Partida Rol por web

Lo que se ocultaba en la casa del tío Gustavo

Capítulo 3 - Los ojos amarillos

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11/09/2013, 18:12
Director

Sin poder resistir el cansancio te sumes en un profundo sueño. Un remolino de ideas te atrapa y ves a cientos de personas y lugares, todos mezclados y claros como el agua a la vez. El torbellino te arrastra hacia algún lugar que desconoces. Ya no sabes si caes o subes. Por fin, el arrastre se detiene y sientes que tus pies tocan el suelo. Estás en la casa de tu tío, en las escaleras. La casa está en el mismo estado de todos los días y eso te hace dudar si realmente estás soñando o si estás despierto. Unos pasos provenientes del piso superior te sacan de tus pensamientos y entonces ves al abogado bajar las escaleras lentamente. Sus ojos, fijos, fríos, no parecen mirar nada en absoluto. Pasa por delante de ti sin reparar en tu presencia y se detiene en el descanso un instante mirando hacia la ventana que da al patio trasero. Luego baja y al llegar al vestíbulo se gira y, ahora sí, te mira. En sus ojos percibes miedo, un horror indescriptible que te congela el alma. Roberto abre la boca como si fuese a decir algo pero no emite ruido alguno. Comienza a gritar, abriendo cada vez más la boca hasta que la mandíbula se traba, casi desgarrándole las mejillas. Sus gritos son horrorosos. Entonces se desploma en el suelo y comienza a sacudirse, sin dejar de gritar. Quieres moverte pero no puedes. El pobre hombre sigue gritando y con sus manos intenta sacar algo de su pecho. Sus uñas rasgan la camisa violentamente y no se detiene cuando su piel empieza a sangrar. No soportas ver esa escena pero tampoco puedes dejar de mirar pues algo te lo impide. Entonces, al fondo del vestíbulo, en la oscuridad, distingues un par de ojos amarillos que te observan sin detenerse. Su presencia te incomoda. Sientes que avanzan hacia ti.

De repente, despiertas. tu corazón late como si fuese a salir de tu pecho de un salto. Estás cubierto de sudor, tienes frío. Afuera ha comenzado a llover ligeramente.

Notas de juego

Vamos con la tercera parte.

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12/09/2013, 00:29
Gonzalo de Guzmán

Sólo ha sido otra de esas pesadillas horribles... Gonzalo se tranquilizó al comprobarlo, pero también le inquietó el hecho de que hacía días que no tenía una. ¿Será algo premonitorio? Se incorporó, se sentó en la cama mirando hacia la puerta y echó un vistazo a la habitación*... Un inquietante pensamiento acudió de repente a su mente: ¿Palieri estará bien? Gonzalo miró su reloj*.

Notas de juego

¿Hora del día? ¿Todo sigue como cuando caí dormido?

Por cierto: entre ahora y el lunes me viene un trecho "movidito" y luego habré empezado (Dios lo quiera) un máster, así que puede que mi ritmo se resienta (creo que no lo hará). Sigues teniendo mi compromiso absoluto, pero aviso.

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12/09/2013, 02:47
Director

Notas de juego

 Son las diez de la mañana.

 No te preocupes, yo este fin de semana me voy a visitar a mi abuela y allí no tengo internet por lo que seguro no me ven hasta el lunes en la web. Por lo demás, tranquilamente podemos bajar el ritmo a uno o dos posts por semanas, incluso pausar si lo necesitas.

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25/09/2013, 01:49
Gonzalo de Guzmán

No advirtiendo en la sala nada fuera de lo usual, Gonzalo rezó sus oraciones matutinas y decidió salir a comprobar si Palieri estaba bien. Así, se estaba levantando de la cama —con la misma ropa con la que se quedó dormido— cuando su mano tropezó un objeto de forma ortogonal, caras rugosas y material rígido... ¡La caja! ¿Habrá sido también un sueño?, se preguntó, rememorando su encuentro con Dinh Kah: si había sido real, aquel ser no había vuelto de su misión. La única forma de comprobarlo sería llamándolo de nuevo..., se dijo. El sacerdote recordaba muy bien la información que le había dado el genio, pero decidió que ya tendría tiempo de hacer experimentos luego. ¿Y si caí dormido por su culpa? No, no: primero, Palieri. Su estómago protestó. Y luego, desayunar algo.

Notas de juego

Gonzalo sale (o intenta salir, ahí como veas) de la habitación y va en busca de Palieri, empezando por la habitación de este.

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26/09/2013, 04:11
Director

 Te encuentras al abogado recostado en su cama. Lo llamas una o dos veces desde la puerta pero no contesta. Al acercarte notas que su rostro tiene una palidez cadavérica. Si no fuese por el movimiento de su vientre al respirar, cualquiera hubiera jurado que ya no estaba entre los vivos.

 Derrotado por aquel hombre que ignoró tu llamado y siguió durmiendo, bajaste a la cocina en busca de tu desayuno. Al atravesar la escalera recordaste la pesadilla que tuviste. ¿Qué sería lo que causaba esos horrorosos sueños? Te sentaste en una silla cualquiera y entonces reparaste en que Graciela no estaba allí. Al mirar con más detalle descubriste que no había nada preparado salvo una pava, todavía tibia y un mate a un lado.

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30/09/2013, 02:07
Gonzalo de Guzmán

El primer impulso de Gonzalo fue llamar en voz alta a Graciela, que tal vez estuviese trabajando o descansando en otra habitación de la casa... Al fin y al cabo, parece que acaba de poner la tetera en el fuego. Sin embargo, su instinto (cada vez más despierto a fuerza de enfrentamientos paranormales) hace que se lo piense de nuevo: Prudencia, Gonzalito. Sin pararse a coger nada de comer, Gonzalo se levanta de la silla, afina el oído y se dispone a inspeccionar todas las salas de la planta baja de la forma más silenciosa y discreta posible.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d100

Dificultad: 25-

Resultado: 47 (Fracaso)

Notas de juego

Primero tiro por Escuchar.

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30/09/2013, 04:52
Director

 La casa se encuentra sumida en tanto silencio esa mañana que incluso llegas a escuchar el rumor de un tractor que trabaja la tierra vecina. En la casa no hay rastro alguno de la mujer. Afuera, quizás se encontrase Eusebio pero no tenías pista alguna de que así fuese.

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04/10/2013, 00:50
Gonzalo de Guzmán

No habiendo encontrado a la mujer por la casa, Gonzalo comenzó a preocuparse.

—¿Señorita Marcial? ¿Graciela? —preguntaba en voz alta mientras volvía a visitar las habitaciones.

Notas de juego

Si sigo sin encontrarla, salgo a fuera y doy una vuelta a la casa en silencio con los sentidos alerta. Si falta algún coche, me doy cuenta.

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04/10/2013, 04:43
Director

 Nadie respondió a tu llamado. Llegaste incluso hasta la casita que habitaba Eusebio. Era un pequeño recinto de ladrillos con techo de madera balsa recubierto de chapa. A juzgar por las pocas ventanas, la chimenea baja y el respiradero en la parte de atrás, no tendría más de dos habitaciones más un baño. A un lado, la chapa se extendía para formar el techo de un galpón en donde había un yunque, varias llaves, martillos y pinzas acomodadas prolijamente en la pared, una mesa de trabajo, tiza, lápices y un enorme cuaderno con anotaciones en una letra tan desprolija que parecía como si un niño de cinco años la hubiese escrito a modo de juego. Llamaste dos veces a la puerta pero nadie contestó. Las ventanas estaban cerradas con sus persianas sobre el cristal de modo que el interior se mantuvo oculto a tus ojos.

 En el jardín delantero no estaba el auto del abogado, aunque su dueño se encontraba durmiendo en la planta alta. Quizás se habrían marchado Graciela y Eusebio al pueblo cercano. Había huellas de neumáticos algo frescas alejándose de la casa.

 

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04/10/2013, 12:00
Gonzalo de Guzmán

Bueno, eso lo explica todo, razonó Gonzalo al ver las huellas del coche. Pero no era así, como rápidamente entendió: ¿En el coche de Palieri? Qué raro... Es más: Y entonces, ¿la tetera...? Junto a las razonables dudas sobre la ausencia de la mujer, Gonzalo cayó en la cuenta de que debía volver a la cocina y apagar el fuego. Antes de marcharse, no obstante, el sacerdote echó un rápido vistazo a la libreta escrita de Eusebio.

Notas de juego

Miro lo que escribió Eusebio.

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04/10/2013, 17:14
Director

 El cuaderno sólo contiene anotaciones de medidas, compras de herramientas o recordatorios sobre la tierra trabajada, cambios de aceite a un tractor. Nada que realmente te sirva de algo.

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04/10/2013, 17:17
Gonzalo de Guzmán

Con prisa por la tetera, antes de volver a la casa Gonzalo comprobó si la puerta de la cabaña estaba abierta.

Notas de juego

Estoy diferenciando dos espacios en la cabaña: uno, más exterior y accesible, y otro, el interior propiamente dicho. Espero no estar equivocándome.

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04/10/2013, 17:29
Director

La puerta está cerrada con llave.

Notas de juego

 Claro, son dos espacios. Tienes el edificio con lo que crees son una cocina/comedor y un baño en otra habitación, y fuera tienes el galpón, pegado a la casa, que toma como techo la continuación del chapado que recubre la madera de la casa.

 El galpón tendría unos 3 metros cuadrados.

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04/10/2013, 17:50
Gonzalo de Guzmán

Al ver que no podía abrir la puerta si no forzándola, Gonzalo resolvió volver al caserón. Lo hizo apurando el paso para intentar llegar a tiempo de arreglar el desaguisado de la tetera.

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05/10/2013, 02:36
Director

Notas de juego

La pava no está sobre el fuego, está tibia porque seguramente fue calentada hace poco. Ya pasó una hora desde que despertaste, ¿quieres hacer alguna otra acción en la casa?

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05/10/2013, 19:53
Gonzalo de Guzmán

Cuando Gonzalo llego a la cocina, comprobó que la tetera en realidad no estaba sobre el fuego, sino a un lado, fría, sin peligro. De pronto se sintió muy, muy cansado. Se sentó en una de las sillas de la cocina, reclinado hacia delante, los codos apoyados en las rodillas, y se frotó la cara con ambas manos. Todo este misterio va a hacer que me vuelva loco... Cuando ya llevaba un rato así, Gonzalo se levantó, se acercó al fregadero y se lavó la cara con agua fría. En eso estaba cuando su estómago reclamó su atención. Debería desayunar algo, razonó. Le llevaré algo a Palieri: no tenía muy buena pinta. De esta forma, el párroco volvió a calentar la tetera, sirvió dos tazas de lo que fuera que hubiera en ella*, las puso en una bandeja con algo de desayuno y se dirigió hacia la habitación del abogado. Luego llamaré a Dinh Kah.

Notas de juego

¿Qué había en la tetera? ¿Sólo agua? Porque si es así, preparo café o alguna infusión.

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05/10/2013, 20:17
Director

Notas de juego

Sí, sólo había agua tibia. ¿Entonces preparas el desayuno y se lo llevas al abogado?

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05/10/2013, 20:21
Gonzalo de Guzmán

Notas de juego

¡Sí, eso!

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07/10/2013, 15:59
Director

 La abundante comida que preparas casi no cabe en la bandeja de desayunos que cargas por toda la casa. Al subir las escaleras temes que un mal paso te haga caer, estrellándote contra el suelo, enterrado bajo varias tostadas y una muy caliente taza de café. Por fortuna, ningún accidente ocurre y llegas sano y salvo hasta el dormitorio del abogado, quien se encuentra durmiendo boca arriba. Cuando lo hablas, el hombre se despierta, algo asustado, desorientado. Parpadea unos segundos y luego te saluda y agradece el servicio.

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08/10/2013, 03:16
Gonzalo de Guzmán

—¡No hay de qué, Palieri! Descuide —dijo Gonzalo con despreocupación—. Simplemente, me puse a prepararme el desayuno y, cuando quise darme cuenta, ¡ya había hecho toda esta barbaridad de comida! —La verdad es que él mismo era consciente de que subirle el desayuno a Palieri no había sido un comportamiento normal. Trató de quitarle peso.— Considérelo... Un gesto de caridad cristiana.

Y rio serenamente. Tras esto, el párroco puso la bandeja en la superficie plana más cercana a la cama y se acercó a las ventanas.

—¿Le parece bien si abro las cortinas? —preguntó, aunque ya estaba abriéndolas, dejando entrar la claridad—. Por cierto: ¿sabía que Graciela no está en la casa? —comentó distraídamente—. ¡Ah! Pero qué digo... —se interrumpió con falsa ingenuidad—. ¡Claro que lo sabe! ¡Usted le dejó su coche!