Partida Rol por web

¡Venga baja! ¡Con el clan estelar de testigo, prometo que voy a despellejarte! - exclamo mientras enfoco mi vista en la criatura y le muestro mis afilados colmillos, listo para abalanzarme sobre ella y clavarle mis dientes.

Sabía que ese ser estaba bastante herido, pues si no no hubiera soltado su presa sobre el humano, pero esto no era suficiente, al menos no para mi, tenía que acabarlo y tenía que hacerlo rápido, pues de lo contrario podría terminar muy mal herido.

Pero hay algo más que logras percibir. Algo que no recuerdas que te haya ocurrido antes. Dejas de avanzar para contemplar como el bosque de pronto se había puesto bastante silencioso... rara cosa. Generalmente algo como eso venía acompañado de algun olor o ruidos, como de humano o sus maquinas por ejemplo, pero aunque levantas la cabeza tanto como puedes no logras oir ni oler nada. De pronto, te invade una especie de sensación apremiante, como de tensión por un posible peligro cercano.

Enero, primer lunes del año.
(Los animales no atienden calendarios humanos; 
gatos, perros, zorros... todos cuentan los días a
través de las estaciones ("ocurrió hace tres inviernos"),
los días y mañana, mediodía, tarde y noche)

Era una fría tarde invernal, ya cercano el anochecer, más fría de lo que realmente era debido a la gran humedad. Los humanos, como siempre, pasaban los días de aquí para allá sin advertir los peligros que aparecían de repente y se arrastraban atraídos por sus presas. Todos, más tarde o más temprano acababan por encontrarse a uno de esos extraños seres arrastrándose al interior de la casa por debajo de la puerta o por los rincones oscuros. Ninguno sabía con certeza que podían ser esas cosas pero por alguna razón, que según las historias era por la dichosa Competencia, solo los gatos podían verlos y los perros solo sentirlos u “olerlos”.Especialmente los callejeros eran quienes estaban más al tanto de las Pesadillas, al menos desde hace un par de estaciones. Antes los gatos del vecindario se bastaron siempre cada uno por su cuenta, aparecían Pesadillas esporádicamente pero siempre eran débiles… solitarias y un solo gato podía encargarse de ellas. Esto fue cambiando últimamente y la frecuencia de las apariciones cada vez era mayor, se estaba saliendo de control. Las Pesadillas casi siempre aparecen solo dentro de las casas ya que allí son los nidos donde habitan sus presas favoritas, los humanos, por lo que se podría creer que los callejeros poco o nada les preocuparía… nada más lejos de la verdad. Algo que se ha vuelto cada vez más notorio es que si una Pesadilla sobrevive demasiado tiempo, se alimenta durante demasiado tiempo, está cada vez se vuelve progresivamente más poderosa… y una vez se harta de una casa puede migrar a otra. Es alarmante como ha ido aumentando el número de Pesadillas que solo pudieron ser vencidas por todo un grupo de gatos a la vez. Es por esto que hasta el gato más egoísta sabe muy bien que es imprescindible eliminar cuanto antes a cada una de esas criaturas extrañas cuanto antes ya que si no son detenidas a tiempo… ¿Cuán poderosas se pueden volver? ¿Cuán grandes? Son una amenaza para todos.

Es por esto que se ha dado algo sin precedentes en el pequeño pueblo de Roland: los gatos se han tenido que organizar. Bajo el mando de una gata madura, y otros tres gatos leales que la protegen, los callejeros van de un lado a otro del pueblo en grupos para enfrentar estos monstruos. Hasta hacia no mucho se bastaban con los callejeros, pero cada vez los domésticos se han unido a esta organización actuando principalmente como vigías y alarmas pero también como guerreros en ciertos casos.

Enero, primer lunes del año.
(Los animales no atienden calendarios humanos; 
gatos, perros, zorros... todos cuentan los días a
través de las estaciones ("ocurrió hace tres inviernos"),
los días y mañana, mediodía, tarde y noche)

Era una fría noche invernal, más fría de lo que realmente era debido a la gran humedad. Los humanos, como siempre, pasaban los días de aquí para allá sin advertir los peligros que aparecían de repente y se arrastraban atraídos por sus presas. Todos, más tarde o más temprano acababan por encontrarse a uno de esos extraños seres arrastrándose al interior de la casa por debajo de la puerta o por los rincones oscuros. Ninguno sabía con certeza que podían ser esas cosas pero por alguna razón, que según las historias era por la dichosa Competencia, solo los gatos podían verlos y los perros solo sentirlos u “olerlos”.

Ya habían pasado unos cuantos días desde que dejaste tu hogar cálido y confortable con tu humano... y con el hambre y la inseguiridad lo extrañabas mucho. Tu hermoso pelaje y tu escasa nariz no estaban hechos para la rudeza y suciedad del mundo.

Entonces tus ojos se abren como platos. Algun buen humano había dejado afuera un platito para mascotas con carne de pescado fresca para algún pobre minino que la necesitase, y ese eras tu.

Enero, primer lunes del año.
(Los animales no atienden calendarios humanos; 
gatos, perros, zorros... todos cuentan los días a
través de las estaciones ("ocurrió hace tres inviernos"),
los días y mañana, mediodía, tarde y noche)

Era una fría noche invernal, más fría de lo que realmente era debido a la gran humedad. Los humanos, como siempre, pasaban los días de aquí para allá sin advertir los peligros que aparecían de repente y se arrastraban atraídos por sus presas. Todos, más tarde o más temprano acababan por encontrarse a uno de esos extraños seres arrastrándose al interior de la casa por debajo de la puerta o por los rincones oscuros. Ninguno sabía con certeza que podían ser esas cosas pero por alguna razón, que según las historias era por la dichosa Competencia, solo los gatos podían verlos y los perros solo sentirlos u “olerlos”.

Estabas en tu hogar, recostada en una alfombra frente a la pequeña pero pintoresca chimenea de la sala. Tu servicial humano acababa de dejarte allí hacía cosa de una sesión de limpieza rápida atrás, como siempre había pasado buena parte de la tarde peinando tu hermoso pelaje brillante y suave mientras leía un libro frente a la chimenea. Ahora hablaba por teléfono mientras esperabas a ver si el humano iría a llevarte a su dormitorio para pasar la noche o si en su lugar iría a ver una pelicula antes.

— No tienes ni i-de-a — Se lo escuchaba — Te dije que me pasaras a buscar a las tres, no a las cuatro y media, ¡Te esperé por una hora conge...! ¿Que? No, a ver... hello, te estoy hablando, yo te dije... a ver, Char... Cha... — Y sin más estrella el telefono con bastante hastío, caminando con pasos fuertes debido al enojo. — ¡Ay! Angelique... a veces ese me da ganas de... — Suelta un gruñido y enseguida un suspiro con fastidio, luego de lo cual se encamina hacia el baño para cerrar la puerta tras de si con un portazo.

 O diosa mia, acaso mis ojos me engañan y mi cerebro me juega una mala broma me digo a mi mismo mientras alzo la nariz para asegurarme que aquello era lo que estaba pensado  Comida!!! casi como si me hubieran puesto una mochila propulsora  en mi espalda salgo disparado directo al plato de comida que estaba fuera de aquel pintoresco hogar, mi estomago no habia probado alimento desde hace algunos dias Por todos los cielos esto esta delicioso me digo mientras sambullo mi cara en aquel platito , si mi dueño me hubiera visto no podria creer que su tierno gatito se tranformo en una piraña tragona de atun, mi dueño...... justo cuando me imagino esa escena solo pienso que el se reiria he iria por otra lata para servirme mientras me acariciaba.... dejo de comer, de algun modo el hambre voraz que tenia quedo saciada con recordar la calidez de mi hogar, miro el plato con culpa, estaba cerca de la mitad de la comida que exisita en un comienzo.... ¿Hice lo correcto? me pregunto sabia que mi dueño usaria varios medios para buscarme, me comenzaba a preguntar si seguir a aquel gato negro fue una buena idea.... me quedo sentado frente aquel plato y pongo en balanza aquello y me digo para convencerme veamos.... no estoy precisamente cerca de mi casa como para volver asi como asi, por otro lado algo me dice que estoy bastante cerca de aquel gato negro estoy seguro casi como si aquel instinto de aventura que recien se habia encendido doy otro bocado a el atun y dejo el resto para algun otro gato que lo necesite aparte si tengo hambre puedo usar mi "carita de angel"  para conseguir mas comida, despues de todo siempre funciono con mi vecinos.

Entreabro los ojos cuando la discusión de mi humano por ese pequeño cacharro en su oreja me saca de mi siesta- "Ya verás que gracia te va a hacer cuando te despierte de noche"- pienso para mí misma antes de bostezar y estirarme de forma perezosa y sin ganas aunque al oír mi nombre si que giro mis orejas  y suelto un suave maullido a la vez que lo sigo  hasta que cierra la puerta del baño tras él antes de que pase-" ¡Oye!"- Maullo a modo queja al tiempo que me pongo a rascar la puerta para llamar su atención.

Viendo que su símil no tenia intenciones amistosas pues no le quedaban mas opciones.

—Si, suele pasar. Todas las presas huyen.....

Dando dos pasos hacia atrás musitó:

—Todos huyen.

Rápidamente se dio la vuelta y se echó a correr. Viendo lo grande y fuerte que era el otro Zorro no sabía si la podía ganar, y tampoco quería averiguarlo.

Me encontraba en las calles como era costumbre, era un gato que me podías encontrar en algún callejón o en la noche en los mejores contenedores.

En estos momentos me levantaba de una gran siesta, a veces uno se toma las cosas tranquilas después de bastante trabajo. Hoy era un día para ver mi intinerario haber que tenia para hacer.

Me mire en un pequeño charco y luego me fui por el desayuno, mi día sería dormir y recuperar fuerzas. Últimamente las pesadillas ganaban fuerzas y nosotros a más labor, más cansados terminamos.

Tendría que darme un baño pero luego del desayuno mi cuerpo puede esperar. Avanzaba a paso lento intentando sentir si algo más estaba presente alrededor mío o alguien más.

En mi cuerpo tenía varias heridas de peleas, algunas marcas ya en estado de curadas hechas por alguna que otra amante felina y la más notoria en mi rostro la hizo una pesadilla.

Estaba solo siempre lo acepte luego de que escape de mi antiguo hogar, no quería sentir nada por ningún humano mas. Ser doméstico de nuevo te hace perezoso.

Tan pronto la criatura estuvo a mi alcance le lance una buena dentellada para luego apartarme un poco de ella buscando encontrar una apertura que me permitiera herirla de gravedad.

Hasta ahora las cosas iban bien para mi, pero la situación sevpodía descontrolar y rápido, en especial teniendo en consideración el tamaño del ser que enfrentaba.

Oye caniche, esta justo a dos colas de distancia frente a mi, lo digo por si quieres darle una buena mordida desde atrás.

La vida en solitario en los bosques es dura, no todos sobreviven mucho tiempo, especialmente en los fríos inviernos cuando la comida escasea. Una de las primeras cosas que uno aprende es a confiar en el instinto, el miedo es un poderoso aliado. Los pelos erizados, escalofríos, respiración acelerada sin saber bien la razón, todo indica que algo está fuera de lugar. Ese era uno de esos momentos.

Olfateé un segundo y noté un aire frío desconocido en el hocico “rápido, tengo que buscar un lugar seguro” y en un parpadeo ya estaba bajo las raices de viejo roble parcialmente tapadas por la hojarasca.

Observé atentamente tal como mi madre me había enseñado en esas situaciones, las orejas bien abiertas hacia delante sin mover un músculo. “Algo se mueve” no oía nada, no se movia nada, no percibía el olor pero había visto una sombra moverse. Seguí observando atentamente...y efectivamente mi instinto no me había engañado. Era otra de esas cosas, esta vez casi no se veía, pero no cabía duda, ahí estaba.

No entendía muy bien lo que pasaba pero por alguna misteriosa razón el gato había entrado en la habitación de los amos del templo y por lo que parecía,es que estuviese agarrándose del aire mismo,no sabía muy bien lo que pasaba pero me pongo en posición de ataque.

Cuando el gato me dice por donde se encontraba el posible enemigo,primero olfateo en el aire,podría ser un enemigo que no tuviera la capacidad de ver.Pero al igual que el resto de mis hermanos caninos que se encontraban abajo,nuestro olfato es muy poderoso; recuerdo que una vez uno de los nietos de mis amos vio algo que denomino anime que es japones y que dicho anime dijo que se llamaba naruto,en uno de esos momentos que veía ese tal anime hubo un momento que uno de esos otros humanos decía ¨si no puedo verte,puedo olerte¨.

Por lo que a continuación empiezo a olisquear en el aire para orientarme de donde se encontraba el posible enemigo y una vez que lo encontrase lanzaría mi poderosa mordida hacia el esperando hacerle mucho daño.

Sombra se dirigió a su pescaderia habitual a buscar su merecida ración de pescado que le correspondía. Como era costumbre para alguien de su tipo, solía vagabundear bastante por las calles de Roland... por lo que en ese momento se encontraba casi al otro lado del pueblo, teniendo que atravesarlo para llegar.

Cuando finalmente arribó, vio tras doblar la esquina como un gato desconocido estaba comiendo del plato que los humanos dejaban especificamente para él. La indignación se hizo presente. Aquel se veía como el tipico gato consentido y demasiado bien alimentado, con el pelo tan inmaculado que hacía parecer al de Sombra como una alfombra vieja. Sombra tenía no solo que defender su territorio sino también su alimento, y enseñarle a ese desconocido quien mandaba allí.

El minino de inmaculado pelaje suave y brillante, obviamente demasiado bien cuidado como para pertenecer a un gato callejero... incluso a un gato casero promedio, se encontraba tranquilamente sentado terminando de comer el pescado dejado en aquel plato. Se lo veía pensativo... y especialmente distraído.

Con un caminar pesado y airado, siendo él capaz de moverse sigilosamente pero prefiriendo exhibirse a si mismo para que el otro lo viera llegar desde lejos, Sombra se aproximó al gato desconocido.
Una vez se acercaron lo suficiente ambos fueron consientes de la presencia del otro (es decir, el gato del pescado acabó por enterarse del arribo de Sombra). El aire transmitía olores que fueron percibidos por ambos, uno sintió el olor de un gato macho maduro y fuerte seguro de si mismo, y el otro el olor de un gato macho también pero joven... y con alguna clase de shampoo o algo así en el pelo.

Colmillo de Plata se lanzó contra la criatura que le lanzaba miradas de odio y dolor. Esta vez el ser intentó defenderse con el tentaculo que había liberado golpeando con este al gato pero solo impactando tangencialmente, desviandolo un poco. El gato con impresionante determinación hincó los dientes en la fina piel uno de los tentaculos, casi en el mismo lugar donde le había hundido las garras antes. Su olfato no le decía nada, ni siquiera sintió sabor alguno cuando la ¿sangre? de aquella cosa empezó a manar más y más. Enseguida el gato se esforzó para jalar con sus dientes la carne de la criatura... consiguiendo sin piedad desgarrar su carne.

La criatura pareció enloquecer de dolor y prorrumpir en una especie de chillido silencioso que extrañamente aunque los oídos no parecían captarlo si que Colmillo de Plata lo sintió... de alguna manera. Soltó su presa y retrocedió.

Fluidos de aquella cosa manaban profusamente, manchando la cama y el suelo. Entonces, ya desesperadamente, soltó a ambos humanos al mismo tiempo que su cuerpo descendió del techo... era una visión extraña, los tentaculos salía de una especie de... nube o niebla... una bola borrosa y difícil de enfocar. Colmillo de Plata podía adivinar que al parecer esta Pesadilla no había estado mucho tiempo alimentandose, por lo que aparte de no acumular mucho poder ni siquiera había terminado de materializarse completamente en este plano.
A continuación los tentaculos pasaron a alinearse simetricamente a ambos lados de la nube espesa que flotaba casi rozando el techo, y enseguida la cosa... se separó en dos. La nube o bola borrosa se estiró al tiempo que ambas partes se alejaron una de la otra y cada parte ahora contaba con la mitad de los tentaculos que antes poseía la original.

Una de las dos partes rápidamente se elevó volviendo a traspasar el techo, dejando sola a la otra mitad.

El perro entonces se adelantó y lanzó un mordisco al aire que resonó en el silencio, pero allí no había nada para morder.

[Bestiario actualizado...]

Colmillo de Plata estaba hecho una fiera, con el lomo arqueado y totalmente erizado por la furia. Se abalanzó nuevamente contra... la nada, dando un mordisco al aire y retrocediendo clavando las garras en el colchón como si estuviera jalando algo.

Piel Atigrada miró al gato... luego al espacio vacío frente a él... luego de nuevo al gato... y de nuevo al espacio vacío. Intentó evitar pensar que el gato tenía la rabia o algo así y se esforzó por intentar oler o escuchar algo; levantó el hocico y respiró varias veces... como siempre una delicia de olores variados: el olor de la madera de los muebles, el olor del gato con el claro pero a la vez sutil acento que su género masculino imprimía, el olor de sus amos pesclado con el insoportablemente penetrante perfume. Pero nada fuera de lo ordinario. Los oídos solo captaban la respiración esforzada del gato y la lenta y pausada de los humanos... aunque rápidamente se volvía más rápida y errática, evidenciando que estaban despertandose.

Pese a lo que los sentidos normales decían, el can se concentró lo bastante como para percibir que algo no andaba bien en el lugar. Algo en el ambiente incomodaba. Si esto indicaba que había una de esas cosas de las que tantas historias hablaban... quizás con algo más de practica podría aprovechar esto para adivinar donde se encontraba la fuente de esta sensación de incomodidad y tensión.

Finalmente, haciendo caso al gato, Piel Atigrada se aproximó y con fuerza hizo sonar sus dientes estrellándose uno contra otro... pero solo logrando morder el aire.

Entonces los humanos abrieron los ojos.

— Ri... ¡Ay, Richard! Los animales están sueltos — Exclamó la mujer, acabando de despertarse rapidamente al ver el estado de agrecividad que demostraba Colmillo de Plata.

— ¡Shoo! Tigre, gato malo. — Decía el hombre. — Quieto, Tigre, quieto. — Dijo, y de pronto lanzó las cobijas sobre el gato para intentar atraparlo.

Vi al gato fijamente a los ojos mientras me acercaba lentamente por si se fuera corriendo, las presas son mejores cuando huyen pero este... Tenia un olor muy peculiar. - Que haces fuera de casa niño mimado? Pregunte mientras mi cola se erizaba bastante, todo el que me conociera sabia que ese era mi pescado y solo mio.

- Se te perdio algo por aqui?... Porque eso que ahora tiene tu rostro es mio y sabes robarme no es lindo. Mi cuerpo estaba listo para saltar a por el, para morderlo y mostrarlo de quien era ese lugar y mas aun ni su nombre sabia. Era una molestia ya completamente, un niño que no conoce el peligro y mis colmillos se llaman peligro.

— Angelique, no. — Dice el humano de Luna Nueva desde detrás de la puerta, pero entonces la entreabre solo lo suficiente para sacar un solo dedo que gotea agua que cae sobre la gata. — Agua, agua; me voy a bañar. No arañes la puerta. 

Tras eso cierra con pasador. Quedándose un momento cerca de la puerta al poco tiempo se podría escuchar que comienza un sonido constante de lluvia y salpicaduras.