Partida Rol por web

Piel atigrada nos dio diferentes obsequios, yo no estaba acostumbrado a que me premiaran por hacer mi trabajo, usualmente cazo a esas alimañas por responsabilidad y a veces por diversión. Solo vi rodar en el piso el objeto que nos dejo piel atigrada, en seguida me relaje y suspire diciendo

-andando hay que seguir buscando-

pase por un lado de piel atigrada y frote mi costado para intentar impregnarle un poco de mi propio aroma en señal de compañerismo. acelere el paso para alcanzar a colmillo de plata

Por suerte aquello no era peligroso, era otro Zorro, otro compadre. Claramente su aspecto no era de fiar y ni loco Reimu se podía fiar a la primera de tal aspecto (o de cualquier zorro en general).

Manteniendo su distancia Reimu inclinó la cabeza y se puso a mirar a su símil con cautela, ¿quien era? ¿por que le estaba siguiendo? ¿acaso buscaba su sustento o su vida?.

Reimu se detiene en seco y voltea instintivamente sus orejas hacia atrás, pegadas al cráneo, por precaución y empieza a inhalar rápida y entrecortadamente esforzandose por captar todo lo que sus sentidos pudieran decirle. Estos parecían indicarle que era un zorro macho, joven; olía bastante fuerte a sangre... por lo que se podría pensar que había cazado algo recientemente.

Por lo demás, además de su aspecto pecualiar en un zorro por aquellos lugares, que Reimu supiera al menos, no percibe nada extraño. Eso si, el no percibir nada extraño significaba que aquella presencia sobrenatural escalofriante que se dejó sentir antes no se trataba de él.

Guiado por sus sentidos parece que el otro Zorro no era aquello, aquel horror. Sin nada que perder y manteniendo sus patas preparadas para huir le preguntó a su símil:

—¿Buscas algo en mi dirección colega?

El perro akita guia al resto por una puerta justo al lado de las escaleras que van al sótano, llevandolos hasta la cocina. Allí, mientras el can empezaba a abrir puertas de encimeras con la boca para sacar de estas bolsas con comida y juguetes, a un lado se podía ver una puerta entreabierta que llevaba a un cuarto con la luz apagada que ante los ojos felinos se podía ver en el interior dos camas individuales puestas una al lado de la otra como si fueran una sola cama matrimonial, la habitación estaba vacia ya que era el antiguo cuarto de los hijos y actualmente solo era el reservado a invitados.

Nana, muy excitada, sale luego corriendo por el pasillo hasta la puerta de enfrente que lleva a la calle quedandose allí arañandola.
Colmillo de Plata, durante el tiempo en el que Piel Atigrada se ponia a abrir alacenas y encimeras para regar ración para perro y gato, había aprovechado para marcharse a otro sitio.

Al subir por las escaleras llegas al segundo piso. A tu derecha puedes ver debajo la sala de estar al lado de un comedor y encima, en las elevadas paredes, dos grandes ventanas que estan cubiertas a medias por cortinas dejando que se vea a través del cristal parte del cielo nocturno. A la izquierda un pasillo corto con una puerta cerrada.

El zorro negro se quedó donde estaba, mirando fijamente a Reimu con esos extraños ojos rojos y brillantes; curiosamente, cuando Reimu se pone a la defensiva ante la presencia del aquel que lo interceptó, el zorro negro mantiene las orejas elevadas apuntando atento a Reimu... por un lado sin mostrarse agresivo, pero también demostrando que carecía del más mínimo temor o precaución ante Reimu.

— Si. — Respondió, a la vez que hacía un extraño gesto risueño o burlón. Muy lentamente avanzó un par de pasos hacia Reimu — ¿Como esta la caza?

Me acerco hasta Nana para llevarle uno de los juguetes que teníamos para perros pequeños y también un poco de comida para ella luego de oler que había marcado su territorio para decirle de manera calmada:

-Te pediré que no hagas eso en el Santuario dado que soy su Guardián y un solo punto flaco puede ser una apertura para los espíritus malignos. Es una advertencia por tu bien.

Se lo decía con mi mejor rostro y mostrandome amable,no quería llegar a mostrar mis dientes para dar a entender que iba en serio,mas allá de eso continuo marchando mientras exploro el lugar para ver que fuese seguro y luego abrir la puerta que Nana con tanta desesperación rascaba para abrirla.

La verdad es que muchas veces no entendía la prisa de mis compañeros caninos,ni los sobresaltos que tenían los gatos,pero me gustaba observarles,mientras que cuido del Templo junto a mis amos.

Ya había vuelto, deprimida al ver que no podía abrir la puerta de la calle. Ante las palabras del perro de la casa no pude más que agachar un poco las orejas. -¿Queeeé? ¿Entonces no puedo hacer pipí porque es una entrada para cosas malas? Jo, lo siento- a pesar de estar disculpándome y mostrarme arrepentida no paraba de menear la cola de un lado a otro. ¡Acababan de traer juguetes y chuches! Tras olfatear aquí y allá y ponerme a mordisquear uno de los peluches, levanté de nuevo la vista hacia Piel Atigrada. -¡Gracias!- esta vez había procurado lanzar un ladrido agudo y flojo para no ser tan follonera como habitualmente.

-Oye oye, ¿y qué es esa habitación? ¡Podrían habernos dejado dormir ahí en lugar del sótano!- al menos parecía tener camas mullidas.

Observó a Nana cuando estaba jugando con el juguete para luego de escuchar atentamente su pregunta decir:

-Esa es la habitación de los hijos de los Amos,pero como hace años que ya no vienen por aquí,suelen usarla para cuando tienen visitas y les invitan a dormir ahí adentro.

Dicho esto continuó explorando y observo que uno de los gatos no se encontraba con nosotros y agrego:

-Una vez que hayan comido y jugado un rato,debemos de movernos Colmillo de Plata no esta con nosotros y sea lo que sea que vio debe ser peligroso enfrentarlo solo,por lo que debemos de ir a acompañarle.

Sugerí esto,dado que si bien los gatos eran solitarios y no solían gustarle mucho la compañia de perros como Nana,Reimu o yo,los perros como nosotros solemos formar manadas cuando estamos juntos para protegernos los unos a los otros.

Guio momentáneamente a los demás hacia arriba,ya tendríamos tiempo de salir a afuera.

Reimu miro a detalle a su símil de nuevo, aun no bajaba la guardia pero tampoco se pondría hostil con alguien que usaba la palabra y no los colmillos, aún. —Pues terrible —respondió con cierta frustración fingida—No ha aparecido una presa decente, apenas una ardilla distraída o una liebre enferma.

El pasadizo estaba en penumbra, lo que resultaba perfecto para mi, pues me daría ventaja sobre ese parásito. 

Con mucho cuidado recorrí el pasadizo buscando hallar a mi presa al tiempo que me encomendaba al clan estelar, pues sólo su guía y protección podían proveerme de la fuerza y astucia que necesitaba para vencer a mi enemigo.

En el silencio de la noche se escuchaban los sonidos escandalosos de los dos perros, típico de los perros, pero esforzandose por ignorarlos logras escuchar el débil murmullo de las respiraciones de dos cuerpos... por el tamaño que adivinas seguramente son los humanos. El joven felino instintivamente se petrifica.
De pronto, una sensación muy extraña, difícil de explicar con palabras le invade, parecida al sentimiento que arremete cuando notas sin mirar que alguien te esta observando... pero más fuerte, esa sensación recorrió la columna vertebral de Colmillo de Plata haciendo erizar su pelaje al tiempo que la surcaba.
No había duda, una horrorosa presencia se hallaba justo en la habitación tras la puerta que tenía ahora justo delante.

— Que pena. — Continua conversando mientras vuelve a avanzar un par de pasos más lentamente, ya solo estaba a un buen salto de distancia del zorro rojizo. — Las presas son muy cobardes, suelen correr muy lejos cuando sienten... peligro. ¿De que podrían huir? No habrás visto algo, ¿O si?

Reimu no pierde de vista al otro zorro, se da cuenta de que además de no demostrar ningún tipo de miedo o precaución ante él... aquel zorro negro luce para Reimu bastante ansioso, excitado. El joven y perceptivo zorro sabe que ausencia de miedo combinada con excitación son típicas de la cacería, y viendo la atención que tenía fija en él... al parecer era a él a quien estaba cazando.

Olfateo la zona para dar con el gato que se había ido no sabía específicamente por donde pero notaba viendo a los demás que ya no se encontraba.

Así que comencé a olfatear para ver si daba con el.

Si llegaba a encontrarlo diría:

-Ya encontré al otro gato,vamos,tenemos que seguirle.