Intentare lonerar del yugo deñ demonio a cuantos pueda.

Sientes como algo cálido recorre tu mejilla, es unal lágrima que al tocarla y mirarla ves que es sangre. Tu vision se nubla, todo lo ves blanco. No notas tus piernas, ni tus brazos, y una voz resuena en tu cabeza -Acaba con ellos, y ven con nosotros...

Veis como Adarian se ha quedado como pasmado mirando al frente, no reacciona, y de sus ojos estan saliendo lágrimas de sangre.

Recojo mi equipo con cierto optimismo, parece que con mi hacha en la mano me sentía mas seguro; aunque recordando lo que habíamos visto hasta ahora el optimismo se esfumó tan rápido como llegó.

-¿Ves algo interesante Rikard?- le pregunté acercándome a la ventana y quedándome observando unos segundos para después preguntarle al paladín -¿alguna suge...? ¡Pero qué...!- no fui capaz de terminar ninguna de las dos frases al ver como las lágrimas de sangre le resbalaban por la mejilla.

Me apresuré a agarrarlo por los hombros y sacudirlo con fuerza -Resístete, tienes que ser mas fuerte- le decía mirando a Adarian con desesperación. 

Encierrenme en la celda y huyan idiotas!
Grite desesperado apenas pudiendo controlar mi cuerpo. Aquella voz me instaba a matar, a acabar con la amenaza que representaban. El Zug era demasiado poderoso, no habia forma de resistirse.

Agaché la cabeza suspirando en un gesto de impotencia; no sabía como ayudar a Adarian y eso me carcomía por dentro... si solo pudiera enfrentarme cara a cara, en combate singular con ese maldito zug y cortarle la cabeza a hachazos sería todo tan sencillo. Pero claro, nunca nada era tan fácil.

Maldije entre dientes mientras empujaba sin soltarlo, al paladín hacia el cuarto de donde habíamos recuperado las armas. Una vez estaba dentro lo miré a los ojos con rabia -se fuerte amigo, te libraremos de ese demonio- acto seguido tiré de la palanca que movía los contrapeso y permanecí unos segundos inmóvil viendo como el mecanismo cerraba la puerta terminando en un sonoro "clanc". Ya estaba hecho, y aunque no me gustaba la idea tenía que reconocer que seguramente fuera lo mas seguro para todos.

Apreté con fuerza el puño con el que sostenía el hacha y me dirigí a Rikard -¿Nos vamos ya?.

Estás en la celda, de repente todo se pone en blanco y poco poco empiezas a darte cuenta que todo se desvanece al tiempo que una voz oscura retumba en tu mente -Ya eres mio...-

Rikard esta oteando el exterior, Adarian está encerrado en la habitación donde estaban las armas, Oswin está sosteniendo la situación, y Kuroe también está vigilando. La noche avanza, en la calle no se ve a nadie, y el silencio solo es roto por el sonido del viento.

A través de la ventana podeis ver como la calle está despejada, y reconoceis la calle por la que llegasteis al pueblo la misma que desemboca al camino del bosque.

Arubino sobrevuela el cielo, y por el conocimiento que teneis de la situación sospechais que casi todo el pueblo debe estar o muerto o sometido al embrujo de los demonios.

Todo esto ronda por vuestra mente, pues esta tranquilidad tan antinatural y el poco movimiento es lo que provocan, un exceso de pensamientos que podrían ser tan verdaderos como falsos.

Teneis poco tiempo pues como aventureros que sois sabeis que la situación pronto cambiará, por lo que debeis tomar una decisión.

Seguí impasible, delante de la puerta mirando a mis compañeros -¿Sabemos si Arubino ha visto algo que nos pueda ser de utilidad?- pregunté a Rikard tratando de buscar algún hilo del que tirar para poder continuar

-No sabría decirlo solo viendolo desde aquí lo único seguro es que me busca -dije apartando la mirada de la ventana tras un profundo suspiro- Todo esto me da escalofríos hay algo muy raro ahí fuera ¿tu que piensas?

Agarre fuerte mi espada el malestar que tenía desde hace rato estaba creciendo.

Arubino presiente tu presencia y vuela directo a tu ventana, cuando Rickard lo ve abre la ventana sin hacer demasiado ruido.Arubino se sube al hombro y con pequeños graznidos y picoteos que Rickard entiende a la perfección le indica que un grupo de endemoniados estan entrando en la taberna de Fher en tropel. En ese momento escuchais dos fuertes golpes, uno proviene de la habitación donde encerrasteis a Adarian. El otro procede del fondo del pasillo de la zona de las celdas, es decir, de la entrada secreta a la prisión.

Me sobresalté al escuchar los golpes -si nos han seguido tan rápido es obvio que el tiempo se agota todavía mas deprisa- miré a Rickard con cara de circunstancias y dejé escapar un suspiro de frustración. Esta era una de esas ocasiones en las que me sentía superado por los acontecimientos. Enfrentarse cuerpo a cuerpo con un demonio era algo que probablemente acabaría muy mal. Teníamos que buscar una alternativa.

-Volvamos a los pasadizos, quizás encontrar al cazador de demonios sea nuestra única esperanza de poder vencer al Zug, suponiendo que todavía siga ahí- les dije dando unos pasos iniciando el camino hacia las celdas -y si los endemoniados se interponen en nuestro camino recordad que hay que intentar no matarlos... aunque sea complicado tenemos que intentarlo.

Acaricio a Arubino mientras Oswin habla.

-No tenemos mucho tiempo y si entramos en ese túnel estaremos atrapados por completo pero tampoco nos quedan muchas mas opciones así que adelante -escucho la parte de no matarlos- Tch no me gusta nada eso pero de acuerdo solo hay una condición en una situación de vida o muerte no dudare en rebanarlos de arriba a abajo.

Sin dejar opción a respuesta entre en el túnel con las ideas turbias. Si tan solo en el primer encontronazo hubiera acabado con el nada de esto habría ocurrido. No puedo evitar culparme por exponer a toda esta gente a tal peligro por que tal vez si en aquel momento mi espada hubiera sido un poco mas certera...

Os dirigis directamente hacia la puerta que da a los túneles, detectais la pequeña palanca que la abre y se abre con un crujido, al abrirse al principio solo veis oscuridad pero antes de podais hacer nada os dais cuenta que decenas de ojos rojos os miran desde la oscuridad del tunel secreto. Decenas de endemoniados os están observando y se lanzan hacia vosotros con una furia infernal.

No podía creer lo que veía -Nooo- dije al ver los ojos rojos aparecer en la oscuridad -¡media vuelta muchachos!- grité empujando con la espalda al mas cercano de mis compañeros.

Aunque me lanzase a la carga no creía que pudiera salir victorioso ante tal cantidad de poseídos, desgraciadamente bajar a los túneles había sido una muy mala idea. Si conseguíamos retroceder y seguir vivos tendríamos que pensar rápido en una alternativa mas eficaz.