Partida Rol por web

Leyendas de Alleriah

La Mano Traidora

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05/03/2017, 21:09
Director

Tras la exitosa maniobra de Sora, la pareja de aventureros logró seguir avanzando en la cueva.

Les bastó tan solo un par de minutos antes de llegar a una gran sala circular, la cual estaba patas arriba. ¿Era esto lo que protegía la trampa?

Un vistazo con atención revelaría que aquella cueva parecía una especie de refugio, quizás para un pequeño grupo de rateros (porque no hay hueco para muchas personas).

Había más de un par de cofres, todos ellos ya abiertos como si alguien se hubiese adelantado, saqueando (o llevando a un lugar seguro) todo lo que pudiese tener valor.

Parecía que aquella cueva no daba para más...

Notas de juego

Narrad vuestras impresiones, parece ser que aquella cueva era un refugio de ladrones, pero ya alguien se ha adelantado (o los propios ladrones han trasladado todo a otro sitio). Podéis abandonar la cueva con normalidad, y si seguís con vuestro trayecto a villa risueña debéis hacer una tirada de 1d100 (pero solo uno de ustedes)

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05/03/2017, 21:46
Sora Hannï

Decepción, frustración y rabia. Todo eso era lo que sentía en aquellos momentos que, después de realizar el esfuerzo más haber conseguido otro más que posible enfrentamiento con Aramiel, no habíamos logrado nada. Seguramente la trampa había quedado activada cuando los ladrones, o quien fuera que hubieran ocupado aquella cueva, se habían ido, o simplemente la habían puesto para despistar a los incautos como yo.

Bufé enfadada ya que, estaba convencida de ello, hubiéramos conseguido un buen botín que nos ayudaría bastante en nuestra misión si hubiéramos llegado antes. Pero ya no había nada allí, se lo habían llevado todo... robado o cargado por los ladrones, era igual, y a mí poco me importaba quién tuviera el contenido de aquellos cofres ya que no iba a ser para nosotros.

Ni una mísera moneda. Nada... no queda nada, se lo han llevado todo. —No podía ocultar la rabia en el tono de mi voz—. Pero por lo menos lo hemos intentado. Será mejor que nos vayamos.

Di media vuelta para volver por donde habíamos llegado, caminando a paso vivo dado el enfado que tenía hasta llegar de nuevo a la luz exterior.

Notas de juego

Esta vez dejo a mi compañero tirar.
 

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06/03/2017, 16:04
Aramiel Alercerojo

Aramiel pudo sentir como Sora dudaba de sus palabras, por lo cual fue la razón de ofrecer la oportunidad de retirarse. Ciertamente Aramiel había puesto a prueba a su compañera, si bien el esperaba que actuara precipitadamente, le sorprendió que le ofreciera retirarse de la cueva. El mundae no podía retirase y dejar a su compañera, así que simplemente se aferró a su bastón y aguardo mientras ella desactivaba la trampa. Fueron unos momentos de tensión para él, pensaba en todo momento que acabaría mal, pero suspiro de alivio cuando Sora término de forma impecable su trabajo.

Ambos caminaron raudamente hacia el interior de la cueva, hasta llegar a una pequeña sala con un par de cofres abiertos. No se necesitaba ser un genio para darse cuenta que ahí no había nada, todo había sido llevado a otro lugar. Aramiel se sintió decepcionado, pues lo que hubiera en esos cofres habría sido de utilidad para ambos. El no pudo evitar darse cuenta de las emociones de su compañera, pero prefirió permanecer en silencio. A veces las palabras ayudan, pero en ciertas ovaciones el silencio es la mejor opción. Esa fueron las palabras que llegaron a su mente, palabras de un viejo y sabio amigo.

-La sigo, mi señora Sora. Dijo el mundae mientras Sora ya caminaba hacia la salida. 

Mientras caminaba, Aramiel pensaba en que si bien lograron obtener una ganancia física, si lograron un pequeño avance en su relación con Sora. Poco a poco él lograría entender mejor a su compañera y más adelante lograr una sinergia entre ambos, una que sería provechosa para ellos y para el gremio.

 

 

- Tiradas (1)
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07/03/2017, 20:03
Director

 

Notas de juego

En esta última etapa del viaje deberéis narrar que empezáis a sentir fatiga por el trayecto recorrido. Tras narrar vuestras sensaciones debéis tomar la decisión de si parar y descansar (pasar la noche) durmiendo al raso o continuar adelante (quedándoos con un penalizador por fatiga)

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09/03/2017, 15:52
Aramiel Alercerojo

Aramiel no quiso hablar, esperaba que su compañera se calmara tras la incursión en la cueva. El conocía bien la sensación de fracaso, sobre todo cuando ocurría por decisiones propias. El mundae le costaba demasiado sobreponerse a situaciones como aquellas y a pesar de que no le agradaba cuando alguien le decía que todo estaría bien, al menos paleaba un poco la sensación de decepción. 

No sabia cuando tomar la palabra, y mientras mas pasaba el tiempo, comenzaba a notar el agotamiento en su cuerpo y mente. Aramiel no recordaba bien cuando había comido como se debe y la tensión en la cueva, había agotado un poco su mente. Ahora comenzaba a divagar de vez en cuando en su mente sobre la misión y sobre el pasado, mientras sus pasos se arrastraban mas e iba mas despacio.

- Mi señora Sora - Dijo el munda pasándose la mano por el rostro agotado- Creo que necesitamos descansar -Hizo una pausa y continuo- Yo necesito descansar- Se detuvo un momento apoyado en su bastón y recobro el aliento- No me encuentro en las mejores condiciones, hace mucho tiempo que no me he alimentado bien y.....- frunció el ceno y se quedo pensando un momento, buscando las palabras que se le escapaban de la mente- Lo siento, estoy agotado mi señora. Apenas si puedo pensar correctamente. 

Aramiel no podía dar un paso mas, estaba muy agotado para continuar y pensar al mismo tiempo. Sus músculos comenzaban a gemir ahora que se había detenido y el frío se acumulaba en sus extremidades. Su mente se embotaba y solo pedía entregarse al dulce abrazo del sueno. Pero a pesar de todo, no podía tomar la decisión de descansar, su compañera debía de estar de acuerdo con el. Pero Aramiel presentía que ella querría seguir adelante, después de todo ella estaba en mejores condiciones físicas y era una exploradora nata.

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16/03/2017, 12:13
Sora Hannï

Comprobar que el esfuerzo y el riesgo corrido al entrar en aquella cueva no habían servido para nada,  me sumió en un mutismo que no ocultaba el enfado que sentía. No era un enfado contra Aramiel o el resto del mundo, simplemente era impotencia y frustración ante lo ocurrido.

Salimos de la cueva y comenzamos a caminar. Había que centrarse en la misión encomendada y, por mucho que la exploración y la promesa de otras aventuras me atrajeran, no podía perder de vista lo importante que no era otra cosa que el trabajo que nos habían encargado.

Aceleré el paso, quizás como forma de expiar la culpa que sentía por haber perdido el tiempo inútilmente. Pero incluso yo, acostumbrada a las largas exploraciones, caminatas y a los días pasados a la intemperie, comenzaba a acusar el esfuerzo y el cansancio tardó poco en aparecer.

Necesitábamos acampar durante la noche que ya se nos echaba encima. Comer algo y, sobre todo, dormir para poder estar en forma el día siguiente. Pero daba la impresión de que ningún lugar por el que pasábamos me parecía el adecuado para montar nuestro pequeño campamento.

No fue hasta que Aramiel me sacó de mis pensamientos, con una voz cargada de un cansancio que ya no podía disimular, que no me detuve. Miré a mi alrededor buscando el sitio más protegido para detenernos.

Por supuesto. Agotarnos no nos servirá de nada. —Señalé un pequeño grupo de árboles que parecían ofrecer la protección que yo buscaba—. Montemos nuestro campamento en el pequeño claro que se ve entre los árboles. Comamos algo, aunque sea poco y después… —Sabía que no era buena idea quedarnos dormidos los dos—. Descansad todo lo que podáis, yo haré la primera guardia. No nos interesa que alguien nos pille desprevenidos. Ya os avisaré cuando me tengáis que dar el relevo.

Dicho y hecho. Me dirigí hacia la zona que había señalado negándome a encender un fuego para no ser descubiertos.

Esperemos que la noche sea tranquila.

Aquel era un comentario hecho más para mí que para ser escuchado por mi compañero.

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16/03/2017, 17:52
Aramiel Alercerojo

El mundea miro a su compañera aliviado y con un suspiro camino hacia el lugar señalado por Sora. Dejo sus cosas apoyadas juntó a un pequeño árbol y callo pesadamente cerca de este.

- agradezco su amabilidad, mi señora Sora - dijo con una voz cada vez agotada- Sólo necesito dormir un poco, pero. O se sobré esfuerze....- un bostezo salió de su boca y con una mano intentó perezosamente taparlo- Estamos en esto juntos y debemos confiar en las capacidades del otro....

Aramiel no pudo continuar, ya que de un momento a otro se había recostado y el cansancio lo arrastro al mundo de los sueños. 

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16/03/2017, 18:23
Director

Notas de juego

Ya que habéis decidido pasar la noche, que cualquiera de los dos tire 1d100... comprobaremos si es una noche segura :9

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16/03/2017, 22:37
Sora Hannï
Sólo para el director
- Tiradas (1)
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18/03/2017, 09:07
Director

Notas de juego

Haced ambos una tirada de advertir/buscar.

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18/03/2017, 09:55
Aramiel Alercerojo
- Tiradas (1)
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18/03/2017, 13:17
Sora Hannï
- Tiradas (1)
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18/03/2017, 16:40
Director

Notas de juego

Podéis narrar como la noche transcurre sin problemas. Cualquier penalizador por fatiga habrá desaparecido y podéis retomar vuestro viaje. Villa Risueña está MUY cerca.

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21/03/2017, 22:28
Sora Hannï

Sonreí al ver como, nada más apoyarse en el suelo, mi compañero caía rendido quedando profundamente dormido. Por mi parte, me mantuve sentada con la espalda apoyada contra un árbol, pendiente de todo lo que sucedía a mi alrededor, sobre todo una vez mis ojos se habían ido acostumbrando a la oscuridad. Estaba acostumbrada a separar los ruidos, más que conocidos, propios de la noche, de otro tipo de sonido que pudiera alterar la vida nocturna habitual.

Sin embargo, durante las horas que transcurrieron mientras estaba de guardia, nada extraño sucedió. De hecho, en algunos momentos era tal la tranquilidad que me sorprendí despertándome bruscamente después de haber dado una cabezada. Nada alteró la paz del descanso que tanto necesitábamos, no sólo por el día agotador que habíamos tenido sino también para estar en forma los días venideros y, llegado el momento oportuno, desperté a mi compañero para que me relevara.

Por ahora todo tranquilo.

Al igual que le había sucedido a Aramiel, yo también caí profundamente dormida nada más que mi cabeza se apoyó en el montón de hojas que había estado recogiendo para no tener que posar mi cabeza directamente en el duro suelo. Apenas tenía la sensación de haberme dormido cuando el amanecer anunció que un nuevo día nos esperaba. Habían sido pocas horas de sueño pero por lo menos, esas horas habían sido suficientes para conseguir encontrarme más descansada.

Si conseguimos mantener este ritmo, con toda seguridad llegaremos antes de que nos demos cuenta. —Dejé de hablar para dedicarme a mordisquear algo de las parcas provisiones que teníamos.

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22/03/2017, 13:44
Aramiel Alercerojo

Aramiel se desperto sobresaltado y miro hacia su derecha e izquierda, antes de darse cuenta que Sora lo había despertado. El mundae por un momento creyó que algo ocurría, pero ella rápidamente aclaro que era el momento del relevo.

- Supongo que nos queda algo de suerte. Dijo con un bostezo, mientras se levantaba.

No alcanzo a estirarse para quitarse los restos de la siesta, cuando su compañera callo dormida igual de rápido que el. Con una media sonrisa tomo su bastón y estiro las piernas, mientras caminaba un poco antes de sentarse sobre una roca.
Si bien en un inicio se mantuvo lo mas alerta posible, poco a poco su mente comenzó a divagar y a tener dudas sobre lo que les esperaría mas adelante. No habían tenido un buen comienzo con lo de la cueva, tanto como en sus desiciones como tambien en lo que encontraron en ella. Pero se equilibraba con el hecho de que al menos se estaban llevando un poco mejor ambos. Aun asi, la escaces de recursos era un gran problema y seguiría siendo un problema. Sin mencionar que de vez en cuando el collar que traia consigo en su cuello, pesaba de vez en cuando.
Aramiel, no podía pensar claramente con el estómago vacio y con apenas unas horas de sueno, por lo que los pensamientos negativos invadían su mente con mayor facilidad. Solo los primeros rayos del sol en el amanecer, lograron calmar un poco su ansiedad.

- Cierto, mi senora Sora - Respondió al darse cuenta que Sora ya estaba despierta. El seguía aun sentado con su bastón en mano y en la otra una manzana arrugada- Pero quiero decir algo antes de que continuemos con la marcha -Aramiel levanto la mirada hacia su compañera que comia- No se si lo estoy malinterpretando, pero senti una frustración por su parte cuando salimos de la cueva- Apreto levemente la madera que sostenia y continuo- Solo quiero que sepa que no fue su culpa o algo parecido, solo porque deseaba seguir adelante en busca de un posible tesoro. Yo tambien participe y tambien tome mi decision. Asi que espero que no tome toda la responsabilidad y es igual para lo que vendra mas adelante. Somos un equipo y ambos tomamos juntos las desiciones, además de compartir las repercusiones.

Aramiel con la garganta seca por la noche y por las palabras que brotaron de su boca, bebio un poco de agua que tenia en una pequeña odre, para luego dar un mordisco a su penosa manzana.

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23/03/2017, 19:11
Director

Casi una hora después, el dúo formado por Sora y Aramiel encontró lo que buscaba: la entrada a Villarisueña.

El lugar parecía tranquilo, sosegado y apetecible para realizar una escapada lejos de las superpobladas ciudades.

Justo en la entrada, rodeada por una valla de madera que hacía de "barrera" protectora (si es que se le podía llamar así) había una mujer... una anciana para ser más concretos.

Estaba felizmente martilleando unos clavos de lo que parecía ser una tablilla suelta. Estaba tan sumamente concentrada en su labor que no parecía haberse percatado de vuestra presencia ¿o era que la edad la estaba dejando ya un poco sorda?

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27/03/2017, 14:54
Aramiel Alercerojo

Ya cuando el sol comenzaba a calentar la piel del mundae, llegaron al lugar que buscaban, Villa Risueña. A simple vista, parecia un lugar apacible y sin nada interesante para cualquier viajero, solo un par de casa con algunas granjas. Un cerco rodeaba la villa, posiblemente para evitar que los animales salieran mas alla de la zona segura que otorgaba el lugar. Un lugar como cualquier otro que estuviera lejos de la gran ciudad. Por lo que fue fácil para Aramiel darse cuenta en la mujer que martilleaba una tabla en el cerco. Su semblante era de alguien sin muchas preocupaciones, alguien que vive el dia a dia y que solo podria estar pensando en que preparar para la comida del medio dia.

- Si me permite - Comento Aramiel a su compañera sin apartar la vista a la mujer- Déjeme hablar con ella, mientras que usted podria tratar de ver si alguien nos observa o si descubre algo extraño en este apacible lugar.

El pelirrojo camino hacia la mujer que no reparo en ellos. Se detuvo a unos metros de ella, con el cerco de por medio. Espero unos segundos y carraspeo para llamar la atención de la mujer.

- Buenos dias, mi señora -Dijo el, con una sonrisa y llevándose la palma de su mano derecha a su corazón- Soy Aramiel Alercerojo y mi compañera, Sora Hanni -dijo a la par que extendía su mano hacia Sora- Somos viajeros que han pasado ciertos problemas y nos hemos perdido. Para ser sinceros, no sabemos exactamente donde estamos.-Hizo una pausa miro hacia la villa con mirada inquisitivamente- Si pudiera decirnos el nombre de este pueblo y a que distancia se encuentra la siguiente ciudad, seria de mucha ayuda. 

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28/03/2017, 01:22
Sora Hannï

No tardamos demasiado en encontrar el lugar que andábamos buscando. Incluso a mí me sorprendió ver lo cerca que estaba del lugar elegido para acampar. La imagen que transmitía aquella aldea era de lo más bucólica, respirándose la paz y la tranquilidad propia de los pueblos donde la vida pasaba lentamente. Quizás el buen día que hacía ayudaba a tener esa imagen tan encantadora del lugar, pero no por ello se apartaban de mi cabeza los pensamientos de que, muchos otros antes que nosotros, habían llegado a ese sitio para encontrarse silencio y vacío en su misión.

Vi a la mujer intentando arreglar una valla. Mi primer impulso fue ir a saludarla y ofrecerle mi ayuda pero, quizás previendo una nueva metedura de pata por mi parte, Aramiel tomó la palabra. Seguramente era lo mejor.

Buenos días.

Asentí con la cabeza a modo de saludo cuando mi compañero pronunció mi nombre, guardando silencio después para no interrumpir su excusa y, haciendo caso a sus palabras, me quedé expectante observando de manera disimulada a mi alrededor, buscando cualquier indicio que pudiera indicarme un peligro oculto o cualquier otras cosa.

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28/03/2017, 20:28
Yaya

La anciana dejó lo que estaba haciendo para que con una sonrisa entrañable acercase a Aramiel.

- Oh... pobrecitos... ¿estáis perdidos? no os preocupéis que os ayudaré en todo lo posible - cogió de las manos al Mundae y le mostró la más afable de las sonrisas.

- Estáis en Villa Risueña, un humilde pueblo... si buscáis la ciudad de Ardan ésta se encuentra al norte, a un par de días de camino. Si tenéis hambre os puedo llevar a casa, tengo un estofado riquísimo -

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29/03/2017, 19:43
Sora Hannï

Habíamos llegado. Por fin habíamos encontrado el pueblo que andábamos buscando.

Intenté poner cara de circunstancias cuando la buena mujer enfatizó el hecho de que estábamos perdidos. Me daba pena mentir de esa forma a una mujer que se mostraba tan amable con nosotros, sobre todo cuando éramos unos desconocidos para ella y cualquier habitante de esa aldea. Pero por otra parte entendía que no podíamos ser confiados, tendríamos que andar con pies de plomo ya que cualquier desliz por nuestra parte podría llevar al fracaso de la misión. Y eso no podía ser.

Me forcé a sonreír y que mi sonrisa mostrara amabilidad, pero seguí sin decir nada. Prefería que fuera Aramiel el que llevara la voz cantante ya que, cada vez que yo había abierto la boca, parecía que metía la pata y no nos podíamos permitir tener un nuevo enfrentamiento. Si entre nosotros no estábamos bien conseguir nuestro propósito sería imposible.

Pero lo que no pude contener fue la expresión de ansiedad que mostró mi cara cuando la mujer nos invitó a comer. Sólo de pensar en un buen guiso caliente con el que saciar el estómago ya conseguía hacerme salivar, degustando antes de tiempo el estofado del que hablaba.

Recé en silencio a cualquier dios, real o imaginario ya que yo hacía tiempo que había dejado de creer en ellos, para que Aramiel aceptara la propuesta de la mujer, quizás porque en esos momentos estaba pensando más con mi estómago que con mi cabeza.