Partida Rol por web

Su cuerpo se movía solo, por pura terquedad, guiada por instinto y cabezonería. Ya no había aire para sus pulmones y estos ardían en su pecho a causa de esto. Su espada estaba aferrada a su mano, pero era arrastrada detrás de ella provocando un horrible sonido. Estaba segura que no lograría salir de ahí, como cuando la última gota de agua tocaba su lengua y le quedaba cientos de kilómetros hacia el siguiente oasis.

-¿Ratko?- igual que siempre, cuando todo iba mal, algo que necesitabas aparecía frente a ti. El diabal avanzaba con la mano extendida hacia ella, invitándola a continuar. Se estiró y tomó su cálida mano, casi esperando que esta se desvaneciera en el aire, pero no, era totalmente real. Un poco más adelante, Niella sostenía la otra mano del mago, casi llevándole a rastras.

Solo pudo sonreír levemente, con tristeza. No quería que ese fuera el final, así que realizó un último esfuerzo, buscando la maldita salida.

No sabíais si fue fruto del azar o de vuestros intentos, que cuando parecía que todo iba a estar perdido y que aquel laberinto de espejos iba a ser vuestra tumba, conseguisteis avanzar de forma esperanzadora cuando comprendisteis que los espejos marcaban un patrón. Había algunos de ellos que mostraban un reflejo sin invertir, un detalle que era difícil de percibir cuando estabas rodeado de decenas de ellos y más cuando el oxígeno se agotaba poco a poco.

Sobre quién se había dado cuenta de ello era secundario, lo importante es que cuando avanzasteis por el tramo correcto los espejos empezaron a desvanecerse y el aire empezó de nuevo a inundar la sala.

Jamás os habíais enfrentado a una situación así, tan asfixiante (literalmente) y donde cada pequeña decisión contaba.

Con el reto superado, tocaba tomar un pequeño respiro puesto que las escaleras se mostraron de nuevo para indicar que el desafío de la torre continuaba...

Niella subió las escaleras a trompicones y se paró a los pocos escalones. Tirada en el suelo, la muchacha jadeaba como un perro viejo después de una carrera. Se habían librado por los pelos y, de no haber sido por la magia del mago, las marcas, los cristales rotos de Shany y la pequeña perturbación en el espejo se habrían ahogado como un pez fuera del agua. La muchacha miró a sus dos compañeros...

Se había ido por sentirse menospreciada y por haber estado a punto de ser encarcelada. Había pasado frío, hambre penurias y peligros en su solitario camino, pero nunca en su vida había estado a punto de morir tantas veces y de formas tan horribles como desde que se unió a aquel gremio. O más concretamente desde que salió de viaje con aquella peculiar pareja.

—Po...po... ¿Podemos...descansar? —la muchacha consiguió recuperar el resuello— al menos un rato... 

Antes de darse cuenta, estaban subiendo unas escaleras, aunque Shany ya no tenía control de su cuerpo, era un conjunto de instintos primarios y experiencia lo que le guiaban. Solo era consciente de la mano de Ratko rodeando la suya y como el aire volvía a sus pulmones. Como no podía hablar, se quedó apoyada contra la pared, tratando de recobrar la compostura. La cabeza le daba vueltas y el dolor en su pecho remitía lentamente.

-No nos dejará descansar- dijo con un gruñido ronco, sacando su cantimplora y bebiendo un trago de agua-. Ratko, Niella, ¿cómo se encuentran?- por poco no la cuentan y aún estaban lejos de llegar al final de ese maldito suplicio. Solo quería apretar el cuello de esa condenada maga y salir de allí entera. Que todos salieran de allí.

La que peor estado tenia parecía ser Niella, así que decidió ayudarle a recuperarse un poco, mojando su cabeza y dejándola sentarse un momento.

—Solo estoy un poco cansada... —Niella sonrió a su pesar— Acechar para cazaros es agotador.

La chica se apoyó contra la pared y miró a Ratko, que tampoco parecía encontrarse en su mejor momento. La muchacha empezaba a pensar que no las iban a tener todas consigo y que lo único que quería era desgastarlos. Hacer que agotasen todas sus fuerzas para luego pisotearlos con facilidad. Sin embargo, no compartió aquel funesto pensamiento con sus amigos. La joven se incorporó y se encogió de hombros con desinterés.

—Puedo continuar.

-Déjame ver si puedo hacer algo...- dijo al Orumita viendo que Niella apenas se mantenía en pie, apoyando sus recias manos en ella. Shany podía ser muy delicada cuando quería, acostumbrada a tratar con su pequeña hermana, cuando realizaba un corte preciso o cuando estaba en la bodega con Ratko. Aunque en esas cuestiones se dejaba llevar mas por el entusiasmo-. El gremio necesita entrenar a sus miembros en estas cosas.

Era tarde para replantearse eso o lamentarse, lo mejor era intentar apañárselas como pudieran y salir de ahí.

-Me encuentro mejor... ahora que hemos salido de esa maldita sala... soy guapo pero no me hace falta mirarme al espejo constantemente- le guió un ojo a Shany, el que hubiera estado al borde de la muerte no le había privado de su sentido del humor, tenía que exhibirlo antes de que la loca los peines los matara a cansancio, de manera que odbiando las ganas que tenía de tirarse al suelo y ponerse a roncar se enderezó para continuar.

- Es normal que estés cansada Niella... por favor no te esfuerces tanto- le pidió mientras se ponía al lado de Shany para ver si ella tenía éxito con la curación, a la pequeña novata le hacía falta un ayuda y viendo que la orumita no parecía tener el éxito deseado intervino- Shany, déjame intentarlo a mí- le dijo mientras extendía sus manos y recitaba algunos cánticos en el extraño lenguaje arcano de los diabal.

—Si no nos esforzamos ¿qué vamos a hacer? ¿quedarnos a verlas pasar? —protestó Niella— Es tan absurdo como rezar y depender de si los dioses están de humor o ¡¡noooooooooh que frío!!

El hechizo de Ratko parecía que había surtido efecto, porque de pronto, la joven pícara había saltado como un gato. Y no era para menos, pues había sentido como si un trozo de hielo la recorriese de la frente a la punta de los pies. A pesar de todo, se sentía bastante mejor.

—No sé que demonios era eso, pero que bien ha sentado—dijo sonriendo, mientras pensaba que sería buena idea entrar a los aposentos de Ratko mientras visitaba a Shany para investigar más libros. Quizás aprendiese algo que mejorase las habilidades curativas que había ido aprendiendo poco a poco. Estaba segura que después de aquella aventura, el mago le dejaría investigar sus libros, pero era más divertido hacerlo sin que se enterase. Como el truco de la copia. La joven se levantó para continuar. No había subido un par de escalones cuando, al meter las manos en los bolsillos, pareció caer en cuenta de algo. — ¡Espera! Qué idiota soy. Con los espejos no me di cuenta. Ratko, extiende los brazos. Shany, ¿Queda algo de manteca? La llevabas en esa bolsa, ¿no? dámela.

La chica cogió la manteca y la trabajó con los dedos hasta que se derritió del todo antes de extenderla por los brazos del diabal, que tenía bastante machacados después de haber sido frito por los rayos de la habitación anterior.

—¡Listo! Teníamos que haberlo hecho antes, pero entre el veneno y los espejos, no se me ocurrió. Ahora... será mejor que no provoques ninguna bola de fuego o algo así, que te quemarás entero si se extiende a los brazos... Cuando tengamos tiempo, deberías aplicártela en todas las quemaduras, Shany puede ayudarte— Niella lanzó una mirada jocosa a orumita, y levantó las cejas dos veces antes de continuar— De momento, con los brazos te tendrás que conformar, que no queda más manteca.

Menos mal que Ratko se sentía un poco mejor, que no parecía estar en su mejor momento, incluso se planteó pedirle que esperara un poco antes de intentar usar magia… pero el diabal habría continuado de todos modos. Por suerte logró sanar a Niella y esta a su vez, ya más recuperada, ayudarle a él. Al fin pudo respirar tranquila, viendo que ninguno de los dos iba a caer de bruces a la primera de cambio.

-¿Manteca?- conocía un par de formas de curar quemaduras, sobre todo usando ciertas hierbas, pero generalmente se limitaba a tomar algo que ya otros habían recolectado para sanar, pero era interesante conocer una nueva-. No vamos a tener tiempo para más curaciones… espero que demos con esa perra pronto.

Solo la primera sala les había sido relativamente fácil, todas las demás habían estado a punto de matarles de alguna manera. Al menos si llegaban hasta la maga, sabrían que ese era el final de todo, de alguna manera u otra, se resolverían sus problemas. Como sabía que ella no les dejaría descansar.

-Continuemos…

Tras un muy breve respiro, no os quedó más remedio que continuar avanzando por aquella torre que a estas alturas ya se os estaba haciendo infinita.

Una vez subido el último peldaño llegasteis a una nueva sala, por fortuna esta vez sin espejos. Una figura de enorme tamaño estaba plantada en mitad de la sala, como si fuese una estatua.

En el momento que pusisteis un pie dentro de aquel nuevo nivel, la supuesta "estatua" comenzó a emitir un resplandor mágico, como si estuviese viéndose canalizada su estructura con magia arcana.

Antes de que pudieseis reaccionar, aquella estatua se iluminó por completo mostrando en pocos segundos que no era simple atrezzo, se trataba de una especie de gólem mágico que se activó nada más sentir vuestra presencia.

No sabíais cual era el alcance de su potencial, por lo menos sin dedicar unos instantes en examinarlo. Lo único que sí teníais claro es que aquel constructo era vuestra siguiente prueba: allí no había escaleras de salida, con lo cual significaba que tan solo la derrota de vuestro enemigo os daría la libertad.

Nada más cruzar esa puerta, la orumita arrugó el ceño con desconfianza. Por alguna razón, sabía que esa estatua no era nada bueno. Cuando comenzó a iluminarse, supuso que rayos saldrían de su cuerpo, pero en realidad solo se activó. Ahora debían enfrentarse a un tremendo monstruo metálico, justo cuando estaban más heridos y venían de casi morir.

-Al menos sabemos lo que tenemos que hacer- dijo levantando su espada-. O eso espero- ella debería estar en primera línea, aunque fuera solo para probar las defensas del monstruo antes de que los demás atacaran. Era la que estaba en mejor estado, al menos de momento.

No sabía dónde atacar, así que apunto a cualquier zona que considerara importante para un constructo. Se olvidó de cualquier tipo de concepto sobre algo vivo, pensando que no podría darle a un punto crítico o vital. Simplemente debía averiarlo tanto como pudiera. Impuso en su golpe toda la rabia e impotencia que sentia, todo el dolor por ver a sus compañeros heridos y el temor de ver a Ratko muerto. Todo eso le dio mas fuerza al ataque, aunque seria dificil saber si lograria hacerle mella a un Golem como aquel.

La imagen del Golem dejó descolocada a Niella... durante unos segundos. No había duda de que aquel enorme ser era un enemigo formidable. Pero no parecía ni muy listo ni muy veloz.

–¡Ey Shany! ¡ Mira esto!

Cuál perro adorable y atolondrado, Niella echó a correr, daga en mano, hacia el golem como si fuese a hacer un ataque frontal pero, en lugar de eso se deslizó entre las piernas sin demasiado esfuerzo para posicionarse a su espalda.  Una vez allí, con más confianza que la que había mostrado ante los sectarios, extendió la mano y se concentró en la energía que había a su alrededor para lanzarla contra el golem

Ratko se vio embadurnado de aceite por obra y gracia de Niella, la muchacha lo hacia de muy buena fe para que se curara y no volviera a desvanecerse cual frágil dama en apuros... Pero Ratko tenía ganas de resalcirse y ayudar un poco en todo aquello y la única manera era utilizando su magia, de manera que rascándose un poco de su camisa  en un sitio estratégico para mostrar un poco de pechote y parecer más  sexy a ojos de Shany...se limpió el aceite y lo olisqueó... Su llama al ser producto de la nigromancia no sería de igual forma que una llama normal... Así pues tras los ataques de sus compañeras se dispuso a hacer otro tanto invocando el fuego azul con palabras arcanas que no tardó en materializarse en la palma de su mano y ser lanzada con ganas hacia el Golem.

El golem, tras recibir el último ataque, explotó generando una onda expansiva arcana que os hizo retroceder un par de metros. Por fortuna habíais acabado con el enemigo sin lamentar ninguna pérdida, y la prueba de ellos consistió en ver como de la pared del fondo se materializó la ya famosa escalera que incitaba a seguir avanzando por la Torre.

Eran cinco ya las plantas que se habían superado, poniendo al límite las capacidades de los allí presentes pero... ¿habría más? vuestro cuerpo deseaba que así lo fuese pero ¿qué garantía había de ello?

Tan solo os quedaba la opción de tomar un leve respiro y seguir subiendo, cada planta superada era otra victoria para vuestra moral, y también el acortamiento de distancias con Mashane.

¿Merecerá la pena todo el esfuerzo invertido?