Partida Rol por web

Entornas la puerta de cristal opaco por la que acaban de entrar Greg, Eli y Steve. Esquivas cauto la muñeca que aún sigue en el suelo, y a la que todos parecen haberse acostumbrado.

Enfocas con tu linterna el hall de entrada. La puerta exterior aparece ahora entreabierta y escuchas el viento que se ja levantado gélido en la oscuridad exterior. La charla de tus compañeros pasa a un segundo plano y te centras en inspeccionar la sala.

Nada nuevo salvo... ... ... Te parece distinguir una pequeña lámpara de aceite localizada en el suelo y pegada a uno de los sillones de una plaza que hay en el hall de entrada. Está medio oculta hacia la pared, y es posible que por eso os haya pasado desapercibida antes...

-Tú, amigo- llamó la atención de Spinner ...- ¿Se podría hacer funcionar la luz de este convento? Todo sería más facil. - La voz de Diamante te devuelve a la realidad.

Miras el libro ávido de información... La charla de tus jóvenes acompañantes es ahora sencillamente irrelevante...

Miras algún distintivo de imprenta, pero no hay nada. Es una especie de diario, de tapa negra y hojas blancas que ahora son amarillentas por el paso del tiempo. Sólo hay fotos...

El grupo se mueve apenas unos pasos en el pasillo. Parece que todos están de acuerdo en buscar finalmente un lugar para descansar. Spinner regresa sobre sus pasos y entra de nuevo en el hall de entrada, por donde acaban de llegar Elizabeth, Gregory y Steve. Entorna la puerta de cristal opaco, atraviesa el umbral y parece buscar algo. La puerta exterior sigue entornada, y el ulular del viento llega a vuestros oídos. Un aire gélido se mete en la casa, dando una extraña sensación de invasión... A saber cuántos años hacía que no entraba aire limpio en este extraño lugar... El frío del viento os eriza la piel, y un escalofrío os recorre la espalda.

El grupo da la espalda a la cocina y parece moverse en la dirección contraria a la misma. A la izquierda hay varias puertas a lo largo del pasillo, y al final de éste, el pasillo se abre dando lugar a una estructura no del todo bien definida y que puede ser una escalera.

Las cervezas de Jimmy quedan al lado contrario, en la cocina. El único que necesita ayuda para incorporarse es el viejo Marcos, que se entretiene en el frío suelo mirando ávido el libro que le acaba de tender Elizabeth...

Con bastante mala ostia miro los comentarios de Diamante y la transaccion del libro entre Elisabeth y el Abuelo y aunque de buena gana les hubiera arracado el puto libro de las manos y lo hubiera hecho trizas prefiero contenerme y seguir a Skinner con Rick pegado la cogote balbuceando palabras que lejos me tranquilizan. Estoy bastante cabreada con la actitud de Elisabeth porque no ayuda en nada y no esta haciendo lo que yo creo que debe hacer...

-¿ Alguien tiene algo de comer? o ¿Un cigarrillo?- Hablo casi a la pared mientras los golpes sordos de diamante golpeando la pared con el balon me crispan los nervios una vez mas..

-Uno de esos dias...tu madre...-

Al final se lo pinchare...

Rick sonríe ante el comentario de Diamante aunque no rie, procurando no tensar aún más a Rubí, a ella nunca le cayó muy bien el otro deportista, y viceversa.

La visión del balón parece tranquilizarle, como si conjurara tantos recuerdos despreocupados que fuera capaz de borrar momentáneamente todo lo demás a alrededor. toma dice sin prestar mucha atención, pasándole una chocolatina de las que compró en la gasolinera. Tras eso toda su atención se centra en Steve y en el balón hasta que finalmente dice una sonrisa:

ey! pasalo!

Hummm…así que no le viste…- piensa Greg ante el comentario de Marcos, como si sus palabras confirmasen sus sospechas.

Humano o fantasma, lo cierto es que parados en el pasillo no hacen nada.
Entonces lo dicho, buscamos algo con lo que defendernos en la cocina… aunque poco haremos contra un ser intangible…- estas palabras las dice murmurando, casi en un susurro-…y luego buscamos un sitio donde atrincherarnos. ¡Pues adelante, chicos!

Continúo entrando en el hall de entrada y me acerco hasta alumbrar con mi linterna la lámpara de aceite. La observo en busca de cualquier objeto puntiagudo que pueda estar "esperando" a que alguna mano incauta se pinche.

- Dos veces.. no. pienso tras cerciorarme de que está bien.

Cojo la lámpara y la agito con cuidado, para saber si tiene aceite. Tras comprobar que le queda, abro el depósito y lo huelo con cuidado, para cerciorarme que realmente se trata de aceite - Ya no me fío de nada.. No quiero drogas alucinógenas..

Con ella en las manos, me giro y veo tras de mí a Rubi. - ¿Me das fuego? le pregunto sabiendo que es fumadora.

- Cuando tengamos luz ya veremos el tema de la luz de la casa..

Steve dejó de jugar contra la pared tan pronto como Rick le pidió el pase...

- Atención, señoras y caballeros, trece segundos, ese el es tiempo del que disponen para remontar el marcador adverso- Diamond se había remangado y daba pequeños saltitos en el sitio, como si estuviera calentando, mientras imitaba una voz grave a modo de comentarista deportivo- Una jugada, una ultima jugada de pase y recepción, es su única opción, no hay tiempo para más. Diamante reune a los suyos para dictar jugada. Todo ésta en sus manos, no puede fallar, el público deja de respirar, el equipo se coloca, 25 yardas le separan de la gloria, esa debe ser la distancia del pase, pase y recepción, pase y recepción, debe encontrar a un compañero en este suspiro que queda- Se frotó las manos y se colocó en posición de ataque, con piernas separadas y tronco inclinado sujetando el balón entre sus manos. De pronto, como si alguien hubiera dado una orden, se incorporó y comenzó a esquivar contrarios imaginarios como si estuviera a camara lenta- C...o...r...r...e R...i...c...k!- dijo también muy lentamente acompañando el lanzamiento del balón con unas graciosas muecas- TOUCHDOWN!- gritó de pronto cuando su capitan recibió el balón que le pasó- Magistral pase que recoge el capitan Fabiano más allá de la linea de anotación, han vuelto a hacerlo, ganaron, Diamante y Fabiano, Fabiano y Diamante, que jugada Dios mio, que jugada....oooooo.....oooooo- dijo imitando la ovación del público- los espectadores se desatan, saltan al campo. Un momento, donde va Diamante!- seguía narrando, mientras se acercó rápidamente a Elizabeth y, cogiendo su cara con las dos manos, la besó rapidamente en los labios sin que ella tuviera tiempo para reaccionar- Han visto eso? Esa chica no va a olvidar ese beso en su vida, amigos. Diamante, lo hizo, lo logró...- y, pletórico, Steve culminó su actuación de rodillas en el suelo y con sus brazos en alto mirando al techo...

Un mechero llega a las manos de Spinner. El sonido al encenderlo es característico. El joven arquitecto a tomado las precauciones oportunas para evitar en lo posible una nueva trampa en la lámpara de gas. El fuego en la mecha emite una luz diferente. A diferencia de la luz de las linternas, ésta hace que las sombras dancen en las paredes, dando un fulgor rojizo a la estancia. Pero el objetivo de Spinner está cumplido, hay más luz...

Antes de buscar un lugar seguro, algunos han valorado la posibilidad de armarse en cierta manera. El mejor sitio parece ser la cocina. ¿Habrán cuchillos, machetes? ¿Estarán afilados? El grupo regresa al pasillo y gira a la izquierda. La cocina queda al final de ese pasillo. En el dintel de la puerta de acceso fue donde intentaron estrangular a Marcos... El viejo por otra parte sigue inmóvil en el mismo sitio, puesto que nadie le ha ayudado a levantarse.

Spinner encabeza la marcha mientras Rick y Diamante arman un barullo que desde luego está fuera de lugar en este sitio. Sus risotadas suenan estridentes y molestas, aunque ellos no parecen darse cuenta.

La cocina es grande, con un pollo central y armarios toscos y viejos en las paredes. El aire está saturado, viciado por el polvo y la humedad. En una de las paredes hay colgados algunos cuchillos de calibres diferentes...

La ridícula escenita de Steve y Rick sólo consigue romper la aparente paz del lugar. Si alguien no se había percatado de su presencia hasta entonces, seguro que ya lo había hecho. Ya sabía que no eran demasiado inteligentes, pero aquella demostración había tirado por el suelo cualquier atisbo de vida en su capacidad neuronal. Elizabeth asiste al espectáculo entre incrédula y resignada. Pronto parecen haber olvidado todo lo sucedido poco antes.

Sin poder reaccionar, el mediano de los Skilton le agarra la cara para besar sus fríos labios, corriendo levemente el oscuro maquillaje que siempre los adornan. Aunque en un primer instante trata de apartarse, más por el susto que por el acto en sí, cede finalmente con aparente placer.

Cuando el silencio vuelve por fin a los pasillos, entra en la cocina fijando inevitablemente la vista en la colección de cuchillos que cuelga de una de las paredes.

- Ahí tenéis vuestras armas, machotes. Aunque probablemente estarán oxidadas. - Comenta con desgana y cierta ironía.

Avanza un poco más con cierta precaución y desde el centro de la habitación hecha un vistazo general girando 360 grados sobre sí misma. La poca luz no permite ver demasiado, por lo que descuelga de nuevo su mochila para buscar su propia linterna.

Rick rie con buen humor desde la escena en el pasillo. El balón sigue saltando de un deportista a otro ocasionalmente y ahora en posesión de Fabiano se eleva varios palmos para volver a caer en sus manos, repitiendo el juego varias veces seguidas. La aparición del ovalado cuero ha permitido al deportista alejarse de la figura protectora de Rubí y perder buena parte de sus nervios. Desde que Diamante sacó la pelota no ha dirigido la mirada a su chica.

Volviendo a lanzar el balón a Steve para tener las manos libres Rick da unas vueltas por la cocina tocando y moviendo de sitio más cosas de las necesarias para una inspección y abriendo todos los cajones o armarios que ve sin molestarse en cerrarlos luego. Su vista busca algún objeto que pueda servir de arma y que de, por tanto, tranquilidad al grupo.

Creo que aqui... dice en voz muy alta anunciando algo oh... no corrige en seguida dándose cuenta que lo que había visto solo eran unos hierros oxidados.

Las acciones de Rick son casi blasfemas en este lugar. El molesto jugador de rugby se dedica a abrir cajones sin tino así como puertas de alacenas y armarios. Si hubiera alguna otra trampa, como sospecha Spinner, Rick ya habría caído sin dudar... La actitud de Fabiano parece una reacción de protección al miedo que ha sufrido. Su voz jocosa se entremezcla con el ruido de bisagras oxidadas y cajones pesados arrastrados.

Mirad! Aquí hay uno que se resiste! dice el joven haciendo referencia a uno de los cajones... Igual hay un bazoka en su interior!

La actitud del inconsciente e infantil Fabiano te desconcierta y desconcentra... Miras los lugares que el joven explora, sin distinguir nada más que vacío y polvo. Además de los cuchillos atisbas al otro lado de la cocina una puerta de pequeño tamaño...

Chicos, chicos… caaaaalma- les regaña Gregory a su hermano y a Rick cuando estos comienzan a pasarse el balón y a corretear por el pasillo. Aunque el tono de voz tranquilo y pausado dista mucho de una regañina efectiva.

Gregory entra en la cocina, fijándose en los cuchillos que cuelgan de la pared. Su nueva forma de ver la vida es incompatible con la violencia, y mucho menos con ir armado con un cuchillo. Pero los últimos acontecimientos han debido de trastocar esa visión, pues, aunque con cierta reticencia, Gregory se acerca a la pared para coger uno de esos cuchillos.

Tras eso, el profesor de yoga da unas vueltas por la cocina, sin demasiada prisa, buscando en cajones y armarios algo que pueda serles de utilidad.

Jimmy al llegar a la cocina, lo primero que hace es abrir una lata de cerveza, luego calmado y dando pequeños tragos a la cerveza pasea por la cocina buscando un arma potencial para defenderse llegado el caso. Con la firme convicción de que su hermano y Rick se han vuelto locos, no se molesta ni en hacer un chiste gracioso.

Si se te resiste ese cajón creo que puedo ayudarte a abrirlo, a veces la maña vale más que la fuerza, Rick.

-Estaos quietos..- Pero se lo digo a los improvisados jugadores sin mucha conviccion, estoy mas pendiente de los haceres de Spinner que se afana por no tocar nada que tenga pinchos ni sea ,venenoso, le ofrezco mi mechero con aprension, espero que no lo estropee

Veo en la cocina todos los cuchillos e incito a los demas a que los cojan todos -Venga cogerlos..- Esta claro que debemos defendernos, pero yo solo soy una chica, cuando Rick habla de una cajon que no se habre tengo claro a quien voy a pedirle que lo haga

-Oye Spinner ¿Por que no intentas abrirlo tu? -

Me acerco a Jimmi y mientras me siento en un saliente de la cocina abro una de sus cervezas y empiezo a bebermela

Mientras observa pasmado el cajón bien cerrado Rick las palabras de Jimmy, justo después el comentario de Rubí provoca una rápida respuesta en él. Su mirada ofendida se clava en ella para luego pasar a Spinner cargada de hostilidad.

Con un brusco gesto con la mano aparta a Jimmy, cuya razonable oferta de ayuda le hace sentir presionado. Agarrando el tirador con las dos manos al deportista se le tensan todos los músculos hasta que el cajón cede, abriéndose con un ruido a madera rota y metal oxidado.