Partida Rol por web

Lluvia de Lágrimas

Cueva de Moesring

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11/02/2022, 10:24
Yak'po

Nota: Si queréis hilo musical para la chapa: https://youtu.be/OYlzcXA3LxI?t=1

 

La Noche de las Lágrimas... Un evento que ocurrió hace años, pero que a día de hoy sigue siendo una incógnita. Los Falmer1 y los Nórdicos conviveron en Skyrim durante siglos, sin mezclarse, pero respetándose. Hasta dicha noche, donde los Falmer alzaron sus armas y cogieron por sorpresa a los Nórdicos. Un sólo golpe al unísono. Todos los asentamientos nórdicos fueron asaltados en la fría oscuridad. No obstante, por alguna razón desconocida, los Falmer decidieron dejar con vida a un puñado de Nórdicos, entre ellos el Rey Ysgramor, el cual decidió volver al continente natal de los Nórdicos, Atmora.

Los hechos de esta noche hicieron eco en toda Tamriel, pero ninguna raza se involucró. Maestres de todas razas intentaron averiguar los motivos de los Falmer para atacar a los Nórdicos. ¿Acaso los Nórdicos hicieron algo a los Falmer para causar este ataque? ¿Acaso los Falmer, al ver la creciente población nórdica, pensaban que los Nórdicos antes o después les atacarían y decidieron dar el primer golpe? No parecía haber ninguna respuesta que satisfaciese a los maestres.

Años más tarde, el Rey Ysgramor bajó desde el continente de Atmora con un pequeño ejército de cientos de Nórdicos. Las tropas no eran numerosas, pero fue suficiente para que los temibles guerreros del norte arrasaran con los poblados Falmer, uno detras de otro, hasta arrinconarlos en Solstheim.

Reuní a siete aventureros tal y como me ordenó a Orden Psijica. Expliqué al grupo que Nirn2 estaba al borde de su extinción. Un acontecimiento se avenía que causaría la destrucción del mundo. Pedí a los aventureros investigar lo que ocurrió la Noche de las Lágrimas, ya que fue esa misma noche donde presencié la ruptura de un pergamino antiguo - algo irrelevante a ojos de los aventureros, pero no pude explicar mejor mi consternación. No fue fácil, pero al final convencí al grupo y decidieron aceptar la tarea a cambio de información sobre sus propios asuntos.

El grupo comenzó su aventura hacia el norte de la isla, pero al poco tiempo de salir del Fuerte Frostmoth se encontraron problemas. Unos bandidos parecían querer raptar a Fichigón. Su jefe, Hörgrith, se encontraba en el Altar de Thrond, hacia donde se dirigieron. De camino se encontraron a dos gigantes con un Falmer enjaulado, al cual rescataron. Dijo ser el hijo de Príncipe de la Nieves Edhelvhur, gobernante de los Falmer. Belbysh dijo al grupo que los Falmer atacaron porque todos escucharon la voz de Dios Aedra Auri'el, diciendo que le liberasen de los Nórdicos. El grupo continuó su aventura hasta dar caza a Hörgrith, y sus súbditos empezaron a descomponerse de la misma manera que los atacantes de la aldea de Turak el Negro, algo que los aventureros no consiguieron entender del todo. Tras cenar carne podrida y descansar, el grupo prosiguió hacia el norte, siguiendo a Belbysh hacia las cuevas de Moesring. Una vez allí, se separaron del Falmer para encontrar a Yagrum Bagarn, un comerciante Dwemer3.

Un comerciante curioso, ya que no comerciaba con dinero, sino con trueques o con información. El dicharachero Dwemer tuvo una larga conversación con los aventureros, donde pudo cerrar varios tratos. Sahak quiso conocer la función de su antiguo artefacto y Yagrum explicó que era un artilugio Dwemer, el Cubo de Control, creado para abrir y cerrar portales a planos Daedra. No obstante, el artefacto estaba vacío y sólo podía recargarse de poder en el lugar donde se creó, el Pedestal del Dominio. A cambio de esta información, el chaman argoniano debía volver al comerciante explicando lo ocurrido la Noche de las Lágrimas.

Por su parte, Na'ir entregó el libro que tenía a Yagrum y pidió información sobre el hombre que quemó a su familia, Ra'hussoud. El Dwemer aceptó conseguir la información que el Khajiit le pedía, pero a cambio de un favor. Debía recuperar el Martillo de Almas, un artefacto que estaba en posesión del Arquitecto Tonal Kagrenac. Yagrum no sabía cómo localizarlo, pero dió algunas pistas al grupo: el libro que Na'ir llevaba consigo explicaba cómo crear un Dios. La primera página mostraba un retrato de Kagrenac y más adelante podían verse algunos instrumentos, entre ellos el Martillo de Almas. Hacia el final había un dibujo de la supuesta creación final: Numidium.

Por último, el grupo pidió al comerciante información sobre Wynageth, la archimaga que discrepó con los sacerdotes Falmer sobre la voz que escucharon. Según dijo Belbysh, Wynageth fue desterrada por no creer que la voz que escucharon fuese del Dios Aedra Auri'el. Yagrum, que al principio dijo no saber mucho de la localización archimaga, hizo un trato con Walia donde el semielfo prometió que convencería a la Orden Psijica para colaborar con el Dwemer. Una vez cerrado el trato, el comerciante fue a una mesa donde tenía una gema violeta. Yagrum comenzó a conjurar en un idioma desconocido para los aventureros. Al volver, dijo que Wynageth les esperaría en Hrothmund's Bane.

Con estos tres tratos sobre sus espaldas, el grupo pasó al otro lado de las Montañas de Moesring y, guiados por Sahak, llegaron al encuentro con Wynageth...

Notas de juego

Falmer: Elfos de las Nieves

2 Nirn: Planeta donde vivís.

3 Dwemer: Elfos de las Profundidades

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13/02/2022, 12:17
Katla
Sólo para el director

Durante la conversación que el grupo mantiene con Yagrum Bagarn, Katla permanece en silencio y en un segundo plano. Su silencio es incluso incómodo para el resto del grupo, pero ninguno lo manifiesta en voz alta.

Cuando los aventureros vuelven a reunirse, deciden todos poner en común la información. Na'ir incluso pone las cartas sobre la mesa respecto a sus reales intenciones y el motivo de haber acabado aquí con ellos. Parece que poco a poco, cada uno de los integrantes del grupo va abriéndose a sus compañeros, compartiendo sus tribulaciones y preocupaciones personales.

Katla una vez más guarda silencio ante las palabras de Na'ir, pero su franqueza y su dolor le hacen recordar que ella no tiene porque seguir sola.

Ha pasado mucho tiempo desde que Katla no encontraba a un grupo de personas donde sentirse cómoda, por quienes poder mostrar un interés altruista y real ...las últimas décadas con Triandal le habían hecho olvidarse lo sola que estaba.

La consternación de sus responsabilidades le oprime el pecho y su cabeza...demasiado trabajo para un sola Chimer...además la Diosa ponía más presión sobre ella, pues ya no vagaba sin rumbo, si no que tenía un propósito, un camino, por primera vez en muchos años... No podía perder la oportunidad...

-Durante varias décadas...he estado perdida. Hace...demasiados años...les prometí a los míos que los protegería, como correspondía a alguien de mi rango...pero fallé... los orcos arrasaron con todo y con todos. Desde aquel día decidí retirarme con mi maestro, a entregarme a los servicios de la Principesa Mephala, para encontrar paz en mi alma y expiar la culpa eterna. Jamás he dudado de los Dioses, pero tampoco han mostrado piedad por mi... y por ello solo me quedaba mi ira, mi sed de venganza y un poder que emergía de las profundidades más ocuras que me devoraba y empujaba a seguir viviendo...

-Mi vida cambió hace unas semanas...cuando mi maestro murió, y la Principesa Mephala apareció en mis sueños para darme un mensaje que me cambiaría la vida. Me dijo que hubo una superviviente del adebacle, una niña que ahora se encuentra sola y que necesita ser encontrada... Un propósito...un secreto.

-Mephala fue clara en sus palabras, aunque los dioses jamás hablan de manera transperente a los mortales... Debo encontrar a Kagrenac, pues él es la llave que abrirá las puertas de los secretos hacia el perdón de mi alma...y necesito de vuestra ayuda para poder cumplir los designios de la Principesa...os necesito...a todos...y en especial a ti... - Katla mira fijamente a Na'ir con su ojo-...No se porque...pero eres tú quien me guiará a través de las sombras...

Notas de juego

Estoy abierto a continuar este hilo aquí o de manera personal con cada personaje quien quiera.