Asiente con la cabeza.
Da un golpe seco en el aire con la hacha para limpiar la hoja. Mientras se pone en marcha coloca la hacha en su lugar.
Ya dispondremos de tiempo para evaluar nuestras heridas y estado de nuestras armas
Cita:
Corvo coge la gema, pero la Gema despide un calor increíble y te quema la mano.
En seguida la agarras con el borde de la capa y la introduces en la mochila. Una Gema de ese tamaño debe de valer cientos de Coronas. Pero los giaks están muy cerca y sus flechas pasan rozándote la cabeza, por lo que te das media vuelta y corres a refugiarte en el bosque.
Mientras correis entre los árboles que cada vez se van haciendo más espesos, los gritos de los giaks empiezan a extinguirse a lo lejos. Cuando ya casi habeis dejado atrás a vuestros perseguidores, chocais de frente contra una maraña de ramas bajas.
Corvo y Elessar
Estáis enredados en una masa de enmarañadas ramas y raíces. Al fin lograis soltar la mano derecha, empuñar el hacha y abriros camino muy despacio a través del follaje hasta llegar a una zona de bosque menos denso. Teneis la capa desgarrada en varios sitios y os habeis cortado y magullado malamente el brazo izquierdo encima del codo.
Sink
Agarras el hacha y consigues abrirte camino cortando ramas de la enmarañada maleza hasta que sales a una zona donde el bosque se aclara. Tu capa está desgarrada por varios sitios y te has magullado la pierna derecha encima de la rodilla.
Todos
Habeis estado caminando penosamente por el bosque durante casi dos horas. Os asalta el temor de haberos perdido, temor que comienza a parecertos realidad. Aparte del graznido lejano y ocasional de algún kraan, no habeis visto ni oído ninguna otra señal que delate la presencia de enemigos en esa parte del bosque. Al descender de un rocoso promontorio divisais algo insólito en la enmarañada espesura.
Rodeada de zarzas espinosas y apretadas raíces, veis la entrada de un túnel que desaparece en el interior de la ladera. La boca tiene aproximadamente siete pies de altura y algo más de diez pies de anchura. Al acercaros a ella notais una leve brisa que proviene del negro fondo. Si el otro extremo del túnel tiene salida por la ladera contraria de la colina, os ahorraríais muchas horas de dificil ascenso. Pero también podríais encubrir peligros desconocidos.
Corvo por la quemadura de la gema pierdes 2 de resistencia. Por el daño de las ramas otro -2 a resistencia
Sink por las ramas -1 a resistencia
Corvo coge la gema, pero la Gema despide un calor increíble y te quema la mano.
En seguida la agarras con el borde de la capa y la introduces en la mochila. Una Gema de ese tamaño debe de valer cientos de Coronas. Pero los giaks están muy cerca y sus flechas pasan rozándote la cabeza, por lo que te das media vuelta y corres a refugiarte en el bosque.
Mientras correis entre los árboles que cada vez se van haciendo más espesos, los gritos de los giaks empiezan a extinguirse a lo lejos. Cuando ya casi habeis dejado atrás a vuestros perseguidores, chocais de frente contra una maraña de ramas bajas.
Corvo y Elessar
Estáis enredados en una masa de enmarañadas ramas y raíces. Al fin lograis soltar la mano derecha, empuñar el hacha y abriros camino muy despacio a través del follaje hasta llegar a una zona de bosque menos denso. Teneis la capa desgarrada en varios sitios y os habeis cortado y magullado malamente el brazo izquierdo encima del codo.
Sink
Agarras el hacha y consigues abrirte camino cortando ramas de la enmarañada maleza hasta que sales a una zona donde el bosque se aclara. Tu capa está desgarrada por varios sitios y te has magullado la pierna derecha encima de la rodilla.
Todos
Habeis estado caminando penosamente por el bosque durante casi dos horas. Os asalta el temor de haberos perdido, temor que comienza a parecertos realidad. Aparte del graznido lejano y ocasional de algún kraan, no habeis visto ni oído ninguna otra señal que delate la presencia de enemigos en esa parte del bosque. Al descender de un rocoso promontorio divisais algo insólito en la enmarañada espesura.
Rodeada de zarzas espinosas y apretadas raíces, veis la entrada de un túnel que desaparece en el interior de la ladera. La boca tiene aproximadamente siete pies de altura y algo más de diez pies de anchura. Al acercaros a ella notais una leve brisa que proviene del negro fondo. Si el otro extremo del túnel tiene salida por la ladera contraria de la colina, os ahorraríais muchas horas de dificil ascenso. Pero también podríais encubrir peligros desconocidos.
Saltas hacia el carro. La gente corre en todas direcciones cuando los kraan atacan y se llevan por los aires tenebrosos a sus pobres víctimas. Un enorme kraan planea sobre el carro y tres rugientes giaks saltan de su lomo sobre los espantados caballos. Debes pelear contra ellos o abandonar el carro y correr a refugiarte en una casa de labor cercana.
Si ya termine de bajar a los niños huiré junto a ellos, si para protegerlos tengo que luchar, luchare.
-¿Que opináis sobre adentrarnos en la cueva? No debe de ser mucho más peligrosa de lo que podríamos toparnos aquí fuera y con suerte podríamos atravesar la gruta sin ningún tipo de incidente, además, las horas son fundamentales en este momento e ir por aquí, nos haría acortar mucho camino del que aún tenemos por delante.
Miro con atención a los alrededores en busca de cualquier movimiento enemigo.
Abriendo la puerta de una patada, entras como una tromba en la casa de labor. Un kraan planea en el cielo sobre el edificio, lanzando un graznido de victoria, pues de sus garras pende una víctima. Te pones en pie y compruebas que estás solo. Pero apoyado contra el hogar hay un martillo de guerra
Cojo el martillo de guerra y salgo a campo abierto.
Dejo caer el martillo tras de mi, y levantando mi pequeña hacha empiezo a gritar para atraer al Kraan.
Los kraans y sus crueles jinetes se desvanecen por el oeste. Cuando los asustados refugiados empiezan a salir del bosque, oyes a lo lejos un galopar de caballos. El sonido se acerca. Permaneces escondido y esperas a que los jinetes se aproximen más. Son de la caballería de la Guardia Real, con los uniformes blancos del ejército de Su Majestad.
Permanezco oculto en la multitud esperando a ver que hacen los caballeros.
Los soldados pasan de largo, van con bastante prisa y no parece que se hayan fijado en lo que ha pasado allí
Ante esa actitud grito con todas mis fuerzas:
-Hea! soldados del reino. Hacia donde huis y dejais abandona a esta gente, no saben a caso que los guerreros de aquellas tierras ya han caído.
Uno de los soldados gira y se dirige hacia ti.
- ¿Quien eres? Siento mucho lo de estas personas, pero somos refuerzos del principe y debemos apresurarnos
Doy un paso hacia el guerrero y hablo con voz grave y ronca.
-Soy solo un testigo gris que vio caer el castillo. Los refuerzos ya no se requieres. El monasterio ha caído.
Tu información le entristece profundamente. Te ofrece un caballo y te ruega que le acompañes a ver al Príncipe Pelathar, el hijo del Rey.
-Iré pero lleven a la gente a un lugar seguro.
Junto con mis cosas llevo el hacha y el martillo de guerra.
¿y mis compañeros?
Delante de nosotros un camino rapido , complicado. Mira para la otra posibilidad , tortuoso pero seguro. Respira hondamente y medita.
El tiempo apremia , lo importante ahora es llega lo mas pronto posible.
Desefunda el hacha y realiza una oración al un arbol y pidiendo perdón. Corta un rama y le realiza una incisión al arbol para pringar una parte de la rama en resina. Desgarra un trocito de su tunica,
Listo , ya tengo una tea lista para una emergencia.
Derrama un poco de agua en la raices del arbol , buscando darle una compensacion al arbol.
Tea en mano y hacha en la otra indico mi eleccion de camino hacia la cueva.
Acompañais al jinete del principe, que os conduce hasta él.
Ante vuestros ojos una feroz batalla tiene lugar sobre un puente de piedra. El choque metálico de las armas y los alaridos de hombres y bestias resuenan a través del bosque. En medio del combate veis al Príncipe Pelathar, el hijo del Rey. Lucha contra un gigantesco gourgaz gris que blande un hacha negra sobre su escamosa cabeza. De repente el Príncipe cae herido por una flecha negra que le atraviesa el costado.
El túnel está oscuro y en su interior el aire es mucho más frío que fuera. Avanzais con mucha precaución apoyando una mano en la pared del túnel para ayudar a vuestro sentido de la orientación. Después de caminar durante unos tres minutos en total oscuridad, percibis un olor a podrido delante de vosotros, semejante al de carne putrefacta. Una pena no tener una antorcha para ver por donde vais
De repente algo muy pesado se precipita desde el techo sobre vuestras espaldas y os hace caer de rodillas. Es un alacrán zapador y debesi luchar contra él, pues trata de estrangularos con sus largos tentáculos viscosos.
Algo cae sobre mi espalda provocando que mi espada se me escape de las manos. Tanteo el suelo del Túnel y cuando encuentro la Espada me levanto y me preparo para atacar a la Criatura. No quiero precipitarme pues podría dar a mis compañeros.
Algo intenta agarrarme del cuello. Lo agarro con la mano libre, el tacto es desagradable, parece un tentáculo o algo similar y dado que no se trata de ninguno de mis compañeros decido cortarlo con la Espada.
Tirada: 1d10
Motivo: Ataque
Resultado: 4