Partida Rol por web

Ava miró el reloj, nerviosa, tenía ganas de ir con sus compañeros a verlos luchar, pero había dicho que no. Sus padres le habían conseguido una cita con Richard Ross, un famoso fisioterapeuta de la ciudad. El más caro, pero también el mejor, con más de 25 años de experiencia. Por lo tanto, imaginó que joven no sería, sino un viejo que la manosearía y se aprovecharía.

Ava estaba en la consulta, estaba ella sola, ella y la recepcionista. El teléfono sonó y la mujer lo cogió.

-Bien, doctor.

La mujer colgó y miró a Ava.

-Puede pasar, señorita. ¿Necesita ayuda?

Ava se negó a dejarse ayudar y avanzó sola hasta el interior de la consulta. Pero no era una consulta.

Era un largo pasillo con muchas habitaciones separadas, como las de un manicomio. Dentro pudo ver a gente preparándose como si le fuera la vida en ello, gente tullida como ella, cada uno en una máquina y con unos ejercicios.

Un hombre de unos cuarenta años se acercó a ella, fornido, en chándal. Tenía el pelo corto, barba de una semana, la boca algo torcida pero involuntariamente y era como ver a un armario empotrado.

-Debes de ser Ava, ¿no? Soy el doctor Ross. Encantado.

- No hace falta.. gracias..

Dijo a la mujer con una sonrisa forzada, nerviosa porque quería ir a ver al resto del grupo en el local que Ryan les dijo. No es que le incomodara que la ayudaran, algo si.. pero estaba incomoda de estar alli, no le gustaban los médicos, no hacían más que decirla "no, no y no" y que no volvería a poder pelear. Pero sus padres se empeñaron.. y ella aceptó.

El lugar daba bastante grima.. parecía un loquero, a ver si sus padres la querían meter en un lugar asi.. Y encima, no era un fisio joven, era mayor, seguro que un carca viejo, calvo y gordo, que la metería mano de forma desagradable.

Iba pensando todo eso cuando dió con un hombre realmente atractivo, que preguntó por su nombre, ¿sería él? Seguro que no, con la suerte que tiene últimamente seguro que le toca el más feo de todos. Pero cuando dijo que era el doctor.. abrió bastante los ojos, parecía que su suerte había cambiado..

- Si, soy Ava, encantada Doctor.

Sonrió como siempre, de forma seductora y estiró el brazo para darle la mano. Se percató de las pintas que llevaba ella, con chandal viejo.. seguro que pensaría lo que no es.

- No le creia tan.. joven.. ni tan.. - se quedó sin palabras, no sabía como decirlo.

Richard se inclinó hacia Ava y sonrió amable.

-Gracias.

No hizo falta decir más, él sabía lo que ella quería decir.

-Es que todo lo que hay aqui es distinto a lo que todos se esperan.

Anda junto a Ava, pero no la lleva ni la guía, sabe lo que significa la autosuficiencia para gente como ella.

-Aqui cada uno se recupera a su ritmo.

Señaló a las habitaciones donde cada interno hacía sus propios ejercicios. Ross clavó la mirada en los papeles que tenía en la mano.

-Tu lesión es grave, propia de accidentes automovilísticos o deportivos. No hace falta que me cuentes lo que ha pasado, mi misión es arreglar lo roto.

Richard abrió las puertas de un gran gimnacio donde la gente iba de allá para acá, entrenando.

-Sea como sea, tenemos mucho tiempo para conocernos, esa lesión no se cura en dos días.

Sonrió de lado por sus palabras, fue una buena respuesta la que le dió. Siguió al hombre con su silla mientras este le explicaba un poco, se veia como algunos entrenaban duro en sus cuartos y por último pasaron al gimnasio. No respondió como se hizo la lesión, parecía que él no quería saberlo, aunque despues de pensarlo, decidió decirselo. Si iban a comenzar una relación, profesional claro, iban a pasar mucho tiempo juntos.. y lo mejor era no tener secretos entre ellos.

- Si, todo el mundo me lo ha dicho, que esto va a ser lento. Pero si entrenando más horas, más días a la semana puedo conseguir salir antes de la silla, haré lo que me pidas.

Dijo seria, de verdad lo sentía así, haría lo que fuera necesario para poder volver a ser la misma.

- La lesión me la hice en una pelea, fui tonta en meterme.. y lenta, me creia mejor y no lo fui para nada. Mirame..

Rie levemente, se lo toma a risa, ya había llorado lo suficiente. Miraba a su alrededor a la gente como entrenaba.

Rick miró a la chica y sonrió levemente.

-No tienes pinta de pelear. ¿No has leido el tao del jeet kune doo? el maestro Li creía que las artes marciales eran solo para defensa y no como medio de ataque. Creo que tengo una copia firmada por ahi. Ya te lo prestaré.

El doctor se paró ante una camilla y la palpó con las manos.

-Sube.

Cuando la chica se recostó, el la tomó de la rodilla y empezó a hacerle suaves ejercicios, recogiéndoselas contra el pecho y luego dejarlas rectas.

-Yo conocí a un luchador del Win Fight. No salió bien. Ganó mucho dinero en dos años, y luego, !zas! se lesionó la columna, dijeron que no volvería a caminar, y ahora con esfuerzo camina y tiene una vida tranquila.

Comenta mientras la ayuda.

Se subió a la camilla, le costó, pero tenía los brazos fuertes para poder moverse bien. Se recostó y le miraba mientras tocaba su rodilla.

- Oye.. das masajes en otros sitios??? No me importaría..

Bromeaba, pero cuando dijo eso de la pelea se calló y miró hacia otro lado, avergonzada.

- Si, me entreno para pelear, es una forma de hacer ejercicio y muy efectivo. En realidad.. yo solo le di un empujón a aquel tipo que llevaba todo el rato metiendose conmigo, luego intenté defenderme, muy mal por lo que ves.. pero consegui darle!

Sigue mirando sus manos, como la masajea, suspira, le duele al hacer esos movimientos.

- Sé que puedo terminar mal.. pero aún ni he comenzado.. es un hobby, no mi forma de vida, no todavía. Es decir.. que no tengo pensado vivir de ello, no soy tan buena..

Sigue haciendo los ejercicios, aunque a veces bufa porque le molesta.

- Oye.. Rick.. sé sincero.. ¿Cómo me ves..?

Rick sonrió, pero no respondió a su otra pregunta. Siguió con los masajes.

-¿Sabes? el señor Miyagi decía: mejor forma de esquivar golpe, es no estar allí.

Dijo imitando al japonés.

-Y tenía razón, maldita sea. Nada es verdad hasta que uno lo demuestra.

Ahora cambió de pierna para ejercitar también la buena.

-Bueno, si te gusta practicar artes marciales, puedo darte lectura y luego, cuando estés bien, puedo darte unos consejos.

Explicó mientras hacía los movimientos. Cuando ella le preguntó su estado, el ladeó la cara y sonrió nuevamente.

-Las he visto mucho peores. En un año estarás dando patadas de nuevo haciendo esto dos horitas tres veces por semana.

- Eso sería genial, me vendría muy bien consejos..

Sonrió abiertamente al hombre, pero cuando dijo el tiempo abrió los ojos de par en par.

- Y no podría venir más horas al dia, más días a la semana??? Te lo pagaría, por supuesto.. pero tengo que estar lista en dos meses!! Hay una pelea muy importante.. sería la oportunidad de entrar en lo profesional.. no puedo perdermelo..

Hablaba desesperada con sus palabras, aunque tendría que sentirse bien por poder salir bien de esta en un año, cuando a primera hora la dijeron que no volvería a andar bien.

Rick dejó a la chica y apoyó ambas manos en la cama, serio, atrapándola entre él y el mueble.

-Oye, estás así por un combate ¿¿y quieres volver a pelear en dos meses?? ¿no aprendiste la lección?

El doctor se separó y se pasó las manos por la boca, luego se giró y siguió hablando, enfadado.

-¡Lethal Fight y todo lo que mueve es una mierda! no sé como decirselo a los jovenes, te explotan unos años, luego te lesionan o te hacen pactar que caerás en un asalto, y luego te mandan a la mierda, toda la pasta, gritos, firmar autografos, todo, se va la mierda, Ava ¿entiendes?

Abre los ojos de par en par cuando se le acerca con cara seria, se queda muda por sus palabras, pero cuando se aparta le protesta.

- Mi lección fue a traición, ese tio no es trigo limpio, fue a hacerme daño, no fue justo.

Pero luego el hombre sigue hablandole, mira hacia otro lado, se siente como una niña pequeña a la que le echan la reprimenda por haber hecho algo malo, está de morros, no le mira.

- Yo quiero probarlo, quiero demostrar que puedo estar en algo grande, que valgo para ello!! Llevo entrenandome desde que mi pa.. - se calla un instante - ..desde hace mucho tiempo, era algo que me hacía sentir bien..

Le mira, señalandole con un dedo.

- Y ahora no me vengas con que soy una cria consentida, que tiene el antojo de ser famosa y que por eso participa.. porque no tienes ni idea de por qué me metí en todo esto.. Me han tachado de loca, de mentirosa.. y de cosas peores, mis propios padres.. con esto me he sentido bien..

Deja de "amenazarle" para volver a mirarle de forma normal, algo tristona.

- Sólo quiero participar una vez, creo que tengo potencial.. No dejaré que me hagan daño.

Rick escuchó a la chica, cruzándose de brazos.

-¿Te crees que en el LF van a jugar limpio? conozco a mucha gente que ha perdido el habla, un brazo, un ojo, por participar en esa mierda.

Miró a la chica serio, durante unos segundos.

-¿Sabes quién es Eli Graft?

Elizabeth Graft es la subcampeona de Lethal Fight, solo superada por Kawada.

-Eli tuvo que hacer muchas cosas antes de llegar a donde está. Mirate, eres guapa y joven. No te hagas pasar por toda esa mierda.

El doctor se dejó caer en un taburete ante la chica y se pasó las manos por el pelo.

-¿Estás convencida? bien. Te voy a entrenar. A partir de mañana te voy a entrenar de forma brutal. Me vas a pedir piedad, me vas a pedir tiempo, me vas a pedir una pausa para vomitar, y no te la voy a dar ¿está claro? ¿quieres ser una luchadora? pues lucha.

Rick dejó a la chica sola unos minutos y volvió con un viejo libro. Lo dejó caer sobre el vientre de la chica.

-Ven mañana a las nueve.

El libro era viejo pero había una personalidad reconocible en la portada junto a una firma:

"Para Richard Ross, tu puedes conseguirlo"

Le escuchó con atención, sabía quien era la chica, seguía todas las peleas, pero cuando dijo que la entrenaría para la pelea.. no cabía en si de gozo. Pero por otra parte no sabía si se estaba metiendo en la boca del lobo, por todo lo que la hará trabajar, que va a ser muy duro, pero que va a sufrir, no iba a ser nada fácil.

Sonrió y asintió, feliz. Le siguió con la mirada hasta que volvió con el libro. Se quejó cuando lo dejó caer sobre su vientre, lo cogió y observó la portada.

- Gracias.. lo pondré en mi mesilla de noche para leerlo..

Sonrió de nuevo, se la veia feliz.

- No te fallaré, lo prometo. Hasta mañana..

Se incorporó y ella sola se bajó y se colocó bien en la silla. Le miró de nuevo sonriendo y se despidió con la mano antes de salir de alli hacia su casa. Tenía que descansar.. mañana le esperaba un día duro.

Ava salió del centro de rehabilitación y subió a un taxi, pensando en lo que iba a hacer mañana, con ganas de empezar una nueva vida, volver a caminar y ser "normal", sin embargo, el tono de su móvil la hizo despertar de su fantasía.

Ella lo cogió y reconoció la voz al instante.

-Hola...

Era Nick.

-¿Como va todo? no sé que te pasa conmigo, pero me gustaría arreglarlo ¿he hecho algo mal o algo así?

Preguntó con preocupación.

Sale del edificio con ganas renovadas, por fin una buena noticia!! Una sonrisa abarcaba toda su cara y se mordía el labio ilusionada por lo que iba a pasar. Se detuvo al escuchar su móvil, lo buscó en su bolso y escuchó que era Nick, sintió como si el corazón le diera un vuelco y no pudo evitar ponerse nerviosa.

- Hola Nick.. Bien, acabo de salir de rehabilitación, me han dado buenas noticias..

Se quedó callada cuando dijo si él le había hecho algo.

- No.. no.. no sé.. no quiero ser una carga para ti y se te ve tan bien ahora.. Oye.. vienes a mi casa y hablamos? O a la tuya, voy a coger el taxi ahora.

Nick se quedó callado un momento.

-No digas tonterias.

Sentenció.

-Voy a tu casa, así la veo. No tardaré nada.

Le dijo.

-Hasta ahora.

- De acuerdo, nos vemos ahora..

Sonrió levemente, pero estaba muy nerviosa, ¿sería verdad que todo había sido imaginación suya o es que él estaba pasando de ella? La llamada daba a entender que era lo primero, pero prefería hablarlo con él cara a cara, no vaya a hacerse ilusiones que ya bastante mal lo había pasado.

Llamó con la mano al taxi y se acercó a este, se subió sola y el hombre cargó su silla.

- A la dirección..

Dijo la dirección esperando ponerse en marcha cuanto antes.

El taxista llevó a la mujer a la dirección de Pacific Height donde vivía Ava, en una casa de arquitectura moderna, que a pesar de eso, se entremezclava en esa colina con mansiones antiguas y de aspecto casi victoriano.

Nick estaba en la puerta ya, esperándola, cuando vio venir el taxi. Él se acercó a la ventanilla y pagó el taxi mientras le diriguía una mirada furtiva a la mujer. El taxista sacó del maletero la silla y Nick la llevó a la puerta y la colocó ante ella tras abrirla.

-¿Quieres subir a mi deportivo, nena?

Bromeó con la silla, luego sonrió de lado, levemente.

Solo esperaba que él llegara más tarde que ella para poder arreglarse un poco, estaba bastante desaliñada y encima con un chandal cutre, en cuanto llegara a casa lo tiraría a la basura. Pero para su desgracia, él estaba alli antes. No pudo evitar ponerse más nerviosa todavía, ese chico la tenía loca, pero tenía que dejarle las cosas claras.

Sonrió de lado, tímida, cuando bromeó con la silla, cuando la miraba de esa forma no podía resistirse a él.

- Gracias.. pero antes tengo que ponerme guapa.. - siguió tambien bromeando, solo esperaba que no se le acercara demasiado porque estaba sudorosa.

Se subió a la silla y cerró la puerta dándole las gracias al taxista, despues levantó la cara hacia Nick.

- Qué rápido.. creía que vendrías más tarde.. así me hubiera arreglado un poco, que vengo de rehabilitación. Gracias por venir

Nick hizo un gesto, quitándole importancia. Se colocó tras la chica y la llevó hasta la puerta, mientras charlaban por el camino.

-¿Olvidas que me gustan las peleas? me gusta la gente en chandal, sudorosa y con sangre.

Contestó.

-Tenía que hablar contigo, sobre eso. Te nota rara conmigo.